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EL JARDIN DE LOS SABORES

El aceite de la vida a los pies del Moncayo

La DOP Aceite Sierra del Moncayo se prepara para ofrecer una experiencia turística entre bosques de olivos.

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Hallarán la noticia en alguna parte de esta misma revista: la DOP Aceite Sierra del Moncayo presentó el proyecto Almazaras del Moncayo. Una iniciativa que pretende impulsar el oleoturismo a lo largo del territorio de la Denominación de Origen; ya saben: las comarcas de Tarazona y el Moncayo y Campo de Borja. El caso es que los organizadores de la presentación tuvieron a bien invitarme y esto es lo que vi y escuché. Llegué al desayuno, después de la Intervención e inauguración del proyecto por parte del presidente del Gobierno de Aragón. El acto se desarrolló en el monasterio de Veruela, una de esas joyas a las que hay que ir de vez en cuando para recordar su serena belleza, su frescor en días de canícula, su tranquilidad. Al primero que me encontré fue a José Tazueco, ex alumno de la Escuela de Hostelería del IES Miralbueno, cocinero y propietario del excelente restaurante Saboya 21, radicado en Tarazona. Me saluda Cristina Arguilé y me encuentro en un corrillo con Carmen Urbano, Directora General de Promoción e Innovación Agroalimentaria y con Gloria Pérez García, la Directora General de Turismo del Gobierno de Aragón. Pienso: está muy bien que estén las dos; una viene de parte del óleo y la otra de parte del turismo. La comunicación y el trabajo conjunto entre departamentos es fundamental en un gobierno. Hay otra persona más; forma parte de la D.O. Me comenta: - Yo he saludado a Javier [Lambán] y le he dicho que me tenía que ir a regar: con el calor que hace, el derecho de riego (cada 8 días) no se puede dejar pasar. Me pareció genial. Hay muchas personas a las que le embarga una suerte de fascinación cuando se acercan a alguien que ostenta algún poder. Y se quedan entre embelesadas y entontecidas. Este señor escuchó a nuestro presidente, le saludó, se fue a regar y luego volvió para asistir al resto de los actos de la jornada: puro seny aragonés. Fuimos a la almazara Cooperativa Santo Cristo de Magallón. Nos enseñan el espacio expositivo y se realiza una pequeña cata: así será la experiencia cuando el turista se acerque aquí. Nos pasan a los depósitos de aceite. El aroma del AOVE impregna el almacén. Hay luces verdes y suena música clásica. Carmen Urbano comenta a uno de los responsables: -Qué bien; qué limpio; está recién pintado. Está claro que nuestra Directora General ha estado en unas cuantas almazaras de todo tipo y condición y aprecia el esfuerzo realizado para adecuar y preparar el lugar hacia el turista. Realizamos una segunda visita. Esta vez a la almazara Cooperativa Agrícola de Borja. Junto a ella, los tanques impresionantes de acero inoxidable donde se conserva el Borsao. Vino y aceite se encuentran en edificios anexos. El maestro almazarero es un tipo vivaz, entusiasta de su trabajo. Surge alguna conversación privada: una parte significativa del AOVE que se realiza en el territorio de la Denominación de Origen, se exporta al por mayor, en camiones cisterna. Imagino el final de la historia: botellas de aceite de marca italiana, de delicado diseño, vendidas a 12 euros el cuarto. Al hilo de una pregunta realizada al maestro de la almazara, una señora me confirma sotto voce: -Sí, el aceite de la garrafa de 5 litros es el mismo que el de la botella de vidrio de litro, y éste último es el único que tiene el logo de la D.O. No logro entender la razón de esto; seguro que la habrá.

El maestro explica el proceso de producción: los cooperativistas vienen, se mide el peso de la aceituna y se trabaja el fruto a la mayor brevedad. Una persona del mundo del vino interviene: -Tendréis que terminar operando como lo hacemos ya en el vino: seleccionar el olivo como se hace con la vid. Carmen Urbano, apostilla: - Debería tenderse a una mayor diferenciación de olivos, parcelas y calidades. Esta realidad se mezcla con otras: aceites de la DOP con medalla en Terra Olivo, uno de los certámenes más importantes del Mediterráneo. Otro con medalla de oro en la prestigiosa guía Flos Olei. Es decir: desde el punto de vista productivo y de comercialización queda margen de mejora, pero se está en el camino. Y como experiencia turística, el aceite, el vino, la gastronomía, Tarazona y la naturaleza, conforman un coupage vencedor que seguro que atrae a ese turismo al que todos aspiramos: curioso, responsable con el medio ambiente y que valora los atributos de esa tierra magnífica a las faldas del Moncayo.