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Día de la Cruz
Un año más “La Historia de Tobías” celebraba el Día de la Cruz, el día donde nuestros niños se motivan, están atentos y aprenden a manifestar sus sensaciones y sus preferencias hacia tal día o momento que les brindas su peculiar Semana Santa. Todo comienza con la ilusión de nuestros hijos que esperan impacientes el transcurrir del día, bien agrupados tocando sus tambores. Bien observando o participando de los desfiles procesionales o bien compartiendo alimentos alrededor de la mesa conviviendo momentos de amistad con el resto de amigos. Pero siempre con el pensamiento puesto en el turno de figura, en traspasar el umbral de la puerta del Cuartel, vestidos de figura, desde donde ya se siente algo especial, ya eres como tu padre y como tus hermanos mayores. En este día aunque los protagonistas son nuestros hijos, es cierto que como padres o familiares rememoramos nuestros tiempos de niños y metidos en la piel de ellos recordamos el nerviosismo que nos dejaba la boca seca y sentías que algo te golpeaba internamente, con un ritmo cada vez más rápido y nuestros padres nos miraban atentos como hoy día miramos a nuestros hijos guiándolos, cuidándolos y enseñándolos para mantenimiento de nuestras tradiciones. El día fue todo un éxito pues la chiquillería, los hermanitos del Pez, disfrutaron como verdaderos protagonistas que son de la Semana Santa Chiquita. Nosotros como padres tuvimos la oportunidad de sentirnos orgullosos de que el semillero vaya entendiendo las tradiciones de nuestro pueblo. Como también es tradicional este día tuvo otro agradable reconocimiento que no es otro que el quitarle la pata a la Vieja Cuaresmera durante el almuerzo, acto que estuvo a cargo de nuestro hermanito Juan Antonio Chaparro Graciano como fruto del sentir manantero engendrado por sus padres, dirigiéndose con unas sentidas palabras a los presentes y se le agradeció con un fuerte aplauso y un ¡Viva la Historia de Tobías!
Cruz de mayo: alegría, diversión y regocijo
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Como todos los años, intentamos sorprender a todo aquel que se acerca a disfrutar de nuestra cruz. Y así fue, todo pontano o forastero que se acercaba sólo tenía palabras de gratitud y asombro por el trabajo realizado por los hermanos del Pez. Otro año más pudimos disfrutar de unos días de ambiente festivo, junto a un sinfín de personas que se acercaron en este florido y hermoso mes de mayo hasta nuestro Cuartel. Días que convocan a los hermanos del Pez al trabajo y al esfuerzo en conjunto, al unísono y a favor de todos, centralizando aún más si cabe nuestra amistad. Nuestra casa destinada a actividades mananteras, durante unos días se convierte en un mesón, en plazas de toros, en alfarería, en un patio andaluz o en lo que haga falta con el fin de participar en las Cruces de Mayo que dejan a nuestro pueblo convertido en un jardín. El Pez, en tan solo unos años, se ha convertido en un referente en estos días, no sólo por la calidad del montaje de la Cruz y ambientación estética, sino por el fabuloso ambiente que sabe crear en estas horas de vivencias: familiar algunas veces, de juventud desenfrenada otras. Pero en definitiva nuestro ambiente, el que nos gusta y el que llama la atención creando una llamada multitudinaria que llena nuestro salón y patio durante los tres días a rebosar. Invitemos a compartir con todos nosotros, durante esos días, a todo aquel que desee conocernos. Estamos de nuevo dispuestos en este año 2014 a realizar la mejor Cruz que sabe montar el Pez, la nuestra, la que supone alegría y sonrisas para todos aquellos que nos visiten.