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USTED NO ESTÁ SOBREVIVIENDO SOLA.

La violencia sexual es una crisis de salud pública. Por definición, una crisis de salud pública afecta a un gran número de personas y está determinada por sus efectos a largo plazo. La violencia sexual afecta a casi todas las personas en los Estados Unidos, directa o indirectamente. La violencia sexual crea problemas de salud y bienestar para los sobrevivientes y sus comunidades, y existe un vínculo causal entre la experiencia del trauma sexual y las consecuencias de la falta de apoyo y recursos adecuados para la recuperación.

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La experiencia de cualquier forma de violencia cambia el cuerpo fisiológico, incluido el trauma sistémico del daño sexual. El aumento de los diagnósticos de salud mental, diabetes, colesterol alto, presión arterial alta, ataques cardíacos, intentos de suicidio, trastornos alimentarios y otras enfermedades relacionadas con el estrés están directamente relacionados con sus efectos.11

Un buen ejemplo es el vínculo entre la violencia sexual y el aumento del uso de opioides, la pobreza y el encarcelamiento. Se menosprecian los intentos de lxs sobrevivientes por encontrar descanso, seguridad y paz a través de cualquier medio disponible. Sin embargo, hay pocos intentos por parte del gobierno y las comunidades para abordar las posibles causas fundamentales de las decisiones de los sobrevivientes y el proporcionar recursos adecuados para la sanación. Esta culpabilización de las sobrevivientes y sus ramificaciones se evidencian en la interrelación entre la violencia sexual y el encarcelamiento. Por ejemplo, el 86% de las mujeres encarceladas son sobrevivientes de violencia sexual.12 Tras el encarcelamiento, más del 10% de las mujeres sufren abusos adicionales por parte de quienes trabajan dentro

1. Leyes y mandatos anticuados que no abordan adecuadamente la amplia gama de formas en que se produce el daño.

2. Medidas carcelarias punitivas que no abren caminos hacia la rendición de cuentas que lxs sobrevivientes han pedido.

3. Instituciones que tienen un interés creado en continuar un ciclo de victimización que no empodera a las sobrevivientes para que se centren, ni en el diseño ni en la difusión de soluciones que respondan más

Por último, está muy claro que la proliferación de la violencia sexual no se interrumpirá utilizando los mecanismos que en gran medida se han usado para abordar el problema hasta la fecha. Por ejemplo, esto incluye: PÁGINA directamente a sus necesidades y las necesidades de sus diversas comunidades.

La crisis de violencia sexual requiere la adopción de soluciones a gran escala. Esas soluciones tienen que ser acciones dirigidas y centradas en las personas sobrevivientes, representativas del impacto a través de los diversos segmentos de las personas más afectadas por la violencia sexual (p. ej., históricamente y en la actualidad, mujeres, mujeres y niñas afroamericanas y morenas); así como de amplio alcance e interseccionales, en el sentido de que den cuenta de las formas en que la violencia sexual se cruza con otros problemas estructurales e incorporan múltiples intervenciones.

Para desmantelar las culturas y los sistemas que sustentan la violencia sexual y crear un futuro libre de violencia sexual, las soluciones a esta crisis deben proporcionar intervenciones culturales, legales, médicas, educativas, religiosas, espirituales, económicas, políticas y comunitarias.

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