reformar y abrir Venezuela desde 1989 económicamente. Pérez nunca cree firmemente en el libre mercado, pero es un político pragmático con la soberbia capacidad de elegir el momento adecuado, quién sabe cuándo cambiarse de sombrero. John Sweeney (1994) “El Banco Latino estaba casi en bancarrota cuando Pérez llegó a la Presidencia de Venezuela por segunda vez en diciembre de 1989. Como otras entidades financieras, el banco se había debilitado con la devaluación del bolívar en 1983. La fortuna del Banco Latino virtualmente cambió de la noche a la mañana, después del nombramiento de Tinoco como presidente del Banco Central de Venezuela, a principios de 1989. El Banco Central controlaba más del 95% de la moneda extranjera en Venezuela, la que consistía en dólares generados por el monopolio estatal Petróleos de Venezuela, y Tinoco se las arregló para que el Banco Latino recibiera una buena tajada de este dinero, como depósitos del sector público.” En la página www.semana.com en el artículo de la historia no contada de Pedro Tinoco.
Para él los conflictos de intereses nunca fueron un problema para finales del año 1989 este señor reúne a los 6 bancos más grandes de Venezuela para ese momento los cuales eran: Banco Latino (Pedro Tinoco), Banco Provincial (José María Nogueroles), Banco Mercantil (Gustavo Marturet), Banco Unión (Luis Gonzalo Araoz), Banco de Venezuela (Carlos Bernadez) Y Banco Consolidado (Álvarez Stelling)
reunión en la cual les solicita una contribución
de 2 millones de bolívares para ayudar a pagar la deuda de la campaña presidencial ya que Pérez no podía pagar porque los líderes de AD (Acción Democrática) por las políticas de mercado libre las cuales habían destruido la popularidad del partido. En este periodo John Sweeney (1994) “El único que se negó a contribuir con un solo centavo al Presidente Pérez fue el Banco de Venezuela, cuyo Presidente en ese entonces era Carlos Bernárdez Losada. Bernárdez le dijo que no a Tinoco porque el Banco de Venezuela tenía desde hacía mucho tiempo la política de no hacer contribuciones a figuras políticas. Unos cuatro meses después de la negativa de Bernárdez, se inició una amarga
pp. 59