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Cien años del primer libro de Borges

de Buenos Aires” de 1969, en la que se propuso mitigar “excesos barrocos”, limar “asperezas” y tachar “sensiblerías y vaguedades”, eliminando varios poemas por el camino.

“Creo que antes se pensaba de otra manera. Seguramente, Borges habría tenido una visión crítica de una modernidad que, insisto, arrasa con todo”, subraya.

“Creo que antes se pensaba de otra manera. Seguramente, Borges habría tenido una visión crítica de una modernidad que, insisto, arrasa con todo”, subraya.

“Fervor de Buenos Aires” (1923) es fruto de esa creatividad desbordante: un libro de poco más de 60 páginas y 46 poemas, sin índice ni numeración propia, que fue editado en una imprenta local gracias al impulso del padre de Borges, Jorge Guillermo, otro apasionado de las letras.

caro sobre aquel “joven impetuoso” al que le gustaba “dar a conocer” sus trabajos.

“Fervor de Buenos Aires” (1923) es fruto de esa creatividad desbordante: un libro de poco más de 60 páginas y 46 poemas, sin índice ni numeración propia, que fue editado en una imprenta local gracias al impulso del padre de Borges, Jorge Guillermo, otro apasionado de las letras.

“El grabado (de la portada) lo hizo su hermana, Norah -quien se convirtió, a la postre, en una de las artistas plásticas más prolíficas del siglo XX argentino-, así que fue una cosa bastante familiar”, puntualiza Vaccaro acerca de una obra, “Fervor de Buenos Aires”, de la que apenas se imprimieron 300 ejemplares, difundidos entre amigos y allegados del escritor.

“El grabado (de la portada) lo hizo su hermana, Norah -quien se convirtió, a la postre, en una de las artistas plásticas más prolíficas del siglo XX argentino-, así que fue una cosa bastante familiar”, puntualiza Vaccaro acerca de una obra, “Fervor de Buenos Aires”, de la que apenas se imprimieron 300 ejemplares, difundidos entre amigos y allegados del escritor.

Buenos Aires y la eternidad “En aquel tiempo, buscaba atardeceres, los arrabales y la desdicha; ahora, las mañanas, el centro y la serenidad”, afirmó el cuentista en el prólogo a la edición de “Fervor

Buenos Aires y la eternidad “En aquel tiempo, buscaba atardeceres, los arrabales y la desdicha; ahora, las mañanas, el centro y la serenidad”, afirmó el cuentista en el

Sin embargo, Borges nunca renegó de aquella obra que ya aventuraba su genio literario, “por lo que dejaba entrever, por lo que prometía de algún modo”; un poemario de gran calidad poética, que cantaba a esa Buenos Aires “de casas bajas y, hacia el poniente o hacia el sur, de quintas con verjas”.

Sin embargo, Borges nunca renegó de aquella obra que ya aventuraba su genio literario, “por lo que dejaba entrever, por lo que prometía de algún modo”; un poemario de gran calidad poética, que cantaba a esa Buenos Aires “de casas bajas y, hacia el poniente o hacia el sur, de quintas con verjas”.

“Siempre hubo autores que han escrito a Buenos Aires. Borges lo ha mantenido a lo largo de toda su vida, porque poemas sobre Buenos Aires aparecen publicados en sus libros de los años 60 y 70.

“Siempre hubo autores que han escrito a Buenos Aires. Borges lo ha mantenido a lo largo de toda su vida, porque poemas sobre Buenos Aires aparecen publicados en sus libros de los años 60 y 70. Buenos Aires está permanentemente presente en la obra de Borges”, señala el presidente de la Fundación El Libro.

Clásico entre los clásicos La modernidad actual trastocaría a un Borges que, como el resto de clásicos, “no es moderno”; característica que convierte sus libros en obras capaces de trascender “horizontalmente todas las épocas”.

Clásico entre los clásicos

La modernidad actual trastocaría a un Borges que, como el resto de clásicos, “no es moderno”; característica que convierte sus libros en obras capaces de trascender “horizontalmente todas las épocas”.

TOME NOTA

Jorge Luis Borges recibió el Premio Miguel de Cervantes en 1979.

La ciudad que enamoró a Borges ha cambiado muchísimo en el último siglo: “Hoy todo es más bien superficial” y “se ha perdido el desarrollo de la belleza en los ambientes”, opina Vaccaro, lo que probablemente despert aría las críticas del escritor.

Buenos Aires está permanentemente presente en la obra de Borges”, señala el presidente de la Fundación El Libro.

La ciudad que enamoró a Borges ha cambiado muchísimo en el último siglo: “Hoy todo es más bien superficial” y “se ha perdido el desarrollo de la belleza en los ambientes”, opina Vaccaro, lo que probablemente despert aría

“Cuando un autor logra eso, es porque es un clásico . Por eso Borges no sólo trasciende épocas, sino que también es universal ; se lo lee, por ejemplo, en China, en Corea y en Japón”, afirma Vaccaro, para concluir q ue el siglo XX argentino, que contó con otros literatos como Julio Cortáz ar, Marco Denevi o Silvina Ocampo, fue un “siglo de oro”.

“Cuando un autor logra eso, es porque es un clásico . Por eso Borges no sólo trasciende épocas, sino que también es universal ; se lo lee, por ejemplo, en China, en Corea y en Japón”, afirma Vaccaro, para concluir q ue el siglo XX argentino, que contó con otros literatos como Julio Cortáz ar, Marco Denevi o Silvina Ocampo, fue un “siglo de oro”.

Lo cierto es que, cien años después de aquel “fervor”, Buenos Aires es muy distinta, pero por sus calles todavía transitan millares de almas singulares, únicas ante Dios y en el tiempo y, sin duda, “preciosas”.

Lo cierto es que, cien años después de aquel “fervor”, Buenos Aires es muy distinta, pero por sus calles todavía transitan millares de almas singulares, únicas ante Dios y en el tiempo y, sin duda,

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