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1.3. EDAD MODERNA.-

Concluye la Época Renacentista y la Edad Media concomitantemente, dando paso a la Época Moderna, que se manifestó por la obsolescencia y decadencia de la “República Cristiana “ y el aparecimiento de la Reforma, que no solamente se dio en el campo religioso, sino también en el artístico, filosófico, social económico.

En la obra “Las Doctrinas e Instituciones Políticas” que estamos comentando, se trata también el pensamiento de los principales reformadores, Martín Lutero y Juan Calvino: el “derecho de rebelión” fue un elemento fundamental en ese movimiento reformista y se había establecido de una manera definitiva la separación entre la Iglesia y el Estado, por lo que volvió aquello de “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Calvino a pesar de estar de acuerdo con algunas ideas de Lutero, como la de mantener el orden, suprimir la herejía y mantener la autoridad, tuvo una posición más radical y defendió el principio del “predominio de la Iglesia sobre el Estado”.

Estas y otras ideas sobre el principio de resistencia de los súbditos en contra de los gobernantes, en caso de que este fuese un tirano, dio lugar a que sufran los calvinistas, persecuciones terribles por parte de los monarcas de varios países de Europa, igualmente los jesuitas cayeron en desgracia y tuvieron que ser objeto de serias represiones, puesto que su fundador San Ignacio de Loyola, inculcó la lealtad a la religión católica y la resistencia a los reyes impíos. Aurelio García, realiza un interesante estudio, de la posición de la iglesia Católica, en esta etapa de la Reforma, y hace alusión a teólogos jesuitas, como Juan de Mariana, que son más rígidos que los calvinistas y formulan su Teoría del Estado, con la que proclaman que el Estado tiene un origen puramente humano y que es una entidad secular posicionada bajo la Iglesia, y por último adoctrinaron en el sentido de que “el pueblo era la fuente de la autoridad gubernativa”. Abogaron por el derecho a la resistencia y por el tiranicidio.

la noche de San Bartolomé, que llevó al extremo de ser congratulado por el Rey de España y el Papa Sixto V.

La deplorable situación política y religiosa en que había quedado el aparataje gubernamental de la Europa de mediados del S.XVI, por causa de las sectas religiosas, debido a los hechos horrorosos que se dieron, asesinatos, persecuciones, violencia, fanatismo dio lugar a la formulación de ideas y principios políticos, tendientes a la restauración de la paz religiosa y gubernamental, basada en la tolerancia.

Aurelio García, efectúa un estudio importante sobre el pensamiento político de Juan Bodin y de su obra “Los seis libros de la República”, considerando que es el estudio más sistemático y completo escrito desde la época de Aristóteles. Dice, se debe a Bodin la formulación de la teoría de soberanía del Estado, tal como se le entiende hoy en día. Este libre pensador, proclamó la ley positiva, el principio de autoridad, atacó los derechos de rebelión y pregonó la subordinación del poder eclesiástico al poder civil.

El maestro Aurelio García, leyó y comentó largamente a Hobbes y su obra “Leviatán” o Tratado del “Gobierno Civil”, aclara que este pensador, considerado ateo en su tiempo, no obstante haber sido puramente filósofo, le fue dado abordar el estudio de problemas políticos, asuntos del gobierno, del Estado y del gobernante, alejado de cualquier pensamiento religioso, fundó “su contrato social”, es decir, “el convenio de todos y cada uno de los asociados para renunciar a su derecho a gobernarse por sí mismos y de transmitir ese derecho totalmente al soberano, para que ejerza autoridad plena y absoluta en nombre de la sociedad política total llamada Estado.”

Comenta en su obra, el gran revuelo y perturbación que se dio tanto en el orden social, como político por la aplicación de estas ideas y doctrinas, de parte de “los piadosos fanáticos”, la serie de asesinatos, terrorismo, hasta el genocidio de

Sin embargo, expresa el Maestro García, que la famosa obra el Leviatán, dio lugar a que el filósofo inglés sea criticado, perseguido, tanto en Francia, como en su país natal Inglaterra, lo consideraban materialista en extremo, no le aceptaron los realistas, el clero, los juristas, los historiadores, etc, no obstante, era más fácil atacar al filósofo, que refutar sus ideas, nadie pudo hacerlo, lo contrario tuvo seguidores como Benedicto Spinoza y Jhon Locke, que se convirtieron en leales discípulos de sus ideas. Vale decir que con Thomas Hobbes, se cumplió su propio axioma “ homo homini lopus” “el hombre es el lobo del hombre”.

Estas y otras ideas sobre el principio de resistencia de los súbditos en contra de los gobernantes, en caso de que este fuese un tirano, dio lugar a que sufran los calvinistas, persecuciones terribles por parte de los monarcas de varios países de Europa, igualmente los jesuitas cayeron en desgracia y tuvieron que ser objeto de serias represiones, puesto que su fundador San Ignacio de Loyola, inculcó la lealtad a la religión católica y la resistencia a los reyes impíos. Aurelio García, realiza un interesante estudio, de la posición de la iglesia Católica, en esta etapa de la Reforma, y hace alusión a teólogos jesuitas, como Juan de Mariana, que son más rígidos que los calvinistas y formulan su Teoría del Estado, con la que proclaman que el Estado tiene un origen puramente humano y que es una entidad secular posicionada bajo la Iglesia, y por último adoctrinaron en el sentido de que “el pueblo era la fuente de la autoridad gubernativa”. Abogaron por el derecho a la resistencia y por el tiranicidio. Comenta en su obra, el gran revuelo y perturbación que se dio tanto en el orden social, como político por la aplicación de estas ideas y doctrinas, de parte de “los piadosos fanáticos”, la serie de asesinatos, terrorismo, hasta el genocidio de la noche de San Bartolomé, que llevó al extremo de ser congratulado por el Rey de España y el Papa Sixto V.

La deplorable situación política y religiosa en que había quedado el aparataje gubernamental de la Europa de mediados del S.XVI, por causa de las sectas religiosas, debido a los hechos horrorosos que se dieron, asesinatos, persecuciones, violencia, fanatismo dio lugar a la formulación de ideas y principios políticos, tendientes a la restauración de la paz religiosa y gubernamental, basada en la tolerancia.

Aurelio García, efectúa un estudio importante sobre el pensamiento político de Juan Bodin y de su obra “Los seis libros de la República”, considerando que es el estudio más sistemático y completo escrito desde la época de Aristóteles. Dice, se debe a Bodin la formulación de la teoría de soberanía del Estado, tal como se le entiende hoy en día. Este libre pensador, proclamó la ley positiva, el principio de autoridad, atacó los derechos de rebelión y pregonó la subordinación del poder eclesiástico al poder civil. El maestro Aurelio García, leyó y comentó largamente a Hobbes y su obra “Leviatán” o Tratado del “Gobierno Civil”, aclara que este pensador, considerado ateo en su tiempo, no obstante haber sido puramente filósofo, le fue dado abordar el estudio de problemas políticos, asuntos del gobierno, del Estado y del gobernante, alejado de cualquier pensamiento religioso, fundó “su contrato social”, es decir, “el convenio de todos y cada uno de los asociados para renunciar a su derecho a gobernarse por sí mismos y de transmitir ese derecho totalmente al soberano, para que ejerza autoridad plena y absoluta en nombre de la sociedad política total llamada Estado.”

Sin embargo, expresa el Maestro García, que la famosa obra el Leviatán, dio lugar a que el filósofo inglés sea criticado, perseguido, tanto en Francia, como en su país natal Inglaterra, lo consideraban materialista en extremo, no le aceptaron los realistas, el clero, los juristas, los historiadores, etc, no obstante, era más fácil atacar al filósofo, que refutar sus ideas, nadie pudo hacerlo, lo contrario tuvo seguidores como Benedicto Spinoza y Jhon Locke, que se convirtieron en leales discípulos de sus ideas. Vale decir que con Thomas Hobbes, se cumplió su propio axioma “ homo homini lopus” “el hombre es el lobo del hombre”.

1.3.1. ROUSSEAU, MONTESQUIEU, KANT, HEGEL, ……….. .

El Profesor Aurelio García, estudió a, Rousseau el teorizador moderno de la democracia, con su famoso Contrato Social, sobre el punto, analiza lo que dice el ginebrino, “ … para combinar la soberanía del Estado con la libertad individual, se debe postular una sociedad establecida mediante un pacto voluntario, celebrado por hombres que disfruten de la libertad del primitivo estado de la naturaleza, así de esta manera el individuo se identifica con la totalidad de lo que forma parte

Aurelio García explica el pensamiento rusoniano, cuando expresa también que “el pueblo es la fuente esencial de la autoridad política, proclamando el bien común como el justo fin del gobierno.” Entre tantas ideas y teorías, que constituyeron antecedentes inmediatos del proceso revolucionario francés de 1789

Montesquieu, con su obra monumental y clásica “El espíritu de las leyes”, explica el doctor García Gallegos, que “la más apreciable contribución de este ideólogo francés, aparte de manifestar insistentemente en la “libertad individual”, la idea de “la separación de los tres poderes gubernamentales: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, para posteriormente introducir la “doctrina polibiana” o sea “ el control y equilibrio de los poderes, traslucidos en la ordenación constitucional.”.

Estas teorías montesquianas, han tenido una influencia decisiva en las Cartas Constitucionales que se elaboraron posteriormente no solo en Europa, sino en América del Norte y el resto del Continente americano.

García Gallegos, también dedico largas jornadas de estudio, analizando a fondo el pensamiento absolutista hegeliano que sostiene el criterio de independencia del Estado, sin más ley que su propia voluntad.

El estudio que efectúa del filósofo Hegel, nos lleva al campo de la metafísica y su posición idealista, aunque equilibradas por la consideración dialéctica de las mismas: tesis (ser), antítesis (no ser) y síntesis (llegar a ser).

Sobre la filosofía kantiana de la razón pura y de la razón práctica, que se conoce con el nombre de “idealismo trascendental”, ha contribuido en buena parte al desarrollo del pensamiento racionalista moderno y, por lo tanto, al desarrollo del liberalismo, como doctrina más que como realidad. El racionalismo kantiano, al comentar del fundamento esencial del Estado, ha dicho que este debe asentarse totalmente en la idea del derecho.

El cientista García Gallegos, lector y estudioso de los expositores más destacados del pensamiento liberal europeo, pudiendo citar entre ellos a Jeremías Bentham y John Stuart Mill (ingleses); Benjamín Constant (francés) y Guillermo Humboldt (alemán).

1.3.2. MARX. ENGELS.-

La compleja y difícil teoría marxista, mereció un sondeo especial de parte del insigne maestro García Gallegos, considerando que Marx y Engels fueron representantes de la ciencia social al ser los artífices del famoso “Manifiesto del Partido Comunista”, que se publicó en 1848, conceptuando que en este Manifiesto se delinea la nueva concepción del mundo “la concepción materialista”.

En el marxismo se dan los elementos sociales franceses, los elementos económicos ingleses y los elementos filosófico-políticos alemanes, llegando como conjunción al “materialismo contemporáneo” y “socialismo científico contemporáneo”. Al constituir “el Manifiesto Comunista” y “El Capital” las dos obras magnas del marxismo o comunismo, considera Aurelio García, que el primero es claro e inteligible, mientras que El Capital, es obscuro y difícil, de modo que no se puede entender su contenido fácilmente, ya que se trata de exposición de ideas económicas, con interpretación filosófica hegeliana, misma que de por si es abstracta y compleja.

Siendo Kant y Hegel, filósofos a los cuales el tratadista

CONTEMPORÁNEA.-

Fue un afanoso de Nietzche, el filósofo de los aforismos, al que le gustaba ocultar lo valioso y exaltar lo deleznable, severo crítico del Estado y del Poder. Analizo a profundidad la filosofía existencialista y sus más relevantes exponentes. Kierkegard, Heideger, Jaspers, Sartre, Marcel Apasionado por Ortega y Gasset: La rebelión de las masas, obra escrita hace casi cien años, pero que cualquier ciudadano que se interese por la realidad social, debería leerlo, no ha perdido actualidad. Y muchas obras más de este tratadista, que se encontraban entre los lugares más cercanos a su lectura y profundización.

Las Encíclicas Papales, tuvieron un espacio muy importante en la biblioteca de este infatigable intelectual, sobre todo por la trascendencia social de las mismas y además el análisis, especialmente de la Rerum Novarum del Papa LEON XII y la Encíclica “Mater et Magistra” del Papa JUAN XXIII, considerando que a través de las Encíclicas, se ha contribuido ampliamente a la fortificación de la democracia social, bajo el signo y acción del catolicismo.

Estudioso a más de las corrientes políticas citadas y a la época contemporánea: el racionalismo; el liberalismo y la crisis de esta corriente; el neoliberalismo; las corrientes totalitarias: comunismo, fascismo, el estado alemán nazi; las corrientes social demócratas; democracia cristiana y las tendencias contemporáneas de la democracia, hasta la época de sus obras escritas.

Su afán de conocimiento lo llevó a estudiar y analizar la Historia del Mundo, desde sus inicios y las biografías de aquellos hombres que fueron trascendentales ejecutores de la historia, para bien o para mal: Alejandro Magno, Napoleón, Churchill; Roosvelt; Hitler, Mussolini, Stalin, Kennedy; etc. etc.

Le apasionó la Historia del Ecuador, los orígenes de su nacionalidad conocedor de las batallas de Atahuallpa; Rumiñahui, Quisquis; leyó y se deslumbró con los próceres y gestores de la independencia de América, admirador vehemente de Sucre y Bolívar, fue un insigne bolivariano, constando su retrato e ideario en la Casa Bolivariana de Riobamba, donde el Libertador escribió su Delirio sobre el Chimborazo. Estudioso de la historia del Perú.

Igualmente fue un lector de las obras de Vicente Rocafuerte, de la vida y obras de Eloy Alfaro; Isidro Ayora; y más presidentes relevantes del Ecuador.

I.2. AURELIO GARCÍA, FUNDADOR DEL IDEALISMO FILOSÓFICO EN EL ECUADOR.-

Lo hizo juntamente con Gonzalo Zaldumbide, Nicolás Jiménez; José Rafael Bustamante, Víctor Gabriel Garcés entre otros, lo expresado consta en la obra Pensamiento Idealista Ecuatoriano, cuyo autor es Horacio Cerutti, publicación del Banco Central. Igualmente, dentro de la Evolución del Pensamiento Ecuatoriano, en la Historia del Ecuador (SALVAT Tomo VI, Pensamiento Ecuatoriano en el S.XIX, por Hernán Malo González) se lo ubica en el Postpositivismo, dentro del pensamiento Liberal.

Como jurista, su inclinación primordial se encaminó al Derecho Político, Administrativo, Constitucional y en general la Filosofía del Derecho, destacándose por ser más un jurisconsulto que un abogado de litigio.

Fue inagotable la capacidad de instrucción que tuvo este gran letrado y la vocación por aprender y transmitir. No fue un hombre común, fue un maestro excepcional al que su inteligencia particular, le permitió que su vida sea de un recorrido tranquilo, prudente y modesto; sabiendo que él era un abnegado en la virtud y en la dignidad y que por lo tanto sobresalir públicamente no constaba entre sus metas, ya que el consideró que su misión fundamental era educar y es así que durante 70 años se dedicó a cumplir a cabalidad esta noble tarea.

Aquellos que tuvimos la suerte de ser sus alumnos, no olvidamos las citas permanentes en sus clases de Ciencia Política, de los tratadistas europeos: Kelsen, Jellinek, Dugui, obligándonos siempre a una correcta pronunciación de los vocablos franceses o alemanes, ya que se contaba entre los idiomas que conocía, a más del latín, ruso, inglés y nuestras lenguas propias: el castellano y el quechua. La excelencia de su dicción tenía la virtud de transportar a aquel que le escuchaba, a diferentes etapas y lugares de la historia de la humanidad, ya que era un conspicuo conocedor de la Historia Universal.

Administrativo. Asesor Jurídico del Ministerio de Finanzas; Director Jurídico de la Superintendencia de Bancos; Secretario – Abogado del Consejo de Estado; Sub Secretario de Educación, en el gobierno del doctor Camilo Ponce; Decano de la Facultad de Derecho.

En la última reseña que se hiciera de mi padre en la revista Diners, unos meses antes de su fallecimiento, se referían a él como un hombre lleno de sabiduría, que siempre asumió los retos y desarrollo su intelecto sin descanso, impartiendo clases en la Universidad Central hasta la edad de 93 años, con la misma lucidez y entusiasmo que lo hiciera cuando se había iniciado de profesor, allá por el año 26, en los Institutos Normales Juan Montalvo; Pedro Vicente Maldonado; posteriormente 24 de Mayo; Manuela Cañizares, aquí en la ciudad de Quito. Más adelante en el año 35 se inicia en la Universidad Central, como Profesor de Historia de La Filosofía, en la Facultad de Filosofía y Letras ; a partir de 1937, Profesor de Derecho Político, Derecho Constitucional y Derecho Administrativo en la Facultad de Jurisprudencia, fundador y Director de la Escuela de Ciencias Políticas de la misma Facultad; Profesor de Derecho y Derecho Internacional Público de la Academia de Guerra del Ejército y de la FAE; Profesor de Derecho Administrativo y Municipal en el Instituto Superior de Policía de Quito. Expositor de conferencias por cientos, en diferentes ámbitos culturales y académicos.

En su trayectoria dentro de la Función Judicial y Pública, vale anotar que fue Magistrado del Tribunal Fiscal; de la Corte Nacional de Menores; Conjuez permanente de la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal de lo Contencioso

Muchas membrecías académicas a nivel nacional e internacional, para citar alguna Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Director del Colegio de Abogados, Presidente de la Academia de Abogados y Director de la Revista Forense de ese organismo; miembro correspondiente de la Academia de Ciencias Políticas de Filadelfia, del Instituto de Ciencias Políticas de París, del Instituto de Ciencias Jurídicas de Buenos Aires, de Uruguay, de Chile, de la Academia Colombiana de Jurisprudencia. Vale comentar, que todas estas membrecías las tenía como un miembro activo, más allá de lo honorífico.

Entre los reconocimientos al Mérito Docente y por su autoría intelectual por la publicación de la obra Ciencia del Estado, recibió el premio Universidad Central; Condecoración al Mérito Docente del Consejo Universitario de la Universidad Central; Condecoración al Mérito Educacional de Primera Clase, otorgada por el Gobierno Nacional, bajo la Presidencia del doctor Carlos Julio Arosemena; Condecoración de la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Gran Oficial, otorgado por el Ing. León Febres Cordero, Presidente Constitucional de la República ; Condecoración Fray Bartolomé de Las Casas del Ilustre Municipio de Quito.

Diplomas de Honor otorgados por la Cámara del Senado del Ecuador; Academia de Guerra Aérea; H. Consejo de Estado; Sociedad Bolivariana del Ecuador, Núcleo Chimborazo, y más reconocimientos honoríficos.

En los magníficos libros: “Riobamba, Chimborazo y su Gente”; “Riobamba una ciudad de andaluces en América”; “Los asturianos en la Mitad del Mundo” al referirse a Aurelio García Gallegos, se lo conceptúa como “Uno de los más grandes juristas e intelectuales que dio el país en el S.XX”

Creo que esta semblanza resumida de mi padre, vislumbra la imagen del hombre que, al haber sido ungido con una capacidad intelectual inmensa, supo aprovecharla y ahondando siempre en el pensamiento de los grandes filósofos y tratadistas políticos de la humanidad, hizo de su intelecto una herramienta para beneficio de los demás, siendo para el propio, la satisfacción de proyectar sus conocimientos. Su sapiencia siempre le hizo simplificar lo complejo y actuar con la sabiduría del docto.

A esta personalidad se sumó siempre su modestia que es propia del hombre sabio y por lo tanto buscó siempre dirigir su talento hacia sus familiares, sus alumnos y la gente que le rodeó. Esta idea nos inculco nuestro padre con su ejemplo cotidiano, su misión era educar en la cátedra, en la calle, en el campo, todo lugar era bueno para enseñar y bueno para aprender, solo quien practica esta conducta vital, merece el título de maestro como lo mereció Aurelio García Gallegos.

I.2.1.BIBLIOTECA DE MI PADRE.-

Un hecho gravitante en nuestras vidas fue la biblioteca paterna, que aún e independientemente la conservamos, acrecentadas por las aficiones particulares de cada uno de los hijos La biblioteca de Aurelio García, tuvo alrededor de siete mil volúmenes o tal vez más, podría decir que las obras de literatura no como predilección, pero sí de autores ecuatorianos, poesía de los clásicos laureados o todos aquellos escritos con un trasunto histórico o biográfico de filósofos, políticos, caudillos; brillaron en esas estanterías, anaqueles y repisas, distribuidas finalmente en todos los rincones de la casa solariega de la Juan Larrea entre Riofrío y Buenos Aires de esta ciudad de Quito. Tratados sobre todos o gran parte de los filósofos de la antigüedad, modernos y contemporáneos hasta la época de su existencia vital, aunque, mi padre, a través de la herencia que recibimos, sigue viviendo; pues cada libro que yo reviso, encuentro un sello de él, un subrayado, una llave, un paréntesis, pero hechos con la delicadeza de un lápiz, porque al libro no se lo debe dañar.

Al fallecimiento de papá, se contrató al bibliotecólogo Ángel Oleas, especialista en el tema, pues era uno persona que ejercía su profesión en la Biblioteca Nacional; fue quien, mediante un trabajo de hormiga realizó una clasificación concienzuda de estos miles de libros, siendo algunos de ellos incunables, debiendo algunos curarles página por página, ya que habían sido contaminados por la humedad, debido a su antigüedad, de cien años o más.

Este bibliotecólogo que laboró en nuestra casa por cerca de cinco meses, finalmente logró que se realicen tres lotes de libros, más o menos equitativos, los cuales fueron sorteados; debo decir, que hubo un lote privilegiado, que le correspondió a Agustín; luego fue el de Gustavo y probablemente el mío tenía alguna falencia, pero todo fue cuestión de suerte; tengo una oficina pequeña que la hice prácticamente una biblioteca y un lugar de lectura. Sin embargo, mi hijo Christian comenta el hecho de que, una biblioteca de ese valor intelectual se le haya dividido, pues realmente constituía un patrimonio; pero las circunstancias en la vida de las familias, lleva a en muchas ocasiones a privilegiar el quehacer profesional y del cumplimiento familiar del día a día, a ocuparnos de mantener bienes de real valía como una unidad, esto se torna imposible, cuando fallecen los gestores.

Considero más bien que fue un gran legado que mi padre nos dejó a los tres hermanos, y estimo que, cada uno supo valorar y disfrutar del mismo desde su punto de vista intelectual y de tiempo. Es ahora que yo, dentro de estas vivencias de los últimos años, jubilación, pandemia, cuarentenas, he dedicado mi tiempo a la lectura y a la real valoración del pensamiento filosófico y político de mi padre Aurelio García Gallegos; y de su sacrificio tanto intelectual, anímico e inclusive económico, para plasmar en sus obras magnas sobre el Estado, la política y la administración pública.

Aurelio García, poseedor de Colecciones de Historia

Universal de Arnold Toynbee, Veit Valentin; la filosofía de Ortega y Gasset, Jean Paul Sartre, Nietzsche, Jellinek, Duguit, Kelsen, Heller, Posada, etc.; Tratados sobre el

Derecho y la Justicia: Cicerón; muchos escritos sobre ética; las Encíclicas Papales; Historia de la Iglesia Católica y las causas de la separación de las tres vertientes cristianas; múltiples Tratados de Ciencia Política; Ciencia de la Administración: Mosher Cinimino, Roberto Drum; Maurice Duberguer. Política: Maquiavelo, Robert Maclver; Daniel Bell; Jurgen Fijalkowski; etc. Imposible nombrar a los cientos y miles de autores, que constaban en la Biblioteca de Aurelio García.

La obra a que me referí en renglones anteriores, “Ciencia del Estado” , siendo un preludio de esta “Problemas de Ciencia Política” y la otras no menos importantes como: “Ideas e Instituciones Políticas” e “ Historia de las Doctrinas e Instituciones Políticas” que han valido mi comentario en este escrito; entre otras, son el fruto de un estudio profundo, incansable, diverso y abnegado de mi padre, sobre la inmensidad de tratadistas y filósofos de la política, desde la Antigüedad, pasando por la Edad Moderna y la contemporánea, refiriéndome a la época de vida de mi padre, que fue la nuestra también, por eso escribo sobre lo que viví, respiré, asimilé y respeto.

II.- CIENCIA DEL ESTADO.-

Tal como Aurelio García Gallegos manifiesta, esta obra “CIENCIA DEL ESTADO”, fue “el resultado paciente, silencioso y controlado, tanto de la docencia universitaria como del estudio realizado acerca de las ideas, puntos de vista y más sugestiones tomados, en medidas prudentes y oportuna de los autores anotados y de otros más sobre la base naturalmente del aporte propio , en materia de conceptos, modalidades doctrinas, realidades de carácter político, y del enjuiciamiento crítico respecto de las mismas y de tantos fenómenos políticos….” Considerando así mismo, “que quien abrace o haya abrazado profesionalmente esta disciplina, está obligado a recurrir a estas fuentes de inspiración, con el fin de contrastar su propio pensamiento y accionar con el pensamiento de filósofos y estudiosos de la política”.

Recomendación que yo comento, muy pocos o casi ningún político lo hace en la actualidad, por eso es el fracaso en el manejo del Estado, por parte de quienes incursionan en este campo.

II.1. Brevísimas transcripciones de conceptos trascendentes sobre el Estado y la política constantes en la obra CIENCIA DEL ESTADO.-

A propósito de las circunstancias políticas amorfas que el país vive, la penosa realidad ciudadana de contemplar adefesios jurídicos con los que se encubren ambiciones desmedidas de captar el Poder Gubernamental, cuando no pueden hacerlo electoralmente; y en contraparte, la falta de actividad del Gobierno de turno, que, en una suerte de inercia, no atiende la realidad social, cultural, educacional y de salubridad del conglomerado ciudadano.

Si bien es cierto, el Ecuador se está jugando una carta brava al tener enemigos propios enquistados en el poder ejecutivo, legislativo y judicial; y, afuereños prófugos, que buscan desesperadamente desestabilizar el país, con la finalidad de apropiarse del Estado para su beneficio personal, familiar y partidista. No para el bien común, que es la única finalidad que deberían tener todos aquellos que ansían captar el gobierno del Estado.

Esta dirigencia política estoy segura que, nunca leyó un libro sobre la Teoría o Ciencia del Estado, desconoce el arte de gobernar y solo conoce el arte de lucrar. Es necesario educar al niño, al adolescente, al joven, a los hombres y mujeres en su generalidad, para que tengan sanas aspiraciones y puedan llegar al servicio público, con un conocimiento real del significado de esta actividad.

Un país sin educación, es un país destinado al fracaso; y más aún, si su dirigencia, demuestra ignorancia en las leyes, en la administración del Estado, en el ejercicio de las diferentes funciones, que por suerte o cualquier arte de biribirloque les ha tocado desempeñar.

Voy a permitirme transcribir unos tres o cuatro pequeños párrafos, de lo que conceptúa Aurelio García en sus obras, sobre temas de política, arte y Ciencia del Estado; y, Teoría General del Estado. A ver si a alguno de nuestros políticos, se le es más fácil entender lo que son ahora y lo que deben ser en beneficio del Ecuador.

II.1.1. Libro CIENCIA DEL ESTADO:……. “Por nuestra parte y en concordancia con varios tratadistas, podemos manifestar, sin entrar en mayores detalles, por lo pronto, que la política puede muy bien ser considerada como ciencia que se ocupa del Estado, en sus fundamentos, en sus principios, en sus ideas y en sus leyes, tomando en consideración el principio de unidad, que necesariamente afecta o debe afectar la compleja masa de fenómenos políticos. También la política puede ser considerada como arte o técnica, en relación con los medios y los procedimientos correspondientes a la acción política, cosa que determina la elaboración de su propia teoría, denominada, por tanto, teoría de la acción política. (Pag. 28 Tomo I)

II.2.1.2. Arte político.- Fuera de la concepción de la política como ciencia, existe la concepción de la misma como arte o técnica. Considerando el asunto desde el punto de vista práctico, la política busca los medios adecuados y propicios, para la realización de los fines u objetivos que persigue el Estado. Si la política en su totalidad tiende a la consecución de bienes esencialmente prácticos, es natural que debe atenerse a ciertas reglas o normas para que dichos fines se cumplan de una forma conveniente a los intereses del Estado o del gobierno. En tal caso se dice que la política es técnica. La acción misma de la política requiere entonces una preparación técnica indiscutible, a fin de que las masas humanas y los intereses materiales y espirituales a ellas inherentes sean bien dirigidos y controlados, así como sus necesidades y exigencias vitales y culturales sean perfectamente atendidas y satisfechas. Por eso afirma Bluntschli que “el arte de gobernar se manifiesta en los actos y se estima por el efecto producido; la fecundidad de los resultados constituye la gloria del hombre de Estado, el fracaso continuo, su vergüenza.” (pag 29. Tomo I)

La previsión o cálculo es el elemento de mayor importancia en la actividad política; por tanto el ejercicio del poder supone necesariamente un alto sentido de “prudencia”, o de mirada a larga distancia, para darse cuenta de lo que ocurre “ahora” y “aquí” y luego de lo que puede ocurrir “mañana o pasado mañana” y allá”.(pág 31 Tomo I)

Los gobernantes, estadistas, políticos profesionales, etc. para desarrollar una labor eficiente (puesto que la eficiencia es uno de los supuestos primordiales de la actividad estatal), en el terreno de la política práctica, deben atenerse siempre a las circunstancias y condiciones que el momento político lo requiere. Apartarse o quebrantar ciertas condiciones determinantes de lo político significa correr el riesgo de incurrir en fracasos y malquistarse con la opinión pública, que vigila incesantemente la labor de los gobiernos y confiere legitimidad y estímulo a los mismos. No de otra manera debe entenderse entonces que la política práctica es prudencia, táctica y acción eficaz de gobierno y de administración. “ (pág. 32 Tomo I)

Teoría General del Estado.- Con el nombre de Teoría General del Estado se designa también a la Ciencia Política. Varios tratadistas particularmente alemanes, son los que han preferido dar tal denominación a la disciplina que tiene por objeto el conocimiento del Estado. Pero aquella designación quieren reservarla más bien para una disciplina política, que se caracteriza o debe caracterizarse más por la filosofía que por lo científico propiamente dicho.

Sin llegar a la posibilidad de anotar diferencias específicas y fundamentales entre estas disciplinas porque ambas tratan del mismo objeto que es el Estado, se puede indicar, en concordancia con lo sugerido por varios autores, que la Teoría General del Estado se preocupa del Estado en su aspecto estático, de permanencia o de reposo, desde un punto de vista general, en tanto que la Ciencia Política se ocupa del mismo en su aspecto particular, de movimiento, de dinamismo o de transformación. ….

Con la Teoría del Estado, se tiene lo fijo y dogmático del organismo estatal, y con la Ciencia Política, se tiene lo orgánico y variable. (Pág 34. Tomo I) y tratadistas que he citado, hasta Marx y Lenín, pensó que debían ser cubiertas por lo menos; pero, mi padre no permitió.

Mi padre fue poseedor de una cualidad de la que gustaba mucho y nos deleitaba y se deleitaba de vez en cuando ya sea en reuniones familiares o en soledad, ésta fue, el arte de tocar la guitarra y cantar, tenía una voz alta y fuerte, gustaba mucho de la música española, yo diría que fue su predilección. Al tener una voz sumamente templada y elevada, cantaba con mucho gusto Granada, Amapola, María Bonita, Clavelitos y muchas más. Su voz se mantuvo fuerte, hasta pasados los 90 años.

Otra de sus aficiones fue el escuchar música española, argentina, asiduo de los valses de Strauss, boleros de Agustín Lara, los Churumbeles de España, Carlos Gardel; Trío Los Panchos; Francisco Canaro, Mario Rossi Alfonso Ortiz Tirado; Olimpo Cárdenas, José Mojica; Lola Flores, Alfredo de Angelis, Los Embajadores Criollos; Dúo Benítez y Valencia; etc. etc.

Yo recuerdo en mi niñez, en reuniones de familiares y contados amigos, que se daban en la casa, papá era un gran bailador de pasodoble, tango y vals. Escuchaba con gran gusto la música argentina, peruana y española. Admirador de Sarita Montiel. Nunca falto a una película de Cantinflas, concurría a todos los estrenos que se daban en los teatros Variedades, Alhambra, Bolívar y los recitales u obras cómicas como las de Don Evaristo en el Teatro Sucre.

Aficionado a los toros, mis hermanos comentaban que iba la Plaza Belmonte y a la Plaza Arenas, en compañía de Agustín y Gustavo, como que fue papá quien nos inculcó la afición. A la Plaza de Toros Quito, fue a la inauguración, pero ya no volvió, eso si seguía todas las corridas por radio.

Siempre mantuvo la unión familiar, a través de reuniones familiares semanales, con los tres hermanos ya casados y sus respectivas familias; el no permitió que esta costumbre se pierda y la mantuvimos así por 50 años o más. Después del fallecimiento de papá, continuamos con los almuerzos quincenales los tres hermanos con sus familias, hasta el fallecimiento de mi hermano Agustín en el 2020.

Cuando mi madre falleció a la edad temprana de 62 años, en 1975, septiembre 15, mi padre guardo su guitarra en el estuche y le dejo en el lugar predilecto de reposo de mamá, transcurrieron años hasta que volvió a cantar; el fallecimiento de mi madre le causo un sufrimiento inmenso, como a toda la familia García, Banderas, Gallegos, Salem y más amistades, abogados y sus esposas, riobambeños y la gran cantidad de chimboracenses residentes en Quito. Beatriz Banderas, fue una mujer excepcional, llena de virtudes y bondades, a más de ser muy bella.

Aurelio García, era un hombre sumamente sentimental, se dolía de las penas ajenas y entendía las debilidades del prójimo, solía escuchar en silencio las críticas que se daban dentro de cualquier tertulia familiar y procuraba cambiar de conversación. No toleraba una palabra vulgar o que tuviese una significación grotesca. Fue agnóstico; pero sumamente respetuoso de la Religión Católica, y fue esa la formación que nosotros sus hijos, recibimos por parte de mi madre y él siempre respetó.

Considero que mi padre, fue un ser abnegado para con sus hijos, siempre fue pronto a ser un soporte moral, anímico y material; estuvo en todos los momentos felices o desafortunados de nuestras vidas, no fue una persona de gestos exagerados en sus manifestaciones afectivas, pero con su presencia, nos sentíamos seguros, queridos y respaldados.

Abuelo amoroso, siendo sus nietos: Agustín Alberto y María Belén García Paz; Carolina y Gustavo Javier García Saltos; y Christian Puente García.

Anécdotas con mi padre.-

- La biblioteca de Aurelio García, tenía para él un significado excepcional, cada libro lo consideraba una joya y por lo tanto era de lo único que hacía gala, y es así que en el Gobierno del doctor José María Velasco Ibarra, en el año 70, se dio el secuestro al General Ron, Comandante General de la FAE, por cuanto ya soplaban vientos en contra del poder constituido, a cuenta de descubrir a los secuestradores, se perseguía a todo aquello que tenía una trascendencia socialista o comunista, pero sin establecer diferencias entre la cultura, la intelectualidad y la verdadera filiación o militancia a ultranza, que también constituía un peligro para la nación. Tanto fue así que, yo al ser una estudiante de la Universidad Central, tenía los periódicos de la FEUE, de la Asociación Escuela de Derecho, pues era parte de su Directiva; debí esconder en la congeladora las gacetas, porque el ejército ingresaba a las casas, sin ningún permiso, ya que era un estado de excepción y se buscaba hasta en las ollas cualquier vestigio de izquierdismo.

Mi madre, al tener conocimiento pleno de que la biblioteca de papá tenía desde Aristóteles, Platón y todos los filósofos

Dicho y hecho, fueron a mi casa, mi madre, presurosa les hizo pasar a la sala, quienes concurrieron, era gente muy atenta y educada, pero se cumplía una misión; mientras conversaban y cuando cortésmente se retiraban, papá les dice, vengan por favor conozcan mi biblioteca, sentimos desvanecernos y Aurelio García, luego de sacar sus obras que más apreciaba Aristóteles, Platón, Ortega y Gasset, Cicerón, Churchill, etc, etc, también les enseñó el Capital de Marx, obra voluminosa e insubstanciosa, pero que debía estar en la biblioteca de un filósofo y un tratadista del derecho y así, aprovechó para darles una pequeña clase de Ciencia Política.

Se retiraron muy contentos y le dijeron, doctor García, pediremos que usted concurra a la Academia del Ejército, a fin de dictarnos una conferencia sobre temas políticos.

- Fuimos alumnos de papá Gustavo y mi persona, nuestra decisión de seguir derecho estaba en la sangre y de ingresar a la Universidad Central, en mi caso, fue el verdadero afán de que mi padre sea mi maestro, pues a lo largo de mi niñez y adolescencia, le había escuchado dictar tantas conferencias, que consideré que ningún profesor sería mejor que él y así fue.

Recuerdo igualmente previo a la dictadura del doctor Velasco Ibarra, la posición de la FEUE era radical en contra del gobierno, consecuentemente el blanco del ataque fue la Universidad Central, especialmente la Facultad de Derecho, que está frente a la Avenida América. La balacera era a día seguido en contra de la Universidad y valga decir, como han sido siempre las manifestaciones, los ataques eran de lado y lado.

Yo solía concurrir a la Universidad con papá, manejaba un Opel rojo que teníamos, mi padre nunca manejó, cuando íbamos a ingresar a la Facultad de Derecho, veo que era imposible, bullas, grupos de estudiantes, para esto eran las 7 de la mañana, papá como siempre leía. Ante eso decido subir por la La Gasca, e ingresar por la Facultad de Artes, bajar a la Plazoleta de Derecho y entramos a clases. Mientras mi padre escribía en el pizarrón el cuadro sinóptico, con el que iba a desarrollar la clase, mis compañeros le decían “doctor García, están abaleando la Facultad”, lo cual era verdad.

Recuerdo haberlo visto, girar en milésimas de segundo y decir mi hija, vamos. Salimos arrimados a las paredes y era terrible la balacera, cuando la puerta de una de las aulas se abre, era Wagner Naranjo y su esposa Cecilia Córdoba, y de un jalón nos dicen doctor García, Beatriz, adentro, afuera les matan.

El desenlace fue la toma de la Universidad en la noche, expulsando a los alumnos que se encontraban en la Residencia Universitaria, clausura de la Universidad y su militarización. Año 1972.

-Desde el año 1997 al 2013, fui catedrática de la Universidad Internacional SEK, en el cuarto curso de la Facultad de Derecho, inaugurando la materia de Derecho Societario y Financiero, teniendo la feliz coincidencia, de que mi hijo Christian Puente García, fuera igualmente mi alumno, de la misma forma, que yo fui alumna de mi padre.

Para el caso de la anécdota, se había designado como profesor de Derecho Político a un ex compañero mío de la Facultad de Derecho, conversando algún momento, me permití sugerir el libro de Ciencia del Estado de la autoría de mi padre, como obra de consulta de los alumnos, y este amigo, me dice, “ no Beatriz, es muy antiguo y voy a recomendar otro libro a los alumnos”, yo no me resentí, consideré que no era su antigüedad, sino más bien la complejidad de la obra, que le llevaba a tomar otra decisión.

Habían pasado dos años de esta historia y se designa como profesora de Derecho Político, a la doctora Beatriz Caro, abogada española y su esposo diplomático de ese país en el Ecuador.

Casualmente en ese año, fue alumno de ella, mi hijo Christian, continuando el curso con el mismo texto recomendado por el ex compañero al que me referí. Christian adquirió la obra en la nueva edición del tratadista requerido, aunque yo insistía en darle el libro, que casualmente estaba en mi biblioteca y con dedicatoria del autor a mi padre, pero Cris, me dijo que la edición era antigua y que necesitaba la nueva. Esto de la antigüedad, ya me estaba hiriendo.

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