Carte del presidente Eduardo Albor
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Black Jack
C
uando lean este artículo estaremos ya en el mes de diciembre del año del Señor 2020, apenas a unos días de su conclusión. Y a horas del final del año, siempre será el momento de reflexionar y hacer un balance de los activos y los pasivos acumulados, para entender el estado del capital, comparado con el del cierre de 2019. Independientemente de este ejercicio contable, casi todos, si no es que todos, recordaremos este año como un parteaguas personal, familiar y mundial. Todos hemos sido marcados de una manera por el año que será recordado como el de la pandemia del COVID-19. En mi caso, este ha sido posiblemente uno de los años de más crecimiento personal y de aprendizaje, desde el 2005 que siempre recordaré como el año del huracán Wilma. Y es que adicional a todo, este año ha sido el de más huracanes y tormentas en el Atlántico, en la historia registrada, con 30 nombradas, dos más que las 28 del año 2005. Pues bien, 2020 será recordado por todos los humanos que lo vivimos con conciencia. En lo personal, pudiera decir que he vivido las cuatro etapas del ser humano cuando enfrenta situaciones que le perturban la vida: Negación, rebelión, aceptación y superación. Y muchos seguramente van a coincidir conmigo en que este ha sido el proceso que hemos vivido en 2020: primero nos negamos a aceptar esta situación, un virus que nos pusiera en riesgo de muerte y nos obligara al cierre de nuestras empresas y a un confinamiento mundial. Segundo, la rebelión, cuando pensamos que esto no nos puede llegar a nosotros y que es simplemente un complot mundial, o mejor dicho, un cuento chino. Posteriormente llega la aceptación, más cuando te llega a casa y algún ser muy cercano se enferma y posiblemente, inclusive, se muere. Es entonces cuando llegas a la tercera fase, que es la de aceptación y verdaderamente haces conciencia. Y bien, para ilustrar mejor eso, se los ejemplificaré en términos del beisbol, donde el bateador pega un hit y llega a la primera base. Y luego, de diversas maneras, puede ir avanzando hasta moverse a segunda y finalmente a tercera. Un jugador que llega a tercera es lo más avanzado antes de llegar a “home” y anotar carrera. Pero el
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objetivo es anotar la carrera, pues esto es lo que cuenta para ganar; si te quedas en primera o en segunda o en tercera, al final es lo mismo si no llegas a la cuarta estación. De la misma manera, si evolucionas de la negación a la rebelión y de la rebelión a la aceptación, todo se perdería si no llegas a la cuarta etapa, que es la de superación. Una vez que el corredor llega a la cuarta base, “home”, y anota la carrera, queda atrás todo el esfuerzo y el dolor y el sacrificio que implicó llegar a la primera y luego a la segunda y luego a la tercera. La simple satisfacción de anotar y cerrar el ciclo te hace olvidar todo lo vivido para llegar a esto. Pues bien, sólo los que anotemos carrera y lleguemos a la etapa de la superación, podremos sentir que valió la pena todo el esfuerzo si con ello contribuimos al éxito del equipo. Necesitamos superar el 2020 y pensar que perdiendo, podemos ser mejores. Aun en la derrota podemos ganar. Y esto me lleva a uno de mis juegos En mi caso, favoritos, el Black Jack. Es muy simple este ha sido y a la vez muy complejo. Sabemos posiblemente uno que hay muchas maneras de ganar, pero más de perder, excepto cuando de los años de haces Black Jack, que es una carta más de 10 puntos (rey, reina, joto o 10) y crecimiento un as que vale 11 puntos. Eso es un total de 21 puntos. El máximo puntaje personal y de disponible. El numero imbatible. Nada aprendizaje, te puede derrotar si tienes 21. Pues bien, estamos a unos días de llegar al desde el 2005 año 21 del siglo 21. Hagamos de este que siempre año que inicia en unos días, el mejor de nuestra vida. Un año de transformacio- recordaré como nes, de cambios y de mejoras persona- el año del les. Un año donde cerramos este ciclo huracán Wilma de nuestra vida con la cuarta etapa, la superación. El año donde habremos de cosechar nuestro esfuerzo, nuestro sacrificio y nuestro aprendizaje de un año de grandes retos como lo fue el 2020. En nombre propio, de mi esposa Nenina y mis hijas Valeria, Regina y Alexia; en nombre de la familia Grupo Editorial Latitud 21 y de la Familia de The Dolphin Company, les deseo que este año que inicia, 2021, sea pleno de salud, amor y bendiciones. Lo demás, es lo de menos.
Diciembre 2020
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