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Ofensiva hasta el tope

En el país Nicaragua, el día 8 del onceavo mes, los líderes guerrilleros hicieron una declaración en donde precisaban idear una intensificación de la lucha. El anuncio se hizo realidad en el momento en que el once de noviembre los milicianos comenzaron una operación militar a las 7.30 p.m., con una cantidad de tres mil a dos mil efectivos distribuidos en diferentes zonas de la nación: Ayutuxtepeque, Mejicanos, Ciudad Delgado, soyapango, Cerro San Jacinto, Zacatecoluca, San Miguel y Usulután. Ese día, durante la mañana, los insurgentes asaltaron las instalaciones de la guardia nacional. Al inicio los guerreros se protegieron en los hogares de las zonas urbanizadas en torno a la capital, en tanto contraponían el ataque aéreo de las fuerzas armadas lo que provocó que muchos de los habitantes se marcharan y que muchas viviendas se destruyeran. De acuerdo a lo que dijo José Luis Merino, el insurgente en ese momento, los combatientes guerreros padecieron la mayor cantidad de daños en los primeros tres días.

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Según Facundo Guardado, el ataque se encontraba en gestación a partir de 1985, pese a que su planeamiento se inicie en 1989; de hecho, el atentados en contra de FENASTRAS fue a fin de destruir la labor. De acuerdo a lo que dijo, el propósito era hundir el ejército y tomar el control. Además, esperaron una manifestación popular, sin embargo no tuvo éxito. Además, el monto de la operación era al menos de 2 millones de dólares proviniendo de diversas fuentes, entre ellas, la ayuda internacional y el secuestro de ricos.

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