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Aurelio García Gallegos: su cimiento.-
Uno de los más preclaros intelectuales ecuatorianos del S.XX, nació en la Provincia de Chimborazo, en Calpi, parroquia rural del cantón Riobamba, lugar en el cual mi abuela paterna poseía la Hacienda El Placer, su fecha de nacimiento fue el 14 de septiembre de 1901, hijo de Agustín García Ortiz y de Julia Gallegos Oleas, tuvo una sola hermana, Carmen Elena, quien viviera 100 años.
La vida de Aurelio García Gallegos, desde sus inicios estudiantiles allá en el Colegio San Felipe de Riobamba, luego en el Normal Juan Montalvo y posteriormente en la Universidad Central de Quito, fue una búsqueda constante del saber. Recordaba mi padre, que sus afanes juveniles siempre tuvieron un tinte intelectual, y que era por la razón, porque el hombre aspiraba a su desarrollo integral. Por cuanto su padre, Agustín García Ortiz había fallecido a edad temprana, al venir a Quito a seguir la carrera de Derecho en la Universidad Central, Aurelio García, vivió parte de su vida universitaria con dos de sus tíos, alternadamente: con Manuel García Ortiz, quien fuera uno de los poquísimos odontólogos de la época y adquirido su título en la Universidad de Pensilvania. Habiendo sido el primer Director de la Escuela de Odontología de la Universidad Central y posteriormente Vicerrector de la misma Alma Mater. Formando a muchas generaciones de odontólogos.
El otro familiar muy cercano, con el cual también vivió parte de su carrera universitaria, fue Leonidas García Ortiz, abogado y gran educador de juventudes, Rector del Colegio Juan Montalvo, donde formó a prominentes maestros del país, posteriormente rector del Colegio Mejía. Se lo considera el padre del laicismo en el Ecuador. Político, desterrado a Chile por el gobierno de Alfaro. A su regreso fue senador.
Escritor de varias obras
Esta relación, perduró en el tiempo y aún perdura con un afecto especial, entre las generaciones que continuamos a estos hermanos García Ortiz, oriundos de la Provincia de Chimborazo.
Aurelio García Gallegos, obtuvo su título de abogado y doctor en Jurisprudencia en el año 1927 en la Universidad Central de Quito.
Matrimonio de Aurelio García Gallegos con Beatriz Banderas Salem.-
Aurelio García, reconoció que el amor y el sentimiento familiar son manifestaciones particulares y penetradas del alma, de aquella relación no buscada con lógica, sino que es la unión que abarca dominios tan profundos, que pueden escapar del juicio más agudo.
Es así que formó una familia con lazos sumamente sólidos, en los cuales se entrelazaron el sentimiento, la virtud y el pensamiento, esta fue su unión con Beatriz Banderas Salem, mujer riobambeña, de dulce corazón y severa moral, hija de José Antonio Banderas Arroyo y Julia Salem Gallegos. Siendo descendientes de este matrimonio, celebrado el 20 de mayo de 1934: Aurelio Agustín, Gustavo Alfonso y Beatriz Irene, a quienes nos dieron un ejemplo de vida, ya que formaron una pareja virtuosa, que exhibieron en todos sus actos, su nobleza de corazón, tan propia de su talento.
Mi padre, sintió una predilección especial por la docencia universitaria, pues sabía que, con su conocimiento y su talento, contribuía a la formación de varias generaciones de estudiantes, de miles de discípulos como él llamaba cariñosamente a sus alumnos, que llegaron en su mayoría a ser relevantes profesionales y que todos sin excepción recordaban y aún recuerdan al maestro con cariño, porque él supo forjar, transmitir conocimientos y sobre todo la inmensidad de su pensamiento.
La fructífera vida intelectual de este maestro de juventudes, se entremezcló con su producción erudita sobre pluralidad de materias: historia, filosofía, teoría política, siendo su obra magistral Ciencia del Estado, obra que desde el año 1946, que se publicó la Primera Edición, ha sido requerida constantemente hasta tiempos actuales, por profesores, estudiantes y ciudadanos que se interesan por la política como una ciencia, un arte y un fin público y de servicio a la sociedad.
Este libro vino a ser una guía en el estudio razonado de la ciencia política y a llenar un vació en los medios intelectuales y científicos, pues aquí en el país fue Aurelio García, el primer tratadista ecuatoriano, que escribió una obra sobre temas o problemas políticos, con un carácter científico-didáctico permanente.
De esta manera respondió al anhelo de la entonces juventud universitaria, que buscaba fuentes de consulta e ilustración, a fin de orientar y ampliar sus conocimientos, sobre lo que constituye la extensa, complicada y no por ello menos admirable Ciencia del Estado. Obras posteriores sobre el tema, escritas por otros autores, tienen una remisión constante al libro de Aurelio García Gallegos.
I.1.1. AURELIO GARCIA GALLEGOS: REFERENTE Y BALUARTE DE LA DOCTRINA JURIDICA POLÍTICA
ECUATORIANA.-
No menos importantes son aquellas obras que se refieren a Ideas e Instituciones Políticas e Historia de las Doctrinas e Instituciones Políticas, mismas que tratan con gran profundidad, pero de una manera esquemática, clara y sencilla la historia política y filosófica, que forma la base estructural de los fenómenos políticos, a la vez que proyectan su luz a lo largo de la evolución histórica de la política.
Constituyendo estos tratados, complemento necesario para la comprensión y estudio de la Ciencia del Estado; y es por este motivo, que voy a dedicar un espacio en este somero ensayo, a estas obras, eminentemente filosófica - políticas. Estos libros inician “el estudio de las doctrinas e instituciones políticas desde la época griega, en que asoma con bastante claridad y precisión, el pensamiento político, desglosado ya de consideraciones míticas y religiosas, gracias a la intervención decidida y perseverante de los ilustres pensadores Sócrates, Platón y Aristóteles quienes han sentado las bases profundas y duraderas de la formación y desarrollo de la ciencia política.”
La valía de las magníficas obras, radica en el análisis compendiado del pensamiento de los renombrados filósofos y políticos de la historia universal, comenzando por la antigüedad, edad media, renacimiento, época moderna y contemporánea, hasta la fecha de publicación de los libros, noviembre de 1956 y enero de 1965, independientemente. Vale aclarar que, los tratadistas analizados en estas obras, siempre serán la raíz y la remisión de los actuales filósofos o politólogos, los pensadores que aquí son estudiados, como ya se anotó, constituyen el cimiento del desarrollo de las ideas e instituciones políticas actuales.
Estos dos estudios, debrían ser de lectura obligatoria en las Universidades y de aquellas personas que se sienten aspirantes a políticos, para que adquieran un mínimo de cultura institucional y doctrinaria sobre el Estado y la Ciencia Política. Aurelio García Gallego, analizó a profundidad las diversas ideas e instituciones políticas y adoctrinamiento de las mismas, desde la época de los sofistas, considerando entre tantas reflexiones, que la sofística de un modo general, era aquella que decía “el Estado es el resultado de un pacto o convenio social, el cual se realiza en vista de un sentido de egoísmo que ánima al hombre , y que para poder vivir garantizado debe asociarse” o sea “por conveniencia o por utilidad, más no por ser naturalmente sociable”.
Concluye pensando que, si los sofistas fueron muy aptos para las explicaciones o discursos, no lo fueron para estructurar una verdadera teoría de la política, sin embargo, se puede decir, que crearon una técnica o un arte político.
I.1.2. SÓCRATES, PLATON Y ARISTÓTELES.-
El razonamiento de Aurelio García, se fundamentó siempre en los filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles, estima el investigador que, con estos tres pensadores, la filosofía superó la época de la depresión del pensamiento sofístico y llegó a su punto de culminación de la época clásica, creando una obra perdurable hasta nuestros tiempos y es posible que se escuche aún por milenios.
Los filósofos griegos, crearon el concepto de la “polis” o sea “la ciudad” el “Estado”. Estos estudiosos contribuyeron al conocimiento del hombre, de la sociedad y del Estado, por medio de la razón (logos) y teniendo como finalidad el bien común.
SÓCRATES.-
Al referirse al ateniense Sócrates, lo perfila como quien “nunca tuvo interés en aprovecharse de la vida, sino en filosofar, es decir, en aprender el mismo a filosofar y a enseñar a los demás a que filosofen por sí mismos, y encuentren la verdad y el sentido de las cosas, acudiendo a un sistema severo y continuo de preguntas y respuestas. Sócrates trataba a la juventud” … “con la sola idea de hacerla buena, capacitada, para que sepan tratar como conviene todo lo que toca al gobierno de la casa, a los domésticos, amigos, ciudadanos y Estado”.
Se analiza al filósofo de la “mayeútica”, como quien considera que “el Estado era una sociedad natural y necesaria, que la ley era inmutable y sagrada, que la sociedad debía prevalecer siempre sobre el individuo y que el gobierno constituía una entidad, a la que se debía prestar los mejores servicios, especialmente por parte de los más sabios y virtuosos” La doctrina socrática en resumen, ha tenido el significado de “un tratado de ciudadanía política”.
Sócrates no dejo nada escrito, siendo su máximo y leal discípulo Platón.-
PLATÓN.- Al describir a este notable ateniense, Aurelio García dice, que fue en el campo del derecho y de la estructuración estatal un jus naturalista por excelencia; estimaba el filósofo que “ la suprema obligación del individuo radica en su amor y servicio al Estado, debiendo prevalecer siempre sobre sus intereses particulares y tratando de alcanzar siempre la realización de la justicia en plenitud”. T ema fundamental que es tratado en la afamada obra “La República”; no obstante, por el transcurso de los años y las decepciones sufridas en su vida, hicieron que Platón, volviera su vista a la vida real de los hombres y dejará un legado de una concepción de la política y del Estado, de una forma más atemperada, lo cual se manifiesta claramente en su obra “Las Leyes”. Aurelio García mantuvo una lectura permanente de las obras platónicas “Los Diálogos” La República, “El Estado” y “Las Leyes”, considerando que de estos escritos, es La República, la obra de más altos quilates y de un extraordinario valor literario.
ARISTÓTELES.- Solo un investigador nato como Aurelio García, puede realizar un perfil tan atinado de este griego, extraordinario alumno y entrañable amigo de Platón, verdadero creador de la filosofía y especialmente sistematizador de ella, quien fuera Aristóteles, quien sentó las bases inconmovibles de la nueva ciencia política, sin perjuicio de las transformaciones que con el transcurso del tiempo se han dado. Consideraba Aristóteles que la Ciencia Política “es la ciencia maestra o la ciencia arquitectónica más elevada de todas las ciencias y el Estado es la suprema organización social” , dice “ la ciudad es el objetivo permanente de la preocupación y actividad del político, del gobernante y del legislador. En suma, del ciudadano (polities) que estima a su ciudad como el valor social y moral más alto, dentro de la jerarquía de las valoraciones objetivas”. O sea el filósofo arranca su impulso del “ser” de lo político, para elevarse al “deber ser”, es decir parte de lo empírico y concreto, para llegar a lo abstracto y doctrinario.
Las obras de lectura predilectas del Profesor e Investigador Aurelio García, escritas por Aristóteles, fueron La ética. y El Político.
I.1.3. ESTOICOS Y EPICÚREOS.-
El tratadista García Gallegos, analizó a los estoicos y epicúreos, los primeros quienes tenían a ”la naturaleza como la personificación de la ley universal, siendo la razón la fuente suprema del derecho y la reveladora del secreto de la naturaleza”, sobresaliendo Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, el emperador – filósofo romano. Para los estoicos, lo más valioso es la práctica de la virtud, llegando así a la ”eudeimonía” o “felicidad”Los epicúreos eran lo contrario de los estoicos, para aquellos el goce de la vida debía ser lo más perfecto posible; en el terreno político defendieron ideas especiales, decían “que el Estado se funda en el egoísmo individual” y que “la ley no es sino un acuerdo útil y conveniente establecido entre los individuos para defenderse de la violencia y de la injusticia” esto lo concibe el autor como un anticipo del “pacto social”, que en la modernidad apareció con Hobbes y Rousseau.
1.1.4. ESCOLÁSTICA.-
García Gallegos, fue un investigador de filósofos, politólogos e intelectuales de la Edad Media, siendo un estudioso de las obras de Santo Tomas de Aquino, el gestor de la Filosofía Tomista, verdadero fundador de la Escolástica, quien manifestó que “el origen del Estado se halla en la naturaleza del hombre” … “El hombre es como había formulado Aristóteles un ser social por su misma naturaleza. En aislada soledad no hubiera podido desarrollarse para la vida” ..Ha de ayudarse con su razón , pero esta ayuda se da del mejor modo posible dentro de la sociedad.”. Al tratar de la ley, Sto. Tomas la define como “una ordenación de la razón para el bienestar común, promulgada por quien tiene a su cargo el gobierno de la comunidad” o sea introduce la idea de “la ley positiva” Y agrega “la ley positiva hecha por el hombre degenera en una corrupción legal cuando se opone a los principios fundamentales de la justicia”. Estudioso de San Agustín, comenta que, el pensamiento capital de este santo, radica en que la historia de la humanidad es una lucha permanente entre dos reinos: el de Dios y el del mundo, esto es entre “la ciudad celeste” y la “ciudad terrena”

1.1.5. CICERÓN.-
El estudioso Aurelio García, leyó y analizó las obras de escritores políticos como Polibio, Marco Aurelio (ya citado) y manifestó un apego especial por Marco Tulio Cicerón, quien fuera Cónsul, Senador en Roma, y para defenderse de la conspiración de Catilina, escribió sus famosas Catilinarias, además “De República” “De Legibus” y “ ”De Officis”. Cicerón define al Estado o República como “ la cosa del pueblo, de un pueblo reunido por la aceptación de un mismo derecho y por una misma concepción del interés general”. Cicerón político, escritor, orador, fue un hombre que, a pesar de tener una visión histórica retrospectiva, hizo avanzar en mucho el desarrollo de las doctrinas políticas en la antigüedad romana. Su predilección por este escritor filósofo, le llevo al tratadista García Gallegos a escribir una pequeña obra, llamada “Cicerón y la Política Romana”.
1.2. EDAD MEDIA: MAQUIAVELO.-
Las obras del tratadista García Gallegos no pueden sustraerse de tratar a Maquiavelo y su doctrina maquiavelista, al florentino de temperamento realista y práctico, político activo y diplomático bastante experimentado, lo que le sirvió para escribir sobre asuntos políticos, siendo entre otras obras las tres más importantes: “Arte de la Guerra”, “Discursos sobre Tito Livio” y “ El Príncipe”, por lo que no se le puede considerar un político de estilo académico, sino más bien un escritor de estilo libre, sus obras no son una teoría del Estado, sino tratados sobre el arte de gobernar o sobre la técnica de la política en las que sobresalen los consejos, las directrices a los gobernantes tanto para conquistar el poder, como para conservarse en él. Para que el gobernante se mantenga en el poder, debe tener la suficiente astucia, sagacidad y habilidad en el manejo de los hombres y en el de los elementos requeridos, pero siempre atento al interés del Estado. Consideraba Maquiavelo, que debe hacer descansar el poder del Estado, en elementos de fuerza material, más que elementos de fuerza moral, religiosa o jurídica. Maquiavelo con su técnica política, dice García Gallegos, sin duda, cambió el rumbo del mundo en lo atinente al arte de gobernar.