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Muy singular

Es evidente que hoy en día todas las corporaciones tienen unas vivencias de fe y de tradición muy parecidas entre ellas tanto en el seno de su cofradía, si es el caso, como en los acontecimientos diarios de juntas, comidas, desfiles, etc. Todas disfrutan de la hermandad en base a la amistad que se ha ido forjando entre los componentes a través de los años. Todas se solidarizan con su entorno en la participación desinteresada que pueden aportar en cada caso como ayuda a los más necesitados. Todas intentan mantener entre todos ellos el lazo de unión que la corporación como entidad les da, de orgullo, fidelidad y confianza al desenvolverse con toda sinceridad tanto en las alegrías como en las adversidades. Todas sienten la necesidad de participar activamente en cualquiera de las manifestaciones externas que con tanta intensidad nuestra Semana Santa nos ofrece. Pero también es cierto que cada una tiene sus singularidades, y la nuestra la Corporación Bíblica La Historia de Tobías – El Pez, es una corporación muy singular.

SINGULAR, porque exteriorizamos en cada ocasión que tenemos nuestro aprecio y afecto mediante un par de besos con todos y cada uno de nosotros. Besos que se reparten con el cariño más sincero de alegría al volverse a encontrar. Simple muestra de cariño y reconocimiento que deja patente la relación de algo más que amistad que existe entre nosotros, afecto que se mantiene y se practica, sin tibieza ni remilgos, abiertamente pues entendemos que la relación con los hermanos del Pez es algo verdaderamente familiar.

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SINGULAR, porque sentimos como parte de esa familia a todas aquellas personas que tienen a bien compartir su esfuerzo y trabajo con nosotros. Aquellos que hacen que sea fácil que todo esté dispuesto para la práctica de la hermandad y la confraternidad en la mesa y en las distintas reuniones que la corporación realiza. Son ellos parte de nosotros, Rafael, Jesús, Sara y Sako, los que con todo nuestro respeto, como no podía ser de otra forma, reciben a diario nuestro reconocimiento y agradecimiento por su labor. Cada uno de los hermanos les saluda afectuosamente en cada ocasión, no se interviene en su trabajo pues se deposita toda nuestra confianza en su cariño hacia la corporación, siendo frecuente la asistencia de hermanos a la cocina para transmitirles nuestra felicitación por su trabajo y es el trato exquisito de amistad y hermandad el que reina entre los hermanos con ellos.

SINGULAR, porque somos muy conscientes de que hay que dar para recibir, conscientes de que la generosidad es mucho más gratificante que la envidia, conscientes de que las cosas no florecen si no se siembran, se riegan y se cultivan hasta conseguir el fruto que se perseguía. Esa consciencia de hermandad nos lleva hasta la comprensión más básica y común de que entre

todos es mucho más fácil, pero ese entre todos no tiene por qué ser escrupulosamente equitativo, pues cada uno sabe que la corporación no para, y sabe subirse y bajarse según las prioridades de cada momento de la vida, de cada instante con sus diferentes épocas, con sus distintas circunstancias económicas, laborales, familiares, de salud, etc.

SINGULAR, porque disfrutamos compartiendo todos y cada uno de los actos que se proponen para convertirse en citas únicas, irrepetibles, insuperables…, que quien no tiene la oportunidad de vivir esas sensaciones se queda sin ellas, sin la memoria de ese momento y sin la gratificante sensación de que, una vez más y como siempre, hemos tenido la gran oportunidad de confraternizar y disfrutar de nuestra hermandad y amistad. El Día de la Cruz, las Cruces de Mayo, las Juntas de verano, las excursiones en grupo, el Trofeo de Rafa Fresno, la Cena de Navidad, el día de Reyes Magos, nuestra Cuaresma y Semana Santa…y todos y cada uno de los momentos que se nos ocurran para potenciar y saborear nuestra hermandad.

SINGULAR, porque tenemos el don de la alegría que nos provoca la risa más sana y abierta en aquellos momentos en que sea esa la forma de compartir, y al mismo tiempo el don del respeto y la formalidad basada en la seriedad más sobria y templada en la que se sustentan nuestras tradiciones y gustos por un desarrollo ordenado y participativo de nuestros encuentros en la mesa o donde allí se realicen.

SINGULAR, porque cada uno de nosotros, los 40 hermanos que formamos hoy en día la corporación, somos singulares. Tan singulares somos cada uno de nosotros que hemos tenido la gran fortuna, la dicha, el orgullo, la suerte de haber sabido elegir está corporación para desarrollar nuestro amor y devoción al señor de la Humildad en conjunto. Para sentir como parte de uno mismo las preciosas Figuras Bíblicas de Tobías Padre, Ana, el Arcángel San Rafael, Tobías Hijo y Sara, y sentir al presenciar sus desfiles la vanidad de algo bien hecho, sentir con su presencia en la calle el símbolo que nos reúne entorno a una idea y un concepto plasmados en ellas de HERMANDAD.

Sintámonos singulares hermanos, por el simple hecho de que lo somos.

Tan sumamente singulares somos que solo nosotros pertenecemos al PEZ - La Historia de Tobías. ¿Hay mejor singularidad?

Buena Semana Santa de 2014

¡¡¡VIVA NUESTRO GRUPO DE HERMANOS Y VIVA NUESTRA CORPORACIÓN¡¡¡

Juan Fernando García Arroyo

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