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NUESTRA GUIA DE POLÍTICAS, VALORES Y PRINCIPIOS


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Estamos Comprometidas con la Abolición de la Violencia Patriarcal


El patriarcado es un sistema social que sitúa a los hombres y la masculinidad cisgénero en posiciones de poder en todos los sectores de la sociedad, con exclusión de todos los demás géneros. A partir de este desequilibrio de poder, el género binario (hombre y mujer, femenino y masculino) se ha impuesto en comunidades de todo el mundo a través de la colonización, el imperialismo, la esclavitud y la desinformación generalizada que conduce a diversas formas de opresión, marginación y misoginia.
El patriarcado existe en nuestras estructuras gubernamentales, instituciones, sistema económico y dinámica entre individuos. Si bien beneficia principalmente a los hombres blancos de género cis, creemos que todos los géneros (incluidos los hombres de género cis) contribuyen al patriarcado y se ven afectados por él.
1. Socializar a mujeres, niños, personas discapacitadas y personas LGBTQIA+ haciéndoles creer que son inferiores dentro de su familia, comunidad, entorno laboral y sociedad
2. Capacitan a los niños a convertirse en “hombres”
3. “Ganando” guerras al obligar a las comunidades vulnerables a participar en actividades sexuales como un insulto a la oposición y para destruir el tejido de las comunidades
4. Obteniendo ganancias y poder a través del tráfico de niños y adultos
5. Controlando la vestimenta y las acciones de los niños en situaciones escolares y sociales
6. Justificando acciones políticas (p. ej., aumentar los presupuestos policiales y penitenciarios, prohibiciones generalizadas del aborto y leyes transexclusivas)
Y mucho más...
El racismo surge de la creencia de que las diferentes razas poseen características, habilidades o cualidades distintas, distinguiéndolas como “inferiores” o “superiores” los unos a los otros.












La supremacía blanca dice que las personas con ascendencia europea (los anglosajones, específicamente) son una raza superior de personas; por lo tanto, deben controlar todas las decisiones económicas, sociales, ambientales, territoriales y comunales.
Además, las ideologías de antinegritud y anti-indigenismo despojan aún más a los negros e indígenas de su humanidad. Como dice el capitalismo, “no tienes acceso a tu cuerpo”, la anti-negritud y la antiindigenismo aíslan aún más a losto negros e indígenas de su derecho a elegir y a su seguridad. Los sistemas sociales que gobiernan los EE. UU. están incrustados con estas doctrinas opresivas. La columna vertebral de la mayoría de las atrocidades creadas por humanos, como la esclavitud de los pueblos africanos, los esfuerzos genocidas globales contra los pueblos indígenas en todo el continente americano y el genocidio en curso en la historia moderna, es alimentada o sancionada por las ideologías y acciones del racismo y la supremacía blanca.
De manera similar, el establecimiento de sistemas de castas y jerarquías tribales y étnicas cumplen la misma función: decir que una minoría de personas son humanos y la mayoría no lo son. Estas ideologías y estructuras sociales se utilizan para justificar y llevar a cabo el trabajo de aquellos con privilegios y poder para explotar cuerpos y tierras para tomar poder y aumentar las ganancias. Esto incluye a las sobrevivientes que alzan la voz en Etiopía, el apartheid de casta en el sur de Asia, Myanmar, Uighur, Guatemala, El Salvador y muchos más contextos donde la violencia sexual se usa como arma para el poder de unos pocos sobre muchos. En muchos de estos contextos, millones de sobrevivientes aún no han recibido justicia ni sanación, y las fuerzas supremacistas blancas se alinean con las jerarquías locales de castas, tribus y etnias para el beneficio mutuo del poder. Para que estos sobrevivientes reciban justicia y caminos hacia la sanación, debemos desmantelar el nexo local de poder; así como responsabilizar al poder global que apoya la continuación de esta violencia.
Si bien la violencia sexual puede ocurrirle a todos, independientemente de su identidad racial, étnica o tribal, es un hecho que la violencia sexual ocurre a un ritmo alarmante entre los negros, los indígenas y las personas de color en todo el mundo.
Y el acceso a quién se convierte en sobreviviente, a quién se le cree y a quién recibe servicios está determinado por quién se considera plenamente humano y merecedor.
Además, debido al racismo y la supremacía blanca, las sobrevivientes de color que se presentan reciben respuestas horrendas del estado y sus comunidades. PÁGINA

















