
2 minute read
Estamos Comprometidas a Luchar por un Mundo
Donde la Homofobia y la Transfobia No Existan.
Hemos adoptado una perspectiva transfeminista negra y afirmativa porque nos comprometemos a poner en primer plano las experiencias, pericia y las visiones de las sobrevivientes negras cisgénero, transgénero y de género no conforme para la sanación colectiva y la acción por un mundo libre de violencia sexual.
Advertisement
Liberarse de la violencia sexual requiere desmantelar el cisheteropatriarcado anti-negro, un caleidoscopio de desequilibrios de poder entre personas y grupos, creado a través de sistemas históricos entrelazados de dominación basados en l a raza, el género, la sexualidad, el sexismo, la clase social y más. El cis-heteropatriarcado anti-negro es un sistema cultural, político y económico de desequilibrios de poder que dan forma a cómo los sobrevivientes experimentan la violencia sexual y los caminos (y obstáculos) hacia la sanación. Este sistema impacta a todxs lxs sobrevivientes, pero de manera diferente.











Las experiencias de violencia y las secuelas de la violencia de las sobrevivientes afroamericanas queer y trans forman un tapiz único. El viaje por la seguridad y la sanación de las personas negras queer y trans son fundamentales para construir un mundo libre de violencia sexual para todas nosotras, no para algunas de nosotras. Los espacios de afirmación queer y trans para sanar, organizar y liderar individual y colectivamente son cruciales dentro del movimiento de justicia de sobrevivientes y el mundo futuro. Nuestro objetivo es abordar la distribución desigual de los impactos, las diferentes condiciones para la violencia sexual y las vías de desafirmación hacia la sanación experimentadas por estas comunidades.

Estamos Comprometidos a Luchar Por un Mundo
Donde el Cuerpo de Cada Persona (de Todos los Tamaños, Formas y Tipos)



Estén Protegidos
Nuestras comunidades no estarán seguras hasta que las sobrevivientes de todas las discapacidades y tipos de cuerpos puedan vivir libres del capacitismo y la gordofobia. Las leyes, políticas, prácticas e instituciones culturales que gobiernan los EE. UU. están guiadas por una creencia opresiva de que las personas con discapacidades y las personas con tipos de cuerpo que se consideran socialmente inaceptables (p. ej., “gordas”, “anchas” o “anoréxicas”) son inferiores y, por lo tanto, no tienen un derecho inherente a la autonomía y la elección. Este sistema de creencias opresivo aumenta la probabilidad de que las personas sujetas a gordofobia experimenten violencia sexual y disminuye las posibilidades de que sean vistas, protegidas y que reciban recursos para su supervivencia.
En los Estados Unidos, el 61% de las personas con discapacidad informaron haber sido agredidas sexualmente en su vida.18 Estos números son asombrosos. Y en lugar de recibir apoyo accesible y culturalmente receptivo que respete su autonomía y decisiones, las personas con discapacidades y diferentes tipos de cuerpos a menudo se encuentran con palabras como:









“¿Por qué dijiste que no? Deberías sentirte agradecida de que alguien te desee”
“No tenemos recursos ni apoyo personalizado para alguien como usted.”
Estas formas de respuestas sistémicas e inhumanas fomentan una cultura del silencio por parte de lxs discapacitadxs sobrevivientes de violencia sexual. Estos prejuicios excluyen a las personas con cuerpos diversos de poder ser vistas como sobrevivientes y, por lo tanto, acceder a recursos que afirman la vida.
Que las personas sobrevivientes reciban los recursos que necesitan está en juego si nosotras, como movimiento de justicia de sobrevivientes, no adoptamos una lente anti-gordofobia y anticapacitismo en nuestro trabajo.