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César Trujillo
Por: Mariana Guadalupe Gutiérrez Figueroa
Chiapas (UNACH). Es también licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública.
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A lo largo de su vida se ha desempeñado en distintos ámbitos relacionados con la literatura. En su carrera como escritor ha publicado los poemarios: Laberintos, De corazones y cardiopatías, Donde termina el país de las maravillas, Bitácora del capitán Francisco de Ulloa, Evocación de la infancia, Al amor también lo devoró la luz y La casa que fuimos.
Originario de la ciudad de Yajalón, Chiapas, César Augusto Trujillo Sánchez nació en 1979. Es; poeta, escritor y, padre de familia. Es egresado en 2004, de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericanas, de la Facultad de Humanidades, Campus VI, de la Universidad Autónoma de
Ha recibido distinciones como el Premio Nacional de Poesía Timón de Plata en 2014, el Premio Nacional de Poesía Rodulfo Figueroa en 2017, el Premio Municipal de Poesía Juegos Florales San Marcos Tuxtla en 2019 y el Premio Nacional de Poesía Ydalio Huerta Escalante en 2019. Actualmente, es director de Publicaciones del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta).
César Trujillo se acercó a la literatura desde muy joven. Estudió dos años ingeniería civil, pero en el transcurso se percató de que no era eso lo que realmente lo llenaba.
— La literatura para mí fue una es- pecie de refugio, como una isla segura. Yo vengo de un hogar disfuncional y la forma en que yo encontraba refugiarme era escribiendo y leyendo. En casa no había muchos libros, pero mi padre coleccionaba Selecciones de Reader´s Digest. En la primaria, mediante los libros de texto, logré acercarme a diferentes autores que en su tiempo no conocía, pero parte de las obras que nos presentaban dentro de ellos, me servían como una especie de refugio y me identificaba con mucho de eso, es ahí cuando entro a la secundaria y comienzo a escribir.

— Adentrándonos un poco más en su trayectoria académica, ¿cómo fue su experiencia en la UNACH?
— En mi generación tuvimos muy buenos docentes que permitieron enriquecer más el conocimiento, incrementar el acervo cultural, aprender a dialogar con los autores, con las lecturas y abrevar de estas para poder crear un pensamiento propio. Había docentes que nos acercaron a la literatura de otra forma, que nos permitió escribir sin miedo, pero sobre todo a ser un gran lector. Considero que esas son las bases que me dejaron en la licenciatura, que me permitieron y me permiten ir creciendo conforme pasa el tiempo.

Al hablar de la UNACH, en su mirada era evidente que, viajar entre los recuerdos del pasado hasta su época estudiantil, le provocaba mucha alegría y a la vez, nostalgia.
— Hasta ahora, ¿cómo ha sido su experiencia como escritor al ser parte de Coneculta?
— Ha sido una experiencia bastante grata, sobre todo porque estamos hablando de un proceso diferente. Hay dos partes dentro de este trabajo; una es la parte humana, en la que toca trabajar con la obra, con el artista, y la otra es la administración pública, la que tiene que ver con los recursos, con los procesos administrativos que se tienen que desarrollar para poder cumplir de manera real con lo que te está pidiendo el trabajo.
— Ha sido muy satisfactorio porque me toca platicar con los escritores y diferentes personalidades. Pero, por ejemplo, a mí me gusta mucho liberar libros, llevarlos a las periferias y ver que la gente llega, que los niños se acercan y se llevan los libros, esa parte de acercarlos al pueblo, a mí me gusta mucho, sobre todo porque rompe con este cliché que siempre se dice que la gente no lee. Compartir parte de lo que se hace del trabajo, eso te permite no solo tener una cercanía con la gente que se mueve en el ámbito, en este caso literario, sino con quienes son parte de lo que nosotros somos, la sociedad en sí. Esa parte es muy satisfactoria, a mí me llena mucho.
Esta respuesta no solo nos deja en claro el gran valor de la literatura en él, si no el gran ser humano que es César Trujillo: “transmitir lo poquito que sé, esto de enseñar ortografía, hablar de libros, hablar de poesía, empaparlos de la literatura, tratar de que se contagien de que leer es un camino necesario e indispensable para la sociedad, no sé… me gusta mucho”.
— Cuando era estudiante, ¿en algún momento pensó que podía llegar hasta donde ha llegado el día de hoy?
— Lo que siempre creí es que tarde o temprano iba a publicar libros y que me iba a dedicar a escribir. No me he dedicado al cien por ciento a escribir porque pienso que es un camino escabroso, en el cual hay gente que vive de eso y se dedica a escribir y publicar, pero yo no quise arriesgarme. La escritura es un oficio para mí, yo escribo todos los días como disciplina, tengo libros inéditos y otros con los que he logrado obtener algunos premios en poesía, pero supongo que sí. Uno de mis objetivos al estudiar la licenciatura era publicar mi primer libro, después era consolidarme o tratar de construir una carrera de escritor. Hasta la fecha estoy en ese proceso.
La literatura siempre ha estado presente en su vida y aunque se ha enfrentado a diversos retos como profesional y como persona, nos muestra que ante las adversidades siempre hay que saber dar una buena cara.
“Vivir y dejar vivir, porque vivir es esto: te caes y te levantas. Al final, todo es una lucha constante contigo mismo y por superarte a ti mismo.” -César Trujillo.