1 minute read

Laberinto

Alexa Montserrat Monterrosa Ancheita Lic. en Comunicación

Y sin pensarlo más, solo llegué. Después de correr.

Advertisement

Después de perderme y encontrarme en sábanas ajenas.

Después de secar mis lágrimas en brazos sueltos.

Después de los bailes eternos con pasos equívocos, llegué.

Llegué al lugar de mis risas. Llegué al lugar de mi consuelo.

Llegué al lugar cálido donde el corazón siente. Llegué al lugar blindado donde mi piel se desnuda.

Llegué al lugar, donde soy la obra maestra.

Después de tropezar. Después de buscar. Después de rozar con mis labios, labios tan ajenos. Llegué por fin al lugar donde me quería quedar.

Y sin darme cuenta, fue el lugar donde siempre me sentí rodar.