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Léeme.

A LA ESPERA DE UN NUEVO GOBIERNO

“Hay que hacer política desde los estados para construir precisamente un horizonte de cambio europeo” Entrevista a Jorge Moruno

LA TRIVIAL


A la espera de un nuevo gobierno

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COORDINACIÓN Y DISEÑO: Enric Parellada Rius CONSEJO DE REDACCIÓN: Julia Aguiar, Pau Baraldés, R.G. Celma, Iago Moreno, Marta Montojo Torrente, Enric Parellada Rius, Rodney Lluglluna Guzmán, Alejandro Fernández Monasor, Jordi Romano y Cases, Alejandro Cuarán, Eduardo García, Frederic Sala Mauri, Roc Solà González y Albert Portillo FOTOGRAFÍA: Frederic Sala Mauri


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Inmigración, guerra, fronteras, racismo. Crisis, refugiados. Recortes, Bruselas, déficit, Europa. Papeles de Panamá, Estados Unidos. Financiación ilegal, elecciones, pactos, partidos, corrupción. Voluntarios, justicia, acciones, despertador, sonrisas, trabajo, día a día. Las verdaderas letras las escribimos nosotros. Juntos, juntas. Porque fuimos, somos, seremos, y aquí seguimos. Siguiente página.

Por Julia Aguiar

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SUMARIO 3. Editorial Julia Aguiar 6. La Arcadia Pau Baraldés 8. La psicología del fascismo R.G. Celma 12. Marx 133 años después de su muerte Iago Moreno 14. Lo que la vergüenza y la desvergüenza nos ocultan Marta Montojo Torrente 18. Todo lo que siempre quiso saber sobre Podemos y nunca se atrevió a preguntar Enric Parellada Rius 22. Empleo Irregular en España: Una historia de la Gran Depresión Rodney Lluglluna Guzmán 28. Apología de Sócrates Alejandro Fernández Monasor 32. El poder de un nombre cualquiera Julia Aguiar LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016

36. El fantasma del populismo Jordi Romano y Cases 38. La psicología del hombre libre R.G. Celma 42. Leer para ser, más o menos una reseña de “Leer con niños” Enric Parellada Rius 44. España mira la paja en ojo ajeno Alejandro Cuarán 46. País de países: más allá de Catalunya y Euskadi Eduardo García 48. Dicen que lo es pero no lo es Frederic Sala Mauri 50. Modesta Génova Roc Solà González 52. Entrevista a Jorge Moruno Albert Portillo


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La Arcadia

Por Pau Baraldés

poesiacega.blogspot.com.es

Llegaba nuestra barca entre las mareas y las plácidas brisas del mar descendían, el mar infinito, el brillante sol bañaba la arena y las colinas lejanas con suspiros de cal y olor de roca. Nuestro barco zarpa hacia la ciudad luminosa con la incertidumbre de un océano vacío, de las noches sin estrellas. Las corrientes fuertes, las tormentas pueblan nuestro tortuoso camino, esperando a la silenciosa Arcadia que duerme inmóvil en sus archipiélagos y en las valles donde vive el sátiro y el pastor tranquilo. La Arcadia que permanece tan lejana y tan cercana para quien la busca.

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Nuestros pies llegaron en tierras extrañas, oímos lenguas ignotas, vimos lo que nuestros ojos nos dieron, hasta llegar al fin, a la Arcadia que los hombres esperan que por ella viven y mueren. Esto es todo lo que queda; mira, por aquí también pisaron este suelo otros que escribieron sobre el tiempo, el sol y la espuma y ahora el viento cruza las piedras vivas por donde la salvaje hierba cubre los olvidados nichos. ¿Dónde habrá ido tu voz sonora y fuerte? Cuando el olvido llegó y pobló tu soledad más humana y liviana,


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¿estos arcos caídos y nichos quedaron contigo, Arcadia? Allá donde canta en la rama el jilguero y en el eco de la cueva resuena, en las altas columnas que sostienen el cielo infinito y en ásperas montañas desiertas y nevadas, te vieron morir, Arcadia. En las playas donde las olas golpean las islas esmeraldas de blancos palacios, en las plazas sosegadas que esperan al árabe consternado, en las murallas que pelea el griego y el turco ensangrentado, te vieron morir Arcadia. Por qué camino andará tu cometido, en las peñas donde aquellos que ignoran esperando el gran sol resplandeciente ponerse en la frente la última hora acaecida. Y allí quedarás siempre inmóvil y perdida, la bella, la triste Arcadia. LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016


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La psicología del fascismo Por R.G.Celma

laplumadeprometeo.blogspot.com.es

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En este artículo hablaremos sobre las razones psicológicas que hicieron posible el fascismo y cualquier otro totalitarismo, comentando "El miedo a la libertad", de Erich Fromm, uno de los psicólogos más influyentes del siglo XX.

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a primera autoridad que conocemos en la vida es la de nuestra madre. Al cortar el cordón umbilical nos separamos físicamente de ella, pero seguimos atados por otros lazos más fuertes. Ella nos protege, nos alimenta, nos lleva siempre consigo; el hijo no se diferencia de ella misma. Poco a poco éste va fortaleciéndose y busca ganar independencia sobre la madre, pues el deseo de libertad es consecuencia y condición necesaria de todo crecimiento individual. El niño se vuelve más libre para expresar y desarrollar su propio ser, pero al mismo tiempo, también se libera de un mundo de controles que le otorgaban seguridad y confianza. Acaba separándose de los demás y del mundo en el que vive; alcanza a comprender que es un individuo separado del todo y que a su puerta llamarán tarde o temprano la muerte, la vejez y la enfermedad. Se siente algo débil e insignificante en relación al universo y su aislamiento le llena de angustia existencial.

Por eso mismo no sólo vivimos en sociedad para satisfacer nuestras necesidades materiales, sino que también necesitamos pertenecer a algo y encontrar un sentido en nuestra vida. Si no conectamos con símbolos, normas o valores sentimos una soledad moral insoportable para la mente. Buscamos el sentido de pertenencia a algo mayor en la religión, el nacionalismo, las ideologías, las costumbres o hasta en equipos de fútbol o géneros de música. La diferencia reside en si anulamos nuestra individualidad para sumergirnos completamente en ello o no. El proceso de separación del mundo o individuación ocurre automáticamente cuando crecemos, pero no así el de construcción de nuestra propia personalidad y fuerza interior, que se ve limitado hasta donde la sociedad y las circunstancias personales lo permitan. Cuando esta seguridad no se desarrolla lo suficiente en una persona, la libertad genera un sentimiento insoportable de aislamiento y debilidad; no sabe qué hacer con ella y


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tiene miedo, lo que explica su elección de huir de ella sumergiéndose de nuevo en el todo, eliminando su propia individualidad y sometiéndose a una autoridad exterior. Esto les permite superar el trauma y seguir viviendo, al menos durante un tiempo, porque de la misma forma que el niño no puede volver al vientre de la madre, la individualidad no puede ser revertida. La sumisión respecto a la madre es diferente de la aquella que existe entre individuos que se han separado realmente el uno del otro. A la larga, la autoridad entorpece su desarro-

llo, le genera una mayor dependencia, aumentando su sentimiento de impotencia e inferioridad y genera un sentimiento de rebeldía, pues inconscientemente sabe que el precio a pagar es el abandono de su propia individualidad. Fromm denomina el carácter de este tipo de personas como autoritario. En la base de todos sus comportamientos reside el fatalismo: la creencia en la impotencia del hombre para cambiar las cosas, fruto de su propia debilidad, y en el desengaño que sufrirán aquellos que

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se dejen engañar por utopías. Sufrir nuestro destino sin lamentaciones es la virtud más elevada para las personas autoritarias y no lo es, en cambio, el valor necesario para solucionar los males que nos afectan. La fatalidad recibe nombres como "ley de la naturaleza", "destino", "la voluntad de Dios" o "deber". En todos los casos, se trata de un poder superior, exterior al individuo y respecto al cual éste debe subordinarse. El carácter autoritario tiene dos grandes manifestaciones psicológicas, aparentemente contradictorias, pero que en el fondo son las dos caras de la misma moneda y se dan ambas a la vez. Entiéndanse estos conceptos como tendencias psíquicas que sólo en algunos casos se expresan a través del sexo. La primera de ellas es el sadismo, cuya plasmación más evidente es el deseo de poder. Busca someter a otros individuos a su propia voluntad, para sentirse más fuerte y reforzar la confianza en uno mismo. Como hemos visto al hablar del carácter autoritario, esta voluntad de poder no tiene su origen en la propia fortaleza, sino en la debilidad del yo, en su incapacidad de mantenerse solo e independiente. La segunda gran manifestación es el masoquismo, que busca entregar su libertad e individualidad uniéndose a un poder mayor, satisfaciendo así las necesidades psicológicas que le angustian. A menudo, esta relación se concibe como amor o lealtad. Tanto en el caso del masoquismo como del sadismo, la persona busca unirse a otro ser o poder exterior, del cual pasará a depender completamente, sea como dominante o como dominado.

El sistema capitalista es en sí mismo un gran generador de la angustia e impotencia que necesita el fascismo para crecer. Una vez finalizada su primera etapa, las grandes empresas se hicieron con el control de los mercados, reduciendo el papel de la iniciativa individual. Sus dueños no son elegidos ni rinden cuentas a nadie, pero tienen un poder inmenso sobre nuestras vidas. "Las leyes del mercado" se han convertido en el recurso fatalista de nuestra época para imponer cualquier sacrificio a individuos y Estados. La crisis parece caer del cielo, sin ninguna causa ni responsables; con ella llegan la pobreza y el paro. Les sigue la competitividad laboral, que obliga a elegir entre la explotación o el hambre. Vidas grises en ciudades enormes; apenas le importamos a alguien y menos cuando envejecemos. Los partidos políticos son organizaciones enormes y alejadas de nuestras vidas, leviatanes a las cuales les hemos cedido el derecho de hacer política por nosotros, exactamente lo mismo que los sindicatos. Observamos en los televisores guerras y masacres, el terrorismo mata en casa y tenemos miedo. Pero no podemos actuar ante problemas tan inmensos. No podemos hacer nada. Sólo soportarlo y continuar. ¿Cómo alguien puede pensar en cambiar el mundo? Lo único que se atreve la mayoría de la gente a pedirle a la vida es tener un trabajo. Es de esta impotencia de donde surge el carácter autoritario. En la Alemania de la postguerra se reunieron las condiciones necesarias para acentuar esta clase de sentimientos hasta extremos insoportables. La clase media


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“El sistema capitalista es en sí mismo un gran generador de la angustia e impotencia que necesita el fascismo para crecer. Una vez finalizada su primera etapa, las grandes empresas se hicieron con el control de los mercados, reduciendo el papel de la iniciativa individual. Sus dueños no son elegidos ni rinden cuentas a nadie, pero tienen un poder inmenso sobre nuestras vidas”

vio al todopoderoso Estado derrotado y humillado; cómo la inflación acababa con los ahorros de toda una vida de esfuerzos y los obreros, a quién tanto despreciaban, adquirían mayor fuerza y prestigio social. En vez de relacionar su situación con la de su clase social, lo hicieron con la de la nación y el Tratado de Versalles se convirtió en un símbolo de la gloria perdida. Justo en el momento adecuado apareció Hitler, apoyado por los grandes capitalistas, prometiendo a la clase media acabar con la dominación económica que estos mismos magnates ejercían sobre ella y devolver a Alemania la fortaleza perdida: en el fondo, no se trataba más que de una promesa de acabar con los sentimientos de impotencia e insignificancia que sufría la clase media, fundiéndose con un todo mayor y poderoso que le aportara seguridad, de ahí los símbolos, banderas y desfiles característicos. No importó romper todas las promesas una vez que los nazis llegaron al poder y podían mantenerse en él por la fuerza; ya eran libres de trabajar a favor de la clase alta en perjuicio de las demás. El carácter sádico de Hitler y sus secuaces, su anhelo de poder, resulta claro. Igualmente lo hace el instinto masoquista y de sumisión de las masas. Pero recordemos que son dos partes de un todo. Las masas también deseaban dominar, instinto que saciaron con las naciones conquistadas y con ciertos sectores de la propia nación. ¿Pero a quién se sometió Hitler? Como todo carácter autoritario, necesitaba rendirse ante alguna fuerza mayor que el mismo. Fue la ley de la naturaleza, según su propia interpretación del darwinismo; la lucha

del fuerte por sobrevivir. Por muy cruel que fueran sus actos, él solo estaba cumpliendo con el mandato de la naturaleza. El resto es historia. Pero por mucho que lo digan los libros, el fascismo no ha sido derrotado; para comprobarlo sólo hay que ver el panorama político europeo. Éste no morirá hasta que acabemos con aquellas causas que lo hicieron posible: un sistema económico y político que genera sentimientos de impotencia, inseguridad e insignificancia en los individuos. Y por supuesto, la división de la sociedad en clases sociales, que siempre hará que el fascismo permanezca como último medio de defensa de los intereses de los privilegiados. Mientras la bestia sigue dormida, la mayoría de individuos elimina su propia personalidad, limitándose a ser copias unos de otros y viviendo la misma vida. Millones de autómatas manipulados constantemente por los medios de comunicación, actuando como instrumentos de poderes ajenos, aunque siempre bajo la ilusión de ser libres. Una sociedad perfecta para el resurgir del fascismo por su disposición a aceptar cualquier cambio, siempre que prometa una excitación emocional y sea capaz de ofrecer símbolos de orden y significado para la vida de los individuos. En el próximo artículo, "La psicología del hombre libre" (pg. 38), veremos una posible alternativa al sistema actual, tanto en términos políticos como psicológicos. Espero encontrarte allí, junto a todos los soñadores que estén dispuestos a confiar en sí mismos y en la posibilidad de cambiar las injusticias de este mundo.

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Marx 133 años después de su muerte Por Iago Moreno “Los marxistas no enfrentamos al mundo en actitud doctrinaria con un nuevo principio: ¡Esta es la verdad, arrodíllense ante ella! Desarrollamos nuevos principios para el mundo sobre la base de los propios principios del mundo. No le decimos al mundo: «Termina con tus luchas, pues son estúpidas; te daremos la verdadera consigna de lucha". (Marx)

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33 años después de la muerte de Marx, el impulso de sus ideas parece haberse convertido en un peso muerto; excusa para la ortodoxia, obstáculo para el pensamiento. Como un catecismo ilustrado, su presencia imborrable ha sido robada por una teología acrítica y manipuladora, replegada sobre sí misma y obstinada en no mirar más allá de sus propias fronteras. Nos lo avisó él mismo en el Brumario de Luis Bonaparte: el peso de las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Por eso buscamos en Marx lo que no existe retorciendo sus palabras hasta hacerlas sangrar mentiras. La versión oficial de Karl Marx se ha convertido en un evangelio monolítico e indiscutible, irresponsable de sus contradicciones y sus lagunas pero orgulloso de vivir sacralizado en su propia caricatura. Un Marx que vive en la papelera de los textos que nunca quiso publicar y en el inasumible impasse de querer mostrarse puro, entero y verdadero sin cambiar ni contradecir lo que en otro tiempo dijo. Un Marx enemigo de sí mismo - ¿por qué no decirlo? - al que la insistencia impertinente de unos pocos no deja convertirse en la tierra fértil de un pensamiento renovado. El Marx de la filosofía de la historia que solo existe en la papiroflexia enrevesada de los lectores interesados. Que no entiendan los lectores que en mi crítica se encuentra de forma alguna una renuncia sepulturera, pues no pretendo con lo que digo desterrar sino desenterrar el valor de su trabajo. Marx se fue cuando se mentó en vano o de forma interesada, en las intenciones de quienes buscaron en el justificaciones y no respuestas. Su vuelta, gris en materia pero colorida y corrosiva en la crítica, es ahora más que nunca necesaria. No obstante, volviendo a parafrasear el Brumario hay algo que no podemos olvidar: la resurrección de los muertos ha de servir para glorificar las nuevas luchas y no para parodiar las antiguas; para exagerar en la fantasía la misión trazada y no para retroceder ante su cumplimiento en la realidad; para encontrar de nuevo el espíritu de la que anhelamos cambiar y no para hacer vagar otra vez a su espectro. En palabras del viejo Marx, todo aquello que tenemos por delante “no puede comenzar su propia tarea antes de despojarse de toda veneración supersticiosa por el pasado”. Entendámoslo, la vehemencia en construir desde esa fantasía enajenada de portar en sí una verdad escondida a la espera de su despliegue, desde la emergencia irrefrenable de un mundo nuevo abriéndose paso, jamás podrá vencer a la virtud de construir hundiendo las manos en la propia argamasa de la historia, construyendo con paso corto y la mirada larga. Resucitar a Marx en el pensamiento para batirse en duelo con sus ideas es una tarea difícil pero pendiente. Quizás a los viejos marxistas les conviene aprender del trap de Kinder Malo para entender que el pensamiento crítico ni aún siendo de oro quiere él cadenas (y si, he citado a Kinder Malo solo por provocar).


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Lo que la vergüenza y la desvergüenza nos ocultan Por Marta Montojo Torrente martamontojo.wordpress.com “Después del diluvio, las escenas en el campo son dantescas: los pies se hunden hasta los tobillos en el barro. Críos llorando por el frío”. No hace más de dos meses que, escandalizados, leíamos estos tweets enviados desde Idomeni por el periodista Alberto Sicilia. Gente pasando frío, violación de los derechos humanos, pensábamos: “¿Cómo puede estar pasando esto en la mismísima Unión Europea?”.

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n efecto, miles de personas refugiadas, que huían -y continúan huyendodel terror de sus países de origen, han sufrido las consecuencias de la más que demostrada hipocresía europea. Un claro ejemplo de cómo la Europa de los derechos humanos, de la libertad y de la democracia, ha vulnerado las leyes que nosotros mismos hemos creado, como quien redacta una lista de propósitos de año nuevo, consciente de que más de la mitad de estos quedarán sin tachar. ¿Y si les dijera que no miles, sino millones de personas, no necesariamente refugiados, están pasando frío incluso dentro de sus casas en esa misma Europa? ¿Y si les dijera que son familias españolas de clase media, personas que, aun con trabajo, no pueden permitirse pagar la factura de la luz? ¿Y si les dijera que las grandes compañías -las mismas que les cortan el suministro a estas familias- parecen volver a acogerse al clásico “las reglas están para romperse”, beneficiándose una vez más

en detrimento de los que luchan por sobrevivir? A simple vista, ninguna sorpresa. Hasta que vean los datos y se sorprendan. El último estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales sobre pobreza energética revela que más de 5 millones de ciudadanos españoles no pueden calentar sus hogares en invierno. Esto supone que un 11% de la población española sufre las condiciones de la pobreza energética, superando la media europea, que está en el 10%. ¿Y qué entendemos por pobreza energética? Según la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), la pobreza energética se da “cuando un hogar es incapaz de pagar una cantidad de servicios de la energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar

una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda” (más de un 10% de sus ingresos). Se trata de un problema oculto, una situación crítica pero de escasa visibilidad. Invisibilizada, por una parte, por su carácter esencialmente doméstico y por el pudor que supone a las propias familias el tener que afrontar esta situación y asumir que no pueden pagar la luz y el gas. Por otra, por las trabas que nos encontramos a la hora de perseguir la información, por el oscurantismo de la administración. Lo cierto es que existen pocos estudios sobre pobreza energética y todos quienes han investigado sobre el tema se encargan de recalcar esta cuestión. Los catedráticos Arturo Gutiérrez y Manuel José Terol agradecen a Francisco

“Un 11% de la población española sufre las condiciones de la pobreza energética, superando la media europea, que está en el 10%”


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"En España, con una tasa de pobreza energética por encima de la media europea, empresas como Endesa e Iberdrola son de las eléctricas que más ganan de toda Europa" Manuel Silva Ardanuy en el prólogo de su libro “Pobreza Energética en España, alcance y protección constitucional” (2014), “el esfuerzo mostrado en esta obra no ya solo por la materia que aborda, sino también por la difícil tarea de recopilación de datos que en ella se muestran”. El Instituto Nacional de Estadística no registra datos bajo el nombre de “pobreza energética”. Los estudios atienden al consumo energético de las familias pero no a la condición en la que se encuentran tantas otras que ni siquiera tienen acceso a ese consumo. Por su parte, las empresas y políticos responsables, en lugar de dar la cara y enfrentarse al problema, se encargan de ocultar los datos tratando de desestimarlo. Los esconden bajo esa alfombra mediática siempre a su merced, e incluyen el concepto de “pobreza energética”

en el de “pobreza a secas”, culpando al paro de una situación que, al margen de la tasa de desempleo del país, llevan generando durante años. Así lo hacían -aunque en diferentes ocasiones- el ex ministro de Industria, Jose Manuel Soria, y el presidente de UNESA (patronal de las eléctricas), Eduardo Montes, en el programa Salvados de LaSexta. Ante las preguntas de Évole sobre pobreza energética, ambos se escudaban tras el término general de la pobreza. Pero los datos muestran lo contrario. La pobreza energética no es algo que sufran exclusivamente personas sin ingresos en sus hogares. En muchos casos, son familias de clase media a las que cortan el suministro, porque las facturas de la luz se engrosan cada vez más, de forma que uno -y a veces dos- sueldos no son suficientes para pagarlas. LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016

Familias que tienen que elegir entre comer o calentar sus viviendas. Es lo que los ingleses conocen como “heat or eat”, que se traduciría a “o me caliento, o como”. Si bien es cierto que existen medidas de intervención frente a la pobreza energética, no parecen suficientes. Son políticas como el bono social, que consiste en un descuento del 25% del total de la factura a aquellas personas con dificultades económicas. Pero no son las empresas las que se hacen cargo de este bono, como se propuso en el momento en que se acordó, sino que somos los mismos ciudadanos los que lo financiamos en la parte de nuestra factura que se destina a costes regulados. Además, los criterios para acogerse al bono social son muy restrictivos, por lo que muchas familias que se encuentran en situación de pobreza energética no pueden disfrutar del descuento. Medidas como la denominada “tregua invernal”, un decreto aprobado por el Parlament de Catalunya que, lejos de perdonar dinero a nadie ni ser de gran ayuda, pretendía retrasar el pago (con intereses) de las facturas de familias con pobreza energética, para que no se les cortase el suministro eléctrico en los meses más fríos. Esta ley fue recurrida por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional. Uno de los factores que explican esta creciente tasa de pobreza energética es el aumento del precio de la energía. Según el estudio presentado por la ACA este mes de abril (ver gráfico), España es uno de los países europeos donde los consumidores han tenido que asumir un mayor incremento en el coste unitario de electricidad (79%) y de gas (72%), en los últimos años. Hecho que ha terminado por situar al país como el cuarto europeo con la electricidad más cara, según Eurostats.


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Y se preguntarán: ¿cómo es posible que el precio de la energía aumente si el precio del petróleo no hace más que bajar? Porque finalmente, de lo que pagamos en concepto de energía, del llamado “tarifazo eléctrico”, solo una pequeña parte costea la energía que consumimos. Nos hablan del déficit tarifario, debido al descenso de la tarifa eléctrica desde la década de los noventa hasta el año 2005. Descenso que, supuestamente, ha incentivado además cierto sobreconsumo energético en los hogares. Sin embargo, el estudio antes citado revela que el consumo energético de las familias con pobreza energética está más relacionado a la calidad de la vivienda (no adaptadas para la eficiencia energética) que a los hábitos de consumo, siendo las familias pudientes las que derrochan en la práctica. En la parte que el mismo estudio dedica a expli-

car la desigualdad energética, este concluye que “los hogares con rentas más bajas gastan menos por persona y unidad de superficie de la vivienda, pero realizan un sobreesfuerzo para asumir las facturas. Así, los hogares con rentas más bajas gastan 3 euros menos por metro cuadrado y persona, que los hogares con mayor renta, pero, a pesar de ello, dedican de media un 12% de su renta al pago de las facturas de energía doméstica (frente al 3% de los hogares con rentas superiores)”. Pero las empresas no hablan de esto, claro. Tampoco dicen nada de los “windfall benefits”, los beneficios espurios de tecnologías amortizadas

(como son el caso de la hidroeléctrica y de la nuclear), que están alimentando los bolsillos de las eléctricas. Y se excusan con los costes de transición, los denominados “peajes” (distribución, transporte, primas a las renovables, etc), los costes regulados que según ellos, explican el elevado precio de la energía en España. De la mano de la política (pues poca necesidad hay a estas alturas de comentar las tradicionales puertas giratorias que relacionan a los políticos españoles con las eléctricas) están comercializando un servicio básico, al que además se añade el 21% de IVA, como si de un coche se

“¿Cómo es posible que el precio de la energía aumente si el precio del petróleo no hace más que bajar?”


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tratase. Y no hablan de cómo están subastando un derecho, recogido como tal en el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Ni de cómo están rompiendo el Compromiso Europeo de Solidaridad y Seguridad Energética aprobado por el CESE (Comité Económico y Social Europeo) a finales de 2013. Este dictamen tenía por objetivos: proteger a los ciudadanos (europeos y no europeos) frente a la pobreza energética e impedir su exclusión social, tomar medidas para garantizar a cualquier persona en Eu­ropa un acceso fiable y uniforme a la energía a precios razonables y estables; y simultánea-

mente garantizar la transición hacia una sociedad hipocarbónica. Desde la firma de dicho acuerdo, España no ha cumplido ni el primer objetivo, ya que más de 5 millones de ciudadanos no pueden mantener sus viviendas a las temperaturas adecuadas (21ºC en la sala de estar y 18ºC en el resto de estancias según la OMS), ni el segundo, pues el precio de la energía solo va en aumento, ni tampoco el tercero, en tanto en cuanto las medidas del ex ministro de Industria, Energía y Turismo, al que muchos apodan “RepSoria”, no han hecho otra cosa que favorecer a las petroleras, impulsando las prospecciones incluso en su propia tierra

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(Canarias) y poniendo obstáculos a las renovables con, por ejemplo, el impuesto al sol (el cual ellos prefieren llamar “cargo transitorio”), dificultando así el autoconsumo. En paralelo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha estimado que la pobreza energética podría estar ocasionando el 30% de las muertes adicionales en invierno. En 2014, la mortalidad adicional de invierno promedio en España fue de 24.000 muertes, por lo que más de 7.000 fallecimientos prematuros estarían asociados a la pobreza energética. Los colectivos más afectados son los niños, los ancianos y las personas enfermas. Cabe decir que, siendo España uno de los países europeos con la electricidad más cara y con una tasa de pobreza energética por encima de la media europea, empresas españolas como Endesa e Iberdrola son de las eléctricas que más ganan de toda Europa, solo detrás de la francesa EDF. Así, mientras que los datos de pobreza energética en España (y en otros países europeos como Italia, Bulgaria o Grecia) son escalofriantes, las grandes eléctricas del oligopolio que controla el mercado de la energía, como Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.ON España, o Hidrocantábrico (EDP) -tomando como ejemplo las asociadas a UNESA- se embolsan tranquilamente y sin aparentar ningún tipo de remordimiento, miles de millones de euros anuales y las previsiones de beneficios son cada vez mejores. Por tanto, cuando hablamos de aquella Europa de los derechos humanos, de las libertades y las democracias, estamos aludiendo en realidad a la Europa del derecho tributario al servicio de las multinacionales, la Europa del neoliberalismo y, cada vez más, la Europa de la desigualdad, de la hipocresía, de la vergüenza -como venía reivindicando Twitter a lo largo del mes de marzo con el hashtag #vergUEnzao, atreviéndonos a corregir a la red social, a la Europa de la desvergüenza.


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Todo lo que siempre qui y nunca se atrev A la espera de un nuevo gobierno

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Por Enric Parellada Rius

nte la posibilidad de una segunda vuelta de las elecciones celebradas el pasado 20 de diciembre, una cuestión que requiere ser abordada se asoma a la vuelta de la esquina: qué hacer con Podemos e Izquierda Unida. Algunos creen que una coalición de izquierdas sería lo más sensato, pero la verdad es precisamente lo contrario. Es sabido que populismo y demagogia no son lo mismo; algo que ha ayudado a la comprensión de la diferencia entre ambos términos es la transversalidad. En donde, precisamente, hay el acento populista. La suma de siglas no es por lo que opta Podemos, mientras que dejar atrás ciertos símbolos del pasado no es la preferencia de IU. Entonces ¿cómo entender cuál de ambas situaciones es preferible para enfocar estas próximas elecciones? COALICIÓN POR EL CAMBIO A mi modo de ver, la izquierda no es algo a disputar ni a corto ni a largo plazo. En España se vive una situación en la que quienes deben pronunciarse son las mayorías sociales, no los representantes de cualquier dogma. Estas son las que han de participar en los procesos que

la política atañe, en tanto que lo esencial es el empoderamiento de las clases populares. Su emancipación, pues. La prioridad no es que la gente se sienta de izquierdas o no, sino que quieran defender las mismas cosas. Hay que abastecer, pues, de herramientas políticas a estas voces y presentarse al nuevo proceso electoral con la intención de ganar el poder a las élites. Una coalición que lo que pretenda sea hacer un poco más grande la izquierda es una mala interpretación del momento que se vive en España. Si es cierto que hay luchas comunes entre una multitud de singularidades, en donde cada cual puede sentirse como quiera, que uno se considere a sí mismo de izquierdas, que no lo haga o que no se lo haya planteado, no debería ser una traba para que se coopere en la causa común a defender. Una coalición entre Podemos e IU no debe tener por objetivo reconstruir la izquierda, sino reconstruir la sanidad y la educación pública, reconstruir la política salarial y las jornadas laborales, reconstruir el estado de derecho y el de ley. En suma, construir pueblo. Hay que fijarse primero en qué es lo que une y después, si eso, ya se decide de qué color será la camiseta con la que salir a jugar el partido. Lo contaba Rafa Mayoral en una entrevista para


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iso saber sobre Podemos vió a preguntar CTXT y es que en España muere más gente de pobreza energética que de accidentes de tráfico. Esto implica una cosa, algo debe cambiar. Algo debe cambiar si hay gente con un sueldo de mínimo 4.000€ al mes y la administración pública le paga las facturas del ADSL, mientras que otros malviven y mueren por falta de recursos básicos y esenciales como son la luz, la calefacción o el agua caliente. Mientras que haya gente dispuesta a hacer que esta clase de injusticias desaparezcan, que dejen de ser reales, esta debe ser su mayor ocupación, no reflexionar si uno es de izquierdas o no lo es. En suma, actuar en la lucha por los derechos comunes. No hay tiempo para gastar pensando en el sexo de los ángeles, porque a la espera de ello, hay gente que padece en la miseria. Si el campo de batalla es común, hay que cooperar. Y sí, por supuesto que hay que pensar y repensar la forma del grupo, pero sin duda esto no puede pasar primero que la acción común y colectiva. A mi entender, el problema surge cuando a algunos les resulta demasiado optimista pensar que se puede conseguir un cambio real. La respuesta a esto es bien sencilla: mientras que unos consideran optimista la posibilidad de cambio, lo que hacen en realidad es negarse a cambiar su anterior manera de comprender el entorno. Aquí su contradicción:

no vas a cambiar a nadie si no estás dispuesto a cambiar tú previamente. La inevitable desconfianza no es el camino. La cuestión es que existe gente que, aún estar en contra de dichas desigualdades sociales, no acaba de sentirse incorporada en las maneras de hacer de quienes pretenden impedirlas. Puede ser complicado confiar en un cambio real, cuando el cambio mismo es aquello por lo que demasiados luchan para que no ocurra. España vive el momento en que está más necesitada de esta fe, la de la gente que se siente optimista. No obstante, lo que uno tiene que hacer es resistirse a lo aparentemente inevitable o, si no, jamás llegará a conocer cuán inevitable era el no poder cambiar. EL SER CREATIVO España es un lugar en donde hay mucha riqueza, pero es inalcanzable para las mayorías. La cuestión principal es que el mundo nos proporciona lo suficiente para que todos vivamos bien. Lo inaceptable es que mientras una minoría vive con privilegios, otros viven en la miseria. Vivir en la sociedad del trabajo es algo que asumimos, pero no deberíamos olvidar que el objetivo principal de la lucha política es la de potenciar el indi-

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"Quien rodea la mujer embarazada, no piensa cada dos por tres que, a pesar de que salga niño o niña, seguro que sale mala persona" viduo creativo, esto es, alguien que hace las cosas por hacerlas, sin condiciones, por placer. Trabajar sin pedir nada a cambio, del mismo modo que cuando se cuida a un hijo; se le dedican muchas horas sin la necesidad de obtener ningún tipo de beneficio material aparente. Sin embargo se hace porque apetece, porque da placer. Lo necesario es estar constantemente a la búsqueda del ser creativo, esto es, hay que luchar por unas mejores condiciones de vida que permitan tener cierta libertad, para que así se tenga tiempo a destinar para el ocio, el término opuesto al trabajo. Si la lucha es clara, ¿por qué limitarse a ponerle a todo un nombre? De izquierdas o no, ¡qué más da!, lo importante es el bien común de la mano de un colectivo que coopera para conseguirlo. Más adelante habrá que mantenerlo, pero paso, a paso. A pesar de vivir en una sociedad en la que se ha de trabajar para cubrir las necesidades vitales, se puede tener tiempo libre para gastar como a uno le apetezca. En la improvisación del jazz el intérprete toca nueva melodía, se la inventa, la crea desde cero. Pero esta melodía siempre está basada o regida por un compás, unas pulsaciones o un ritmo dictado por la misma canción que se toca, porque si no desentonaría del acompañamiento. El equivalente a esta libertad melódica es el tiempo libre, se sabe que no se puede dejar de ir a trabajar para vivir, pero también que se puede hacer en unas condiciones más favorables, sin precariedad. Lo contrario, pues, de dicha precariedad es el ser libre y creativo, entendido como lo más importante en la lucha política. Hay que crear una fuerza popular dispuesta a combatir tanta austeridad y que, a su vez, proporcione a la gente cierta calidad de vida. Al mismo tiempo, hay que combatir contra el ataque constante de las élites, las cuales ven como alguien quiere disputarles el poder. Es muy buena la expresión que utiliza Íñigo Errejón para esto cuando afirma que Podemos corre y se ata los cordones de los zapatos al mismo tiempo, en tanto que como fuerza política se avanza, pero a su vez hay que seguir en la construcción de una identidad. La cuestión no está en pensar en un futuro ideal, sino en hacerlo en cómo resolver las contradicciones del presente que impiden que ese futuro pueda llegar a ser realidad. Si construir un futuro diferente es lo que se quiere, hay que entender que este será el futuro del presente en el que, en concreto, ahora se habita. Es evidente que la mayoría del actual presente está compuesto por lo sucedido en el pasado. Por tanto, las herramientas heredadas de la historia es con lo que se ha de construir el futuro. Pero ¿ser de izquierdas o derechas es el presente? ¿Verdaderamente es necesario apelar a una gran fuerza de izquierdas para diseñar ese nuevo futuro en el que se quiere vivir? La España del cambio se encuentra en la línea de salida de donde se empieza colectivamente a determinar el destino propio. Su propio destino en tanto que se debe ser creativo y, por eso, no es de extrañar que se defienda el referéndum en Cataluña del mismo modo que el sufra-

gio exterior o que no exista posibilidad legal de que un político acabe en un consejo de administración de una empresa del IBEX 35. La democracia entendida al pie de la letra, como algo que tomarse en serio. ¿Qué es lo que debería surgir de una posible coalición, pues? Sin duda un desborde de ilusión, pero no una gran coalición de izquierdas ni una sopa de siglas. Lo que hacemos es lo que subyace a nuestros juegos de lenguaje, decía Ludwig Wittgenstein. Es por eso que encasillar una posible alianza entre Podemos e IU como algo encabezado por el término izquierda es determinar el futuro y, determinar, significa fijar límites. Alguien que vivía en el siglo VII no podía aspirar a ser astronauta, puesto que no es posible anhelar algo de lo que no se conoce nada, de lo que no se tiene consciencia de su existencia, básicamente porque no existe. Por esto, actualmente, es tan difícil encontrar una categoría que encasille o delimite lo que significan estos aires de cambio en España. Dicha transformación se vive en presente y hay que entender que el nombre de lo que esto acabe significando en un futuro lo adjudicarán los vencedores de la actual batalla discursiva. No se le puede poner nombre a algo de lo que todavía no se tiene consciencia de lo que supondrá en el futuro. Cuando se apela a la transversalidad lo que en realidad se quiere es llegar a cuanta más gente mejor, dispuesta a defender una misma causa, unos mismos intereses. Cuando se apela a la transversalidad y se rechaza que el concepto “ser de izquierdas” encabece el mencionado colectivo, esto no quiere decir que se rechace a la gente de izquierdas. El acento está en la gente que no se siente identificado con todo lo que la izquierda ha representado a lo largo de su existencia y sin embargo, está dispuesta a cooperar en la defensa de unos derechos que gente que se siente de izquierdas también quiere defender. Apelar al sentido común, aunque sea el menos común de los sentidos, no es en realidad algo disparatado. A la gente le preocupa que haya políticos corruptos, que los servicios públicos estén en un deterioro constante y, para rematarlo, que las condiciones laborales cada vez sean más pésimas. Esto es el sentido común y no hay otro nombre que uno pueda ponerle a aquellos quienes quieren evitar que esto suceda. De lo común deriva la comunidad y no será otra quien consiga erradicar estas políticas injustas a favor de una minoría privilegiada. Llamar a mujeres y hombres simplemente trabajadorxs, o bien, capitalistas, quiere decir que se entierra su individualidad singular debajo de una categoría despersonalizada. Encasillar a Podemos a la derecha o a la izquierda es, pues, un error. Hacerlo, sería de nuevo despersonalizar esa suma de identidades singulares que colectivamente se han esforzado para que un grupo colectivo tome fuerza y se empodere a sí mismo. Podemos es difícil de definir en una categoría o parámetro porque no se puede encasillar una suma de identidades tan diversas. No obstante, sí que es verdad que dichos sujetos


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responden con simpatía a significados comunes. Alguien podría atreverse a profetizar que este camino llevará al surgimiento de un término o concepto que englobe a todos y a todas, pero otra vez se caería en la equivocación. Si uno hace el esfuerzo de entender el cambio social, moral pues, como si fuera un embrión en el vientre de su madre, diversas comparaciones surgen al respecto. En un tiempo no se sabe si el embrión será niño o niña y además, incluso no se sabe si este vivirá o no después de que nazca. Sin embargo, hay algo que está muy claro: quien rodea la mujer embarazada, no piensa cada dos por tres que, a pesar de que salga niño o niña, seguro que sale mala persona. Es decir, no considera inevitable el hecho de que el infante salga mala persona. Lo importante aquí es que de un sexo o del otro, sea como sea el infante, lo que tiene que hacer la gente que lo rodee una vez nacido es educarlo. Hace falta hacerlo de tal manera que cuando sea mayor no traicione los valores que se le enseñaron en casa. El 15M es el embrión y su madre la gente. Para que el cambio ocurra, con Podemos o sin Podemos, lo importante es que las clases populares se sientan con poder. Como ya he dicho, determinar una categoría es limitar. Limitar es lo único que no le debería interesar a la gente quien debe sentirse desbordada de ilusión y de atrevimiento, sin ningún miedo a que todo lo que la mayoría se proponga se puede alcanzar. No hay que caer en el error de que primero soy de izquierdas y luego de un partido político, porque con esta mentalidad no se llega a ninguna parte. Primero somos personas y, después, puedes querer el bien común, la justicia, la libertad y la democracia, o no la puedes querer.

CONCLUSIÓN La lucha común entre las gentes del pueblo llano es una vida digna para todxs. La cual cosa implica despedirse de la políticas de austeridad que afectan a los servicios públicos principales y elementales como son la educación y la sanidad, por ejemplo. Con esto, las condiciones laborales de lxs trabajadorxs deben alejarse de la precariedad y garantir más tiempo libre a las personas. El tiempo libre contribuye a favor del ser creativo, esto es, hay que entender este ser como aquel que gasta su tiempo en lo que le da la gana y como le da la gana. Hace falta remarcar, más o menos, cuáles son los motivos principales de la lucha por un motivo: estos son los que juntan a cooperar a distintas identidades singulares las cuales cristalizan en forma de colectivo. Si el campo de batalla es claro, no es necesario ponerle un nombre a todo esto. Querer el cambio implica dejar atrás lo actual. Se sabe que para construir el futuro que se quiere, hay que modificar el presente. Esto no se puede hacer de otra manera que con las herramientas heredadas del pasado. Por lo contrario, si se quiere que lo heredado forme en su totalidad el dogma presente, de cambio y emancipación esto tiene bien poco. Determinar es limitar, y esto no lo digo yo, lo decía Wittgenstein. La transversalidad consta del entendimiento que no se puede prescindir de ninguna identidad singular con voluntad de que las cosas vayan de manera distinta. En caso de coalición entre Podemos e IU, lo importante es el desborde de ilusión, sobrepasar los límites, dejar atrás el relato del pasado, el relato perdedor. El entusiasmo y la disposición son capaces de todo.

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Empleo Irregular en España:

Una historia de la Gran Depresión Por Rodney Lluglluna Guzmán

1.

Economía Sumergida y Empleo Irregular: Definición e Impacto

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Varias son las causas que explican nuestra elevada tasa de economía sumergida, por un lado el profundo impacto que la crisis financiera de 2008 ha tenido en nuestro mercado de trabajo, por otro lado el modelo productivo español desarrollado en las últimas décadas (la burbuja inmobiliario, y sectores estacionales como la hostelería y la agricultura), igualmente la actual normativa de contratación temporal (cuyos contratos temporales y de prácticas/formación frecuentemente son utilizadas como vías de fraude laboral), así como la notable tasa de inmigración registrada en las últimas décadas (si bien actualmente por las condiciones del mercado de trabajo dicha tasa se ha vista reducida ostensiblemente).

En primer lugar señalar que no existe una definición única de economía sumergida, no obstante la mayor parte de estudios e informes consultados en este trabajo utilizan la definición de ofrecida por la OCDE: la economía sumergida comprende aquellas actividades que son productivas en sentido económico, y relativamente legales (dependiendo de los estándares y regulaciones locales), pero que son ocultadas deliberadamente a las autoridades públicas. Es decir quedaría fuera de su cómputo aquellas actividades consideradas ilícitas por los ordenamientos jurídicos de cada Estado. Pero asimismo la economía sumergida no se consume en el denominado trabajo no declarado (o en negro) sino que incluye asimismo aquellos negocios económicos que no han sido comunicados a las autoridades tributarias. Siendo el objetivo principal de este trabajo el empleo


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Los estudios estadísticos más recientes calculan que la economía sumergida representa aproximadamente entre 18.6%-22% del PIB español. Se trata de un cifra idéntica en relación con la cifra media de los 31 Estados miembros de la UE, ligeramente más alta en relación con la media de los Estados miembros de la OCDE, pero muy alta respecto a las potencias europeas (Alemania 13,5 %, Francia 11% e Inglaterra 10,5%).

irregular es necesario como condición previa al análisis de su impacto en nuestro Sistema de Seguridad Social delimitar el propio concepto de empleo irregular. En primer lugar destacar el concepto de trabajo no declarado que la Unión Europea, ha venido utilizando: “aquella actividad no remunerada que es legal en cuanto a su naturaleza pero que no está declarada a las Autoridades públicas, teniendo en cuenta las diferencias en la regulación de los ordenamientos de los Estados miembros. Esta definición vincula el trabajo no declarado con el fraude fiscal y/o a la seguridad social y cubre diversas actividades que van desde los servicios domésticos informales hasta los trabajos clandestinos realizados por residentes ilegales, pero excluye las actividades criminales”. Por su parte la Organización Mundial del Trabajo utiliza el término más amplio de economía informal:

toda actividad económica realizada por el trabajador y unidad económica que -por ley o en la práctica- no está cubierto o no está suficientemente cubierto por un arreglo formal”. Finalmente llegando ya a nivel estatal, nuestro legislador ha recogido el concepto de trabajo no declarado en varias normas legales. El art. 1 del RDL 5/2011 de 29 de abril, de medidas para la regularización y control del empleo sumergido y fomento de la rehabilitación de viviendas, conecta el empleo irregular con la no afiliación del trabajador en la Seguridad Social. Por su parte el Preámbulo de la Ley 13/2012, de 26 de diciembre, de lucha contra el empleo irregular y el fraude a la Seguridad Social hace referencia a aquellas conductas que generan la reducción de los recursos del sistema de Seguridad Social, provocando deterioros en los derechos de los trabajadores y generando competencia desleal

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respecto a las empresas que cumplen con sus obligaciones legales. Finalmente la LISOS en su art. 22 configura como infracciones administrativas graves no solicitar la afiliación del trabajador por cuenta ajena a la Seguridad Social ajena por parte del empleador, así como no comprobar con carácter previo por parte de las empresas que los trabajadores empleados por las empresas contratistas o subcontratistas no están dados de alta en la Seguridad Social. Se deduce pues que el concepto de trabajo no declarado viene a englobar aquellas relaciones laborales que no han sido puestas en conocimiento a la Seguridad Social, bien porque el trabajador no haya sido dado de alta en la Seguridad Social, o haya sido dado de alta por un tiempo inferior a las horas de trabajo efectivamente realizadas, o bien porque mediante contratos de prácticas/becas se encubren auténticas relaciones laborales. Este tipo de prácticas laborales tienen como principal consecuencias el deterioro del mercado de trabajo, al alterar los costes de trabajo de las empresas y suponen un ataque a los recursos con los que cuenta la Seguridad Social para la satisfacción de sus fines. Una vez delimitado el concepto de empleo irregular, pasamos a analizar el impacto que esta tiene en nuestro sistema de Seguridad Social. Para ello partimos de los datos ofrecidos por Memoria de 2014 de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, elaborado por el Ministerio de Empleo, que nos ofrecen la siguiente panorámica: •De cada 100 inspecciones de trabajo llevadas a cabo en 2014, han sido detectados 15,80 empleos irregulares; entiendo por tal concepto tanto aquellos trabajadores nacionales que no han sido dados de alta a la Seguridad Social como también a los trabajadores extranjeros en

situación irregular. Tales cifras suponen un aumento del 8,59 % respecto a las cifras de 2013 y del 20,34% respecto a 2010. •En términos totales durante el 2014 se detectaron 82.393 trabajadores sin estar afiliados a la Seguridad Social, lo que supone un aumento del 3,66% respecto a las cifras de 2013 (79.483 trabajos no declarados) y un aumento del 15,23% respecto a las cifras de 2010 (72.793 trabajos no declarados). •Precisando un poco más los datos, vemos que de cada 100 inspecciones realizadas en 2014 se detectaron 15,24 trabajadores nacionales sin estar dados de alta en la Seguridad Social, lo que supone un incremento del 11,49 respecto a 2013 y del 26,37 % respecto a los datos de 2010. •En contrapartida vemos que de cada 100 inspecciones realizadas en 2014 se detectaron 0,56 trabajadores extranjeros sin permiso de trabajo, lo que supone un descenso del 36,33 respecto a las cifras de 2013 y del 47,66% respecto a 2010. •Finalmente, destacar que el 76% del trabajo no declarado se concentra en cuatro sectores o ramas de actividad: hostelería (32,92 %), servicios profesionales y de educación, culturales y de ocio (22,39 %), comercio (13,33%) y construcción (7,81 %). Diversas conclusiones se extraen de los datos expuestos con anterioridad. En primer lugar destaca el fuerte aumento de los casos de trabajos no declarados descubiertos por las inspecciones de trabajo durante el último lustro. Varios son los motivos que explican tal fenómeno, siendo el principal la crisis económica que ha padecido España desde 2008 y el consiguiente aumento de la tasa de desempleo. Dicha situación tuvo como efec-


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"No solo la crisis económica explica nuestro elevado nivel de empleo irregular, también el peso que en nuestro PIB tienen sectores económicos estacionales, como son el turismo, la hostelería, el comercio y en menor medida la agricultura, que son propensos por su naturaleza" to que los trabajadores desempleados vieran como única alternativa económica el desarrollo de su trabajo en una situación irregular, lejos del marco legal que protegía sus derechos e intereses. En contrapartida las medianas y pequeñas empresas que no tuvieran capacidad para hacer frente a los costes derivados de la contratación legal, optaron por esta modalidad de contratación irregular. Pero no solo la crisis económica explica nuestro elevado nivel de empleo irregular, también el peso que en nuestro PIB tienen sectores económicos estacionales, como son el turismo, la hostelería, el comercio (campañas de navidad o vacaciones) y en menor medida la agricultura, que son propensos por su naturaleza (la corta duración de los contratos o el difícil control por parte de la Administración). No obstante subrayar que el desplome del sector de la construcción, ocasionado por la crisis de 2008, significaba la caída del pilar fundamental sobre el que se asentaba el empleo irregular en España, especialmente en su vertiente de contratación de extranjeros en situación irregular, lo cual en principio debería haber significado que el nivel de empleo irregular debería haber disminuido, bien porque los trabajadores nacionales se habrían visto en una situación real de desempleo o bien porque los trabajadores extranjeros en situación irregular, como ha ocurrido, han regresado a sus países de origen. Sin embargo los datos ofrecidos por los recientes estudios sobre economía sumergida (el que mantiene la tasa de economía sumergida en los niveles de la última década), así como al aumento del número de empleos irregulares florecidos por la actividad inspectora nos invitan a pensar que el nivel de empleo irregular se ha mantenido estable o ha aumentado ligeramente, a pesar y gracias a la crisis, ya que esta última ha actuado como una fuerza correctora de los efectos que sobre el nivel de empleo sumergido implicaban el hundimiento del sector de la construcción. Porque la crisis económica al empujar a muchos trabajadores, tanto del sector de la construcción o conectados, como de sectores diferentes, a una situación de desempleo. Impulsó asimismo la aparición de nuevas bolsas de economía sumergida y las consiguientes de empleos irregulares, debido a que las empresas no podían mantener los costes laborales legales (cotización e indemnización en caso de despido) y optaron por el coste cero de los contratos irregulares. Otro argumento a favor de esta tesis es el cruce de los datos de ocupación ofrecidos por la EPA de noviembre de 2015 (18.048,7 Miles Personas) con las cifras de cotizantes de la Seguridad de Noviembre de 2015 (17.069.245) nos arrojan un diferencia de cerca de un millón de personas. Esta diferencia entre cifra de ocupados y cotizantes de la Seguridad Social es una constante histórica en la comparación entre ambas estadísticas, hecho que ha llevado a algunos autores a sostener que esta diferencia equivale al volumen de empleo irregular en España. No obstante debemos rechazar tal hipótesis, debido principalmente a la metodología utilizada para

la elaboración de la EPA, que es la encuesta personal. Dicha encuesta debido a su estructura de preguntas y respuestas (que permite que el encuestado no responda a las cuestiones relativas al contrato de trabajo) provoca que los trabajadores irregulares puedan declararse como parados, así como que trabajadores irregulares se contabilicen como trabajadores ocupados, lo que distorsiona el cómputo exacto de empleo irregular a través de estas cifras. Pero aun así es un indicador más que refuerza la tesis de que nuestro nivel de empleo irregular ha variado poco en este último lustro. En segundo lugar, los efectos adversos sobre la Tesorería de la Seguridad Social que tales prácticas irregulares provocan. Como hemos señalado no existen lógicamente cifras exactas respecto al nivel de trabajo no declarado en España, pero a partir de los estimaciones realizadas por diversas instituciones, los datos ofrecidos por la EPA, las cifras de afiliación a la Seguridad Social y finalmente los datos sobre las inspecciones realizadas, podemos aproximarnos a la magnitud del problema que el empleo irregular supone para la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social. Como hemos dicho anteriormente los diversos estudios realizados sobre la economía sumergida en España señalan que la economía sumergida representa entre 18,6% - 22% del PIB español. Respecto que parte de tal cifra corresponde el trabajo no declarado no existe cifras exactas, por un lado un estudio de la Fundación Funcas de 2011 señalaba que en 2008 existían en España 4 millones de trabajadores no declarados, mientras que por otro lado un informe de Getsha cuantificaba 2011 el impacto del el fraude laboral en cerca de 82.500 millones de euros, cifra equivalente al 8% del PIB y que la regularización de los mismos aportaría ingresos por cotización adicional 13.000 millones. A razón de lo expuesto en los párrafos anteriores, podemos aventurar que el nivel de empleo irregular se ha mantenido relativamente estable la cuantía del fraude laboral para la Tesorería de la Seguridad Social debe ser similar al fijado por el informe de Getsha. Y que por tanto el impacto económico del fraude laboral debe ser equivalente. Por ello en virtud de los ingresos por cotizaciones presupuestados para el año 2015 (109.833.300,69 millones), esos 13.000 millones de cotización extra representarían un 11,9% de los mismos. De ello se deduce que el fraude laboral supone un coste enorme a la Tesorería de la Seguridad Social, ya que el ingreso derivado del empleo irregular supondría un aumento en la recaudación de la Tesorería de la Seguridad Social muy significativo. 2. Medidas contra el Empleo Irregular adoptadas durante el Periodo 2011-2015 He decidido centrar el análisis de las respuestas gubernamentales al problema del empleo irregular al del periodo 2011-2015 por un doble motivo: por ser los años más duros de la crisis económica y por contener tanto los meses finales de la segunda legislatura del Gobierno

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“El denominado Plan de Lucha contra el Empleo Irregular y el Fraude a la Seguridad Social 2012-2013, pilar fundamental sobre el que se desarrollarían las posteriores iniciativas del Gobierno del Partido Popular para resolver las causas y consecuencias del trabajo no declarado” de Rodríguez Zapatero como la totalidad de la legislatura del Gobierno de Mariano Rajoy. Por orden cronológico de medidas de lucha contra el empleo irregular adoptadas por el Gobierno central, en primer lugar aparece el RD Ley 5/2011 de medidas para la regularización y control del empleo sumergido y fomento de rehabilitación de viviendas. Dicho Decreto-Ley pretendía combatir el aumento del trabajo no declarado consecuencia de la crisis económica por una doble vía: •Amnistía para aflorar el empleo irregular: desde la entrada en vigor del citado Decreto-Ley, 7 de mayo de 2011, hasta el 31 de julio del mismo año, aquellos empresarios que hubieran contratado trabajadores sin darles de alta en la Seguridad Social podrían regular su situación con la misma, sin poder ser objeto por ello de las correspondientes sanciones del orden social. •Actualización de los tipos de sanciones y aumento de la cuantía de las infracciones relativas al empleo irregular. Sin embargo se trataba de un parche ante el grave problema que suponía el aumento del empleo irregular, ya que no buscaba atajar las causas del empleo irregular sino únicamente rebajar la altísima tasa de paro que atenazaba al Gobierno socialista. Tras la victoria electoral del 20 de noviembre de 2011, el Gobierno del Partido Popular era consciente de que debía adoptar un plan de choque ante un problema que crecía cada día. Por ello el 27 de abril de 2012 el Consejo de Ministros aprobó el denominado Plan de Lucha contra el Empleo Irregular y el Fraude a la Seguridad Social 2012-2013, pilar fundamental sobre el que se desarrollarían las posteriores iniciativas del Gobierno del Partido Popular para resolver las causas y consecuencias del trabajo no declarado. Los objetivos perseguidos por el Plan eran: •Aumentar el descubrimiento del empleo irregular, con la finalidad de regularizar las relaciones laborales fraudulentas y obtener recursos adicionales para la Tesorería de la Seguridad Social. •Combatir la obtención fraudulenta de prestaciones por desempleo de la Seguridad Social, especialmente el supuesto de creación de empresas ficticias o cuando se compatibilicen irregularmente con el trabajo por cuenta propia o ajena. •Identificar las situaciones fraudulentas en el acceso y percepción de otras prestaciones del sistema de Seguridad Social. •Luchar contra los supuestos de aplicación incorrecta de reducciones o bonificaciones en las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. Dicho Plan obtuvo su desarrollo legislativo con la promulgación de la Ley de 13/2012 de lucha contra el empleo irregular y el fraude a la Seguridad Social, y de la Ley Orgánica 7/2012 de Reforma del Código Penal, para lucha contra el fraude fiscal y la Seguridad Social. Pero el Plan también buscaba articular un frente único institucional para optimizar la lucha contra el em-

pleo irregular, mediante la suscripción de convenios con varios organismos públicos. Centrándonos en el desarrollo normativo del Plan, la Ley 13/2012, se encarga de reformar varios artículos del Estatuto de los Trabajadores, de la Ley 42/1997, de 14 de noviembre Ordenadora de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, del Texto Refundido de las Sanciones e Infracciones en el Orden Social y de la Ley General de Seguridad Social. Respecto a las reformas y medidas que buscan atajar el empleo irregular destacan: •Que en los supuestos de subcontratación se extiende el plazo de responsabilidad solidaria del empresario principal por las obligaciones de la Seguridad Social de uno a tres años. •Que se limita la reducción automática del 50% de la sanción por infracción del orden social, solo cuando la cuantía del acta de liquidación sea superior a la del acta de infracción. •El Aumento de los plazos de duración de las actuaciones inspectoras (de nueve a dieciocho meses en supuestos especialmente complejos) y de sus periodos de interrupción (de tres a cinco meses). •Por último, reformas menores en los tipos de sanciones relacionadas con el empleo irregular. Complementariamente a estas reformas normativas la Ley 13/2012 incorpora la creación, en el seno de la Dirección General de la Inspección del Trabajo y la Seguridad Social de una Unidad Especial de Colaboración y Apoyo a los Juzgados y Tribunales y la Fiscalía General del Estado; asimismo se faculta al Ministerio de Empleo a dictar las disipaciones que sean necesarias para cumplimentar y desarrollar el contenido de la Ley. Finalmente con el fin de seguir la evolución de las nuevas medidas de lucha contra el empleo irregular, el Gobierno debía someter a evaluar la eficacia y eficiencia de las medidas adoptadas, debiendo presentar sus conclusiones previa consulta de los agentes sociales, al Congreso de los Diputados en el plazo de seis meses desde el 31 de diciembre de 2013. En cuanto al balance de la aplicación del Plan de lucha contra el empleo irregular y el fraude a la Seguridad Social, según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Empleo, ha sido positivo, pues ha permitido aflorar 274.089 empleos irregulares entre enero de 2012 y mayo de 2014 y asimismo ha tenido un impacto económico de 12.222,56 millones de euros (muy cerca de los 13.000 millones calculados por Getsha). Se puede afirmar que el objetivo central del Plan, que era el aumento de los recursos para el sostenimiento del sistema de Seguridad Social, se ha visto cumplido. Aun tratándose de un proyecto mucho más ambicioso que las reformas parciales aprobadas por el anterior Gobierno Socialista, se centra exclusivamente en las consecuencias del empleo irregular y no en sus causas estructurales: la dependencia de nuestra economía de sectores estacionales, esto es, hostelería, comercio o agricultura y una elevada tasa de paro (21,18%).


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Apología de Sócrates Por Alejandro Fernández Monasor ¿Cómo pueden cambiar tan poco las cosas en tanto tiempo? ¿Cómo puedo estar de acuerdo, en algunos aspectos fundamentales, con un griego que vivió hace casi 2.500 años? Estas son las preguntas que me hice la primera vez que leí “Apología de Sócrates”, la pretendida naturaleza humana podría tener una parte inmutable, recreando continuamente situaciones o sociedades parecidas.

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n estos tiempos que pretende erradicarse la Filosofía de los programas educativos y que el estado derecho, nacido de la Ilustración, está totalmente desvirtuado, permítanme compartir con ustedes toda la emoción que me aportó esta obra y aunque no coincidan conmigo o con Sócrates, seguro que encuentran un ejemplo de coherencia y de defensa de la verdad y la justicia nada habitual. Apología de Sócrates, contada por su discípulo Platón, recoge la defensa realizada por Sócrates en su propio juicio, ante las acusaciones, por las que finalmente sería condenado a muerte, de aquellos a los que ridiculizó, al demostrar que carecían de la sabiduría que aparentaban. Los ciudadanos atenienses podían defenderse en los juicios ellos mismos, sin abogados y Sócrates no solo se defendió sino que hizo una valiente reivindicación de toda su vida, poniendo de manifiesto que, equivocada o no, ésta siempre estuvo en concordancia con su pensamiento. Todo empieza con la consulta que su amigo Querofonte hace al Oráculo de Delfos y de la que obtiene como respuesta que Sócrates es el hombre más sabio. No creyéndose Sócrates sabio, pretende investigar el porqué de esta respuesta, interrogando para ello a políticos, poetas

y artesanos. Todos los interrogados eran personas consideradas muy sabias, resultando que en realidad no lo eran, era mera apariencia. Tras estas averiguaciones, Sócrates concluyó que a eso se refería el oráculo, él era más sabio, simplemente, porque no presumía de saber lo que ignoraba, era consciente de lo que no sabía. Pero estos encuentros le granjearon muchos enemigos, pues los había realizado en público y algunos de sus discípulos habrían repetido esta misma práctica, poniendo en evidencia a personas influyentes, que acaban denunciándolo por corromper a la juventud y no creer en los dioses. Sócrates, en el juicio, defiende su conducta y su forma de actuar, piensa que es un dictado divino vivir buscando la sabiduría, examinándose a sí mismo y a los demás, como un tábano que molesta ante la tentación de abandonar el camino de la virtud. El temor a la muerte nunca guió sus acciones, no le interesaron riquezas, ni fama, ni honores, solo conseguir que su espíritu y el de aquellos que le rodean sea lo mejor posible, eso es lo que él enseña. Nunca pidió nada a cambio y se abstuvo de intervenir en política, piensa que si hubiera intervenido en política estaría muerto, alguien que dice la verdad no puede estar en política.


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De las acusaciones vertidas sobre Sócrates a lo largo de su vida, la que resulta más sorprendente es la que lo relaciona con las prácticas sofistas. Aunque Sócrates compartió con los sofistas su interés por el hombre y las cuestiones políticas y morales, eran más importantes sus diferencias, y a lo largo de su proceso se van poniendo de manifiesto. Ya en el principio del juicio advierte sobre la diferencia entre el lenguaje utilizado por sus acusadores y el suyo propio. Los sofistas enseñaban a sus discípulos el arte de la retórica, el dominio de las palabras les permitía hacer fuerte cualquier argumento, les parecía lícito el uso del lenguaje en interés del que habla, aunque no sirviera para defender o llegar a la verdad. Enseñaban la “areté”, es decir, todo lo que se necesitaba para obtener el éxito, enseñaban el arte de vivir y gobernar. Sócrates nos avisa sobre el lenguaje sencillo que va a utilizar en su defensa, lo importante no son las palabras que se digan sino la verdad y la justicia de lo que se dice, pretende que todo el mundo lo entienda, no utiliza el discurso que destruye y manipula sino su método, basado en la pregunta, en el diálogo que todo el mundo puede entender. Intentó desenmascarar a los que se creían o querían pasar por sabios sin serlo y utilizaban esa apariencia de saber para gobernar y obtener riquezas o una autoridad no merecida; Sócrates pretendía convencer de que lo más importante es la virtud, la sabiduría que nos conduce a la verdad y la justicia. En nuestros días podemos encontrar un uso del leguaje con el mismo fin. Con él se manipula, no se habla de crisis sino de desaceleración; a la emigración por falta de trabajo se le dice movilidad exterior; y a los recortes se les llama reformas. Los partidos solo utilizan palabras vacías de contenido, como “cambio” o “regeneración”. Pero, es todavía peor, también las imágenes se manipulan, los medios de comunicación, como

establecen los autores de la Escuela de Frankfurt, imponen la ideología dominante; la verdad no importa, no es que no exista, es que en algunas ocasiones es imposible de conocer, inaccesible a la mayoría, otras verdades son fabricadas, el ser humano se ha convertido en un esclavo que ha dejado de usar la razón. Puede que en algunos casos no podamos establecer verdades absolutas, pero sí existen verdades que necesariamente se han de defender y aprender a distinguir, para no caer en manos de la manipulación y la alienación. Un individuo alienado deja de pensar por sí mismo, en sus propios intereses, no actúa con juicio racional, es decir pierde la conciencia, lo que Marcuse llamó el hombre unidimensional. Sócrates en su momento pretendía ser ese tábano que incordia para que no se abandone el camino de la sabiduría, para remover las conciencias. Las preguntas de Sócrates quieren hacer que la gente desconfíe de lo que se le muestra como auténtico y analicen si realmente lo es, pretende que no se dejen llevar por las apariencias. Nietzsche es uno de los filósofos que más criticó la vida de Sócrates y sobre todo de su pensamiento, al que se refería como “racionalismo ingenuo”. Nietzsche reconoce la importancia de Sócrates en la Civilización Occidental y lo culpa de su decadencia. Critica la importancia que el filósofo griego da a la razón, despreciando por completo los instintos. Utiliza la frase con la que Sócrates se refería a los ciudadanos influyentes que interrogaba, de los que decía que realizaban las funciones de sus cargos “únicamente por instinto” sin plantearse nada más. Sócrates llegó a decir que la obra de los poetas no es fruto de la sabiduría, que escriben bajo la inspiración,

como profetas o adivinos, y que pronuncian frases bellas, pero que no son fruto de la inteligencia. Es evidente que el desprecio de Sócrates hacia los instintos es exagerado y llevaría incluso al fin del arte y la cultura. En el ser humano razón e instinto han de estar equilibrados, pero, en mi opinión, si alguno ha de resaltar, que no dominar, es la razón. Una razón conocedora de la importancia de los instintos en la persona y que sepa cuando unos o la otra debe prevalecer. Sin razón ni conciencia, podemos acabar manipulados, el ser humano debe aprender a criticar y cuestio-

“Lo importante no son las palabras que se digan sino la verdad y la justicia de lo que se dice”


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“Prefirió morir antes que entrar en contradicción con lo que antes había defendido” narlo todo. En nuestra sociedad, tal manipulación se ha conseguido haciendo que el hombre deje de pensar, se le mantiene continuamente ocupado, se le hace víctima de un continuo afán consumista, centrado en lo material, y en su tiempo de ocio se le dice que tiene que desconectar, se relaciona el ocio con no pensar. Sócrates hubiera tenido, en el siglo XXI, los mismos problemas para dedicarse a la política que en su época; las personas o grupos que se oponen al pensamiento único, al llamado sentido común, definido por el aparato ideológico dominante son,

anacronizados y mostrados como locos o bufones. El carácter discursivo de los partidos no tiene ninguna esencia, la política se ha convertido en algo sin contenido, que se mueve bajo los dictados del marketing. No importa la verdad, no importa la justicia, todo se desenvuelve sin disimulo alguno, los políticos ya ni siquiera aparentan saber, no dan discursos, solo leen los que otros les han escrito y no solo mienten sino que se dejan comprar. Para Sócrates no existe separación entre ética, legalidad y política. Aceptó su muerte porque para él no hacerlo suponía desafiar la ley y LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016

cuando sus compañeros quisieron ayudarlo para huir de la cárcel se negó, siempre había defendido el cumplimiento de la ley, lo que no significaba que no se cuestionara determinados aspectos de la democracia ateniense. Pensaba que la mayoría no siempre tiene razón y que la verdad es más importante que la opinión popular, de hecho siempre cuestionó que los cargos de la asamblea o los tribunales se hicieran por sorteo, sin tener en cuenta su cualificación. La coherencia de Sócrates se mantuvo hasta el final, se negó a suplicar por su vida o a que lo hicieran sus familiares o amigos. Piensa que los jueces deben aplicar las leyes y no dejarse llevar por la compasión. Él no se siente culpable y se niega a reconocer culpa alguna aunque eso le salve la vida, prefiere morir a utilizar medios indignos en su defensa, pero, un medio indigno o incluso violento, puede adquirir dignidad, si se utiliza para conseguir el bien, que no podía lograrse de otra manera, pero Sócrates no admite el relativismo moral, otra demostración de fidelidad a su pensamiento. Hay quien opina que, con su muerte, Sócrates consiguió trascender, se convirtió en el primer condenado por sus ideas, prefirió morir antes que entrar en contradicción con lo que antes había defendido. La historia de Sócrates, compartas o no sus ideas, causa impresión, pero ¿a quién? A las personas justas, influyó notablemente en Platón, que abandonó la política tras la muerte de su maestro. El abandono de la política por las personas justas, puede llevar a su control por las que no lo son. Para mí la muerte de Sócrates no fue positiva, la ley injusta no debe acatarse, debía haber huido cuando se lo ofrecieron sus amigos, el hecho de que una persona justa muera no puede ser positivo para la posteridad, a no ser que queramos reconocer cierta importancia al victimismo y la resignación.


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El poder de un nombre cualquiera Por Julia Aguiar mundosobreunaviondepapel.wordpress.com

No hay duda de que un mundo globalizado permite una reflexión propia de una mayor cantidad de temas. Gracias a la información, la cual llega ahora a nosotros de una manera más cercana, rápida y con diferentes enfoques, podemos dedicar más horas a nuestros intereses, a conocer, a reflexionar más acerca de política, economía, o el show de moda en televisión. LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016


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especto a este último, supongo que no tendrá gran relevancia en nuestra vida a largo plazo, pero no hay duda de que las preocupaciones tanto políticas como económicas van en aumento alrededor del globo. Se habla de corrupción, crisis, pactos de gobierno, elecciones. Acuerdos para un conflicto migratorio que parece no tener fin, enfrentamientos que mientras lees estas líneas no encuentran un punto final para su texto. Injusticias donde en países la mano de obra no vale nada. Una maraña que, sin duda, podría estar definida por grandes disputas que pese a haber sido iniciadas por unos pocos, o estar siendo mediadas por otros cuantos, su punto más importante es cómo revierte socialmente. Porque sí, podría hablar de Papeles de Panamá y una lista de nombres, de acuerdos europeos con Turquía o hacer un análisis de la situación política española y sus posibles diferentes salidas. Podría también explicar cómo alguien con dinero puede llegar a convencer con ideas extremistas y cierta pragmática social a cientos de personas para convertirse en presidente de Estados Unidos, relatar cómo España se ha convertido en uno de los países europeos con una mayor tasa universitaria o comentar cómo afectará el TTIP a nuestros derechos laborales si finalmente logra salir adelante. Pero donde al final son reflejados todos estos hechos directamente, además de con un mayor perjuicio, es en la sociedad. En esos problemas de los que se conoce la causa, pero no todas las consecuencias que suponen para una gran cantidad de población anónima que no tuvo ni voz, ni voto, ni culpa de que dichas situaciones tuvieran lugar. Personas sin nombre que de verdad viven la realidad del día a día, familias que cada mañana se levantan para buscar un trabajo, pensiones compartidas sin las que muchos jóvenes se habrían visto en la calle, o estudiantes con voluntad de formarse, pero que no pueden. El niño que sufre “bullying” en la escuela por no llevar ropa nueva o aquella persona que huyó dejando atrás todo porque si no, literalmente, moría. Y ante esto, lo obvio es preguntarse si algo va mal. ¿Economías que dejan a gente

sin casa mientras otros poseen millones? ¿Educación a la cual personas no tiene acceso por algo tan banal como el dinero? ¿Mayores compartiendo una pensión? ¿Refugiados que por cuestiones que ellos no deciden se ven obligados a emigrar sin ningún tipo de seguridad? Como se observa hay dos extremos. El que tiene y el que se conforma como puede con lo que hay, pese a que en la relación entre ambos, el bloque en el poder no ejerce completamente la dirección ético-política de la población, pero ésta no cuestiona la legitimidad de su dominio y se adapta día a día en toda una serie de compromisos pragmáticos. Con esto pretendo explicar que sí, no cabe duda de que hay algo que no va bien si poco a poco nos dirigimos hacia una mayor cantidad de enfrentamientos, abusos económicos o falta de ayuda, aunque quizá es que no hay otra manera, y, como se ha visto reflejado a lo largo de la historia, siempre habrá alguien arriba y otros más abajo. Pero si nos situamos en el primero de los casos y damos por hecho que el problema reside en esa falta de “no adaptación” a los hechos o decisiones padres de las injusticias que finalmente tienen mayores consecuencias sociales, el siguiente punto sería preguntarnos el por qué esta adaptación pragmática no encuentra ningún impedimento para seguir conviviendo entre nosotros. Esto tiene fácil respuesta, pues básicamente para el bien de unos y el mal de otros, el sistema en el que vivimos es así. O quizá no sea así, pero invita a moldearse según su parecer con el bombardeo a través de todos los medios de un tipo de felicidad en la que la imagen, la posesión material y el hedonismo son los protagonistas. Sí, algo va mal, pero si no se deja de lado no podemos avanzar individualmente en este sistema donde ser conocido, la fama fácil, muchos “likes” y ser alguien por encima del resto son las claves del éxito. Y es así, continuamente. Todos lo aceptamos y una mayoría pretende acercarse a este ideal sin importar los medios, situándose a ellos mismos los primeros en una lista de falsa felicidad que muchas veces parte de la falta de individualismo o de la falta de empatía hacia el mundo que nos rodea. Este hecho a la vez auto alimenta


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esta “adaptación a la injusticia” nombrada antes, por lo que al final la sociedad puede acabar moldeándose de la manera en la que se busque. Y como un ejemplo de todo lo planteado, me sitúo en la crisis de refugiados bien conocida por todos. Desde el punto de vista nombrado antes, habría una serie de personas que ni pertenecen ni viven en el territorio en cuestión, pero que tienen el poder de decidir sobre el futuro de miles de personas. Ante esta situación, existen dos caminos: no ayudar y ayudar. Debido al miedo, creado en parte por los medios y en parte por hechos aislados que erróneamente nos han hecho tomar el todo por la parte, junto con unos prejuicios que sólo se argumentan debido a la diferencia entre las culturas, se ha decidido tomar un camino más precavido que, por desgracia, implica también menos ayuda y más escenas, fotografías y hechos que estoy segura nadie querría para una misma. Y todo simplemente por ser de allí y no de aquí, pues apuesto que ante la llegada de personas estadounidenses o de de una cultura parecida a la nuestra no pondríamos impedimento. Ahora bien, tomando el segundo camino, partiendo de la ayuda y la empatía, ¿qué pasaría si fuéramos nosotros los que nos vemos en un conflicto de tales dimensiones? ¿Qué ocurriría si ahora te dicen que has perdido todo, absolutamente todo y tu única salida es arriesgar tu vida? ¿No irías al lugar más seguro conocido? ¿Te gustaría que te juzgasen como terrorista cuando durante toda tu vida te has limitado a trabajar honradamente? No son tan diferentes como te piensas. Ellas y ellos también tenían sus estudios, su tiempo de ocio, sus sonrisas, sus lágrimas. Sí, son también personas. Y si siguen pensando que la mayoría son terroristas, que vigilen sus acciones con el mismo esfuerzo que vigilan cada una de sus historias para obtener el asilo legal, que en Alemania, donde resido, implica un mínimo de dos años de acá para allá relatando cómo y por qué estás allí sin posibilidad de trabajo debido a esa falta de papeles, que obviamente implica la necesidad de una subvención. O si el argumento es que no habrá oportunidades laborales para otros, decidme, ¿creéis que alguien que debe

aprender un idioma, conseguir papeles legales y rehacer su vida tendrá opción a las mismas oportunidades laborales? No y aunque sea duro, ese rechazo creado simplemente por falta de relativismo cultural y el bombardeo mediático que moldea a la sociedad sin que ésta acabe conociendo la realidad de las situaciones, les perseguirá en gran parte de su camino. Y al final, frente a este tipo de situaciones como tantas otras, se acaba planteando la existencia de mejores leyes o la denuncia de injusticias, pero más que eso, es cuestión de empatía. Pensar en el otro, escuchar y poder cambiar lo que no va bien, incluso si está fuera de nuestros intereses. Dejar de un lado esa falsa felicidad y buscar una más verdadera, comenzando por pensar más por uno mismo y acabar pensando también en los demás. En el mundo que te rodea. No situarse ni más arriba, ni más abajo que nada ni nadie y desde ahí, empatizar. Ser el otro con nuestras opciones, pues es ahí donde reside la esencia de mejorar una sociedad, de olvidar cómo nos moldean y empezar a tomar nuestra forma por nosotros mismos. Y pese a que cada día los medios de comunicación remarquen todas esas tristes historias, o mientras una compañía pretenda decirnos qué talla llevar, o el mundo continúe con defectos, puedo decir con admiración que pese a los problemas a los que el día a día se enfrenta o pese a ese intento de modelarnos según unos intereses, hay mucha gente por ahí fuera llena de empatía, llena de ganas de ayudar. Personas que sin traje y sin dinero cambian este mundo, o pelean porque sobreviva. Y es por lo que escribo este artículo, para recordarlos. Para recordar la empatía de La Nuit Debout, el 15M. Las manifestaciones en contra del TTIP y todos esos voluntarios que a las puertas de Europa luchan por un ‘Bienvenidos, personas’ menos amargo. Trabajadores que se niegan a los desahucios. Todos ellos nombres anónimos que sin palabra al tomar grandes decisiones hacen sonreír un poquito a este mundo. Nombres anónimos que seguro tú también conoces. Personas que tienen realmente el poder de cambiar las cosas a través de pequeñas acciones. Que se niegan a ser moldeados. Que tienen el poder más grande, aquel que reside en un nombre cualquiera.

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El fantasma del populismo

A la espera de un nuevo gobierno

Por Jordi Romano y Cases


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Un fantasma recorre Europa, el fantasma del populismo. Todas las potencias de la vieja Europa se han aliado en santa cacería contra este fantasma: Merkel y Lagarde, Hollande y Samarás, republicanos franceses y socialdemócratas alemanes. ¿Dónde está el partido opositor que no haya sido tachado de populista por sus adversarios gobernantes, dónde está el partido opositor que no haya relanzado el estigmatizante reproche de populista, tanto a sus adversarios más avanzados como a sus enemigos más reaccionarios? Dos cosas se derivan de este hecho. Todas las potencias europeas reconocen ya al populismo como una potencia. Ha llegado la hora de que los populistas expongan abiertamente ante el mundo entero su visión, sus objetivos, sus tendencias y opongan a la leyenda del fantasma del populismo una propuesta de partido político. Con este fin se han reunido en Madrid populistas de las más diversas naciones y han iniciado un movimiento de movilizaciones y alianzas con la intención de cambiar Europa. La historia de la Unión Europea hasta el día de hoy es la historia de la desestructuración de los estados, de la profundización de desigualdades y de la limitación de la soberanía popular. Alemania y Grecia, Troica y España, BCE y Portugal, en suma, opresores y oprimidos, han estado enfrentándose entre sí.

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os países del sur, sobre todo los que vivieron tiempos de sangrienta dictadura, vieron en Europa la solución de todos sus problemas, la posibilidad de poner rumbo hacia la libertad, la modernidad, la democracia, el progreso y el bienestar. El “Ser como ellos” era el horizonte de esperanza. Después de tres décadas Europa se presenta, para los países periféricos, en forma de “Ser Para La Muerte” (Sein zum Tode). La integración a la UE como proceso de derrumbamiento (verfallen), de fuga de sí mismo, de profunda transformación del sujeto (estado-nación) en cualquiera anónimo. Se tiende a confundir Europa con la Unión Europea, o de la diferencia ontológica heideggeriana. La UE es una posibilidad concreta, un “Ser en el mundo”, de articular Europa. La gente como yo, que estamos

radicalmente en contra de la Unión Europea, pensamos que ésta manera de articular Europa nunca alcanzará su totalidad. La UE es un proyecto que tiene como condición de desarrollo el desmantelamiento de las estructuras de Estado, la limitación de las democracias nacionales, la desindustrialización permanente en pro de una división europea del trabajo que profundice el carácter asimétrico y desigual del reparto de riqueza. Es una maquinaria que hace irreversible el poder del capital, que minimiza los derechos laborales y que excluye a cada vez más sectores de la sociedad. Es decir, se está destruyendo el Estado social de manera duradera y sistemática, acabando con las prestaciones públicas y todo lo que tiene que ver con aspectos sustanciales del bienestar, desde la salud a las pensiones. La Unión Europea no sólo divide Europa entre un norte rico y un sur

destrozado. El problema de fondo no es otro que la inmensa falta de democracia, transparencia y control público sobre los organismos de poder, esos que llamamos Troica. Europa camina sin cesar hacia un abismo. O se democratiza o se desintegra. Y precisamente con ésta intención nace la Internacional Populista, el DiEM 25, para generar un espacio de alianza y confluencia de todos los movimientos, organizaciones, partidos, etc. que se oponen al modelo actual, a la UE. La ofensiva neoliberal de las últimas décadas ha tenido graves consecuencias sobre los pueblos del sur. Ahora son éstos los que quieren avanzar hacia proyecto común, con objetivos y acciones compartidos para romper y revertir el régimen de austeridad y democratizar profundamente las instituciones.

Los populistas rechazan ocultar sus opiniones y propósitos. Declaran abiertamente que sus objetivos sólo pueden alcanzarse mediante el derribo pacífico de todo orden político y social hasta ahora existente. Que tiemble la Troica ante una revolución populista. El sur no tiene en ella nada que perder sino su deuda. Tiene una Europa que ganar. LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016


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La psicología del hombre libre Por R.G.Celma laplumadeprometeo.blogspot.com.es

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Dedicado a aquellos rasgos psicológicos de un individuo libre y de aquella sociedad que le puede hacer la norma y no la excepción. Continuación de “La psicología del fascismo” (pg. 8), imprescindible para comprender el presente artículo y basado también en las ideas expuestas en “El miedo a la libertad”, de Erich Fromm.

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omo vimos en el anterior escrito, al crecer nos damos cuenta sin remedio de que somos alguien separado del resto, pero no tenemos por qué adquirir la fortaleza interior suficiente para soportarlo y hacernos dueños de nuestra propia vida. Hay dos vías para solucionar la angustia que nos produce la libertad: el fascismo representa aquella que mata nuestra individualidad para volver a unirnos con el todo; veamos hoy cual es la verdadera alternativa. ¿Por qué el fascismo no es la solución? Éste cumple la misma función que los síntomas neuróticos: permitir continuar la vida bajo circunstancias psicológicas insoportables, pero sin solucionar aquellos problemas que están causando tales condiciones, llegando incluso a agravarlos. Una vez hemos adquirido conciencia de nuestra individualidad ya no hay marcha atrás, intentar volver a unirnos con el mundo sólo reducirá la angustia durante un tiempo. De hecho, su consecuencia es una mayor dependencia e inseguridad del individuo, acom-

pañada de la rebeldía y el deseo de libertad, sea este consciente o inconsciente. ¿Pero qué es el anhelo de libertad? Hoy día tenemos claro que la libertad no es una fuerza metafísica y que no puede ser explicada mediante el Derecho natural, por eso más que centrarnos en definirla, considero que debemos centrarnos en hablar del deseo de esta. Realmente, la libertad es la consecuencia del proceso de individuación y del crecimiento de la cultura, que nos hace luchar para defender la autonomía de nuestro propio yo frente a las agresiones y limitaciones externas. Como vimos en el artículo anterior, todo crecimiento personal lleva al deseo de libertad y al odio a la opresión y el fascismo no podrá acabar nunca con los factores que originan este anhelo. La única manera viable a largo plazo de soportar la libertad es la forja de una personalidad fuerte y autosuficiente, que sea capaz de relacionarse con el mundo sin dominar ni someterse a nada. Para ello, debemos encontrar la forma de relacionarnos positivamente con


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el mundo sin caer en la angustia que nos produce tener conciencia de nuestra individualidad e insignificancia en comparación con el Universo. La primera forma de lograr este objetivo es mediante el trabajo creador. La creatividad permite que expresemos nuestros sentimientos, nuestro propio yo, evitando la inseguridad y la angustia que nos genera el tener que vivir siempre con una máscara, la máscara de lo que la sociedad espera de nosotros. Nuestra propia personalidad se vuelve más fuerte y segura en la medida en que

realizamos actividades que permitan su crecimiento y afirmación. Lo que importa es la actividad como proceso y no sus resultados, todo lo contrario que los valores capitalistas, que nos hacen darle valor únicamente al producto terminado y no a la satisfacción del proceso creador, condenando a gran parte de la población a trabajos aburridos y sin creatividad alguna, en los que, de nuevo, volvemos a ser autómatas. El otro pilar en nuestras relaciones con el mundo es

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el amor, pero no un amor obsesivo y controlador que busque dominar, sino un amor espontáneo, solidario y entre iguales, que nos dé seguridad a la par que respete la individualidad de cada uno. El desarrollo de la propia personalidad es un fin en sí mismo y ninguna autoridad puede instrumentalizar a las personas para buscar un fin al que se le atribuya una mayor dignidad. Aquí reside la verdadera diferencia entre el fascismo y la democracia. Esto no significa negar el valor de los ideales, sino todo lo contrario. Si entendemos como ideal todo propósito por el que estamos dispuestos a sacrificarnos altruistamente, el fascismo también podría ser un ideal tanto como lo es luchar por la libertad y la igualdad. Un verdadero ideal es aquel que afirma y desarrolla la libertad y la felicidad del individuo y no aquel que busca su sumisión a un poder superior. ¿Quiere esto decir que las personas nunca deban sacrificarse por nada? Al contrario, en la vida hay ocasiones en que las necesidades de nuestro cuerpo, como la autoconservación, pueden ser opuestas a lo que nuestra personalidad considera como correcto. Sacrificar nuestra carne para salvar nuestro espíritu se convierte en la afirmación más alta de nuestra individualidad. Por el contrario, el sacrificio del fascismo es la completa destrucción del individuo y su sumisión a un poder superior. La negación de la propia vida se convierte en el fin de esta misma. ¿Estoy afirmando que no debamos obedecer a ninguna autoridad? No, todo lo contrario; considero que

debemos obedecer a autoridades, pero sólo a aquellas que sean racionales. Basándome en lo dicho por Fromm, clasifico como autoridades irracionales a aquellas que suprimen la individualidad y se imponen a la fuerza, resultando perjudiciales para el ser humano; y las racionales, que ayudan a desarrollar nuestro propio yo sin absorberlo y que aceptamos por nuestra propia voluntad. Un gran ejemplo de autoridad racional es un amigo que nos enseñe a tocar la guitarra, al cual reconocemos voluntariamente una autoridad temporal sobre nosotros con motivo de sus saberes en la materia. Al contrario que una autoridad irracional, este no necesita controlar nuestras vidas para satisfacer sus inseguridades ni nos va a generar una dependencia al aumentar nuestra debilidad, más bien al contrario, conforme aprendamos vamos a ir igualándonos, hasta llegar el día en que no le necesitemos. O, por poner otro ejemplo, la autoridad del médico al que acudimos cuando estamos enfermos; siendo un ejemplo de autoridad irracional una persona a la que le encomendemos dirigir por completo nuestras vidas, sea esta el Estado o el mercado. ¿Y no surgirá el caos de esta desobediencia? Por lo que he aprendido de Fromm, el hombre no es ni bueno ni malo, tanto las mejores obras del ser humano como las peores atrocidades no son producto de la naturaleza humana, sino que son el resultado de la sociedad en la que viven aquellos que las realizan. La sociedad no sólo limita más o menos a sus individuos para poder funcionar, también crea y moldea sus caracteres y sus


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“Un gran ejemplo de autoridad racional es un amigo que nos enseñe a tocar la guitarra, al cual reconocemos voluntariamente una autoridad temporal sobre nosotros con motivo de sus saberes en la materia. Al contrario que una autoridad irracional, este no necesita controlar nuestras vidas para satisfacer sus inseguridades ni nos va a generar una dependencia al aumentar nuestra debilidad, más bien al contrario, conforme aprendamos vamos a ir igualándonos, hasta llegar el día en que no le necesitemos”

pasiones, hasta tal punto que el hombre es el propio producto de la historia. Debemos luchar por lograr una sociedad que reúna las condiciones necesarias para dar a luz personas libres, solidarias y creativas como norma y no autómatas sin individualidad, capaces de cometer en silencio y sin rechistar un genocidio. La vida posee una tendencia a la conservación y potenciación de ella misma, y sólo cuando este impulso se ve frustrado por la impotencia e inseguridad, fruto de circunstancias económicas y políticas en nuestra sociedad, surge el impulso de sumisión y de deseo de poder. Si fuera posible que las personas vivieran en un sistema donde pudieran desarrollar su individualidad plenamente desaparecerían sus impulsos asociales, representando únicamente un peligro aquellos con enfermedades mentales, cosa que ninguna sociedad podrá evitar. ¿Y qué clase de sistema lograría estos objetivos? En primer lugar, uno que estimule la libertad y la iniciativa de sus individuos en todos los ámbitos de la vida, especialmente en el trabajo, logrando así que estos tengan confianza en sí mismos y sientan que son una parte importante de la sociedad, no meros autómatas prescindibles. Las personas deben sentirse responsables de su trabajo y de la organización de este, además de poder aplicar su creatividad en el mismo. A fin de cuentas, se trata de buscar que los fines de la sociedad y los suyos sean idénticos, lo que requiere un alto grado de descentralización, no bastando para alcanzar estos objetivos

únicamente la entrega de los medios de producción en manos del Estado, tal como se hizo en la URSS, pues anularía la iniciativa individual e impediría desarrollar la libertad y el individualismo, pese a defender realmente los intereses de todos. Por otra parte, es necesario que seamos nosotros quienes gobernemos nuestras vidas y no dejarlo en manos del mercado, además de evitar que los grandes capitalistas ostenten un enorme poder sobre nuestras vidas sin rendir cuentas a nadie. Esto requiere de una economía planificada que represente el esfuerzo dirigido y armónico de toda la sociedad, lo que requerirá en mayor o menor medida cierto grado de centralización y personal burocrático que se encargue de la planificación. Para Erich Fromm, encontrar la manera de combinar estas características en un único sistema, que ha denominado socialismo democrático, constituye uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos actualmente. Por si esto fuera poco, la nueva sociedad también debe encontrar la forma de que los gestores no puedan hacerse nunca con el control del pueblo. Sin embargo, he de decir que considero que este enigma fue resuelto por un gran filósofo antes de que Fromm llegara siquiera a nacer. Kropotkin fue el ideólogo de un sistema llamado comunismo libertario o anarquismo comunista, que como podemos ver posee hasta una terminología similar al sistema propuesto por Fromm, y del cual hablaremos algún día.

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Leer para ser, más o menos una reseña de “Leer con niños” Por Enric Parellada Rius

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Soy el libro que leo. No hay mejor frase que esta para definir qué identidad tiene uno mismo. El libro es para que el ser humano pueda ser y, paradójicamente, es el ser humano quien crea un libro para que otro humano pueda ser. Un ser variable, de identidad intercambiable e itinerante. Soy el libro que leo y escribo estas líneas en honor a una vez que fui, digo, a cuando leí “Leer con niños” de Santiago Alba Rico. A mi modo de ver un libro imprescindible que, al margen de comentar lo que en el libro puede uno encontrar, prefiero plantear una cuestión: ¿para qué leemos? Más adelante intentaré enlazarlo con lo que Alba Rico explica.

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ara responder a lo que pregunto: ¿para qué leemos? hay que partir de inicio de la sentencia soy el libro que leo. Por tanto, la respuesta rápida y sencilla a la pregunta es: leemos para ser. Leo para ser, porque soy el libro que leo, porque, si no, no soy. Aquí se destapa otra pregunta: ¿quien no lee, no tiene identidad? Si así fuera, en realidad, quien no lee, tampoco sabría que no la tiene,


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“Yo, el que esto escribe, soy el libro que leo. ¿Para qué leo? Para ser y dejar de ser sucesivamente” porque este no es el libro que lee. Es otras cosas, pero no el libro que lee porque no lee. Como no lee tampoco se pregunta para qué leer. Aquí que cada uno saque sus propias conclusiones, pero para mí quien no lee sí es. Es una sola cosa, una persona. Carne, huesos y un cuerpo que vive. Pero ya está. Esto es, no es que quien no lea, por el hecho de no ser el libro que lee, no es, si no que es solo una cosa, uno mismo. Quien es el libro que lee, cuando no lee deja de ser. Por tanto quien no lee, jamás deja de ser, de modo que, en suma, es. A mi modo de ver el acento está aquí, en el dejar de ser. Soy el libro que leo, mientras lo leo. Cuando no lo leo ya no lo soy. En ese periodo en el que cierro las páginas del libro que leí, del que ya he acabado de leer, para abrir otro libro y volver a leer, en ese periodo, dejo de ser. Pero solo antes de abrir el siguiente. Empezado el siguiente, volveré a ser. Si soy el libro que leo, si no leo un libro no soy. Cuando uno lee un libro siente el placer que la lectura de cada una de las frases de cada párrafo desprende por su esencia. El lector las devora. Una detrás de otra y las va dejando atrás a medida que pasa las páginas. El lector solo es mientras no se acabe el libro, pero lo que le produce placer es acabarlo. Lo que provoca intriga son las páginas todavía no leídas, lo que crea adicción son cada una de las ya leídas. Absorbido en el texto, este consigue que su lector sea. Un libro es un libro, al igual que un plato es un plato y un vaso es un vaso, pero un lector no es un lector. Un lector solo es un lector para aquél que no lee. Un lector es el libro que lee. He dicho que al lector le produce cierto placer acabarse cada uno de los libros que tiene entre manos. Por tanto, en el momento que empieza a leerse uno, lo que quiere hacer con este no es leérselo, sino acabárselo para leer otro. El lector mientras no se acaba el libro es. Cuando se lo acaba y no empieza otro libro no es. Solo conseguirá no ser si se lee otro. Porque entre ser un libro y ser otro libro, dejas de ser el primero para pasar a ser el segundo. Si no se pasa a ser otro libro, nunca se llega a dejar de ser. De aquí podemos principiar ¿qué es lo que da placer al lector? Sin duda, no es el hecho de poder ser. En el momento en el que uno lee un libro lo que quiere es acabárselo, por tanto, quiere dejar de ser. El objetivo de un lector cuando empieza a leer un libro es leérselo entero, esto es, el lector cuando empieza a ser, insisto, lo que quiere es dejar de ser. No es el hecho del no ser lo que le produce placer al lector. Ni tampoco el mero hecho de ser. Ambas cosas tampoco le producen miedo o quizás sí. El lector sabe que para ser necesita leer. Pero es que si lo que quiere en realidad es ser para siempre, lo que tiene que hacer es sencillo, empezar un libro y no acabarlo nunca, esto es, no leer, esto es, el no lector es. ¿Para qué leemos? Soy el libro que leo, por tanto uno puede responder a esta pregunta que leemos para ser, pero entonces nos damos cuenta de que no. Leemos para

dejar de ser, porque el mero hecho de leer un libro el sencillo objetivo justo después de empezarlo es acabarlo. En el momento en el que me lo acabo, no leo un libro, por tanto no soy. A pesar de que soy el libro que leo, la respuesta a la pregunta para qué leemos no la vamos a encontrar en el leo para ser o en el leo para dejar de ser. El lector experimenta el éxtasis en el momento en el que deja de ser, en el momento en el que se acaba un libro. Tiempo atrás empezó a leer, por tanto empezó a ser y de repente, sin ser muy consciente de ello, deja ser. Al dejar de ser rápidamente busca volver a ser, porque un lector no consigue resistir no ser. Un lector es en tanto que lee y porque lee es lector. Porque es y deja de ser constantemente. Más allá de la experiencia de Santiago Alba Rico en la función pedagógica de la lectura en voz alta a sus hijos, a mi modo de ver, el autor pretende preguntar a sus lectores el mismo para qué leemos que en las anteriores líneas he intentado responder, creo que sin demasiado éxito. Mi anterior argumentación despierta muchas otras preguntas a las que ni me planteo responder, como por ejemplo qué es un libro. Y si alguien se pregunta qué es un libro, pronto dirá: y qué es una obra. La respuesta de ello se lo dejo a Foucault. Alba Rico habla de Sherezade (“Las mil y una noches”) y de Penélope (“La odisea”) y del papel que tiene la literatura, por tanto la lectura, en ambos personajes. Mientras que Sherezade cuenta una historia cada noche para salvar el cuello, Penélope lee cada día para no ocupar su tiempo conociendo a otros hombres a la espera del regreso de Ulises. A pesar de que el libro sea mucho más que esto, pienso que en la hipótesis que plantea el autor con estos dos ejemplos, articula así el sentido de su obra. ¿Para qué leemos? Sherezade y Penélope lo ilustran perfectamente. Leemos para ocupar el tiempo, cuando la muerte pre-ocupa. No obstante esto no es todo lo que se nos viene a decir en “Leer con niños”. Lo que aquí cuento no es más que una opinión que podría estar equivocada respecto a lo que el libro cuenta, pero sin embargo no es una opinión equivocada respecto a lo que a mi modo de ver un lector y la lectura es. Yo, el que esto escribe, soy el libro que leo. ¿Para qué leo? Para ser y dejar de ser sucesivamente. El éxtasis del dejar de ser es inexplicable. No quiero renunciar al no ser, pero para llegar a no ser, antes debo ser. No es posible vivir en el no ser perpetuo y permanente, para no ser, debes ser. En realidad no es que uno no sea, sino que deja de ser. Consigue dejar de ser en tanto que fue antes y es ahora, en tanto es ahora y será después. Entre cada antiguo ser y el actual ser existe un dejar de ser. Esto somos los lectores: porque fuimos, somos, porque somos, serán. Hay que saber apreciar el matiz. Leo para no ser toda una vida el mismo. Leo por distracción, para hacer tiempo. Ocupar los días. La muerte preocupa demasiado. Todo lo demás me da igual que me la suda.

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Primeramente, como Nacional hispano-ecuatoriano extiendo un abrazo y todo el apoyo a mis compatriotas afectados por el sismo ocurrido el pasado sábado 16 de abril, cuyas consecuencias fueron muy devastadoras tanto en vidas humanas como materiales.

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colación de lo sucedido no podemos dejar el análisis regional de lado, este año 2016 viene cargado de mucha dureza para los países del ALBA. A los reveces electorales, económicos, injerencistas, etc. se suma el azote de la naturaleza. Naciones que han logrado profundos avances en muchos campos sociales, parecen marcadas por el destino a no conquistar el bienestar y la equidad tan anhelada, pero quizá hoy más que nunca debemos hacernos eco de lo que decía en aquellos tiempos Simón Bolívar: “si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos, que nos obedezca”. Y no es precisamente la natura-

España mira la paja en ojo ajeno Por Alejandro Cuarán Activista de la Plataforma Global Contra las Guerras y militante de Alianza País

leza la que nos ha traído las peores desgracias. A la injerencia y boicot que afronta Venezuela, ahora se suma el golpe parlamentario que enfrenta Dilma Rousseff en Brasil, sin olvidarnos de la agresión permanente y continua a Ecuador, Bolivia, Nicaragua, etc. Llama la atención el papel que están prestando distintos medios de comunicación que desde España se suman a la gran campaña internacional de ataque y desprestigio que enfrenta la hermana República de Venezuela; el eco mediático y la distorsión que emiten varios políticos de distintas formaciones es vergonzoso. Es muy lamentable que este juego sucio pretenda desviar la atención del espectador y se convierta en una cortina de humo en los múltiples debates que se realizan en los platós de televisión. Máxime cuando el Tribunal Supremo ya archivó la denuncia que pretendía vincular la supuesta financiación ilegal a Podemos a través de Irán

o Venezuela. Sin embargo, muchos contertulios que defienden las posturas desastrosas de la derecha rancia y reaccionaria parece que no se enteran o no se quieren enterar y siguen repitiendo como una letanía aburrida y cansona en los medios de comunicación, quizá es bueno hacer un poco de reflexión e intentar mirar más allá de lo que nos quieren hacer creer. Se aprovecha la contienda electoral para arremeter contra el gobierno de Nicolás Maduro, critican la paja en ojo ajeno y se olvidan de a biga que tienen en el suyo propio. Me pregunto por qué el interés tan obstinado que tienen personajes como Felipe Gonzalez, José María Aznar, Albert Rivera y otros, en defender causas ajenas y extraterritoriales en una posición marcadamente injerencista, tal cual hace la vecina chismosa metiéndose en los conflictos domésticos, al puro estilo de la vieja del visillo, hablan sandeces y pronuncian cada barbaridad


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que en lo personal no podemos más que sentir vergüenza ajena. El señor Felipe González sostiene que “el Estado de sitio del Chile de Pinochet respetaba más los DD.HH. que el paraíso de paz y de prosperidad de la Venezuela de Maduro” y que “el Tribunal de Orden Público de la dictadura de Franco era mucho más respetuoso de la legalidad que la justicia por encargo de Maduro y de Diosdado (…)”. Sería bueno que el Abogado González nos explique más detalladamente cómo es que dos de las dictaduras más sangrientas que desaparecieron, torturaron y asesinaron a miles de personas inocentes, pueden compararse con la democracia de un país que ni siquiera tiene cadena perpetua o pena de muerte. Curiosa “dictadura” que hace pocos meses acaba de entregar más de un millón de viviendas sociales, en la cual se logró reducir en menos de dos décadas la extrema pobreza, desnutrición, analfabetismo, etc.

Quizá a los votantes del PSOE les interese saber más por qué la fundación Atman del señor González y Cebrián recibió apoyo de millonarios vinculados a los papeles de Mossack Fonseca. Por qué el señor Rajoy no habla sobre el primer lugar que ocupa España en temas de corrupción en relación al resto de Europa, por qué Albert Rivera no trata sobre los 14 millones de españoles que viven en situación técnica de pobreza, la España en la que dos millones de personas pasan hambre o la de los tres millones que pasan frio y que dentro de nada se ahogarán de calor por los ingresos tan incipientes que reciben, pero cuya propuesta electoral pretende seguir castigando. Sería bueno que Aznar aclare por qué se apoyó la invasión y saqueo a Iraq donde más de un millón de personas inocentes perdieron la vida y cuya democracia tan anhelada jamás llegó; gracias a su aporte Iraq es a día de hoy uno de los países más peligrosos del mundo. LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016

Y qué decir de tantos otros personajes que en vez de preocuparse por sus propios asuntos de partido o de lo que realmente le importa al pueblo español, salen con cada tontería que para cualquier persona sensata y bien informada realmente enervan, pero que lamentablemente sí encuentra eco y logran el fin maquiavélico de confundir y vender las mentiras más viles. El resultado es muy claro, lo vemos hoy con la intención de voto. Es inaudito que los partidos con más casos de corrupción y responsables de la quiebra del país sigan teniendo la confianza de tanta gente. Estos partidos ya han gobernado, han tenido todas las posibilidades de revertir los fallos y no lo han hecho, porque seguimos creyendo que van a arreglar la casa que ellos mismos destruyeron. El ansia destructiva no se queda en casa, se empeña y colabora en llevar la ruina a 7.000 km de distancia.


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País de países: más allá de Catalunya y Euskadi Por Eduardo García

eduardogarciazgz.wordpress.com

Iz a premitir qu’empezipie iste articlo charrando en a luenga d’a mía tierra ta remerar que España no ye nomás una nazión en abstrauto. Y tampoco ye las rechións “sin identidá” (no bi ha rechión en España sin identidá mesma) más Cataluña, Euskadi y Galicia.


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ue España es un país diverso y plurinacional es algo entendido y asumido por una parte sustancial de nuestro entorno político. Esta realidad tiene expresiones políticas claras como el discurso nacionalista desarrollado por un sector de la izquierda gallega, la tensión que vive la política catalana y el conflicto vasco. Es sano que entender esta realidad nos permita desarrollar un discurso que articule las identidades que coexisten en España y que las enganche con una idea de nación española incluyente que en el respeto de su diversidad encuentre su principal garantía de unidad. Es evidente que esta forma de entender nuestro país rompe con las dos vías que hasta hace bien poco habían intentado dar respuesta (que no solución) a la cuestión territorial: por un lado, rompe con la idea rancia de una España que se tapa los ojos y se niega a comprender que no somos un país homogéneo; por otro lado, rompe con la idea de que no es posible conectar las demandas soberanistas con una concepción de España que asuma a las naciones del Estado como sujetos políticos propios en el marco de una “nación de naciones”. Pero, si bien aborda el problema de la relación entre España como país y los sujetos nacionales que chocan con ella, no parece plantear una salida concreta para articular esas identidades que existen pero que se encuentran dispersas y sin unas metas compartidas claras. Desde el ejemplo hablo del caso aragonés, pero considero que de alguna forma es extrapolable a otras realidades como la andaluza, la canaria o la asturiana (entre otras). Si bien existe en estos territorios una sensibilidad propia que hace a sus gentes entenderse como sujeto propio, no es una identidad que haya sido dotada de sentido concreto como el caso catalán o el vasco.

Son sensibilidades dispersas que, si bien se enmarcan en lo nacional, no tienen una forma concreta. Existe el aragonesismo en abstracto, como algo que está en el aire, pero no existe como algo que trascienda y tenga vida propia (más allá de manifestaciones esporádicas) en el plano socio-político. Si comprendemos que España es una nación de naciones tenemos que intentar dotar estas identidades de un sentido político que las articule como sujetos soberanos en el marco de un país plurinacional. Es imprescindible que estos territorios se doten de un discurso propio. Y es tarea de las gentes que creen en esa plurinacionalidad dotar de sentido y de objetivos compartidos esas realidades. La historia, la lengua (a menudo enterrada), la cultura… todos los rasgos propios de las naciones de España son algo a recuperar en un proceso que tiene que ser paralelo al de hermanar estas regiones en un plano de pueblos soberanos que comparten un mismo país. Es imposible construir una nueva mayoría social si no es en clave nacional y para ello hay que conectar las sensibilidades como la catalana o la vasca con una idea de nación no excluyente y a su vez hay que dotar de sentido las distintas sensibilidades nacionales que se encuentran dispersas y confusas a lo largo del territorio. La nación de naciones no puede ser una suma de una supuesta España homogénea en el interior a la que se le suman Cataluña, Euskadi y Galicia. La nación de naciones es un proyecto firme de país que potencie, respete y conecte en fraternidad las distintas naciones que históricamente han coexistido en nuestra España. Galicia, Asturias, Cantabria, Aragón, Cataluña, Andalucía, Euskadi, Canarias… Que en cada nación seamos vanguardia de lo propio y a su vez de lo compartido.

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Dicen que lo es pero no lo es Por Frederic Sala Mauri


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omo sabéis la mayoría de los que estáis leyendo este artículo, España pasa por tiempos difíciles aunque si miramos unos pocos años atrás tampoco no se puede decir que el país fuera de maravilla. Nos encontramos ante una situación política absurda, una situación en la que parece que la democracia no funciona, o no funciona como debería, y eso no lo digo yo, lo dicen los partidos de forma indirecta, cuando nos dicen que no son capaces de ponerse de acuerdo y que mejor se vote otra vez. ¿Acaso hemos votado mal los españoles? ¿Volver a votar porque un grupo reducido de gente no sabe ponerse de acuerdo? Si es verdad que el hecho de votar es un acto democrático, pero votar hasta que salga el resultado deseado por alguna de las partes interesadas, no sé si es lo que se puede llamar exactamente democracia. Y con eso no es que quiera que se pongan los políticos de acuerdo para lograr una suerte de estabilidad o gobernabilidad o como decía Monedero en un seminario en Venezuela: como si ahora el problema es la gente que está ingobernable. La voluntad de la gente se expresó el 20 de Diciembre y que hoy no haya un gobierno que represente una mayoría de la población del Reino de España, es una clara afirmación de lo que se decía en las calles y plazas del movimiento 15-M. “Lo llaman democracia, pero no lo es”. En teoría vivimos en una democracia representativa y no creo que votar una vez cada cuatro años pueda reflejar la voluntad de un pueblo y sentirse representada al mismo tiempo. Tampoco lo es hacer votar lo mismo dos veces, porque unos pocos no saben, o no quieren ponerse de acuerdo. Democracia a mi forma de ver (porque hay muchas formas de ver) es hacer el pueblo partícipe

de la política. Y creo que ahora mismo el pueblo español no tiene muchas oportunidades ni espacios donde participar en política y cuando lo hace, parece que no lo hace bien. Esto no es democracia señores. Desde lo más humilde del pueblo Español soplan vientos de cambio. Un viento sutil que empezó el 15 de mayo de 2011 y que ahora se ha convertido en un huracán imparable. Unas rachas de viento que arrasan todas las viejas formas de hacer política. Formas de hacer que se creían sólidas e invulnerables. Un nuevo partido ha emergido del anhelo de las gentes de ir hacia un cambio real, devolver la democracia al pueblo y resignificar a lo que llamamos democracia. Podemos está siendo una revolución en la política española y eso no me lo puede negar nadie. La política ya no se entiende como un grupo de personas que tienen que administrar cifras en una suerte de empresa llamada España. Las emociones y los sentimientos han vuelto en la política, ya no vale eso de unos políticos totalmente grises a los que votamos una vez cada cuatro años y que después esperemos que solucionen nuestros problemas. Ahora la política puede volver a la gente. La política vuelve a representar a la gente y eso de forma inevitable mueve emociones y sentimientos, algo que es muy humano. Se está humanizando la política. Los días en que la política se hacía sin su gente han llegado a su fin y, de forma inevitable, los partidos tendrán que hacer política de una forma en la que los romanos creían que la vida y el alma se aspiraban cuando se inhala el aire para respirar. Estos nuevos vientos van cargados de vida, hay que respirar todos de este aire de forma libre, igual y fraternal.

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Modesta Génova Por Roc Solà González rocsola.wordpress.com

“Era una ciutat curiosa: molt provinciana, però totalment immergida, a través del port, en el cosmopolitisme” (Josep Plà)

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énova es una ciudad ancha —33 quilómetros de anchura, concretamente— y es una ciudad como decía Josep Plà muy curiosa. Es peculiar porque toda ella es un puerto, pero es de provincias. Cuando llegamos a la ciudad, desde la estación Piazza Principe, lo primero que encontramos fue un monumento magnánimo, pero medio embozado entre la arquitectura apretujada, de Cristóbal Colón, un genovés más allá de cualquier polémica sin sentido sobre su origen. La capital de la Liguria es una ciudad que da la sensación de ser rica, pero solo es opulenta en su altura. Los palacios que se distribuyen como colonias de champiñones por toda la ciudad son gradualmente eminentes a medida que los vas persiguiendo por su trayecto hacia las nubes. Tienen jardines interiores discretos, no secretos. Fuimos bajando hacia el centro histórico —donde teníamos nuestra posada— a través de una genovesa mezcla de estrechos vicoli, callejones ruginosos y enmohecidos, Crêuza que dicen en dialecto, y grandes avenidas, obra de los ingenieros piamonteses del Risorgimento. La ciudad se abre enteramente al mar, confía en él. Pero es provinciana, de hecho, nuestro anfitrión nos confesó una información confidencial: la cocina típica de Génova es más contadina, más campesina que marítima y que pocos platos con pescado había. Focaccia y pesto, dos tristes tópicos. Esta ciudad-anfiteatro está formada por planos que se sobreponen y cuando uno pasea por el centro histórico —patrimonio de la UNESCO— tiene dificultades para entrever el cielo. A Génova la llaman la superba (también superba en

catalán), soberbia en español, ha sido siempre una ciudad, por su cualidad portuaria, relacionada con la inmigración y la emigración. Muchos se fueron de allí hacia la aventura en el continente americano en el XIX. También en los fenómenos de inmigración interna ha jugado un papel importante. Muchos italianos de las regiones del sur llegaban a través su puerto con la intención de encontrar trabajo en el norte industrializado. Recorriendo la ciudad, en las zonas menos céntricas, uno se da cuenta de cómo la inmigración sigue jugando un rol central en la urbe. La geografía es el telón de fondo de la historia. Desde las influencias lingüísticas del catalán de la época medieval en el dialecto genovés —“asno” en italiano es “asino”, en genovés “aze”; se pronuncia igual que “ase” en catalán— hasta el hecho de que, desde el 2015, Giovanni Toti, dentro una coalición con la Lega Nord, un partido con claras tendencias racistas y relaciones con Berlusconi, sea presidente de la región de Liguria. La ciudad de Génova está también inextricablemente ligada al nombre de Fabrizio De André. El cantante está siempre presente mágicamente entre los callejones y los olores de la antigua ciudad. Se llega a Via del Campo,


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cantada y cristalizada en una famosa canción del cantautor genovés, e inmediatamente se ve uno involucrado emocionalmente en el encanto de la Génova de los dialectos, en la confusión de las personas que la pueblan. Via del Campo es el cofre del tesoro en la que vive la memoria de Faber, un microcosmos donde resuenan las más famosas baladas del contador de historias y donde se puede admirar, en el escaparate de una tienda de música, la guitarra famosa que utilizó De André en su último concierto, comprada a través de una subasta en Internet por casi 170 millones. Ahora mismo escribo desde Génova, donde si respira un clima che porta alla contemplazione e alla riflesione. Una specie di pigricia che però stimola la creatività. Comiendo un bocadillo de tortilla en un bar, con vistas al puerto, me he empezado a sentir etéreo, un poco más suelto de lo normal. Los cuadros de la pared han empezado a tener como voz propia. Uno de Joan Maragall me ha dicho que “En amor succeeix això, que mig entendre una paraula és entendre-la més que entendre-la del tot”. Luego ha añadido que estaba en su viaje de novios y que venían con su mujer desde Niza. Yo he tardado

unos cuantos bocados en descubrir que era la tortilla lo que estaba convirtiendo ese luctuoso desayuno eremita en una mañana más que interesante. Ustedes no van a creer que, cuando he levantado la mirada, mi sobresalto ha sido tal hasta el punto de soliviantarme. No entendía como el camarero era ahora Batman y que además me decía que “a veces la verdad no es suficiente, a veces la gente se merece algo más, a veces la gente se merece una recompensa por tener fe”. Su estupor, amigos míos, ante mi narración, a pesar de que seguro es digno de mencionar, no se acerca a mi asombro. ¿Cómo podía estar Batman trabajando si es multimillonario? Desde la cocina, mientras yo seguía mascando ese bocadillo de tortilla misterioso, Fernando Pessoa gritaba que “O mytho é o nada que é tudo”. ¡Qué cosas más extrañas estaban ocurriendo! Luego, otro camarero pedía: “¡Dos de Wi-Fi!” Aunque no me crean, les prometo que es la verdad. Sin embargo, soy consciente de que solo hay una cosa más difícil de creer que una mentira, y es la verdad. Un amigo portugués me contó que la verdad es una ilusión que existe.

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“Hay que hacer política desde los estados para construir precisamente un horizonte de cambio europeo” JORGE MORUNO DANZI Sociólogo, responsable de discurso en Podemos Cara a cara con Jorge Moruno, sociólogo y escritor en Público, autor de “La fabrica del emprendedor” (Akal, 2015). Moruno como sociólogo partisano ha tomado partido por Podemos y es responsable estatal de argumentario y discurso. Aprovechamos esta entrevista para vislumbrar los relatos sobre la Unión Europea, la experiencia griega, la voz del 15M y la construcción de lo plurinacional. Texto Albert Portillo Fotografía Marta Jara en eldiario.es

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lbert Portillo: En las recientes jornadas, celebradas en Madrid, “Plan B por Europa” se ha hablado de planes A y B, de los sujetos emancipatorios europeos y de las experiencias de la nueva izquierda. En este sentido, ¿cómo lees la experiencia de Syriza? ¿En aceptar el Memorándum desdibujaron la frontera política de la cuál nacían? Jorge Moruno: La experiencia de Syriza tiene mucho que ver con la capacidad de acción y de margen que tenían en una coyuntura dada. Sería un error político analizarlo desde una perspectiva moral en clave “Tsipras es un traidor” o en función de sus cualidades humanas. Desgraciadamente, la situación es mucho más compleja, teniendo en cuenta que vivimos en una Unión Europea que ha actuado precisamente como un agente extorsionador, causante de la situación de Grecia, cerrándole el grifo el Banco Central Europeo. Eso significa que la gente no podía sacar de los cajeros. En estas situaciones me gusta pensar y “¿tú que

hubieras hecho en su situación?”, uno puede decir “pues rompes y te vas del euro” que era precisamente lo que quería el ministro de finanzas alemán, el señor Schauble, pero claro hay que tener en cuenta que Grecia importa las aspirinas, importa el petróleo, importa todo de fuera. Entonces se encontraba en una tenaza en la cual salirse del euro no hubiera llevado a ningún lado. Toca elegir entre cosas muy complicadas y es un horror el Memorándum que firmaron, pero es que Grecia es el 2% del PIB europeo y les han extorsionado, les han destrozado precisamente para impedir que en España haya un cambio político. ¿Por qué querían hacer eso? Porque España es el 12% del PIB europeo, es la cuarta economía de la eurozona y ya estamos hablando de otra situación. Lo que le queda a Grecia es aguantar. Aguantar a que se muevan las placas tectónicas europeas, a que se mueva todavía más Renzi, a que haya cambio político en España junto con Portugal y convencer a Francia de que esto no puede seguir así y que necesitamos decirle a Merkel que es necesario construir una Europa destinada al bienestar de la gente y no a su servidumbre.

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“Les han destrozado [a Grecia] precisamente para impedir que en España haya un cambio político” AP: Siguiendo con este hilo, ¿entonces se puede contar en el futuro con Grecia como actor antiausteridad? JM: Grecia abrió la puerta, la lección política que nos ha dado Grecia es encomiable, el problema que tienen es la situación de no conseguir suficientes apoyos y que la Unión Europea estaba dispuesta a asfixiar a Grecia. Es verdad que Syriza nunca se presentó con un programa en el que cabía la posibilidad de salirse del euro. Dentro de la situación que no le gusta a nadie, Tsipras convocó elecciones y los griegos entendieron que aunque no les gusta nada lo que se ha firmado, aunque es un horror, entendieron que en el momento en el que haya la posibilidad de cambiar un ápice la situación, quien mejor posicionada está para llevar a cabo esa tarea es Syriza y los griegos saben que la crisis no viene por su culpa. AP: ¿Qué pasos tendría que seguir Podemos en caso de ganar unas elecciones para no quedar aislado y noqueado como Syriza? JR: La situación en España es distinta que la de Grecia. Tiene mucho más peso en la economía, estamos hablando de muchos más millones de personas y mucha más capacidad de negociación dentro de la Unión Europea. Se debe plantear a nuestros socios europeos algo que ya están planteando Francia e Italia, que también viene en los presupuestos de Portugal, y es la necesidad de flexibilizar, ralentizar el cumplimiento de los pagos del déficit. Uno no puede pensar que una economía puede respirar si la sigues asfixiando y creo que nuestros socios europeos lo van a entender perfectamente. De hecho entre 2000 y 2010 Alemania y Francia incumplieron el déficit en 14 ocasiones. El problema no es haberlo incumplido, como ha hecho Rajoy. El problema es que Rajoy, ese incumplimiento, lo ha utilizado para réditos electorales y no para implementar un plan de desarrollo productivo que nos permita tener una economía más fuerte. Más robusta y que al mismo tiempo alcance la suficiencia fiscal, por lo tanto, dependa menos del endeudamiento masivo. Eso pasa por implementar un cambio de modelo productivo que seguro que el resto de países europeos apoyarán para salir del dogma económico que imponen al sur. AP: Teniendo en cuenta la necesidad de la nueva izquierda de cambiar Europa, ¿cómo se materializa el proceso constituyente europeo? JM: ¡Ese es el problema! ¿Dónde hay que firmar? La cuestión es cómo se hace lo que se hace. ¿Cómo se consigue aquello que quieres conseguir? ¿Desde dónde? ¿Desde qué cuerpo puedes impulsar ese proceso constituyente europeo? Hay una cosa objetiva y es que en Europa estamos casi predestinados a este espacio de acumulación. En un mundo donde se ha producido una expansión exógena de los mercados a escala planetaria, el espacio objetivamente europeo se revela como obvio y como fundamental. La cuestión es cómo rellenarlo, subjetivamente, de una serie de conflictos, antagonismos, que den lugar a

nuevos criterios de ciudadanía que garanticen un mínimo de dignidad, igualdad y libertad para el conjunto de la ciudadanía europea. Recordemos que, a día de hoy, la Unión Europea es una unión de estados miembros y de esa manera, articular la alternativa europea frente al dogma de Merkel y de los ordoliberales alemanes, pasa por gestionar la idea de Europa como una comunidad presupuestaria y entender que Europa debe responder a las necesidades de la ciudadanía europea. Eso en primer lugar pasa por ganar las instituciones de los distintos estados, para que de los distintos estados se puedan mover las placas tectónicas de la estructura y la arquitectura institucional de una Europa que cada vez hace más aguas. Hay que hacer política desde los estados para construir precisamente un horizonte de cambio europeo. AP: Algunos economistas califican despectivamente a los países del sur de Europa PIIGS como países subdesarrollados y a Alemania como metrópoli. Entonces, ¿podríamos decir que el antagonismo fundamental que atraviesa Europa radica entre Alemania y la periferia? JM: Y dentro de Alemania. Dentro de Alemania no son todos iguales. Alemania ha tenido un crecimiento en los últimos años congelando salarios y fomentando los minijobs, porque ha vivido del excedente del superávit comercial de las exportaciones y de todo el excedente de capital que los bancos alemanes han invertido en España y en los países del sur. Lo que ha fomentado el boom de la especulación inmobiliaria. La arquitectura sobre la cual se ha levantado la Unión Europea, se ha levantado precisamente en una división europea del trabajo, trasladando la producción al norte y vaciando el sur de cualquier industria. En la emisión de crédito a mansalva para especular y generar el boom inmobiliario, para dar salida a todo ese excedente comercial de las industrias del norte. Nuestra situación como países del sur es indisociable del beneficio que ha tenido Alemania en estos últimos años. AP: En el caso del estado español el sorpasso a los partidos clásicos, ¿pasa por la intensificación del discurso populista legado por el 15M? JM: Bueno, el 15M puso sobre la mesa toda una serie de cuestiones que hasta ese momento eran vividas como penurias individuales, los desahucios por ejemplo, la precariedad… y lo hizo político, es decir público. Una cuestión colectiva señalando las causas políticas de la crisis con acciones concretas que han derivado en esto. Lo más importante que hizo el 15M fue impugnar el orden de la palabra legítima, incorporar nuevos nombres en la actualidad pública, nuevos discursos, nuevos relatos que en cierto modo competían con el discurso oficial sobre la crisis. Y eso ha generado una apertura y una ventana de oportunidad política a través de la cual luego nacen partidos como instrumentos ciudadanos, como es Podemos. Ya es un hecho que hay un cambio. El problema es quien va a protagonizar finalmente ese cambio, es decir, si van a ser las fuerzas viejas quienes van a ser capaces


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de generar un vuelco cosmético incorporando, aunque sea un poco, algunas de las demandas, lo cual es muy complicado, y la virtud, la capacidad, que tengan las fuerzas del cambio, de seguir avanzando en esta crisis orgánica de régimen, des de todos los planos. En un plano económico planteando modelos económicos y tejidos productivos mejores, más democráticos y más productivos. En un plano cultural, social, del discurso… Si lo miramos con distancia, desde el 15M hasta hoy, las fuerzas del orden siguen encontrándose a la defensiva y se ven forzadas a utilizar las palabras del cambio para ver cómo tratan de surfear una situación que nunca controlaron. AP: ¿Cómo se puede construir pueblo cuando la realidad es plurinacional y por lo tanto existen una serie de marcos nacionales con articulaciones discursivas particulares que plantean que la construcción de hegemonía en Cataluña, por ejemplo, es algo muy diferente a como se plantea en el resto del estado español? JM: Claro, es uno de los tres grandes retos que tenemos, ¿cómo construir, desde la perspectiva de Podemos, un proyecto de futuro compartido, una proyección de idea de país nuevo que se base en el reconocimiento, en la diversidad entendida como fortaleza y en entender que este país es un país de países? Habría que aplicar la geometría variable, entendiendo que hay particularidades, distintas situaciones y hay

que aplicar distintas formas de actuar y eso pasa en gran medida por una revisión a fondo de la identidad española. Porque solo hay que ver el Centre d’Estudis d’Opinió de Catalunya como el 42% de los nuevos independentistas dicen serlo a causa de las actitudes y de las palabras del gobierno. Es decir que la identidad, en la cual se ha construido la identidad española, ha sido una identidad basada en lo que es la anti España. Lo que es anti España siempre es históricamente el enemigo interno de “los rojos”, el enemigo interno de “las naciones periféricas”. Las naciones periféricas también se han hecho fuertes, históricamente, culturalmente, en gran medida porque esa construcción de la identidad española les ha empujado a serlo, al no verse integradas, al no verse reconocidas, al no verse “parte de…” y el nacionalismo español se ha construido de la manera bajo la cual hay que destruir, hay que alisar, todas esas diferencias. Nosotros decimos lo contrario, hay que rehacer un tejido, una idea, de construcción de los pueblos de España por el camino totalmente contrario y creo que la democracia es el mejor cemento para poder construir ese proyecto colectivo. Nosotros estamos convencidos de que es posible construir una idea de España que no tenga nada que ver con la idea que han tenido y que han construido las elites de lo que es España.

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FotografĂ­as de la revista por Frederic Sala Mauri LA TRIVIAL | ENERO-MAYO 2016


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La trivial Revista trivial de difusi贸n cultural

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