Revista Guadalupe número 834

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plazamayor a las diez y media, el silencio marcó la Procesión del Santo Entierro y María Santísima en su Soledad, únicamente interrumpido por los acordes de la Banda de Música de Guadalupe, que debido al mal tiempo, no pudo recorrer el barrio de abajo y se realizó por el claustro mudéjar. El día 30 de marzo, Sábado Santo, a las diez y media de la mañana, la capilla de santa Ana acogió la solemne acción litúrgica de la Sepultura del Señor. La santa Vigilia Pascual, que preside el párroco, empezó a las 11 de la noche con la bendición del fuego nuevo; los cantos de la Coral Santa María de Guadalupe, los acordes del órgano monumental y los carillones anunciaron la gloria de Cristo vivo sobre la muerte. El día 31 de marzo, Guadalupe concluyó su Semana Mayor del Año de la Fe con la celebración de las misas de Resurrección. Varios miles de visitantes disfrutaron de este Patrimonio de la Humanidad. Representaciones y conciertos La vida cultural de un pueblo se mide principalmente por la actividad que desarrollan sus convecinos, y en este apartado Guadalupe acumula el peso de su propia historia, con una importante actividad cultural a lo largo del año. Los días 23 y 24 de mar-

Paso de María Santísima en su Soledad, delante del Santísimo Cristo del Silencio [Foto: Natividad Jiménez]

Empezaron los actos de la Pasión del Señor, el día 24 de marzo con la Misa solemne de bendición y procesión de Ramos, que por segundo año consecutivo, se inició en el Patio de los peregrinos, contando, además, con un grupo de niños catecúmenos vestidos de hebreos. El solemne Triduo Pascual se inició el día 28, Jueves Santo, a las seis y media de la tarde, con la Misa vespertina de la Cena del Señor. A las ocho salió la primera procesión, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la antigua cofradía de la Pasión (s. XV) y María Santísima de los Dolores por su recorrido de calle Marqués de la Romana, Nueva de los capellanes, Real, Gil Cordero, Huertas del Hospital, Gregorio López y plaza Mayor; haciendo presencia el agua al final, por lo que fue necesario aligerar el paso. A las once de la noche, la basílica volvió a convocar a los fieles para la hora santa eucarística, y a las doce de la noche, a pesar de la inclemencia del tiempo, salió la procesión de la Santa Cruz y Sudario, de la cofradía del Cristo joven. El Viernes Santo, a las doce de la mañana, los fieles y turistas, como llovía, se mezclaron por el claustro mudéjar en el Vía crucis con el paso del Santísimo Cristo del Silencio. Por la tarde, a las dieciocho y treinta, la basílica volvió a ser testigo de la solemne acción litúrgica de la Pasión del Señor. Por la noche,

Paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno, atribuido a Giraldo de Merlo (s. XVI) [Foto AAS]

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