Silencio

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XXXII

SILENCIO


Inoniel, Kuranes Ronin, R. Lis., Frizia Guerrero, Ana Publinsky, Paco Nihil e Isamar Pinales Blanco letrasdereserva@hotmail.com


Para muchos, el silencio es la ausencia del sonido, pero ¿realmente existe? ¿Habrá un momento en que sea absoluto y lo único que percibamos sean nuestros pensamientos, se le podría seguir llamando silencio? En las próximas páginas, encontrarán distintos textos, poesías e imágenes que nos intentan explicar más sobre el tema, todas las perspectivas y personalidades se ven reflejadas en el presente tomo.

En ésta ocasión, tenemos como invitado a Cupagu, quien ha creado la portada y del que podrán encontrar una entrevista que, muy amablemente, hizo favor de concedernos. Le extendemos un agradecimiento por parte de todo el equipo.

Sin más, esperamos disfruten el tomo XXXII, encuentren textos de nuestros ya colaboradores frecuentes y disfruten a los que recién se han integrado, esperando no sea la primera vez.

LETRAS DE RESERVA


“Querer ser” Kuranes Eres melancolía, nostalgia, poesía. Quizá el final inconcluso de la más bella obra maestra.

El apéndice fantasma de un dios increado a quien le jactamos nuestros milagros.

La materia gris de todo lo visible y lo invisible.

Eres la inmensidad desdoblada en un instante, en un segundo, en una eternidad.

El universo, la galaxia, creándose graciosamente en abstracción.

El humo dibujando siluetas varias en la atmosfera de la nada...

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Eres antimateria, total ausencia, total mutabilidad y total redentor.


Calma pasiva que precede al huracán ambulante de los sueños.

Naufragio y deriva de los símbolos, de las palabras, de las tempestades.

Quiero fundirme sin preguntas en las aristas que se desdoblan de tu esencia.

Igualarme tono a tono en los matices de tus notas. Afinarme con tu inmortalidad. Perder la conciencia en tus abismos, en los vaivenes de tu posible inexistencia.

Quiero Ser solo silencio… ser solo silencio… solo silencio... silencio... silencio. ❧

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Cocodrilos en la pausa Enrique Ramírez G.

I Cuando no juegas con el lenguaje dejas que la nada habite, los cocodrilos en el río Ganges destruyen/ incendian niños con pelotas mientras el viejo canta tu nombre en días de Aldebarán te clama que llenes con lluvia nocturna sus ganas de odas a Dios haz de las sílabas/ luz de crepúsculo detonando la vida

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no dejes en negro la mar.


II

Silencio lejos de las nubes y nardos caen tempestades olor a sal de dentro de la tierra donde el cuerpo anhela su semejante

Silencio que no te escuchen las orquídeas y nenúfares haz que croen las ranas a lo oscuro del viento en el risco que no te oigan las azucenas

Ssshhh sshhh ssshh arrúllanos luna para que las congojas vuelen.

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Voz Silenciada Escritor Duende

Durante todo este tiempo te he estado escuchando, analizando tus expresiones faciales, mirando los movimientos de tus labios, observando como gesticulas con las manos, y sigo esperando el momento preciso donde el sonido de mi voz se pueda sobreponer a ese torbellino que tu personalidad me impone.

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¡Mírate, como has crecido! Tú ser está tan grande y tan corpóreo que pienso que solo a través de ti, de tus acciones, me podría expresar, ¡No encuentro la forma de hacerte saber que ya es momento de que aceptes que yo existo! ¡Que estoy aquí! ¡Que tengo tanto que decir! ¡Que mis opiniones son tan validas como las tuyas! Y si tú no quieres tomarlas en cuenta, seguirán aquí empolvándose entre las sinapsis neuronales de nuestro cerebro. Me atrevo a decir nuestro cerebro, porque el que tú pretendas ignorarme no me desvanece, ya pasamos por esto antes, ¿te acuerdas? Eran otros tiempos éramos apenas unos niños, y yo quería salir al mundo, justo como tú lo hacías, quería experimentar con el cuerpo, saber qué es lo que se siente sentir, usar todos los sentidos y no solo el oído, la palabra, la voz y el pensamiento.


Todavía me produce dolor el recordar la primera vez que hablaste de mí con nuestra madre, a la que yo amo tanto como tú, ¿te acuerdas de ese día? Porque yo no puedo olvidarlo, recuerdo muy bien que le dijiste a mamá que había una voz hablando desde dentro tuyo, desde tu cabeza, y ella abrió sus lindos ojos cafés muy grandes y te dijo: “Arturo, no juegues con eso, no hay nadie hablando dentro de tu cabeza más que tú” ¡cómo me dolió que me negara! yo en verdad estaba ahí desde que nacimos, cuando no sabíamos expresar lo que queríamos y del hablar ¡ni hablar! Ni tú me hablabas ni yo lo hacía, pero de alguna manera nos percibíamos.

Ahora las cosas han cambiado tu no me dejas expresarme, me arrinconas en lo más profundo de este lugar oscuro y gris, y pretendes hacerle caso a los “sabios” que creen que saben lo que nos pasa, ¡Que van a saber ellos de esto! Te apuesto mi voz y mi silencio a que ellos nunca han tenido una voz que les hable dentro de ellos, una voz como la mía, que tú y yo sabemos que existe, pero que por razones de salud mental, se sabe presa de tu

silencio. ❧

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“C mayor silenciado” Mario Alberto Espinosa

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Anidación Frizia Guerrero

Entre mis cabellos anidan arañas e ideas innobles. En tu voz se anidan silencios. Esos silencios anidan mi llanto. Llanto que anida mis ausencias donde se anidan nostalgias. De las nostalgias llueven suicidios. Las aves no caen del cielo; no llueven aves. Llueven gotas como voces sin aliento. Las aves que caen son suicidios anidados en perfiles de inmuebles que habitamos. Junto a la lluvia: Vencidos después de intentar volar. Del cielo también caemos. Aves suicidas. Lloviendo nostalgias, ausencias, llantos, silencios, nidos, voces, ideas, arañas y cabellos. ❧

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Hubert Malina

“Entre escarabajo”

[Fragmentos] 1 No estoy ahí, tengo que callar entre piernas matar el tiempo, escabullirme, ser tierra de lo pastable hueco que contiene el aliento de dios forma húmeda donde se ahoga la bestia, bestia piel de escarabajo de ojo líquido y juego acérrimo. 2 Alma ceiba de caracol marino de cueva renuente

triste luna,

en su andar

su beso aullido, inmensa

su lengua,

afilado ojo de invierno

hecha bola,

nacida menuda en voz

de arranca muerto, húmeda en junio

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entre diente a vía láctea

grave tizna, libélula de tinta mar. ❧


¡¡SSHHH!!: Por si fuera poco Gudól Azuara En todo momento hay algo que no permite que se realice el silencio. Cuando en la Ciudad de México tratamos, por ejemplo, de beneficiarnos con un tiempo lleno de quietud siempre hay algo o alguien que, fuera de nuestro alcance, se manifiesta sonoramente, ahí están, alejadas atravesando las paredes: la música del vecino, la campana de la basura; el grito del señor del gas; la grabación de los tamales oaxaqueños; la grabación famosa de “se compran lavadoras...” Más cerca está la plática de quienes nos rodean, las televisiones encendidas, la machacante licuadora y, por si fuera poco, como mayores enemigos de la tranquilidad, están los cláxones y los rugidos de las bestias motorizadas: aviones, coches, motocicletas que —junto el canto de las sirenas de Ulises, ambulancias, patrullas y camiones de bomberos— nos torturan.

Podríamos, de así quererlo, aislarnos en una biblioteca o en una iglesia y estar seguros que habrá momentos de extenso silencio y tranquilidad, pues ahí no está permitido o acostumbrado a hacer sonidos estruendosos, sin embargo, el silencio nunca llega y se vuelve una utopía, pues la conciencia nos acompaña siempre y, eliminar elementos de distracción, nos hace mucho ruido en lugares como estos. Creemos estar en el silencio disfrutando de la tranquilidad que provoca la ausencia de sonidos. Nos olvidamos que los sonidos que vienen de afuera no se callan con sólo desearlo. Tendemos a pasar desapercibida la dificultad de eliminar sonidos de nuestro campo de percepción presente y tendemos a querer borrar la idea de que los sonidos están también en nuestra memoria y vienen del pasado, que alguien que logra estar en silencio absoluto es alguien que logra callar su entorno y olvidar su historia.

Qué tal si nos vamos de la ruidosa ciudad para alcanzar el silencio, es una opción. Si fuéramos al campo nocturno a buscar la tranquilidad que otorga la ausencia de sonidos

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quedaríamos decepcionados; porque los grillos acostumbran gritar; el aire cantar y hacer bailar las hojas de los árboles; los lobos, temerosos al silencio, aúllan y no permiten la quietud del mundo. Los sonidos nacen del movimiento del universo y el movimiento, por lo que sabemos, nunca para. ¿Qué queda por hacer, entonces? ¿Dónde hay silencio? En ninguna parte pues su base es la ausencia ¿El silencio no existe en ningún lugar o existen varios tipos de silencio? Hay silencio rural y hay silencio urbano; silencio interno y silencio externo; también lo hay musical y escatológico. ¿De qué depende? De, a excepción del último, de nuestra capacidad de escuchar.

Todos en algún momento buscamos un sitio donde podamos estar tranquilos y libres de los sonidos que nos acompañan diariamente. Gastamos dinero en viajes y en sitios donde lo único que se encuentra es más ruido dentro del disfraz de la tranquilidad sonora. Estamos hartos de escuchar todo junto y de ser bombardeados con tanta información que caemos en el juego de la posibilidad de la externa ausencia de sonido. Pero el silencio nunca de los nuncas puede darse así nomás aislándose. Morirán esperando los que así crean. El silencio es parte de un intercambio que cada uno de nosotros tiene con el mundo. Se manifiesta como la capacidad de escuchar el movimiento del cosmos, tragárselo y crear armonías sonoras con él. El silencio se fortalece con los gritos emergentes que se encienden en nuestro interior después de una calma constante. Y estos gritos sembrados en el fértil silencio de la escucha se vuelven en enormes bestias devoradoras de tiranos, de los que siempre están haciendo ruido y aplastando a los demás.

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Lo olvidaba: ¿Y qué con el silencio y la tranquilidad? El silencio y la tranquilidad no tienen nada en común. Es uno más de esos trucos publicitarios que no hacen más que separarnos de lo que acontece. Para estar tranquilo no se necesita del silencio; se necesita más bien hacer ruido. Preguntémosle a un músico, a un niño recién nacido, a un oprimido: Si el silencio es sinónimo de tranquilidad. ❧


El mayor silencio escrito sería una hoja en blanco Van Manek

http://pense-bete-01.blogspot.mx/

Al acecho, en el aire, en tus palabras, en tu mente, detrás de una begonia siempre encontrarás alguno.

Silencio…

Que mata, que vive, que te hace sentir, triste, que tu soledad es infinita, que no vales nada.

Silencio…

Que da energía, que te brinda descanso y una paz interna donde no hay nada más y donde el resto sobra y no importa.

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Silencios… Gritos del alma que temen ser escuchados, que no encuentran salida

en un sonido

Silencios que lo dicen todo silencios que no dicen nada.

Silencios en calderón

¡¡¡ Shhhh!!!! ¡Silencio!

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No puedo escuchar mis pensamientos. ❧


“Cielo” KURANES


Nenúfar Mir Ponce

Sabe que entre sus hojas se encuentra el centro, el estigma que es la palabra guardada bajo lengua oculta entre invisibles sépalos, palabras tóxicas anudadas en cuello pequeño la presencia del aliento que no quiero: la verdad: el lago donde se hunde mi poema. ❧

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Cupagu Entrevista por Paco Nihil

En cada parte de la obra de Cupagu hay un vĂ­nculo humano que se desencadena. Fluyendo entre lo cotidiano y la ciudad, absorbe los elementos grĂĄficos del entorno y los traslada a su imaginaciĂłn, como un filtro por donde pasan sus creaciones antes de impregnarse en el papel.


E

s un joven que lo envuelve un espectro enigmático que lo ha llevado a abandonar el ideal de perfección para encontrarse cara a cara con el impulso creador. Estar en contacto con lo inmediato le permite expresar con mayor impacto su emotividad. Si un día cualquiera, en el parque, en el microbús o en el metro, ves a un tipo que dibuja garabatos en su cuaderno, y que estos después toman la forma de rostros o cuerpos humanos, es posible que estés frente a Cupagu. No necesita mucho para realizar su trabajo, guarda en el bolsillo pequeño del pantalón una goma, un lápiz y un sacapuntas; lleva en el bolso más grande una libreta francesa, ese es su kit. Solo necesita levantar la vista y observar a su alrededor para inspirarse. Es el artista del impulso inmediato, pero él prefiere que no se le llame artista, pues esa palabra se ha ensuciado, él nos explica cómo en la siguiente entrevista:


¿Quién es Cupagu? Dibujo desde niño, pero hace un par de años tuve una situación que me hizo empezar a hacerlo como forma de liberación catártica. Habitualmente me guardaba todo, ahora lo comparto con diversos creadores.

¿Por qué te inclinas a hacer fanzines? Es un trabajo muy amigable con el espíritu de la gente. Como no conlleva todo el proceso que se hace con un editor, se vuelve algo más inmediato. El fanzine es bastante útil como producto y para crear vínculos.

¿Por qué decides dedicarte a la ilustración y no a otra cosa? Yo estudié literatura porque el dibujo era una cosa tan personal que prefería guardármelo como una cosa íntima. Con lo que tiene que ver con mi carrera, de letras, no me molesta hacer trabajos aburridos; mientras que con el dibujo hay un aura de intimidad que me gusta conservar. Por esas razones lo mantengo.

¿Qué significa para ti el garabato? Es importante porque conforme desarrollas una técnica, te vuelves más eficiente, pero la técnica te distancia del impulso creador. El garabato y dibujar donde sea, con la idea que te nace, como si fuera una patología, te mantiene mas cerca del impulso creador.

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¿Dentro de tu proceso creativo de qué lado te inclinas, hacía la inspiración y la intuición, o hacía un conocimiento de la técnica y su correcta aplicación del conocimiento? Yo creo que la intuición es lo más importante, con el tiempo hay algo desagradable en la manera en que la técnica vuelve impersonal todo. El impresionista pierde contacto con lo inmediato, hay ejercicios que te mantienen en contacto con el impulso intuitivo. Dibujar donde sea, sin planear, casi como si fuera una enfermedad. Adoptar esa lógica en sentido inverso para construir una identidad.

¿Qué proceso llevas a cabo para dibujar, llevas algún tipo de ritual o escuchas alguna música en particular? No, sólo trato de poner mi mente en blanco, a veces me encargan cosas y sigo un poco la tendencia de lo que desean, pero es mucho más placentero cuándo no sé qué voy a dibujar.

¿Cómo describes el ámbito independiente y el comercial, en cuál te situarías? En cuestiones comerciales hay ciertas limitantes en el aspecto creativo, pero se gana en el aspecto de las relaciones. En trabajar con alguien hay cierto placer creativo, cuando el vínculo es una obra.

¿Crees que lo independiente y lo comercial deberían estar peleados?

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No deberían estar peleados. Habitualmente los requerimientos comerciales inhiben un poco el espíritu creativo, porque hay que pensar un poco la lógica de un negocio. Tienes que, hasta cierto punto, repetir cosas que se ha probado su éxito en ventas. Entonces, cuando una empresa le impone eso a un empleado básicamente le está diciendo que copie lo que está comprobado que se vende.


¿Cuáles consideras que son tus principales influjos, sociales o políticos? En cuestión política, la facilidad con que a través del fanzine se crean comunidades. Ya tiene una tendencia política el hecho de que tú, como individuo, creas vínculos, subrayas la naturaleza social. Hay una tendencia política sin que tengas que definir una postura de izquierda o derecha. Casi no escucho música cuando estoy trabajando, me gustan cineastas o animadores como Norman McLaren. Me gusta mucho el aspecto gráfico de la ciudad, los garabatos en los baños, en los microbuses, gente anónima con cero técnica, pero que tienen un montón de emotividad. Podría decir que la ausencia de técnica permite que la emotividad se comunique de manera inmediata.


¿Se podría decir que tu principal influjo es lo que te rodea, la ciudad? Aprovecho esa influencia, lo que haces en tu vida cotidiana debería ser tu principal influencia, más que lo que se lee en libros o ves en museos. La vida cotidiana debería ser la influencia determinante.

¿Qué es para ti el arte? Es una palabra sucia. La manera en que la gente se refiere al arte o a los artistas, yo la entiendo, pero la forma en que usan esas palabras, no corresponde con algo digno. Cuando se usa una palabra que está sucia, por culpa de la comunidad, no hay de otra más que usar otras palabras.

¿Por qué está sucio el arte? Porque influye mucho el capital. El arte se entiende como un atributo del dinero, no debe ser accesible para ser valioso en términos espirituales. Yo no estoy de acuerdo con eso, por eso choco en la manera como se usan esas expresiones. La mayoría de la gente que se dice artista no tiene el rigor espiritual para serlo, mientras que la persona que no se considera artista, es en la que ves de inmediato este impulso espiritual para crear algo, pero bajo otro nombre.


¿Qué significa para ti hacer arte por amor? Es válida en un contexto, pero también lo es hacer arte por odio, o como forma de agresión. Hay personas que necesitan agredir para darse a notar.

¿Cuáles son tus proyectos actuales? “Libro Phone” es un proyecto de tuits que expresaban cosas frías o aspectos monstruosos de la gente. Yo les hice el retrato a partir de cómo me los imaginaba. Pensaron en mí para ese proyecto porque los tuits tenían una connotación grotesca y yo podía dibujar cosas grotescas.

¿Cuáles son tus metas aldesarrollar tu oficio? En lo inmediato quiero sacar sólo lo que está dentro de mí. Me angustia mucho que yo u otras personas podamos imaginar y no se haga nada, es un desperdicio. Son animales que pueden imaginar, en lo inmediato hay que crear, crear, crear. A la larga quiero crear cosas que antes no podía, como acercarme más a estos ideales de estilo o tipos de dibujo. Cuando eso pasa me alegro bastante, pero supongo que nunca llegas a crear como imaginas.



C贸mo trabajas?


Cuando estoy en la calle hago todo a lápiz (nos muestra su lápiz, sacapuntas y goma que guarda en el bolsillo del pantalón). Me gusta el trazo sucio y dibujar lo que veo. Ya en casa uso una carpeta y hago todo con más detalle.

Actualmente estas practicando un estilo a color, platícanos de esto. Ya antes había trabajado con tinta y funcionó bastante bien, pero aún no salía del dominio del blanco y negro. Un amigo me insistía en usar color, pero por alguna razón, estoy negado a usar los colores de forma bonita o impresionista. De cualquier forma empecé a hacer experimentos y me di cuenta que si no los usaba para colorear sino para dibujar, me facilitaba el acceso a otras cosas, y podía dibujar cosas no reales con más facilidad. Se me facilitó con el rojo, verde y amarillo, porque son los colores de los semáforos y no tienen ningún sentido estético. Creo que se me facilitó con estos colores porque ya estaban insertos en la vida cotidiana.

¿Qué proyectos tienes a futuro? Estoy experimentando con el color y formatos más grandes, mientras me habitúo a eso, cada vez que sale algo decente lo llevo a los fanzines. Más allá de eso no lo sé, porque no sé cómo esté trabajando dentro de un tiempo. Intento mantenerme dentro de lo inmediato. Lo que se te ocurre un día crearlo el mismo día. Hubo un tiempo que me obsesioné con ser perfecto y entonces no hacía nada, porque nada era perfecto. Me di cuenta que en mi caso, eso era algo muy nocivo: fijarme metas imposiblemente perfectas; intento contrarrestar eso, sacándole el mayor jugo posible al impulso inmediato.


Arte:

Palabra sucia

Dibujo y pintura:

México:

Calistenia espiritual

Colores: Idea Vida: Muerte:

Comunidad viva

Trabajo: Tristeza

Impulso

Es lo desconocido. Es raro porque todos vamos a morir pero no vamos a estar ahí cuando pase.

Futbol:

No veo futbol envidio a la gente que lo ve

Fanzine: Independiente:

Comunidad Necesidad espiritual

Virtualidad: Es algo raro porque ahora todo mundo es muy común en vínculos sin cuerpos de por medio, hay comunidades que están y no están ahí, es como descubrir un país nuevo en que estas aprendiendo como funciona todo. Es como una aventura.

Identidad: Hay gente que piensa que las identidades son inamovibles que somos el mismo cuando somos niños, viejitos o adultos; yo prefiero pensar que en un mismo instante puedes ser distintas personas simultáneamente y al mismo tiempo en el transcurso del tiempo eres alguien distinto, y eso tiene sus pros y sus contras, pero siento que el ser humano está hecho de esa manera, para ser un cuerpo con muchas almas.

"Gracias a la revista por la entrevista, si alguien quiere crear algo, yo le diría que lo hiciera ese mismo día por los medios que sea, que no se detenga" ❧

Cupagu


Parte 1: Nada R. Lis

Carlos: ... La noche anterior los grillos volvieron a cantar, los perros en jauría recorrieron de nuevo el pueblo, un estallido de pólvora se escuchó a lo lejos, los gallos me hicieron saber que existía, pero tu ausencia volvió a estar presente. Hoy, al despertar en medio del crepúsculo, decidí retirarme. Dijiste que solo serían unas horas, pero esas horas terminaron volviéndose días; en un pueblo donde no hay nada, ni nadie, es difícil saberlo. Escribí esto estando en el mismo quiosco del poblado de Oaxaca donde me abandonaste. Logré ver lo distinto que México se ha tornado desde aquí, la gente es difícil de ver, los pocos que pasaban lo hicieron armado; prácticamente las calles eran solitarias, casi podía escuchar el polvo rozar con el aire, con el suelo, y en un lugar donde parece que se ausenta el ruido, es fácil escuchar los propios pensamientos.

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Escuché con claridad mi dolor, mi desilusión, pude darme el tiempo de liberar mis gritos que tanto mantuve en reposo, mis lágrimas que ahogué en lujuria. Escuché tanto que me volví mi mejor amiga, me di cuenta que no puedo seguirte en luchas sin sentido, que la guerra ha quedado perdida, que tú y yo no podremos volver a vernos. Logré investigar la forma de volver a la Capital. Con menos de doscientos pesos que dejaste será difícil, pero no toleraré más


una espera que probablemente no tenga final. La opresión de por si es dura, no quiero que tú seas parte de eso. Me he dado cuenta que tenemos caminos distintos y, mi sendero no incluye recorrer de nuevo todos aquellos lugares donde nos vimos a los ojos y besamos nuestros labios, no podré volver a esos veintidós arboles a los que juramos regresar para reencontrar la vida de nuestro amor. Por eso dejé ésta carta en el último donde supiste y sabrás algo de mí: este sauce al lado del quiosco, nuestro árbol final, donde sembraste la semilla del olvido. No tengo que decirte más, no vuelvas a buscarme porque no me encontrarás, y si decides recorrer el resto de los arboles tal vez ya estén vacíos, no te molestes, no encontrarás nada. Posdata: Si te preguntas por qué no me moleste en hablarte por teléfono, es porque en tu ausencia perdí el habla. Sandra. ❧

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Petici贸n Dante V谩zquez http://dantevazquez.wordpress.com/

Por la bondad y la paciencia, por la humildad y la prudencia, por la humanidad y la inocencia, degolladas por nuestra inconsciencia;

por quienes mueren secuestrados, por quienes lo hacen cual soldados, por quienes son violados y por quienes son asaltados;

por la seguridad y la democracia, por la tranquilidad y la tolerancia,

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por la responsabilidad y la justicia, encostaladas por nuestra avaricia;


por quienes son mutilados, por quienes son ultrajados, por quienes lloran desconsolados y por quienes lo hacen encerrados:

Guardemos un minuto de

silencio.

Madre y Padre que estĂĄn en el cielo resuciten en nosotros como voluntad y en acuerdo cuidemos de este suelo. â?§

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Nuestros muertos 68 o Susana Silencio Carlos Esteban Susana Silencio. Suspiro. Susurro. Su, su, su, su, su, su, su. ¿Arrodillarse ante la desgracia? ¿Cuántos pobres, cuántos millones, cuántos condones sin utilizar? ¿Organizar una matanza en la Plaza? ¡Ponerse a ganar la vida improvisando en un puesto de tacos de canasta! ¡Sin prestaciones, aguinaldo, ni vacaciones! Todos. Todas. Todos sus, sus, sus días.

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Nuestras muertas patas tiesas/caricatura que se ganan la vida donde la sangre aun duele.


Susana Silencio. Suspiro. Susurro. Su, su, su, su, su, su, su. 1968 hagamos las Olimpiadas despuĂŠs de la Matanza. Y su, su, su, su, su, su, su, Susana. Su nombre. Su patria. Su distancia. Su grito. Su recuerdo. Su ya no volver a casa por la noche. Su credencial de estudiante encarcelada. Su, su, su, su, su, su, su. ÂżArrodillarse ante el tirano y pedirle perdĂłn?

Susana Silencio. Suspiro. Susurro. Su, su, su, su, su, su, su.

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¿Sabré tu nombre? ¿Vendrás con tu sonrisa calavera? ¿Cuál fue tu último pensamiento? ¿Sabrás que después de muerta aún te recordamos? ¿Cómo era la mirada de esos militares y granaderos asesinos? ¿Cuándo dejaste de llorar sangre en la Plaza de las Tres Culturas? ¿Es lo mismo Patria que desierto de muerte y desplazados?

Susana Silencio. Suspiro. Susurro. Su, su, su, su, su, su, su. ¡En medio de la noche de los días aún me dueles compañera! «50 pesos el kilo de injusticia» 45 años después.

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¡Luna Flores en la cárcel! ¡Mario González en la cárcel!


¡Alejandro Peña Bautista en la cárcel! Su, sus, Susana, Susanita: Eres lo que aún es indigente penando en lo que llamamos bandera. Tú. Tu muerte de dolor acribillada en el discurso de Díaz Ordaz. Ya no gritas compañera. ¡Date cuenta! Con tus 68 codos, ojos, zapatos y bufandas hechas sangre en la Plaza. ¡Y tú!, aún sigues insistiendo: ¡Justicia! Las cosas cambian después de la bestia. Pero aquí, seguimos siendo los mismos. Algunos tomamos el fusil, nos hicimos camino en cárcel clandestina, otros más se pusieron a cobrar quincenas puntualmente en el PRI. Pero tú, sigues: Su, su, su, su, su, su, Tú. Tú eres nuestros muertos.

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Tenemos la vista rara por nuestros heridos, nuestros, con dolor. Y ahora, el señor en turno Díaz Ordaz, Mancera, PRI, PRD, Peña Nieto... Nos quieren prohibir marchar y luchar. No se han dado cuenta que los pies nos pertenecen. Susana Silencio. Suspiro. Susurro. Su, su, su, su, su, su, suspiramos aun por ti. Susana Silencio: Mañana saldremos a recordarte con el puño en alto. Con la sangre. Con la sangre y tú susurro. ¡Levántate Susana! ¡Deja de ser Susana Silencio masacrada! Lucha y deja de estar muerta. Su, su, Susana Silencio levántate

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¡Pueblo Silencio levántate y lucha! ❧


Canon Rebel XS Canon EF 1:1.8 Ilford FP4+ (expirado), 35mm

R.Lis


Melibea y Ariadna Diego Medina Melibea paseaba la cuchara en el café cada que hacía una pausa. Habíamos platicado cerca de hora y cuarto, en algún punto del norte de la ciudad. En sus ojos blancos vi el silencio, grandes como la luna; reflejaban un silencio que la ahogaba. Hay colores que, pese a la opinión común, son sólo para ciegos, así mismo hay secretos que se vuelven silencios, porque creemos que no existen. Melibea se aflojó las zapatillas y soltó la boca.

—Estaba lloviendo ese día, ahora lo recuerdo, una multitud de anónimos arrastraba sus maletines y sus zapatillas a los locales cercanos, los que no tenían prisa abrieron su paraguas y desaparecieron de escena al final. —Yo estaba con los ojos hundidos, como si buscaran algo dentro de mí, había llorado todo el día, pero no había sido suficiente, las penas habían aprendido a nadar.

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—Debajo de una farola que daba paso a la noche, la sombra de tu danza iluminaba una pared azul, la fuente le contestaba a la lluvia, vi que escuchabas una canción, ¿Cuál? no lo sé, traías audífonos, pero debió ser maravillosa, porque en medio de tanta soledad estabas tú, bailando felizmente y bajo un telón azul.


—Desde la distancia me contemplé en tu lluvia, los zapatos mojados y la necesidad de hablarte me acercaron a ti. —Cuando estaba a punto de preguntarte tu nombre, resbalaste y caíste en la fuente, traté de rescatarte pero sólo pude acompañarte a la morada de los deseos. Cuando creí que estabas molesta, reíste y desde entonces no te pude dejar de amar. —Después de callar tanto tiempo, hicieron falta cinco minutos de silencio para encender todos los fuegos que habían sido apagados por la lluvia. Pero el calor duró poco. Te vi dos o cuatro veces con el vestido blanco con el que te vi bailar bajo la lluvia de ese día, otras cinco o seis te vi sin ropa. La emoción de amar a una mujer me había hecho casi tan feliz como el hecho de ser una. —Habíamos prometido que nuestro amor duraría por lo menos hasta que una de nosotras quisiera tener un hijo. Te embarazaste dos meses después. Para despedirte de mí esperaste a un día lluvioso. Era 16 de Julio y había una lluvia ligera en la ciudad. Estaba yo con los ojos sumidos como buscando algo dentro de mí, triste porque te ibas. Estabas tú con tu vestido blanco bailando una canción, que supongo era muy feliz, la fuente le contestaba a la lluvia, tu sombra bailaba en la pared azul.

—Había dejado de llover y los maletines y zapatillas te tragaron como el mar se tragó a Ariadna, yo aunque estaba mojada tenía que brincar por los charcos. —Las estrellas habrían paso a la noche y el eco cantaba; “el verso cae al alma como el pasto al rocío”

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SIN TÍTULO

MiXena

Los traseros, el día, el sexo, los autos nuevos, un atardecer, el nacionalismo, la escuela, los vientos del Este, la identidad, la suela de mi zapato, un perro aplastado, los animales salvajes, las personas inconclusas el pasado, el dolor, el que se fue, el que aún está, el diablo en cada rostro callejero, las personas que te hablan en las calles sin saber nada de ti el límite a la orilla de la azotea de un edificio lleno de jaulas para tender y utensilios viejos

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la música atmosférica que acompaña un caminar plácidamente solo, mujeres jóvenes con hijos, una toalla femenina llena de Nos


tu piel, mezcla de canela, café y chocolate, mi cintura, sin manos que la puedan asir el límite a la orilla de un andén en la estación del metro de una línea nueva las cortinas de varios colores tan dispares en las ventanas de todos los edificios de esta ciudad contaminada de postmodernidad y tan vieja en su apariencia Durás, Pessoa, Fonseca, Nelida Piñón y Clarice Lispector escritos viejos en servilletas de un café

los beats, los chilenos, un chileno, el chileno Bolaño

tu mirada triste, pocas veces feliz Celibidache, Chopin y Shostakovich, Una composición sobre la mujer bosque inconclusa, ¿ella o la composición? nunca habrá respuesta los perros callejeros, la infancia perdida en lágrimas y sonrisas que no se distinguen unas de otras los recuerdos tristes, fechas sin motivo para celebrar, tu foto guardada en un cajón (la primera)

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el límite a la orilla de una pregunta ¿? cómo entender la vida si es así los hombres, los gatos, la luna, las mujeres, el sexo (otra vez) las ganas de hacer pipí mientras estás soñando un regalo, el gato que se perdió esta mañana, un empleo nuevo, depresión cosas que no sabía y me enseñaste, el sentido musical de mis ataques, un no que rompe todo un sí que no pega nada cartas fechadas de hace años, dibujos hechos en mi cabeza mientras camino a tu lado, la atención constante que espero, la falta de conciencia que a veces tengo uno, dos, y dos + dos = 5 el retorno del rey carmesí, manejas como si quisieras desaparecer en el camino tres gotas, esas tres gotas exactas de un cuento escrito hace años, nadie lo leyó

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un montón de poetas eléctricos que nunca he conseguido leer (ni si quiera sé si existen)


poetas de hace dos siglos anunciando males finiseculares que me alcanzan a mis 25 años Dufoo, Leduc y el bien muerto Bernardo Couto Castillo

réquiem por las almas trastocadas y las notas de clavecín bien temperadas que no me has puesto para escuchar (quizá confunda aquí a Bach con José Agustín) los amigos muertos que cada quien asesinó de puro gusto de alejarse el límite a la orilla de una línea de cocaína en la mesa de un departamento en Tlatelolco hace un año, el vómito por mezclarlo todo, la toxicidad del cuerpo en la noche que todo fue color sin tiempo un adiós escrito tantas veces el límite a la orilla de una última línea de cuaderno, el dilema y el reto de cuánto puedes escribir antes de que se termine el papel y no escribas nuevamente hasta la siguiente conexión de tus neuronas con el corazón

cambio y fuera ❧

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"CALLATE" Mario Alberto Espinosa


TAXIDERMIA

Arturo Dubey

Nunca requerí el vocablo para demostrar la dicotomía de mis antónimos sentimientos. Repugnancia y adoración, delicadeza y deformidad, inconsciencia y sapiencia.

Con ellos vagaba entre la dunas oníricas de tu cuerpo. Un vaivén de mis manos bastaba para sintonizar la música jazz que emanaba de tu diminuta vellosidad. Todo lo que necesitaba manifestar

estaba tatuado en mis brazos.

Al tronido de mis dedos se prendía el proyector de 35 mm que disparaba las imágenes de la nostalgia, de lo contemporáneo y de la posteridad, se apagaba la tierra y se encendía el cielo.

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Mis pupilas rezaban las metáforas más elegantes, desgarradoras y radiantes de la etimología, además te leían las novelas mas conmovedoras en la historia de la escritura universal.

Todo mi cuerpo era el mapa y la brújula para llegar siempre al lugar exacto. Mi salvaje corazón incitaba a levantar en armas las bestiales neuronas de nuestra existencia.

Todo este esplendido y narcótico lenguaje se extinguió cuando se quebró el silencio con las heces fonéticas de negación que emanaron de su boca: “NO” “NO” “NO” “NO” “NO”

Con mi moribundo subconsciente realicé un surrealista funeral. Mi taxidermista pasión la momificó. Ahora deambula con la boca remendada

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Mientras la observo marcharse de espaldas, directo al túnel de la realidad. ❧


Mutismo en las buhardillas Kev Mara

Yo, por los evos desierto, yo, que en toda madrugada me hallo insomne, que al tomar las riendas doy vuelco siniestro y cabalgo contra barranco a galope… Soy movido por una curiosidad grotesca y, al entenderlo, oculto el rostro Lo sé, vergüenza de mí, vergüenza… Realmente estoy celoso. A alguien más das solaz con tu compañía y que lo disfruten, insisto, a su salud y fortuna que yo mientras he llorado por nuestras dos exclusividades y su evidente incapacidad por entenderse como una. Pensando las maneras de darle nitidez a tu voz, escuchando sus matices con histérica ironía ya que todo timbre y todo tono reflejan perfectamente las notas de esa nunca escuchada melodía, Debido a tu mutismo atropellante. “Esta es la última letra que te escribo” me repito hasta el cansancio mientras gasto litros de tintas e ideas, montañas de hojas en mi proceso de dedicatorias inexacto.

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¡Es tu belleza y mi sentir de pertenencia, ambos se levantan contra mí como en conjura, que no deja de preguntarme con vaya bruna insistencia cómo es que este texto no se vuelve tu textura! ¡Cómo es que este texto no se vuelve tu textura!

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A mis deseos tomo censo y los sepulto en las almohadas de la censura Ritual obligatorio. El “Antes de dormir…” ❧


"Sin eco"

Kuranes


La cripta Sahid Jiménez Había bebido demasiado esa noche. Esto es de lo único que estoy seguro. Supongo que después, así solía hacerlo tras intoxicarme, salí a caminar sin rumbo fijo. Recuerdo -creo recordar- que no había estrellas en el firmamento y que la Luna emitía una luz pálida y biliosa. Debo haber estado vagando durante algunas horas. Tal era -como ya dije- mi costumbre cuando el licor inundaba cada una de las células de mi cuerpo. ¿No es agradable la sensación de caída libre que produce una borrachera? ¿No es agradable sentir la proximidad de la muerte? ¡Claro que sí! Nadie, nada habla. Los astros guardan silencio. El planeta guarda silencio. Y nos quedamos solos, callados como las palabras de un libro que nadie nunca leerá. Libres al fin. Humildes. Sólo un ebrio malnacido como yo conoce la humildad, la verdadera, la del hombre desamparado.

Creo que encendí una cerilla y la miré consumirse. Y sí, así sucedió, me enamoré del carbón, del cuerpo abandonado por la llama. Y me parece que luego percibí un aroma pútrido que me sedujo. No estoy seguro; sin embargo me parece recor-

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dar que me dirigí hacia la fuente de aquel lánguido perfume y encontré los restos de un conejo o de una rata y me revolqué sobre ellos como los perros sobre los cadáveres. Debo haber-


lo hecho durante al menos media hora, hasta impregnarme por completo de la muerte. Pero no era éste mi propósito: lo hice por puro goce, por el mismo motivo que lleva a los bebés a regodearse en sus heces, a llenarse las manos de mugre, a frotar su nariz en una mantilla hedionda. Y debe haber sido así, casi inocente, sin prejuicios -¿en sueños?- como fui a dar a la cripta.

¡Qué majestuosa es la oscuridad! ¡Qué deleitables sensaciones me prodigaron la humedad y el frío cuando descendí a las entrañas de la tierra! Penetré en su intimidad como un perverso y sucio amante. Y así también, como un perverso amante que, cobijado por la oscuridad mancilla el cuerpo de una doncella, palpando, encontré una antorcha. El techo abovedado, las paredes cubiertas de moho y el piso infestado de animales rastreros me llevaron a pensar que me encontraba en la garganta de alguna criatura monstruosa, que estaba siendo deglutido por una bestia sobrenatural. Recorrí un largo pasillo que desembocó en un recinto octagonal con cráneos humanos adosados a las paredes. Por primera vez en mi vida me sentí en casa. Cerré mis ojos y toqué los cráneos, hundí mis dedos en las cuencas, acerqué mi rostro al rostro descarnado que, indiferente, recibía mis caricias y lo besé. ¡Cuán virginal fue ese beso! Sólo la muerte es verdaderamente casta. Al menos eso creí en ese momento. Me encontraba embelesado en aquel dulce beso cuando una delicada mano se posó en mi hombro. Giré mi rostro y descubrí a una bella mujer cubierta con un manto de seda: —No te alarmes, -dijo- sé por qué has venido. No pude articular palabras, pero la mujer supo leer mi gesto.

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—Soy la abuela que no conociste, la madre que te negó sus brazos, la amante que no quiso mirarte, soy todo lo que el mundo te ha quitado. Su voz era al mismo tiempo lúbrica y gentil. —Toma, esto te pertenece —declaró— acércate. Removió su manto, dejando al descubierto un par de sólidos pechos que parecían levitar sobre la riada de su vientre cuyas aguas nutrían un espeso manglar que me ofreció con un impúdico movimiento de sus piernas. Me prosterné ante ella. Me disponía a internarme en el estuario que tenía ante mis ojos cuando una frase de la mujer me detuvo. —Adelante, hijo, te he estado esperando. Traté de levantarme, pero sus manos oprimieron mi cuello para impedirlo. Sus manos estaban terriblemente avejentadas. Miré su faz y los rasgos me resultaron escandalosamente familiares. Me desprendí de sus garras y me alejé lo más que pude en el estrecho recinto en que nos encontrábamos.

No van a juzgarte —me dijo —señalando los cráneos que estaban detrás de mí ¿Crees que a ellos les disgusta? Lo bueno y lo malo, correcto e incorrecto, aun arriba y abajo desaparecieron cuando entraste a este lugar sagrado. Aquí no hay diferencias, todos aquí somos amigos, hermanos, somos... felices.

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Las facciones escandalosamente familiares se tornaron vagamente inhumanas, indiscernibles, tal vez divinas. Sus ojos eran como runas de cuarzo verde, como un par de ape-


tecibles olivas, como el laberinto de esmeralda que refulge en los ojos del gato, como dos meteoritos verdegay impactados sobre una ladera nevada; eran dos flamas talladas en presado cristal, eran arrecifes en mares turquesa. Bajé la mirada y encontré su cuello, hermoso y letal como un arco de fresno blanco, en tensión, a punto de disparar una flecha; sus hombros, alféizares de plata. La visión me devolvió lo que el alcohol me había quitado: una sólida, vigorosa erección. Me abalancé sobre aquella aparición, hice con ella cosas innombrables. La cripta se fracturó como cascarón y el firmamento apareció ante mí. Tuve miedo. Guardé silencio. El cielo guardó silencio conmigo. De pronto, el universo entero comenzó a crujir. Se abrió un profundo pozo en el cielo y vi las almas de todos los hombres y mujeres ascender -¿caer?- y perderse en la abertura. Ahora sólo quedas tú —me dijo la mujer que en ese momento se encontraba debajo de mí. Exultante, ebrio, me vi a mí mismo como un alegre mensajero del más allá. Redescubrí la vida y me re-comprendí a mí mismo, como el filósofo del martillo (¡ja!), y saboreé de todo, me deshice de lo agrio con una caja de bombones. Combatí yo solo contra todos los prejuicios. Desde las profundidades de la tierra se elevaron enormes y broncíneas criaturas, miles de ellas. Abrieron sus bocas y emitieron un grito aterrador mientras desplegaban sus monstruosas alas, sus plumas parecían afilados cuchillos. Una de aquellas criaturas borró los planetas de un plumazo; otra engulló las estrellas; otra se tragó la Luna; otra extrajo de su vientre una corona dorada y

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la ciñó sobre mi cabeza. Los ángeles — ¿Eran ángeles?— me rodearon, estrecharon el círculo, penetraron en mi cuerpo, eviscerándolo. Vi mis órganos internos esparcidos frente a mí: la mujer se complació lamiéndolos, revolcándose sobre ellos como horas antes lo había hecho yo sobre los restos de algún animal.

Ahora somos uno tú y yo y los planetas y las estrellas y la Luna —me dijo mi amante— y el futuro. De ti nacerán los nuevos héroes que repoblarán la tierra. Mi abdomen comenzó a abultarse. Sentí la vida que bullía en mi interior. Algo, alguien, reptó dentro de mí, desgarrando mi garganta hasta que salió por mi boca. Algo, alguien, se abrió paso a través de mi ***. Sus ojos eran espantosamente inocentes.

Silencio sideral. Abismo cósmico. Amanecer inhumano.

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Había bebido demasiado aquella noche. Esto es de lo único que estoy seguro. ¿Un malnacido como yo, rey del universo? Eché a andar sin rumbo fijo. Ebrio. Muerto. ❧


"Sin título"

E.R.Z

Todo es tan húmedo y blanco… Sentí una mariposa fantasma a través del teléfono. Pesimista, todo me parece mentira y amarillo… Tu voz sigue vagando en el murmullo. Días después viniste, ahora es todo tierno y anaranjado. . . Mi raíz está justo en el punto medio de tu carne. Poco después te cubriste sólo para alejarte, todo es azul y alado… Una nube cabeceó en el balcón de los sueños. Al dormir, todo es melancolía y negro… Te escucharé de nuevo con la misma promesa, tal vez. ❧

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ENGAÑOSO INTENTO

Frizia Guerrero

Amortiguar el encadenamiento a la escasez de convicciones. Reconocer accidentalmente el pestañear ajeno al inflamar discernimiento.

Marchitarse, cerrar los párpados. Descifrar la apariencia externa de un despojo.

Distinguir la inalterada ausencia que ratifica un réquiem:

Sollozar. Obscurecer diurno.

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Descaminar nocturno. Fascinación crepuscular.


Vaciarse, deteriorar aunada ilusión. Hallar al intemperie nuestras vísceras. Cohabitar el grito pétreo sin allanar lo indecible / inaudible o la fugacidad perceptible.

Nacer amortajado con afecto extraño. Crecer cubierto de sudario legado.

Someterse ante el mutismo.

Acordarse y olvidarse de uno mismo como si en realidad no se existiera:

“Deja vú de amnesias”

Subyugar irremediablemente intenciones. Apropiarse de un puñado de eclipses propugnados.

Crear espacios intermedios; concurrir al abandono.

Gravar soledad con rasguños.

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Percatarse y despojarse del aliento.

Parcial extracción de un individuo Obstaculizar la eclosión de alguien vivo. Atravesar imágenes, ser horadados por ellas.

Reproducir mórbidas muecas. Deslizarse, convencerse: Sucesión quimérica. Engañoso intento.

Detenerse, encajarse una historia. Multiplicar frente al vértice un reflejo. Clausurar la idea de estar consciente.

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Clamor letal de un estratega. Escribir y postergar la coincidencia.


Hundirse en pantanosa tropelĂ­a. Asistirse con urgencia y esperanza.

EmpatĂ­as delirantes: Misterio. Aterrorizar al pasado reiterando extravagancias.

Reafirmar el margen entrecortado del placer, ser ignorado por quienes gustan del gran vicio.

Hablar desde la inclemencia de un amor desfigurado. Brincar la barda intermitente de la cordura. Visitar el cuerpo, darse cuenta (de que al fin), alguien ha llegado.

Acceder secretamente a un alma.

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• Colaboradores • Arturo Dubey Carlos Esteban Dante Vázquez Diego Medina Enrique Ramírez G. E.R.Z Escritor Duende Gudól Azuara Hubert Malina Kev Mara. Mario Alberto Espinosa Mir Ponce MiXena Sahid Jiménez Van Manek

Portada: Cupagu


La Reserva es: Inoniel, Kuranes Ronin, R. Lis., Frizia Guerrero, Ana Publinsky, Paco Nihil e Isamar Pinales Blanco


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