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Nadie es perfecto El marxismo convertido en religión
Manuel Castro M.
Toda religión es pasión y a su vez atadura (“religio” o “religare” en latín). Por ejemplo, la religión cristiana esparce las enseñanzas de Jesucristo, considerado el mesías de Dios en la tierra, para acceder a la salvación eterna.
El marxismo ofrece el paraíso en la tierra, por eso su éxito aunque de escasos resultados en la realidad de este mundo.
Tiene su sistema cultural, cosmovisiones, éticas, textos, lugares casi sagrados, profecías, elementos trascendentales, creencias, dogmas, pontífices, seguidores y fanáticos.
Lo grave su “Santa Inquisición”, origen de purgas, crímenes, a quienes no han aceptado o revisado sus dogmas y sistemas de gobierno: Materialismo histórico, lucha de clases, dictadura del proletariado, partido único, etc. Su perfección o “nirvana” ha sido llegar al comunismo, mediante razonamientos pseudo intelectuales. Su pontífice máximo: Karl Marx; su ejecutor Lenin; sus continuadores más relevantes: Stalin (sus purgas dejaron 20 millones de muertos en la URSS), Mao-Tse Tung. Mariátegui (inspirador de Sendero Luminoso), Castro, Chávez, en América Latina, tristes fracasos económicos y sociales. Todos ellos han eliminado un principio fundamental del ser humano: la libertad de actuar y pensar.
El Impactante Karl Marx
Karl Marx (1818-1883) fue filósofo, economista, sociólogo, periodista, intelectual y político comunista alemán de origen judío. Su obra más notable es “El capital”. Redactó en 1848 con Engels el “Manifiesto Comunista”, traducido a más de cien idiomas, que convulsionó el mundo pues vaticina el hundimiento de la clase explotadora capitalista. Es el fundador del Socialismo Científico, doctrina que proclama que es omnipotente, porque es exacta. En resumen, la sociedad debe ser igualitaria, no deben existir clases sociales, todos deben tener lo mismo, y que no exista la propiedad privada.
Fue uno de los intelectuales más importantes del siglo XIX, con aportes a la filosofía, economía, siendo el principal desarrollador de la teoría comunista.
El impacto de su filosofía, aunque falta de rigor y sujeta a cuestionamientos como toda filosofía, fue institucionalizada en dos países los más grandes mundo, Rusia y China y sus élites.
La noción de que el marxismo es una ciencia -y ninguna otra filosofía- es la doctrina oficial de los países comunistas, con tal denominación o diferentes caretas. El padre de Marx fue liberal y luego protestante, Karl fue bautizado en 1824 y por un tiempo fue un cristiano ferviente, según sus biógrafos.

Paul Johnson afirma que fue un estudioso, devorador de libros, que en “Marx hubo tres vetas: el poeta, el periodista, el moralista. Reunidas y combinadas con su enorme voluntad le convirtieron en un enorme escritor y vidente.
Pero no tuvo nada de científico; de hecho, en todo lo que interesa fue anticientífico”. Sobre todo fue un poeta destructivo: “Somos los simios de un Dios frío”; como un dios afirma: “Bramaré gigantescas maldiciones contra la humanidad”; hace suyas la frase de Mefistófeles en el Fausto de Goethe: “Todo lo que existe debe perecer”.
Fue un gran periodista polémico, lleno de epigramas y aforismo. “El Capital” es una serie de ensayos, sin rigor científico, de artículos disgregados que había escrito como periodista.
Aforismos Que No Eran De Su Propia Consecha
Sus agudos cuestionadores encuentran que “Los proletarios no tienen nada que perder salvo sus cadenas” y “La religión es el opio de los pueblos” son de Henrich Heine; “!Trabajadores del mundo uníos!” de Karl Shaper; “A cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades”, de Luis Blanc; “La dictadura del proletario”, de Blan - qui. El usar frases en forma breve, concisa y en el monumento oportuno, por su olfato de periodista, observan sus críticos duros, es lo que le salvo del olvido. Sino piden que se revisen las tres últimas frases del Manifiesto Comunista, que no son suyas, y corresponden a algunas de las citadas.
Jerga Intelectual Elitista
Marx fue un académico fracasado por lo que asombró al mundo fundando una nueva escuela filosófica: La Dialéctica (arte de persuadir, debatir y razonar ideas diferentes) de Hegel.
Pero su propia filosofía nace del odio a la usura y a los prestamistas, que nada tienen que ver con política o economía, sentimiento relacionado con sus propios problemas de dinero. Marx sostiene de “que el mundo funcionaba mal porqué era una combinación de antisemitismo de charla de café estudiantil y de Rossseau”.
Afirmó que el proletariado era la infantería de la revolución y los intelectuales la élite, por lo que jamás habló con los campesinos y los terratenientes. Marx escribió sobre finanzas e industrias, pero -según sus biógrafos- jamás tuvo relaciones con los procesos financieros e industriales y rechazó una invitación de Engels a visitar una hilandería de algodón y como afirma Paul Johnson: “Jamás en su vida pisó un molino, fábrica, mina u otro tipo de establecimiento industrial.” Además, fue hostil con los trabajadores que adquirieron conciencia revolucionaria, pues aquellos no “compartían sus visiones apocalípticas”, pues, por ejemplo, los operarios ingleses en su mayoría eran “operarios calificados, autodidactas, disciplinados, de buenos modales, anti bohemios, deseosos de transformar la sociedad, pero moderados en cuanto a los pasos prácticos a seguir.” Los consideró con desdén: “carne de cañón revolucionaria, nada más.”
El Capital De Marx Y Su Inter S


De un obrero comunista que se “atrevió” a alguna observación de su pensamiento, enfurecido dijo: “que era culpable de llevar adelante una agitación sin doctrina” y concluyó: “Hasta ahora la ignorancia jamás ha ayudado a nadie.” (gritando y poniéndose de pie, propio de un ataque de furia). Para Marx los hechos no tienen importancia central, pues precisamente no era un estudioso de economía sino más bien un censor moral. A su obra cum - bre “El Capital” se la ha calificado como un “Sermón enorme y a veces incoherente, una embestida contra el proceso industrial y el principio de propiedad”.
No Estaba Motivado Por La Verdad
Es evidente que sus investigaciones no fueron profundas, que no contrastaba sus citas, que sus digresiones fueron formuladas hace doscientos años, que eruditos las han analizado con minucioso rigor histórico, por lo que es absurdo calificar al marxismo como “científico”, salvo desde luego para sus partidarios que pocos han leído El Capital, que por ser clásico se lo puede comentar y seguir sin haberlo hojeado siquiera, ni los resúmenes o comentarios como lo hacemos casi todos.
Paul Johnson afirma que la fuerza que impulsaba a Marx tiene sus raíces profundas en su personalidad, en cuatro aspectos de su carácter: “Su gusto por la violencia, su apetito de poder, su incapacidad de administrar el dinero y, sobre todo, su tendencia a explotar a quienes le rodeaban.” Así Johnson examina cada una de sus afirmaciones, con citas e investigaciones históricas, no desmentidas ni impugnadas.
VIOLENCIA, RESENTIMIENTO Y FASTIDIO
La violencia ha sido característica de los regímenes marxistas, emanados del carácter de su mentor. Marx se caracterizó por su violencia verbal, estallando en arrebatos de furia y hasta de agresión física. Las peleas con su familia las atestigua su esposa Jenny von Estphalen (su orgullo que ella era de origen aristocrático). En la Universidad de Bonn le arrestaron por tener una pistola y casi le expulsan.
los archivos de la Universidad aparece actos de enfrentamientos con los estudiantes, tuvo un duelo y recibió un tajo en el ojo izquierdo. Pública era su ruptura completa con la madre (no asistió a su sepelio). Peleó con todas las personas con las que se asoció, a no ser que las dominara por completo. Su obra favorita “Troilo y Cressida” de Shakespeare le deleitaba y repetía por la violencia de los insultos que había en ella. Una víctima fue su compañero revolucionario Karl Heinzen, que se desquitó haciendo un retrato de Marx: “Marx era de una suciedad intolerable, un cruce ente gato y mono, un cutis amarillo y sucio”. Realmente nunca Marx estuvo en posición de poder, por lo que tal furia la pasó a sus libros, que sus seguidores Lenin, Mao, Stalin, con violencia en gran escala pusieron en vigencia.
Moral Para Los Dem S
Marx exigía moralidad pero tendía a pensar que la moral no se aplicaba para él. Los intereses del proletariado los respetaba porque eran coincidentes con los de él. Los sentimientos y las opiniones de los demás nunca le preocuparon. No le interesaba la democracia y odiaba las elecciones, dejando así buena herencia para los regímenes totalitarios. Annenkov le llama “la personificación de un dictador democrático”. Techow hace un notable retrato de Marx: “Un hombre de notable personalidad, con una superioridad intelectual poco común y si su corazón hubiese igualado al intelecto y hubiera tenido tanto amor como odio, hubiera puesto mis manos en el fuego por él.” Bakunin: “Marx no cree en Dios pero cree mucho en sí mismo y hace que todos le sirvan. Tiene el corazón lleno, no de amor, sino de amargura, y siente poca compasión por la raza humana”. Marx siempre tuvo problemas de dinero, a pesar de que recibió grandes sumas por herencias. Lo gastaba y luego se fastidiaba cuando tenía que pagar fuertes cuentas y sus intereses, lo que consideraba un crimen de lesa humanidad. Sin embargo, era un hombre divertido. Sus bromas excelentes hacían reír a la gente y le ganaba adictos, pero muchas veces eran salvajes e hirientes. Sus tres hijas eran muy inteligentes, pero Marx les negó una educación satisfactoria y les prohibió definitivamente carreras profesionales.


Herencia De Un Notable Intelectual
Nada de lo que se ha dicho de Marx es imaginado o inventado. Lo atestiguan sus importantes obras, cartas, diarios, memorias. Su influencia aún persiste, desgraciadamente sin efectos positivos. Borges piensa que: “Todas las teorías son legítimas y ninguna importa. Lo que importa es lo que se hace con ellas”. La Biblia lo confirma: “Por sus frutos los conoceréis.”