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Piedras que no son obstáculo
Milena Markic Lengua y Literatura. 1°24ta
Tu tum tu tum. Tu tum tu tum.
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Un temblor irrumpe en las calles ruidosas de un barrio que no es barrio y de una ciudad que no es ciudad. Todo se detiene y de repente, aparece Roca uniendo a Belgrano con Mitre, siendo ni más ni menos que San Martín un mediador aliado. Todo pasa tan rápido que ni ellxs ni yo podemos vernos con claridad.
Un temblor hace bailar mis pies y detiene mis pensamientos.
No hay risas de niñxs, ni bocinas de autos. No hay Ernestos que pasean Roccos ni Julias, comprando 2 kilitos de papa para la noche. Solo hay un temblor y por c i n co l a rg os s e gu nd os, un silencio digno de cualquier conticinio nos abraza para susurrarnos el compás del tren al oído.
Tu tum tu tum. Tu tum tu tum.
Avanza el tren por una seguidilla de durmientes que no duermen y de rieles soldados que a veces, deciden dejar la fuerza. Los pibes del club sentados sobre las raíces del gomero mestizo de la placita, juegan a adivinar qué vagón es el que tiene más pasajeros y que cara más pesada la mochila.
Tu tum tu tum. Tu tum tu tum.
El barrio que no es barrio y la ciudad que no es ciudad es atravesada por un armazón de metal, frío y veloz que lleva consigo miles de nadies. Los arranca de la comodidad del asado de los domingos y los lleva todos los días, antes de que la luz atraviese sus ventanas, a aquel matadero que les ha tocado.
Los nadies se aprietan, llueven, tiemblan, piensan. Casi que duermen, casi que se sientan, casi que eligen, casi que sueñan. Pasa a toda velocidad el armazón de metal que a veces es vida y a veces fin.
Tu tum tu tum. Tu tum tu tum.
Salgo a la puerta y me detengo como todxs lxs presentes a mirar cómo pasa. Abajo del puente de enormes brazos rojos, un niño y yo cruzamos miradas. Saca las manos de sus bolsillos, mira hacia arriba, esquiva algún que otro misil de las palomas y cierra los ojos. Cuenta hasta tres con sus manitos y nos miramos otra vez.
Por un segundo, el tren se detiene a mirarnos y ambos le sonreímos. No hizo falta decir nada.
Ernesto, Rocco, Julia, el verdulero, lxs chicxs del colegio, lxs pasajerxs y yo a las 16:41, supimos que el coche 1249 sumó tres deseos a su carga.
Trabajos, amores, familias, vacaciones, sueños. Me pregunto muchas veces, si el Roca sabrá todos los caminos que conecta.
Tu tum tu tum. Tu tum tu tum.