La Trivial #11

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Revista 11 - Mayo 2016


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COORDINACIÓN, FOTOGRAFÍA Y DISEÑO: Consejo órgano La trivial CONSEJO DE REDACCIÓN: Roc Solà, Pau Baraldés, Lena Macau, Joan Montana, Frederic Sala, Jordi Romano, Pedro Barata ILUSTRACIÓN: Zoe Carné

por Roc Solà Gonzàlez La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones Este va no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores; y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la Alianza para el Progreso, «hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización...» Cuanta más libertad se otorga a los negocios, más cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios. Nuestros sis-

temas de inquisidores y verdugos no sólo funcionan para el mercado externo dominante; proporcionan también caudalosos manantiales de ganancias que fluyen de los empréstitos y las inversiones extranjeras en los mercados internos dominados. «Se ha oído hablar de concesiones hechas por América Latina al capital extranjero, pero no de concesiones hechas por los Estados Unidos al capital de otros países... Es que nosotros no damos concesiones», advertía, allá por 1913, el presidente norteamericano Woodrow Wilson. Él estaba seguro: «Un país —decía— es poseído y dominado por el capital que en él se haya invertido». Y tenía razón. Por el camino hasta perdimos el derecho de llamarnos americanos, aunque los haitianos y los cubanos ya habían asomado a la historia, como pueblos nuevos, un siglo antes de que los peregrinos del Mayflower se establecieran en las costas de Plymouth. Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub-América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación. Es América Latina, la región de las venas abiertas”. Estas palabras de Galeano, en la introducción de su libro Las venas abiertas de América Latina, dan la pauta para pensar serenamente en el porqué del subdesarrollo de nuestros países. n


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por Lena Macau Sanz

La Llorona

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rase una vez, formando parte de la mitología aborigen de los pueblos hispanoamericanos, una mujer. La dama del inframundo, del hambre, de la muerte, del pecado y de la lujuria. La llorona, el alma en pena de una mujer que asesinó o perdió a sus hijos y que les llora cada noche asustando a todo aquél quién la ve u oye. Son muchas las distintas versiones que uno puede oír dependiendo del país dónde se encuentre, pero se dice que su país originario es México y que allí se reconocen influencias en deidades prehispánicas. Cuando ya hacía muchos años que La Llorona estaba entre nosotros apareció en el mismo México una mujer de cabello negro azabache y un entrecejo sombreado. Torrente de energía. Enferma de poliomielitis. Esposa de Diego Rivera. Gran artista. Amante de León Trotsky. Sufridora. Poetisa. La expresión personificada a través del arte. Y, Llorona, Llorona. Así le llamó su íntima Chavela Vargas, cantante. La Llorona se llora, pero también se canta. “Me quitaran de quererte llorona, pero de olvidarte nunca”, dice la muy versionada canción. Igual de inolvidable es la mítica Llorona como lo es la eterna mexicana Frida Kahlo (1907-1954). No solo fue una mujer irresumible sino que podría ser llamada artista aunque no hubiera pintado un cuadro en los cuarenta y siete años que duró su intensa vida. Rechazó la propuesta de unirse al grupo Surrealista encabezado por André Breton porque ella tenía claro que no pintaba los sueños sino su propia vida. “Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco”, decía. Habiendo sufrido poliomielitis, a los diez y ocho años sufrió un accidente en autobús que le dejó la columna fracturada por tres partes además de algunas costillas rotas. Nunca antes de este accidente Frida había demostrado curiosidad por la pintura ni nada que se pareciera, pero el período de convalecencia del accidente, el duro aborto y otros asuntos la obligaron a no levantarse durante largos períodos y eso fue la clave. Pidió un ca-


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ballete adaptado a la cama para pintar desde ella y siempre le acompañaba un espejo para autorretratarse como lo hizo en muchas ocasiones repleta de símbolos a su alrededor. Su orden y caos estuvieron con ella hasta el final de sus días cuando, en México y después de haber estado en Francia y en los Estados Unidos exponiendo su obra, le ofrecieron la única exposición individual de su vida en su país. Los médicos le prohibieron asistir por su débil salud, pero ella misma se negó y apareció entrando por la puerta de la exposición montada en una cama de hospital. La cama fue colocada en el centro de la exposición y Frida cantó y contó chistes toda la tarde. La vida de Frida Kahlo fue una eterna montaña rusa y su obra es el mejor legado que deja. En su caso pierde total importancia el estilo, el gusto o el placer de la vista. La pin-

tura de Frida es lo que un diario de viaje para un ilustrador, lo que una libreta de notas para un escritor o lo que la cabeza para un pensador; su vida. Parece que la vida nos sabe a poco y necesitamos a la ficción para sentirnos aventureros, para darnos la chispa que nos falta, pero la muy real realidad deja en evidencia la poca profundidad de una ficción. Tengamos vidas llenas de realidad tan real que parezca ficticia, exprimámonos, intentemos ser Frida aunque ella siempre esté un paso por delante. Única, Revolucionaria, Artista y, Mujer. “Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas pa’ volar?” NOTA: La canción Llorona versionada por Chavela Vargas, la película Frida protagonizada por Salma Hayek y dirigida por Julie Taymor en 2002 o su obra fácilmente reconocible y disponible en internet o en museos pueden ayudarnos a entender la vida de Frida Kahlo. n

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Eduardo Galeano en mi vida por Roc SolĂ

rocsola.wordpress.com


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l 13 de abril de 2015 moría Eduardo Galeano. Más de un año sin él me parece demasiado. La verdad es que no sabía cómo escribir este pequeño homenaje pero “—¿Qué es lo que más te gustaba de él?”— me preguntaba mi crítica de estilo. Pregunta necesaria. Difícil describir lo cercano. Pues la respuesta inmediata a esa pregunta: Su voz. Su tono. La voz de Galeano es algo que ya está en mi vida hasta el final porque era una voz grave y tranquila que no se cansó nunca de decir que otro mundo era posible. Allí por el mayo de 2011, el padre de un amigo mío me conminó a ver un programa de la televisión de Catalunya llamado Singulars. Un hombre, cerca de los setenta, hablaba con sosiego sobre las movilizaciones de las plazas. El 15M. La paz de sus palabras, con diminutivos, con belleza, me atrapó. Ahora entiendo que la tranquilidad de Galeano es la tranquilidad del que dice la verdad. Hay ideas suyas que no se han despegado de mí desde que se lo escuché ahorita recién. “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Siempre he pensado que la literatura es un poco el marketing de la filosofía. Y el marketing nunca ha dejado de ser contar historias a la gente. “Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias.”

también como él decía, no le gustaba estar muerto. Regresó a Uruguay en 1985, cuando Julio María Sanguinetti asumió la presidencia del país por medio de elecciones democráticas. Posteriormente fundó y dirigió su propia editorial (El Chanchito), publicando a la vez una columna semanal en el diario mexicano La Jornada Su obra, traducida a mas de veinte lenguas, es una radiografía de América Latina. En 1971 el escritor había redactado, entre litros, océanos de café, Las venas abiertas de América Latina. Una cosa es un niño y la otra un enano. Mentían quienes decían que el subdesarrollo era una etapa del desarrollo. En realidad el subdesarrollo es consecuencia del desarrollo ajeno. Esas son las tesis principales de su libro más famoso planteadas en 1971. Hace 45 años. Ha tenido más de treinta ediciones. En Memoria del fuego, Eduardo Galeano lleva a cabo una revisión de la historia de Latinoamérica desde el descubrimiento hasta nuestros días, con el propósito de enfrentarse a la “usurpación de la memoria” que él denuncia en la historia oficial. La obra es un mosaico hecho de historias— átomos para él— sin demasiada grasa. Él siempre contaba que le gustaba hacer sudar a los textos, que perdieran las palabras de más.

“«consumo, sociedad de»: Prodigioso envase lleno de nada. Invención de alto valor científico, que permite suprimir las necesidades reales, mediante la oportuna imposición de necesidades artificiales.”

Se inició en el periodismo a los catorce años, publicando dibujos y caricaturas políticas que firmaba como Gius. Posteriormente fue jefe de redacción del semanario Marcha y director del diario Época. En 1973 se marchó de Uruguay—porque, según él no le gustaba estar preso— a Argentina, donde fundó la revista Crisis, y en 1976 continuó su exilio en España— porque,

Su última publicación, ya póstuma, se titula El cazador de historias. La escribió a mano, como todas las demás, y cuidó cada uno de sus detalles, eligiendo incluso la portada y las ilustraciones. En este libro Galeano habla de su parte más íntima y de momentos inolvidables, como su encuentro con Salvador Allende antes de morir o sus intercambios literarios con Carlos Onetti, así como de su compañera Helena, a quien dedica el libro. Otra cosa que recordaré siempre es un video, que se puede encontrar en Youtube, en el que se escucha a Galeano hablar con un grupo de jóvenes indignados en Barcelona. Les cuenta su versión del mundo, entre bromas, entre historias, y al final, con la sencillez que lo ha envuelto siempre, casi como un halo beatífico, se va agarrado del brazo de Helena mientras va desapareciendo la imagen. Ahora ya camina por el viento. n

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Diego y la revolución 8

L por Pedro Barata

visaodemercado.blogspot.it

a Guerra de las Malvinas fue un enfrentamiento bélico entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que tuvo lugar en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. La guerra se desarrolló entre el 2 de abril, día del desembarco argentino en las islas, y el 14 de junio de 1982, fecha acordada del cese de hostilidades en Malvinas, aunque los británicos invadieron las Sandwich del Sur y el 20 de junio desalojaron las instalaciones de la Base Corbeta Uruguay de la Argentina, en el marco de la Operación Keyhole. Ciudad de Mexico, 1986. En el Estadio Azteca, juegan Inglaterra y Argentina. El partido va 1-0 para los Sudamericanos cuando un tipo de 26 años nacido en el barrio pobre de Fiorito recoge la pelota en la mitad de la cancha. Lo que pasó después no ha sido contado mejor por nadie que Vitor Hugo Morales, el mítico narrador de fútbol uruguayo que estaba contando el partido en directo (y esto que yo siempre me he decantado por pensar que las cosas se cuentan mejor con un poco de distancia): “La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, deja el tendal y va a tocar para Burruchaga... ¡Siempre

Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-tata-ta-ta-ta... Gooooool... Gooooool... ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el fútbol! ¡Golaaazooo! ¡Diegoooool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme... Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... Barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés? Para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina, Argentina 2 - Inglaterra 0. Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona... Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este Argentina 2 - Inglaterra 0.” Se terminaba de marcar el gol del siglo. El mejor gol alguna vez visto en un escenario como la Copa del Mundo. Minutos antes de esta genialidad, vino la trampa. Hay un rebote en el área y la pelota vuela, y en


el momento que la iba a atrapar Shilton, el mítico portero británico, salta d10s disfrazado de humano y, con la mano, metie la pelota en la portería. En estos momentos, mi querido lector ha tomado ya una de dos actitudes: o ha parado ya de leerme y ha seguido con su preciosa vida, o está un poco atónito con la marcha del discurso.

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ses nos han ganado la guerra, pero dentro de una cancha, 11 contra 11 con una pelota por el medio y sin nada mas, nosotros somos más que ustedes. Y, después de todo el desastre de las Maldivas, una pequeña trampa como meter un gol con la mano no era anti-reglamentario, sino justicia poética. O divina. O futbolísticas. Vamos, todos sinónimos. Cielo de Sudamérica, 2005. Uno de los políticos mas emblemáticos del mundo y un recién-salido de una clínica de rehabilitación en Cuba comparten un vuelo de helicóptero. El político habla de una de sus grandes pasiones, el béisbol, mientras, en cambio, escucha historias de un deporte, que en su país es muy débil, como es el futbol. En el medio de la charla, en Comandante Hugo Chávez le cuenta a Diego Armando Maradona que tiene muy enraizada en su cabeza la idea de crear una canal de TV que hiciera la unión de los pueblos latino-americanos. La CNN del Sur. La Telesur, instrumento que se vino a revelar una de las mejores formas de propaganda del socialismo chavista en todo el continente en la ultima década. En estos momentos, Maradona había dejado ya su piel de futbolista. Habíase apartado de las canchas, había sido acogido por “una blanca mujer de misterioso sabor y prohibido placer” (Potro Rodrigo, La Mano de Dios) y, en el medio de todo, se había convertido en un instrumento político. Siempre conocido por su vertiente izquierdista y revolucionaria, se había tornado en intimo de Evo Morales, Chávez o Fidel. Ha acudido a Caracas para escuchar las interminables charlas del Comandante. Mientras los estadistas erigen su voz contra los USA, él habla en contra del poder dominante del futbol, la FIFA. A la gente que se ve ilusionada con el discurso anti-norte le seduce un tipo que les ha ganado a los poderosos por talento, magia y arte, pero también con pillería y trucos propios de los potreros del río de la plata. Los latino-americanos podían ganarles a los ricos y poderosos, no con el dinero o los recursos de ellos, pero con sus propias armas y formas. La pelota como revolución. Como medio de conexión entre la tribuna y el pueblo.

Pero la verdad es que en ese día 22 de Junio, en los Cuartos de final del mundial, Diego Armando Maradona ha dado un mensaje al mundo: con tanques y espingardas los ingle-

En medio de todo esto, hay un hombre al cual los años pasarán sin piedad. El jugador se hizo mito, el mito se hizo leyenda. Diego dejo de ser Diego. Ha pasado ha ser un icono. Algo poco real, más sueno que hecho concreto, más historia de padres para hijos que algo que los ojos miran. Solo ha sido feliz dentro de una cancha, y después de que lo sacaran de ahí su vida se convirtió en una referencia de vida para otros, mientras su vida perdía vida y se convertía en causa de otros. n

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El pied-noir que amaba a su madre por Pau Baraldés poesiacega.blogspot.com.es

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“La mejor manera de evitar que un prisionero escape, es asegurarse de que nunca sepa que está en prisión” Dostoievski

os curiosos acontecimientos que constituyen el tema de esta crónica se produjeron en el año 194... en Orán. Para la generalidad resultaron enteramente fuera de lugar y un poco aparte de lo cotidiano. A primera vista Orán es, en efecto, una ciudad como cualquiera otra, una prefectura francesa en la costa argelina y nada más. Así empezaba la novela la Peste de Albert Camus, escritor francés nacido en la Argelia colonial, uno de los máximos exponentes de la intelectualidad francesa del siglo XX, un referente en el existencialismo, premio Nobel de literatura el año 1957, periodista crítico con el sistema político del gaullismo y el comunismo, rival intelectual de Sartre y acérrimo defensor del individuo y las ideas libertarias.

gelia. Aún siendo de los escritores más leídos de la lengua francesa, Camus no ha sido traducido al árabe y la Biblioteca Nacional francesa minusvaloró la idea de reeditar su obra. Ese mismo año, se celebraron pocos actos y homenajes culturales al escritor, quien en su país natal, Argelia, no hay ninguna sola calle ni plaza que lleve su nombre y el edificio donde nació en Dréan (conocido en tiempos de la colonización como Mondovi, al este de Argelia) no hay ninguna placa como tampoco en el barrio donde vivió en Argel. ¿Cómo puede ser que esta figura, controvertida ciertamente pero estimada por muchos sectores, hoy prácticamente quede apartada de la escena cultural francesa y argelina? Lo que sí que es cierto, es que Camus fue un hombre rebelde para su tiempo y quizá para el nuestro también. Un escritor con sus contradicciones, con sus inciertos y sus errores y quizá sus errores pesen hoy sobre los países donde vivió.

El año 2013 fue el centenario del nacimiento de Camus, un centenario que ha pasado con más pena que gloria, casi de puntillas. Albert Camus es el escritor francés que más vende en el extranjero, reconocido como uno de los máximos exponentes del siglo XX. Puede parecer que desde fuera, Camus sea una figura de gran importancia valorada por gran parte de la crítica literaria y exponente de las ideas del absurdismo, pero un siglo después de su nacimiento, Camus resulta ser una figura incómoda para Francia y Ar-

Camus fue un intelectual en todos los sentidos, periodista que apoyó siempre la causa republicana en tiempos de la guerra civil española y denuncio las atrocidades en los campos de concentración alemanes, franceses y de la Europa del este. Nunca perdonó a Sartre ni a los sectores de la izquierda francesa su vinculación con el comunismo soviético como tampoco perdonó a las democracias occidentales de no auxiliar a la II República española. Fue condecorado por el gobierno republicano en el exilio con la


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máxima distinción y fue una de las voces más críticas con el gaullismo. Camus era una persona de ideas anarquistas y quizá fue su intransigencia respecto al autoritarismo lo que le pasó factura. Un su libro, el hombre rebelde, defiende la visión del hombre libre sujeto a ninguna idea, recogiendo el existencialismo ateo, defiende al individuo sin las ataduras morales políticas y religiosas. Camus fue contrario a las ideas marxistas, cristianas y fascistas en una época donde en Francia, el marxismo formaba parte de la intelectualidad francesa como Jean-Paul Satre y André Bretón. Albert Camus era un hombre de letras que fue a contracorriente y tuvo que pagarlo con el olvido del 2013. Cuando a Camus, en plena guerra de independencia de Argelia le preguntaron sobre su posición en el conflicto, él respondió tajante: “si tengo que elegir entre mi madre o la justicia, elijo a mi madre”. Es decir, prefirió elegir a Francia antes que a Argelia y es por eso que los argelinos y las universidades argelinas actualmente no recuerden a Camus como tampoco los franceses. La izquierda francesa por ser contrario al comunismo y la derecha por criticar el papel de Francia en Indochina y con la República española. Precisamente fue su rebeldía, su falta de pelos en la lengua y de no querer vincularse con Argelia ni con Francia, lo que pesa sobre su memoria. La tristeza que rodea su muerte y su vida es lo que hacen de su vida y obra literatura. Camus vivió tal como vivieron los protagonistas de sus novelas, individuos taciturnos, hastiados de una vida y una manera de vivir absurda cómo lo era para él el mundo, la política y las personas. Camus fue un escritor trascendental más allá de la vanguardia intelectual de su tiempo llevando el existencia-

lismo a extremos rozando con el nihilismo. Para muchos, Camus era la voz de los oprimidos, la voz de la República española en el exilio y para otros, Camus fue un traidor y un pied-noir. La vida de Camus es una de aquellas personas que le tocó decidir en un momento difícil y esto lo pagaría más tarde. Solo los críticos y el tiempo pueden juzgar su obra, su obra triste como él mismo, llena de contradicciones pero con un hilo de esperanza que surge de ella. Sarkozy pidió a la familia de Camus que su cuerpo sepultado en Lourmarin (sur de Francia) descansará en el Panteón de París juntamente con otros escritores de la talla como Rousseau, Victor Hugo, Émile Zola, Alexandre Dumas y André Malraux, pero su familia rechazó la idea. La vida de Camus no fue heroica ni tampoco pretendió serlo. Condenado por su visión pesimista de entender y ver el mundo, apasionado y de una prosa fuerte y profunda como la tristeza que pesaba sobre ella misma. Las ideas existencialistas que habían tomado forma en el transcurso del siglo XIX, tuvieron su defensor en la figura de Camus, quien consiguió cristalizar todo dolor y la angustia del siglo XX en su literatura. Camus consiguió vivir tal cómo él quiso y eso es un gesto admirable. Fue un inconformista, un luchador de aquello que él creía justo y que no dudó en usar las letras como arma de combate. El héroe anti-romántico de la Francia de su siglo, opuesto al marxismo y el existencialismo de Camus, crítico con el papel político de Malraux en el gobierno. Un velo de pesimismo rodea su muerte pero también un velo de esperanza recoge su obra, presente hoy misma por muchos, la prosa de Camus como un rayo rompiendo los moldes de lo tradicional y lo establecido. n

“Cada vez que un hombre es encadenado, nosotros estamos encadenados a él. La libertad debe de ser para todos o para nadie”. Albert Camus La trivial - mayo 2016


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POLÍTICA DESDE LA CLÍNICA

H por Miguel A. Ortuño

a pasado la época en la que el psicoanálisis era cuestionado por atentar contra la moral reinante. La teoría sobre el Edipo y la sexualidad ya no escandalizan a nadie, y los intelectuales orgánicos del capitalismo actual diagraman un refinado aparato perverso de control social. La libido no exaspera hoy en día por su carácter sexual, sino porque es incuantificable. La libido como energía que no admite la medida es una metáfora grandiosa porque formulada por Freud como un oxímoron, es una incongruencia conceptual en la que se condensa toda la potencia subversiva del discurso analítico. Y el acto analítico mismo implica una práctica que escapa al control del aparato discursivo de la ideología dominante. Si el nombre de Freud ha quedado en la memoria es porque ha sido el primero en sobrepasar los ideales del cientificismo que le había formado, y en reconocer, en términos si no científicos al menos compatibles con la ciencia, lo real singular e invisible que estaba presente en el sufrimiento de la histeria. En palabras del propio Freud, el análisis respeta la singularidad del paciente, no busca remodelarlo según sus ideales personales como médico, y se complace si puede ahorrar sus consejos y despertar por el contrario la iniciativa del analizado. A partir de ahora, el movimiento psicoanalítico tendrá que decidir cuáles serán los semblantes bajo los que habrá de representarse ante el Otro que existe, que ha existido y que seguirá existiendo. ¿Habrá de luchar para que se los admita como profesionales sanitarios? ¿Se presentarán como investigadores de la mente? Cualquiera sea la respuesta que encuentren en ningún caso podrá omitirse el hecho fundamental, innegociable, de la salvaguarda del acto analítico como una intimidad en la que tal vez sobreviva una de las últimas aspiraciones a la libertad de pensar y de gozar. El psicoanálisis en la sociedad tardo-capitalista y los planes neoliberales en la etapa actual que invaden cualquier ámbito social. Si contamos la edad del psicoanálisis desde la publicación de la Ciencia ( o Interpretación) de los

sueños por Freud en 1900 se podría afirmar que exactamente durante un siglo el movimiento psicoanalítico ha podido sobrevivir y desarrollarse disfrutando de un estatuto de extraterritorialidad, ejerciendo una práctica que se mantuvo alejada tanto de los intereses como de las preocupaciones del Estado. Ese magnífico aislamiento respecto de los poderes oficiales fue posible gracias a un modelo de estado capitalista que respetaba la distinción público/ privado que él mismo había teorizado y estipulado, dejando un cierto margen de libertad y autogestión a este segundo ámbito. Pero con el desarrollo de la nueva etapa del capitalismo (capitalismo toyotista, flexible, informacional, etc.) que implica la atomización y el aislamiento para las clases trabajadoras, desprotección, fragmentación, exclusión, desapego y cooperación superficial; un capitalismo que no deja nada fuera de su delirio poseedor; un capitalismo que borra la frontera entre lo público y lo privado, porque lo privado invade lo público. Como se dice en algunos de los documentos emanados del movimiento «psi», un nuevo imperativo «¡todo a la vista!», crea un estilo de vida, de trabajo y de ocio, en el que el exhibicionismo y la obscenidad se convierten en las reglas favoritas del lazo social. Los intereses del mercado imponen, más allá de la derecha o de la izquierda, una ideología del cálculo y la medida que no sólo no se conforma con evaluar los rendimientos del trabajo y la producción, sino que pretende también administrar y cuantificar los recursos de la subjetividad, incluso en sus aspectos más íntimos. Según Miller, hay que saber que las prácticas de la escucha están destinadas a expandirse en toda la sociedad y de aquí en adelante estarán presentes tanto en la empresa como en la escuela, y cada uno puede constatar que inspiran el estilo mismo del discurso político contemporáneo. La escucha se ha convertido en un factor de la política y en una apuesta de civilización. La enmienda Accoyer forma parte de la operación que de forma silenciosa se ha ido configurando en Francia para «higienizar» el campo de la salud mental y las prácticas de las diversas psicoterapias. Pero nos da también la medida de un plan de acción que tiene efectos en el conjunto de Europa y que ya se ha hecho sentir en España o en Italia. Lo que se designa como «La Banda Higienista» es la encarnación de la alianza, en términos de los discursos de Lacan, entre el Discurso de la Universidad y el Discurso del Amo en la política cientificista, que hace de la salud un mercado y de lo mental un orden policial sometido a la evaluación cuantificadora más reduccionista. n


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Ser y religión (y tiempo)

por Víctor Tarruella

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a filosofía para mi es hacerte grandes preguntas existenciales a partir de la conciencia que tenemos de que podemos seguir preguntando, porque todo lo que nos rodea llega a un límite, no alcanza, no “cierra”. La filosofía existe porqué el sentido que construyó no me “cierra”. Si no me cierra me pregunto: ¿Hay algo más? Eso es la filosofía. Si me viene alguien y me dice hay algo más, sí, mira, hay un cielo blanco, me peleo porque para mi la filosofía es la pregunta por si hay algo más, no la respuesta. Esta bien responderla, porque no buscamos otra cosa que la respuesta a la pregunta, por eso hacemos la pregunta. Pero cada vez que establecemos la respuesta, la pregunta vuelve a emerger, porque lo que nos impulsa es la pregunta, no la respuesta. El mundo viene con miles de certezas que tenemos al alcance de la mano, sentimos calor, frío, podemos ver el mundo que nos rodea. Pero siempre tengo la posibilidad de derrumbar filosóficamente lo que me rodea con solo una pregunta ; ¿Por qué? El ser humano es esa tensión entre la seguridad que me brinda la certeza y la conciencia de que todo lo podemos derrumbar. ¿Porque no vamos a por todo y lo derrumbamos? Porque tenemos miedo. No creo que esté mal tener miedo, es parte de lo que somos. Todos tenemos miedo a la muerte y a un montón de cosas. Como diría Martin Heidegger ese es nuestro “juego”, una cotidianidad que nos calma, que nos posterga, que nos da sentido, frente a la conciencia de que si pensamos a fondo, porque tenemos la capacidad de pensar hasta el fondo, nada tiene lógica (¿Para qué estamos? ¿Por qué hay un mundo?).

Nos angustia saber que en el fondo nada tiene sentido. ¿Entonces qué hacemos? ¿No llevamos estas incertidumbres hasta el fondo? Si vamos al fondo es demasiado insoportable ser conscientes que en el fondo nada tiene sentido. ¿Nacemos para morir? En el fondo todo es nada. Heidegger entre otros se pelea con la cultura occidental que ostenta afirmar ese fondo. La cultura occidental tiende a afirmar ese fondo dándole respuesta para tratar de terminar con la incertidumbre. Una de las formas de afirmar ese fondo es la religión. Ante toda esta incertidumbre el hombre creó la gran metáfora; Dios, seguro una de las obras de arte más geniales de la humanidad. La verdad es que funciona muy bien, siempre y cuando lo aceptemos y lo creamos. Incluso muchos de nosotros aun no creyendo en el Dios de las religiones, seguimos creyendo que tiene que haber en el fondo un principio que ordene todo, como diría Heidegger, un principio ordenatorio de la realidad. Ese creer que en el fondo hay un principio que lo ordena todo para mí es creer en Dios en otras palabras, ( naturaleza, verdad, Big Bang) pero es lo mismo. Heidegger dice en el fondo la nada, el abismo, el vacío. Vamos ahora a hablar de un autor que para mi tiene mucho que ver con la religión; Platón. Para Platón este mundo es un infortunio. Porque es una copia del mundo verdadero perfecto e ideal que está en el más allá. ¿Dónde? Más allá del final del universo, donde concluye todo lo que conocemos. Él supone que existe este más allá y que en ese más allá está la verdad y la razón. Para Platón todo lo que hay en este mundo es decadente, degradado, porque cambia, se corrompe, etc. Todos los valores existen para Platón en ese más allá llamado el mundo de las ideas, el amor ideal,


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la justicia ideal, incluso el número 10 ideal, la silla ideal... ¿Cómo es la silla ideal? Bien, esa silla no es verde, ni lila, ni blanca, ni roja, no puede ser de ningún color en particular porque es la silla ideal, no puede tener un tamaño porque es ideal... Digamos que es la matriz de silla, el arquetipo silla. Platón nos dice entonces que toda silla de este mundo es una copia imperfecta del arquetipo silla. Todo de hecho en este mundo para Platón es una copia imperfecta del mundo ideal. Por suerte Platón nos revela que nuestra estancia en este mundo tan imperfecto y decadente es una mera etapa ya que cuando muramos iremos al mundo ideal. Eso sí, iremos solo si hemos obrado correctamente, hemos sido buenos y justos, etc. Como podemos ver, el mundo de las ideas de Platón alberga muchos paralelismo con las estética de la religión. Que es algo así como; La fe es inexplicable, personal, subjetiva, inexpresable e intransmisible. Pasamos a hablar de el llamado filósofo del martillo, Friedrich Nietzsche, que decía en uno de sus primeros textos: Mi filosofía es una inversión del platonismo. Otra frase célebre de Nietzsche es: el cristianismo es platonismo para las masas. Nietzsche nos dice con esto que todo lo que Platón y la religión consideran perfecto, bueno, absoluto es en realidad imperfecto, idealista y miserable. Cito de “Humano, demasiado humano” de Nietzsche. Allí donde ustedes ven cosas ideales yo veo cosas humanas, demasiado humanas. Donde la religión y Platón ven la verdad, el amor, el bien... Nietzsche ve grandes ficciones que idealizamos para sostener un sentido absoluto, una expresión de una carencia o una mentira que nos contamos para soportar la existencia. Cojamos una típica dicotomía para comprender mejor a Nietzsche, cuerpo y alma. Según Platón el alma es lo per-

fecto y el cuerpo lo imperfecto y decadente. Nietzsche subvierte los valores; si hay algo imperfecto es esa ficción metafórica que nos inventamos para no hacernos cargo de nuestros deseos, de nuestra violencia natural, que es el cuerpo, inventándonos la metáfora del alma para buscar subterfugio y reprimir nuestros instintos naturales. Lo único que existe es el cuerpo, el alma es un invento de la mente, la mente es cerebro y el cerebro es cuerpo. Visto lo visto y sabiendo que Nietzche es un autor que se plantea “¿Y si la verdad fuera una mera cuestión estética?” y preguntándonos ¿puede la construcción lingüística que yo estoy generando coincidir con un hecho, o con la verdad? Llegamos a la respuesta no, pues siempre hay un filtro interpretativo, hablar es mediar, es querer llevar lo que es a la palabra. Diré banalmente entonces que el cristianismo puso encima de la idea del cosmos griego y de el mundo de las ideas de Platón un Rey que es Dios para regentar el orden del universo y añadiré siguiendo la línea de Nietzsche y Heidegger que la religión se perdió cuando pensó que por fuera de la razón quizás se podía alcanzar la verdad. De aquí podríamos deducir casi por asociación que definir la religión es muy difícil porque la religión intenta representarlo irrepresentable. Ostenta dar sentido a toda aquella insalvable incertidumbre del mundo terrenal. Si algo lo es todo, nada puede representarlo, no conocemos la representación de la atemporalidad, omnipresencia, omnisciencia. Para mí todas las religiones son construcciones de sentido que intentan dar respuesta a las peores incertidumbres ontológicas del ser humano, aunque no cuestionaré su capacidad como analgésico moral. n

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Nosotros,

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los pancatalanistas por Ferran Wesselo

Situémonos en 1982, en la “Plaça de Bous” de Valencia. Nos encontramos en un País Valenciano que en medio de la Transición española no ha conseguido un consenso sobre su nombre, ni su himno, ni tan siquiera de su bandera. Josep-Vicent Marquès definiría esta época como un periodo de magma simbólico. De un día para otro todo objeto con una mínima tradición -de una naranja a una paella- había mutado de mero objeto a símbolo nacional en potencia. La existencia nacional no era clara para la mayoría de valencianos, pero en esta plaza de toros de Valencia las dudas identitarias no parecían existir y las quatribarradas ondeaban sin cesar. En medio del clamor un hombre bajito narraba su discurso: “Ha de quedar clar que el valencià –el català que parlem al País Valencià– és encara una llengua postergada, o pitjor, perseguida. Ens la volen acorralar al reducte folklòric; i no. Aquí hem acudit a manifestar-nos per la unitat de la llengua. O ens recobrem en la nostra unitat, o serem destruïts com a poble”. Joan Fuster ha reflexionado mucho sobre su país. Considera vivir en una tierra que por culpa de la despolitización de la burguesía local y de su gente ha sido el títere inerte de las diferentes transformaciones del poder. Con el fin de la dictadura llegan nuevas promesas de cambio político y el nuevo boom inmobiliario parece sanar los años de hambre y olvido, pero Fuster no está dispuesto a dejar que el pueblo valenciano vuelva a ser un simple observador. La lucha por la unidad de la lengua no es un “simple hecho de ortografía” sino la punta de iceberg de una vieja historia: se funda un nuevo orden español y los intereses de los valencianos deben pasar al ámbito doméstico mientras otros hacen la verdadera política en su nombre. A la cultura valenciana -cree Fuster- solo se le permitirá existir si es inocua, eso es, en formas folclóricas, alejada del ámbito público. El de Sueca cree que si los valencianos observan pasivamente, una vez más, como se pudre su lengua, toda posibilidad de vivir en una sociedad que luche para ellos será en vano.

Tal racionamiento lo lleva a su famoso ultimátum: “O ara o mai”. O nos gobernamos o gobernaran sin nosotros. La batalla de Valencia no la ganaron, el pancatalanismo fusteriano perdió por goleada, pero su ultimátum mesiánico parece no haberse cumplido del todo. La emergencia de la coalición Compromís, del partido Podemos y el viraje del PSPV hacia posturas más valencianistas sitúan al sujeto político valenciano otra vez en el centro de la reflexión. Primero, sin embargo, el País Valenciano ha debido tocar fondo. La explosión de la burbuja inmobiliaria y el inicio de la crisis han dejado los cadáveres de una costa hiperurbanizada, desindustrialización (por lo tanto paro) y corrupción a mansalva. Aquella España que fardaba de su “éxito” económico, basado en gran parte en la especulación sobre la costa de levante, ahora parece no tener reparos en burlarse de la corrupción valenciana, como si con ellos no fuera la cosa, como si el PPCV y el partido del gobierno fueran dos elementos que nada tienen que ver entre ellos. El País Valenciano, en tanto que chivo expiatorio de todos los males de España, ha desarrollado un sentimiento de derrota -si no de vergüenza- y otro de reflexión, de meditación profunda sobre sí misma. El nuevo panorama político valenciano nace de estas cenizas. Cuando la política institucional española y los mass media decidieron dar todas las culpas al País Valenciano entregaron, sin saberlo, una hoja de doble filo. Si hay sujeto culpable entonces hay sujeto de responsabilidad política. Compromís, uno de los pocos partidos que criticaba la corrupción y el despilfarro en la época del ensueño, ha conseguido absorber ese doble mensaje. Por un lado se presenta como el azote de la corrupción y el seguro de la transparencia democrática. Por otro lado aseguran que si son buenos para tomar las culpas, son también buenos para tomar las riendas de sus políticas. “Tota politica que no fem nosaltres la faran contra nosaltres”, afirmaba Fuster,


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y parece difícil no darle la razón. Después de la docilidad de los gobiernos del PSPV y el PPCV la situación fiscal del territorio no podría ser más anómala. El País Valenciano es más pobre, tiene más fracaso escolar y más paro que la media de España. Aun así son de los últimos en inversión pública en infraestructuras, así como en gasto social de servicios esenciales, y tienen un déficit fiscal que ha llegado a la friolera de 5000 millones de euros al año. Compromís y el nuevo PSPV de Ximo Puig tienen claro que la situación no puede seguir como hasta hora y pretenden hacer de la crítica al régimen fiscal vigente uno de sus ejes de regeneración. Podem de momento es más pasivo. Aún hay voces cadavéricas, como la de Gonzélez-Lizondo, que desde la ultratumba claman por recuperar la guerra de identidades de los ochenta. Pero parece difícil negar el hecho que Compromís ha tomado el mando de la hegemonía valenciana, cambiando el eje de la discusión. Del mismo modo que el Nosaltres, els valencians de Fuster quiso convencer a los valencianos que el mejor modo de defender sus intereses se daría mediante los Países Catalanes, Compromís ha decidido responder con su opuesto dialéctico: Nosotros, los pancatalanistas. La mejor manera de defender el espíritu fusteriano, aseguran, pasa por meter en el centro la construcción de un sujeto político valenciano. Defender los intereses de los valencianos sin mediaciones, sin esperar que hagan la política en su nombre, siendo sujeto activo en la política española. Tal posicionamiento ha pillado a contrapié a todos. Madrid descubrió el nuevo valencianismo gracias a un ruidoso sainete de Joan Baldoví. El militante de Bloc decidió parar las difíciles negociaciones de distribución de grupos parlamentarios para pedir lo prometido en campaña: un grupo parlamentario propio. Así mismo en Catalunya se descubrió la voluntad de Compromís de poner los intereses valen-

cianos siempre delante cuando Mónica Oltra aseguró que el pacto entre Podemos y PSOE era prioritario al derecho a decidir catalán. El último caso de iniciativa política se dio el pasado 26 de abril cuando a última hora Compromís y sus modestos 4 diputados presentaron 30 propuestas para un pacto in extremis entre las fuerzas de izquierda española. Que el pacto funcionara o no era lo de menos. La política en el País Valenciana ha entrado en una nueva era hegemónica pero que aún puede mutar. Con un Partido Popular hundiéndose, Ciutadans emerge cómo la nueva oposición. La lucha por la renovación democrática y contra la corrupción les haría aliados naturales con los valencianistas, pero el proyecto económico y nacional los sitúa como auténticos antagonistas. Ciudadanos debe vender el producto del emprendimiento y la confianza en el libre mercado en la zona cero de la explosión de la burbuja inmobiliaria. A eso se le suma la dificultad que resulta hoy en día defender la figura abstracta del “ciudadano contra los territorios” en una comunidad que ha estado uno de los principales perjudicados de la construcción actual del estado español. Eso no le impedido, sin embargo, sacar el 16% de los votos. El PSPV y Podem, por su lado, aún nos tienen que mostrar sus cartas. Su indefinición se ira resolviendo a medida que se vayan formando bandos claros a nivel estatal. Y viceversa: el ámbito estatal se definirá con -o contra- este nuevo sujeto político que es el País Valenciano. Un nuevo polo de tensión se está formando en el levante de la península, creando una nueva dialéctica que tanto afectará el desarrollo del País Valenciano como a las transformaciones futuras de España. Tanto para aquellos que sueñan en una España federal, como para aquellos que creen que los Países Catalanes siguen siendo una buena idea, el peaje a pagar es el mismo: reconocerlos como sujeto político, eso es, como nación. n

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El prisionero por Pau Baraldés poesiacega.blogspot.com.es

Viene la noche fugitiva con sus hijos terribles llamados sueños, y yo intento dormirme. Y me di cuenta al borde de la luz tenue de la lámpara sobre la cual bailan las polillas: hoy ni siquiera la noche es generosa conmigo. Y la vida pasa triste, como pasan las horas, como pasan las noches al borde de la luz tenue de la lámpara, y nosotros somos las polillas que bailan alrededor suyo en esta cárcel invisible. Hoy llueven piedras sobre los barrotes de mi cárcel. Y en silencio me digo: ¿Dónde estará la llave para podir abrir estos muros? Dormida, tal vez, lejana.


19 La recomendación cinematográfica...

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todo empezó con aquel enorme cuerpo musculado, moldeado por el propio Ares a su imagen y semejanza. El hombre se quitó la bata, que le cubría de norte a sud y de este a oeste, y con un torso que cegaría al propio Apolo, sacó el miembro viril para apaciguar a la mujer, sedienta de placer. Hablo de “The Party at Kitty and Stud’s” (1970), película pornográfica protagonizada por Silvester Stallone, la cual pasó a llamarse “Italian Stalion – Porno Proibito” después del salto a la fama del actor, pues Italian Stalion (“potro italiano”) es el apodo con el que sería conocido el boxeador fantástico más mítico de la historia del cine: Rocky Balboa (“Rocky” – 1976). En la séptima –repito: séptima– entrega de la saga, Stallone vuelve a interpretar al campeón italo-filadelfiano pero, por fin, alguien le convenció de no reventarse a puñetazos contra un jovenzuelo musculado –seguramente tiene algo que ver con el hecho que esta sea la primera película no escrita por el viejo bribón de Sylvester–, pues esta vez se convierte en el entrenador del hijo bastardo de su ex-enemigo/rival/amigo/”bro”,

por Joan Montana Apollo Creed. El joven se hace llamar Adonis Johnson, repudiando el apellido de su padre, ya que quiere forjarse un nombre por sus propios méritos y no por ser el hijo del gran Apollo – idea central sobre la cual gira el film–. La película es espectacularmente épica en los momentos que tiene que serlo, un ejemplo es el no abusar de la música que hizo mítica la saga, en vez de esto, introducen nuevos es-

tilos musicales que se adaptan a la juventud y contemporaneidad del protagonista. Pero que los amantes del Rocky de toda la vida no se desesperen, pues el film no tiene nada que envidiar a sus predecesores: lecciones de lo dura que es la vida y la importancia del esfuerzo para conseguir tus objetivos, están presentes en ella, junto con un montón de guiños que los fans disfrutarán. Aún qué esta vez el

La trivial - mayo 2016

“potro italiano” no pelea en el ring, deberá demostrar que predica con el ejemplo, librando una dura batalla contra una enfermedad, luchando codo con codo con el “nuevo potro”, el cual demostrará ser un verdadero campeón, poseedor de lo mejor de su padre, Apollo, y de su maestro, Rocky. Todo lo dicho hasta ahora se puede deducir con los tráiler que se encuentran en internet, por lo tanto recomendaría la película solo a los fans, ya que saben a lo que se enfrentan y no esperarán, ilusamente, un guión brillante o una trama rebuscada que les haga pensar demasiado. Siguiendo en esta línea, la magnífica actuación de Stallone que, incluso después de siete películas, muestra un personaje trabajado y que sigue despertando amor y simpatía entre sus seguidores es, según mi opinión, la única que merece la pena ser salvada. Además, el ambiente que se respira es muy “rockyano”, al igual que la épica, hecho que demuestra que el film va dirigido a un público concreto, un público que ha llorado y ha reído, que ha sufrido y se ha motivado, des de hace cuarenta años, con el boxeador fantástico más mítico de la historia del cine. n


Contradicciones triviales

La odisea de una rata triste

A

ndaba un día atormentado por la calle, no recuerdo del todo donde iba, lo único que puedo traer a la memoria es algo que vi. Yo pateaba palpablemente acelerado y con el ceño fruncido porque llevaba demasiadas horas en la gestoría tramitando asuntos. Vislumbré en el interior de un café algo que parecía el reencuentro de dos personas, estoy seguro, sus facciones indicaban que habían tenido un romance de manual. Por brevedad; por intensidad; por extraordinario. El recuerdo que tenían ya no era ni nostálgico, más bien alucinado. Los vi más grises, sus semblantes parecían las ruinas de un gran imperio que se proyecta en la eternidad pero que el ritmo

por Roc Solà

rocsola.wordpress.com

de la historia convierte en una suerte de melancolía arqueológica. Antes hablaban de ideas, pero eso queda ya muy lejos. Estuvieron cerca de encontrar la esencia humana en ellos mismos y cuando se volvieron menos disparatados, se deshumanizaron. En un paréntesis de aceleración vial se habían descubierto mutuamente. Sentían una añoranza desesperanzada que, ni con la posibilidad real de abolir la normalidad, se conseguía diluir. Me vino a la cabeza aquello que el escritor decía: “Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en el hecho de cometerlo.” Ella ponía cara de rata triste mientras él sorbía su té con la delicadeza que ella le recordaba: una versión desmejorada del hijo educado por la ficcional pareja homosexual formada por Atila el huno y el Conde Godofredo de Miramonte interpretado por Jean Reno en la película Los visitan-

tes. Ni tan solo los arrebatos de ingenio despertaban carcajada natural alguna. Se habían conocido indecorosamente pronto. Su presente había adquirido un sentimiento de provisionalidad un tanto exasperante. A las emociones de ella solo les quedaba la vida errante de gitano. Por su mirada turbada, pensé que concebía su propia existencia como un largo viaje de vuelta, como un sueño, el de Ulises. El anhelo de retornar a casa dando un rodeo asumiendo las facultades trágicas del destino. La mujer, por sus labios inquietos, quería pensar que cuanto más entra uno en su laberinto más aprehende uno sus propios límites. Cuando iba a dejar de mirarlos, ella supo que ya no había posibilidad de que mañana fuera ayer y antes de marcharse le dijo a él: non si sà mai. n


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