Seguridad

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Capítulo 12

Seguridad.

En sus pensamientos repasaba una y otra vez el momento exacto en que sus ojos se cruzaron, en la ira que de estos se expelía sin necesidad alguna de tener una conversación verbal, claramente en ellos se vislumbraba el odio y la indignación. Luca no lo culpaba en absoluto, probablemente él hubiese actuado de la misma forma si se encontrase en la situación de Giorgio, pero no había tenido más opción que quedarse en silencio, su cabeza estuvo por estallar de no ser por el paramédico que le atendió con eficiencia, le explicó a Mía lo que tenía y que simplemente necesitaba descansar ya que tenía gripe. Hubiese querido ser más participativo en las explicaciones y discusiones que continuaron después, pero Mía se lo impidió. Mientras estaba en la cama recostado no hacía más que pensar en la carga que significaba en esos momentos para ella, en el lío que la había metido y eso que todo esto recién estaba comenzando, realmente no quería imaginar cómo sería luego de uno años cuando esto fuera mucho más que una simple gripe. —No quiero verte en Florencia en mínimo unos dos meses, señorita y de castigo te reduciré tu asignación mensual a la mitad—dijo secamente Giorgio antes de marcharse. Mía no discutió.

de opinión—susurró Colomba mientras abrazaba a Mía.

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—Lo siento querida, pero no creo que puedas hacer nada para hacerle cambiar


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. Una vez que la puerta se cerró Mía exhaló aliviada de que todo se hubiese acabado. El rostro de Giorgio jamás se borraría de sus recuerdos, estaba segura de aquello, así como también de que jamás le había visto tan furioso como ese día. Aún sumida en sus pensamientos se fue al baño para refrescar su rostro. Cuando se miró en el espejo notó que las lágrimas estaban a punto de brotar de ellos, se sentía superada por todo, había sido demasiado para asumir en tan poco tiempo y dentro muy dentro de ella existía el dolor de ver la decepción en los ojos de sus padres. Sabía que no tenían de qué decepcionarse, no había hecho nada malo, estaba segura de ello, pero aún así ver lo que ellos creían y sentirlos tan hostiles surtió efecto; las silentes lágrimas cayeron por sus ojos y ahogó el sonido de su llanto en la toalla del baño. Una vez que se sintió capaz de estar frente a Luca sin sentirse culpable por las lágrimas que había derramado y sin preocuparle en exceso fue hasta la habitación para verle. Estaba, al parecer, dormido. Se veía tranquilo como si nada le perturbase, Mía se quedó admirándole, se veía mucho más guapo cuando dormía, en su rostro no había ningún gesto hostil como tantas veces presenció o un gesto preocupado. Se sentó en la cama al lado de Luca y se quedó mirándole. —¿Cómo estás? —murmuró Mía al ver que Luca se estaba reincorporando. Luca sonrió al verla allí, con sus mejillas rosadas y un pañuelo que resaltaba aún más el color de sus ojos, de seguro se lo había puesto porque la noche estaba fría. Se veía tranquila y feliz, a pesar de lo que había pasado unas horas atrás, del mal entendido y de todo lo demás, ella estaba allí para él, con una sonrisa ligera y sus ojos centelleantes. —Deberíamos haber buscado otra manera de haber conocido a tus padres — sonrió.

Mía se acercó para tocarle la frente, ya no estaba ardiendo como antes, estaba aún caliente, pero casi normalizado. Luca la miró a los ojos, notó en ellos un brillo

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—Tenía que ser a tú estilo, amor —sonrió.


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. especial, además que se notaban rojizos desde cerca. Mía no podría negar que había estado llorando, pero Luca no quiso preguntarle nada, acercó su mano a la mejilla de ella y la acarició sintiendo la suavidad de su rostro, el rubor de las mejillas de Mía se expandió y se intensificó, ambos conectaron sus miradas y vieron en la del otro todas aquellas palabras que no se habían dicho. Luca puso su mano en la nuca de Mía y guió la cabeza de ella lo más cerca posible de la suya hasta que sus labios se rozaron con suavidad. —Te besaría ahora —murmuró sin despegar del todo sus labios—, pero no sé si te contagiaría. Esa mañana Luz bajó corriendo las escaleras para ver a Duque, quería saber cómo se había encontrado luego de los cuidados del veterinario, así que durante toda la noche estuvo con un ojo abierto y otro cerrado pendiente de cualquier movimiento o sonido que la alertase que algo andaba mal con su amigo. Quería verle y alimentarle, de seguro movería singularmente su cola para demostrarle ánimo, como siempre lo hacía, pero se sorprendió al ver que no había sido la única con la idea de preocuparse de Duque; la señora Mimí estaba allí alimentándole. —¡Oh, querida!—sonrió la señora Mimí volteándose al sentir sus pasos—, que bueno que has despertado, mira Duque está mucho mejor y con muy buen apetito, eso es bueno. Luz se sintió llena de alegría, pero esto no se debía solo a la increíble recuperación de Duque, sino a lo hermoso que era tener a la señora Mimí cerca de ella, de lo preocupada que era e incluso de ser parte de ese gran corazón que tenía cabida para todos. En un acto impulsivo se abrazó al cuello de la mujer y la apretó

—Luz—susurró la mujer—, mi pequeña.

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contra sí.


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. El abrazo se prolongó hasta que Duque ladró y se dieron cuenta que llevaban bastante tiempo en los brazos de la otra. La pequeña niña depositó un beso en la mejilla de la señora Mimí y esta le devolvió el gesto con una amplia sonrisa. Para la señora Mimí todo había cambiado, el mundo le había abierto una oportunidad única de sentirse querida y amar a alguien, preocuparse de esa persona y darle una vida nueva, estaba absolutamente agradecida del día que decidió adoptar a la niña. Es mañana desayunaron juntas mientras conversaban animadamente de lo que harían con Duque. Luz decía que quería dejarle dormir en una habitación en la que no molestara, pero que no quería que estuviese expuesto al frío, la señora Mimí asentía a los pedidos de la pequeña, incluso añadía sus ideas propias y fijaron como fecha el día sábado para ir de compras. Entonces el timbre interrumpió su conversación y la mujer se dirigió a abrir la puerta. —¿Qué es?—dijo Luz curiosa al ver que la señora Mimosa tenía un sobre en sus manos. —Nada importante querida, mejor ve arriba a vestirte que hoy tendremos que elegir quién será tu maestra para que te enseñe todo antes de que te integres a la escuela con los demás—sonrió. Mimosa no quería que la niña estuviese presente cuando abriese ese sobre que era del juzgado de menores, de seguro tenía que ver con su tutoría y con el proceso de adopción, probablemente no tuviese nada de grave más que una notificación respecto a lo siguiente que ella debía hacer, pero tenía miedo de que no fuese así, quizá dentro de ese sobre hubiesen malas noticias para ella y prefería no averiguarlo frente a la pequeña. Se levantó de su asiento y se dirigió a su despacho esperando tener un poco más de privacidad antes de abrir la cafetería. Cerró la

La misiva no era en absoluto extensa, tenía el sello oficial del juzgado y la firma de un juez al final, comenzó a leer con rapidez todo lo que allí decía, casi sin darse

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puerta detrás de ella y abrió el sobre con sus manos temblorosas.


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. tiempo de digerir lo que significaba cada palabra, por lo que cuando terminó la primera leída tuvo que volver a leer con calma ya que no tenía conclusiones respecto a lo que decía. Intentó calmarse y volvió a leer. «…el protocolo de adopción consta de diferentes etapas para finalizar con el derecho adoptivo y tutorial completo del menor que se tiene a cargo como tutor, por ende para que este proceso sea efectivo y que la tramitación puede ejecutarse se debe cancelar la tercera parte de la totalidad del costo que asciende a la suma de… » Mimosa volvió a leer con cuidado el papel, pero la suma seguía siendo exactamente la misma, jamás podría cubrir esa cantidad de euros, no estaba ni siquiera al alcance de la mitad de sus ahorros y eso que era la tercera parte del total. Era un costo demasiado elevado para poder pagarlo. Sus ojos recorrieron una vez más la hoja, buscando algún error, soñando con que sus ojos hubiesen leído un par de ceros de más en la suma, pero esta seguía siendo la misma. «De no ser cancelada la totalidad del monto la tramitación de la adopción quedará anulada y por ende el menor volvería a una casa de acogida de menores, a menos que el juzgado estime que el solicitante es capaz de mantenerse como tutor del menor…» Sus piernas se tornaron débiles, era incapaz de mantenerse de pie un segundo más, por lo que se sentó inmediatamente. No tenía el dinero, sus ahorros cubrirían escasamente un tercio y tendría que endeudarse para tener el resto. Era incapaz de ver otra salida, no quería volver a ver como Luz pasaba por algo así, realmente no quería, pero no sabía si sería capaz de juntar todo el dinero. El pánico que la invadió se transformó en lágrimas de frustración.

puerta, miró a la señora Mimí, pero no estaba allí, por lo que antes de abrir la puerta preguntó quién era y al corroborar que se trataba de Mía le dejó entrar y cerró la puerta tras ella.

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Luz bajó corriendo las escaleras al sentir que alguien estaba golpeando la


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. —¡Mía!—dijo la niña abrazándose a la cintura de su amiga. —Luz, ¡que linda estás!—dijo al ver a la niña con su cabello tomado con unas horquillas y su hermoso vestido. —Es que hoy vendrán las candidatas a profesoras y tengo que estar bonita para que me quieran de alumna —sonrió nuevamente. —¡Oh! —exclamó sorprendida—, no sabía que necesitarías una profesora en casa, pero no te preocupes, de seguro ella te adorará. Luz se sintió complacida ante la aseveración de su amiga, hacía tiempo que no la veía y la había extrañado, por lo que le preguntó por todo; Luca, la universidad, la iglesia, su familia y el voluntariado que estaba haciendo. Mía respondió a todas las preguntas, pero estaba apresurada por volver a casa, por lo que le pidió a Luz que la guiase hasta donde estaba la señora Mimí. Una vez que golpearon la puerta, esta se abrió y dio paso sólo a Mía, Luz se debió quedar fuera, la señora Mimí cerró la puerta y volteó hacía Mía mostrándole su rostro embargado por las lágrimas. Mía no sabía qué decir ya que no tenía idea por qué ella estaba llorando, sólo le ofreció consuelo con un abrazo que fue muy bien

recibido. Cuando Mimosa logró calmarse pudo explicarle a Mía lo que

ocurría. —De seguro algo se nos ocurrirá—le respondió animada—, sabes lo mucho que te quiere la gente del lugar, además Luz estuvo bajo el amparo de la Iglesia, de seguro te ayudarán en el proceso, tú tranquila. —Mía—sollozó—, no tengo dinero para pagarlo todo y aunque consiguiese la

sacaré el dinero y no puedo fallarle a Luz, necesito conseguir todo ese monto.

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mitad de lo que piden aún me quedaría demasiado por cubrir, no sé de donde


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. —Señora Mimí—dijo Mía posando su mano sobre el hombro de la mujer—, deme tiempo, una semana o dos, algo se me ocurrirá para ayudarlas, ahora tranquila y con una gran sonrisa vaya a atender su cafetería y a su hija. Mimí la abrazó, se sentía tan segura cuando Mía estaba cerca, ella irradiaba luz donde fuese que iba, siempre con una sonrisa y las palabras precisas para entregar, con la mejor de las disposiciones para ayudar y por sobre todo con el amor que entregaba en cada cosa que hacía. La chica era un ángel. —Pero ahora—su tono de voz se volvió menos alegre—, es de otra cosa la que le quiero hablar. Se trata de Luca, está enfermo, ayer cogió la gripe y está con fiebre, no podrá venir a trabajar, el paramédico que vino ayer a verle de la urgencia del hospital me dejó este papel para presentárselo, aquí dice qué es lo que tiene y cuántos días tardará en recuperarse… —Está bien, está bien—sonrió aunque sus ojos seguían llorosos—, dile a Luca que se recupere pronto y cuídale. Ahora debo irme, tengo que atender la cafetería y además esperar a las chicas que vendrán de la escuela para ser profesoras de Luz. —Suerte con eso—sonrió Mía. Vittoria estaba sentada en la plaza mientras leía la última edición de su revista favorita: Cuore. Se reía con las publicaciones de las famosas, por sobre todo la de esta edición que hablaba de las imperfecciones faciales que sufrían los rostros del espectáculo por el exceso de maquillaje que usaban y la alimentación. —Vittoria—dijo una voz conocida. La chica alzó su mirada para encontrarse con Matt, el amigo de Luca. Poco y

que el chico le habló. —Matt ¿cierto?—sonrió intentando ser cortés.

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nada le conocía por lo que no pudo evitar sorprenderse de la familiaridad con la


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. Conversaron de sus amigos, de lo bien que estaba Luca con Mía y de lo feliz que se le veía a ella, poco o nada hablaron de ellos mismos, por lo que la conversación fue breve. Matt la invitó a ir a la cafetería cuando gustase y que quizá podrían encontrarse con sus amigos allí, Vittoria le animó a hacerlo así y le deseó buen día. Era la primera vez en mucho tiempo que Vittoria realmente sonreía por haberse encontrado con alguien tan agradable, pero cuando se dio cuenta de ello de inmediato suprimió esa sonrisa. —Mía, con que al fin te apareces, ingrata—sonrió Vittoria abrazándola—, a que no adivinas quién acaba de pasar por aquí. Mía no estaba en el plan de jugar a las adivinanzas de Vittoria, por lo que dejó bien claro que la necesitaba para algo serio, aún así su amiga siguió insistiéndole hasta que esta cedió y se dio por vencida. —El amigo de Luca pasó por aquí, me preguntó por ti y por Luca—sonrió. —¿Te reconoció?—respondió Mía continuado la conversación. —Eso no es lo importante Mía, ¿no hay nada que te parezca sospechoso en el asunto?—insistió la chica mientras caminaba al lado de su amiga. Mía sabía que cualquier cosa podía ser, su amiga tenía el don, como le llamaba ella, de averiguar lo que se decía entrelineas de seguro esta vez había descubierto algo de Matt que él ni siquiera aún sabe, por lo que se quedó en silencio esperando que Vittoria se decidiera a revelarle su gran descubrimiento. —¡Dios, Mía!—bufó—, si me preguntó por Luca significa que no sabe nada de él y si Matt, que vive con Luca, no sabe nada de él sólo puede significar dos cosas. La

segunda, que a mí sí me importa, es que Luca no ha dormido en su casa y por ende significa que puede haber dormido en la tuya o en la de alguien más—sonrió—. Y

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primera es que Matt no ha dormido en su casa, cosa que a nadie le importa o la


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. como tu madre te estuvo buscando como loca apostaría que Luca durmió en tu casa. —Te he dicho en innumerables ocasiones que la mezcla de series juveniles románticas, la revista Cuore y las series policiacas están afectando horriblemente tu cerebro. Aunque he de decir que me sorprendes —sonrió—. Luca está enfermo en mi casa y por eso te he llamado. Mía le contó con detalle a Vittoria todo lo que ocurrió, desde su viaje fugaz a Venezia hasta que sus padres malinterpretaron el hecho que Luca, que estaba enfermo, estuviese en su departamento. Una vez que Vittoria quedó al corriente de todo lo que había ocurrido en la vida de su amiga, esta le soltó el motivo por el que se habían reunido tan temprano un día libre. Bonetti estaba esperando a Luca, habían quedado de reunirse para revisar juntos los archivos del año y mes en los que había nacido, ahora que sabían que era portador de una enfermedad genética de seguro esto marcaría un detalle importante entre los posibles padres de Luca. A pesar que era arriesgado para un médico como Bonetti hacer algo así, él lo hacía con gusto por el chico que había cambiado su vida. Ser tutor de un orfanato era una de las cosas que solía hacer su padre y él quiso hacer lo mismo para seguir la tradición familiar, pero cuando conoció a Luca y a Matt las cosas cambiaron completamente para él, no es que fuesen chicos especiales dentro de la organización, sino que eran tan inaccesibles que los tenían catalogados de problemáticos, eran agresivos entre ellos y no aceptaban que nadie viniese a darles ordenes o a entrometerse en su mundo. Tanto le costó a Bonetti ganarse la confianza de Luca y Matt que cuando lo consiguió se dio cuenta que ya era muy tarde para alejarse de ellos, habían formado un vínculo

El sonido del timbre interrumpió sus más profundos e íntimos recuerdos, cuando abrió la puerta no logró comprender lo que allí estaba ocurriendo. Luca no

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que no se destruiría fácilmente; eran los hijos que Bonetti jamás tuvo.


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. estaba allí, en vez de él había dos chicas paradas frente a él, una de ellas le parecía cara familiar. —Disculpen, chicas—dijo Bonetti—, pero estoy esperando a un paciente, podrían venir otro día a ofrecerme una línea de teléfono, internet o lo que sea. —No venimos por eso—dijo Mía y luego tendió su mano—, soy Mía Rossi y soy la novia de Luca Espósito, él no vendrá porque se encuentra enfermo y yo deseo hablar un pequeño asunto con usted. Luz estaba nerviosa, sus manos temblaban sobre su regazo, había cambiado dos o tres veces de posición para sentirse más cómoda o verse mejor, había desarmado su peinado y lo había vuelto a hacer la misma cantidad de veces que había cambiado de posición. Cada vez que alguien entraba a la cafetería ella creí que podía tratarse de su posible maestra y eso la ponía aún más nerviosa. Nunca había tenido una maestra, la única que le había intentado enseñar a leer había sido Mía y cuando comprendió que en el orfanato la obligarían a ir a la escuela ella decidió escaparse. La verdad no sabía bien por qué lo había hecho, en ese tiempo parecía muy lógico arrancar de la escuela, de los maestros y de los médicos. Las personas con delantales blancos no le producían confianza en absoluto y por lo mismo cuando conoció a Mía en la Iglesia con un delantal blanco no le agradó, pero cuando esta notó que algo andaba mal con su delantal de inmediato le pidió que se lo pintara. Aún recordaba los dibujos que todos los niños habían hecho en ese delantal. —Luz—le dijo Mimosa para sacarla de su ensimismamiento—, ella es Pola, ha venido por el aviso que hemos puesto ¿Quieres invitarla al despacho mientras yo

—Acompáñame por aquí—guió Luz a la muchacha.

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termino de atender a las personas?—sonrió. Luz asintió en silencio.


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. La chica era joven, de seguro no tenía más edad que Luca, se veía buena persona, pero a Luz no se le pasó desapercibido que en los ojos de Pola había algo de miedo ante la inspección que ocurriría pronto. Quizá por lo mismo a Luz le agradó la chica, porque ambas compartían el temor de tener que ser examinadas. —Me llamo Luz—sonrió intentando ser gentil. —¿Cuántos años tienes?—sonrió por cortesía la chica aunque su labio inferior temblaba. —Creo que nueve, no estoy muy segura—reconoció. El silencio se apoderó de la habitación. Luz no quería decir nada y Pola no sabía que decir. Ambas estaban ahí sentadas en silencio mirando para cualquier lugar sin importancia y evitando encontrar sus miradas. Hasta que las carcajadas de Luz interrumpieron el silencio. —¿De qué te ríes?—dijo asombrada Pola. —De que no sé quién está más asustada, si tú o yo—sonrió, pero luego la sonrisa se desvaneció de su rostro—, discúlpeme usted, no debí haberle tratado con esa confianza…—el rubor se apoderó de sus mejillas y se quedó en silencio. —Por mí está bien, aún no soy tu maestra y en caso de que lo sea tampoco habrá problemas siempre y cuando sepamos respetarnos mutuamente—sonrió Pola esta vez mucho más segura. Muy diferente al ambiente que se vivía en la cafetería era el que se estaba viviendo en la consulta de Bonetti. Este se sentía incomodo con la presencia de Mía y de su amiga allí. No sabía bien como abarcar el asunto, no sabía cuánto sabía ella

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y no quería decir más de lo que debía, además no quería tener problemas con Luca.


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. « ¿Por qué Luca no me habrá dicho que enviaría a su novia a hablar conmigo?— pensaba Bonetti—, ni siquiera me dijo que tenía una novia. ¿Por qué no me lo dijo?» —Bueno, ustedes dirán a qué vienen—se balanceó en su silla. —Sé que Luca tiene la enfermedad de Batten, algo me explicó al respecto, pero deseo saber de usted todos los detalles necesarios que debería saber: terapias, terapias alternativas, últimos estudios y todo eso—dijo Mía. —Señorita Rossi la enfermedad de Luca no es mi especialidad, le he indicado a él un médico especialista sobre Batten y Huntington, yo simplemente le doy consejos como médico general—aclaró su garganta—, pero lo que le puedo asegurar es que a Luca le queda bastante tiempo sin que se le manifiesten los síntomas de esta enfermedad. —¿Cuántas son las probabilidades de que esta sea transmitida a un hijo?— interrumpió Vittoria. Mía le miró reprobatoriamente —. ¿Qué? Si la relación contigo va en serio debes saber todo esto. —Ambos padres deben ser portadores de la enfermedad para que esta se manifieste completamente y cerca de un cuarto de la descendencia podría desarrollar la enfermedad—respondió Bonetti. —¿Existe algún examen que diagnostique esto? Porque de ser así me lo quiero realizar—dijo segura Mía. Bonetti le entregó todos los detalles que Mía pidió, evitando hablar específicamente de los detalles de Luca, sólo se refería a la enfermedad como tal y lo que preguntaba Mía lo respondía con cuidado. Finalmente le entregó el detalle del médico y la orden para que se hiciese el examen. Una vez que ambas se fueron llamó de inmediato a Luca, pero este no le contestó.

le había dejado todo encima de la mesita y también le había acercado el teléfono en caso que necesitara llamarle, él seguía allí mismo donde le había dejado, estaba durmiendo cuando ella se acercó a él y le besó.

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Cuando Mía llegó a su casa lo primero que hizo fue verificar como estaba Luca,


Lasciatemi. Copyright © 2012 Manne Van Necker. All rights reserved. Todos los derechos reservados. —Mi amor—murmuró Luca—, ¿Dónde anduviste? Mía se quedó en silencio unos segundos. Ella no mentía, no estaba en ella hacerlo, pero no quería que Luca se preocupase por todo lo que ella había hecho, no quería que se asustara o pensara que estaba haciendo cosas a sus espaldas, tenía miedo y sabía que tarde o temprano Luca lo sabría, el problema era el cómo decirle. —Estuve con la señora Mimí en la cafetería, estuve con Vittoria y fui a ver a Bonetti para avisar que no podrías asistir con él, le hablé un poco y me informé de tu enfermedad —Luca frunció el ceño y Mía cambió de tema —, amor no sabes lo que ocurrió. La pobre señora Mimí tiene que empezar los papeleos de la adopción y resulta que es demasiado dinero, no lo puede costear ¿Me ayudarías a pensar en alguna idea para conseguir fondos para el trámite? —Mía—dijo Luca con el ceño aún fruncido—, ¿Qué hablaste con Bonetti? ¿Por qué fuiste y no me dijiste? —Amor, te lo estoy diciendo ahora, ¿te molestó?—se acercó a él. —No lo sé—murmuró acomodándose en la cama y dándole la espalda. Era la primera discusión que habían tenido desde que su relación empezó y ninguno sabía cómo manejarla. Había sido maduro por parte de Luca ser sincero al decirle que no sabía si le había molestado, pero que no estaba cómodo con la visita de Mía a Bonetti, así como sincero de parte de Mía reconocer lo que había hecho y no mentirle a Luca, pero si de algo ambos estaban seguros era que el tema de la enfermedad de Luca siempre sería la piedra en el zapato que molestaría cuando

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menos se lo esperaran.


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Adelanto del próximo capítulo. Él se sentó y decidió escuchar los mensajes del buzón de voz. Nunca los escuchaba porque siempre eran mensajes cortados que finalmente nunca decían nada, pero sabía que se trataba de Mía, por lo que quiso escuchar los mensajes. «Luca, estoy organizando algo para ayudar a la señora Mimí y a Luz, sé que no hemos hablado mucho, que tú estás ocupado y que yo por mi parte he tenido mucho que hacer, pero me gustaría verte aunque fuesen unos minutos, quizá

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debamos hablar de todo de una buena vez, te quiero»


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