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El Salvador: de la guerra civil a la firma de la paz

El FMLN tiene sus orígenes en la ola guerrillera que se fue creando en toda América Latina en las décadas de 1960 y 1970, luego del triunfo de la Revolución cubana. Los militantes salvadoreños tomaron el nombre del dirigente comunista Agustín Farabundo Martí, fusilado en el levantamiento campesino de 1932 y a partir de enero de 1981 iniciaron operaciones subversivas, invitando a los campesinos a la insurrec ción, en busca de un cambio social para el país.
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El Ejército salvadoreño no se quedó atrás y en su intento por controlar la expansión de una guerrilla de corte comunista, se alió con los Estados Unidos para proveer a sus soldados de armamento y entrenamiento militar de contraguerrilla. La Fuerza Armada vio a los campesinos como presuntos guerrilleros y entre el 11 y el 13 de diciembre de 1981, con el apoyo de la Fuerza Aérea, llevó a cabo una serie de ejecuciones masivas de civiles en el caserío El Mozote, el cantón La Joya, los caseríos Ranchería, Los Toriles y Jocote Amarillo, así como en el cantón Cerro Pando y en una cueva del Cerro Ortiz. Estos ataques se dieron en el marco de una supuesta operación de contrainsurgencia que formaba parte de una política de “tierra arrasada”, planificada y ejecutada por el Estado.t
Como lo han manifestado los pocos sobrevivientes, un día llegaron militares y reunieron a los pobladores en la plaza del pueblo y los masacraron. En 2018, las periodistas Ximena Natera, integrante de Pie de página México, y Lorena Vega, de Radio Nacional de Colombia, realizaron conjuntamente una serie documental de cuatro capítulos denominada Testigos de la guerra, voces contra la impunidad, en la cual recopilaron testimonios de sobrevivientes de la masacre que llevan cuarenta años esperando justicia, verdad y reparación. Una de las entrevistadas fue María Dorila Márquez, que actualmente es representante de la Asociación Promotora de Derechos Humanos de El Mozote, quien narró para los micrófonos de las dos emisoras los terribles sucesos que tuvo que vivir aquellos días de diciembre de 1981.
La peor masacre militar que se ha vivido en América, con un saldo de al menos 986 niños y adultos asesinados, fue solo el inicio de una época de terror y muerte en El Salvador.
Las elecciones presidenciales de 1984 se desarrollaron en medio de la guerra civil. Aunque el FMLN intentó a toda costa sabotear los comicios, el domingo 6 de mayo de 1984, luego de una segunda vuelta, los salvadoreños eligieron a José Napoleón Duarte del Partido Demócrata Cristiano, en la que se ha considerado la primera elección libre y justa en El Salvador desde 1931, al participar por vez primera civiles y no militares.
Aunque para esas elecciones no se logró un acuerdo de paz, durante el mandato de Alfredo Cristiani (1989-1994) se realizaron las gestiones necesarias para poner fin al conflicto de más de doce años en El Salvador.
La firma y la ley de amnistía
La firma de la paz se produjo finalmente el 16 de enero de 1992, en Ciudad de México, con los denominados Acuerdos de Chapultepec. Allí se negoció el pliego de peticiones que contempló la creación de instituciones como la Policía Nacional Civil, la Academia Nacional para la Seguridad Pública y la Procuraduría General para los Derechos Humanos. Igualmente, los acuerdos permitieron reorganizar la Fuerza Armada y la Corte Suprema de Justicia.
Los guerrilleros dejaron sus armas y se convirtieron en partido político, tras la promesa de una distribución de tierras en zonas conflictivas y garantías de participación política para ellos. Adicionalmente, los acuerdos contemplaron la creación de una Comisión de la Verdad encargada de documentar los abusos cometidos durante el conflicto, así como una polémica Ley de Amnistía que les brindó inmunidad a todas las personas que participaron como autores intelectuales o cómplices en la comisión de delitos políticos comunes conexos.
Esta amnistía se ha visto como un acuerdo de impunidad que en épocas de posconflicto ha perjudicado a los sobrevivientes. La periodista mexicana Ximena Natera llamaba la atención sobre la falta de interés de la prensa por seguir el proceso en El Salvador luego de la firma de paz, a pesar de que la masacre de El Mozote fue una de las más documentadas
El presidente actual de El Salvador, Nayib Bukele, ha calificado los acuerdos como una “farsa”, pues para él no han representado ninguna mejora para la población en sus derechos más básicos. Es así que declaró que el 16 de enero sería el “Día de las Víctimas del Conflicto Armado” y no de quienes “ordenaron las muertes”. Sus polémicas declaraciones son contrarrestadas con aquellas que le exigen al mandatario cumplir con las responsabilidades en materia de derechos humanos que dejaron los acuerdos de paz, permitiendo, por ejemplo, acceso a los archivos militares en el caso El Mozote.
Lo cierto es que el balance, treinta años después de la firma, sigue siendo desalentador, pues si bien cesó la horrible noche para los salvadoreños, a la fecha sigue pendiente la reparación a las víctimas, la indemnización económica a las familias afectadas y el enjuiciamiento de los responsables.
Audios de testimonios
En el siguiente enlace podran escuchar dos audiode personas dando su testimonio acerca de lo vivido en el conflicto armado https://drive.google.com/drive/folders/1Tg29-KoQZdBiSps2yGWbucQwU6CLIz9O?usp=sharing
Video informativo
En el siguiente enlace se compartira un video informativo acerca de algo que quiso compartir elsalvador.com: “Rostros y voces del conflicto, un memorial digital con testimonios de víctimas y sobrevivientes de la guerra” https://drive.google.com/drive/folders/1PaqJ0FdZWNz62KtW1TXkw4y7-7WZm-Zi?usp=share_link

