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La mananta sevillana
Después de 40 años viviendo en Sevilla, algo de su Semana Santa me tenía que llegar y ahondar, pero vivido de manera diferente de como los viven los capillitas de esta bonita ciudad, ya que yo solo soy manantero y siempre la vivo pensando en mi Mananta. Durante estos años he aprendido su sentir, sus tradiciones, sus emociones, sus cultos, y todo el vivir de la Semana Santa que tan famosa es aquí, y que también me llena de forma considerable, pero siempre pensando en Puente Genil y relacionándola con mi querido pueblo. Entre lo que tenemos en común son las oraciones hechas saeta, y que hay artistas que la interpretan de maravilla, como lo tenemos nosotros. Recuerdo cuando voy a conciertos donde se intercalaban marchas y saetas siempre me acuerdo de nuestro Rufino, Lavado, Frasquito, Mario y Francis, que con las letras nos hacen emocionarnos y sentirnos cerca del cielo. En este otoño pasado, ha habido efemérides de varias Hermandades Sevillanas, en las que he podido disfrutar de su salidas excepcionales y la verdad es que las procesiones han sido espectaculares con buenas cuadrillas de costaleros, iguales que las de nuestra Santa Cena y El Calvario, y la música, muy sentida, siempre me recordaba a las interpretaciones de la Banda de la Inmaculada de nuestro pueblo. Fue muy emocionante poder ver a la Virgen de la Hermandad de los Gitanos en su advocación de Angustias. Y cada vez que oía su nombre, yo me transportaba a la nuestra, a ese magnífico paso con el cuidado exorno floral que le caracteriza y que disfrutamos el Viernes Santo, con sus mecidas tan reposadas de sus hermanos bastoneros. También pude contemplar a la Virgen de la Hermandad de las Cigarreras, la Virgen de la Victoria, con ese palio de cajón tan bien hecho, y me vino a la memoria nuestro palio, también impresionante, de la Cofradía de las Penas, y que cobija a Nuestra Señora Reina de los Ángeles. La advocación de la Virgen de la Victoria me hizo recordar a mis hermanos costaleros de la Cofradía del Huerto, que tan primorosa y tiernamente llevan a “su” Madre.
También tuve la suerte, a finales del año pasado, de poder asistir a la clausura del Congreso de Bandas de Semana Santa, que se celebra cada dos años en Sevilla. En este evento se dieron cita más de 30.000 músicos de toda España. Con qué atención estuve expectante de los guiones para ver si estaba la Agrupación de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, desgraciadamente no estaba, y las composiciones que interpretaron en el pasacalles fueron muy bonitos, pero no sonaba como suena nuestra banda.
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El Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, cuando va a comenzar la Cuaresma expone en sus instalaciones arte cofrade. Yo lo comparo con las exposiciones de Arte Cofrade que cada tiempo expone en el pueblo, hecho que sigo con muchísimo interés. En esta exposición que he comentado, la temática se refería a la Hermandad del Cachorro, unas de las más punteras de Sevilla, y la verdad es que me resultó curiosa por los enseres que exponían y las fotografías tan antiguas que allí había. Cuando vi las mencionadas instantáneas no pude evitar relacionar la imagen del Cristo de la Expiración con la de nuestro Cristo de la Misericordia, y pensé en ese paso tan completo que desfila por la calles de nuestro pueblo el Viernes Santo. Como consecuencia del 75 aniversario de la Hermandad de la Paz, capilla que tengo cerca de casa, y donde tuve la inmensa fortuna de bautizar a mi hija y presentarla a la Santísima Virgen, esta Cofradía ofreció un precioso concierto, al que pude asistir. Las marchas fueron interpretadas magistralmente por la Banda Sinfónica de Sevilla y todas preciosas, pero nada igual a las nuestras, ya que, las que tocan la banda de Los Romanos, como que suenan de otra manera para mi audición y me llegan más hondos porque la asocio a momentos intensos de nuestra Mananta. Nada más empezar la cuaresma, un domingo que vine de vivir la Segunda subida de los Romanos, fui a misa a la parroquia de San Sebastián y me encontré con la sorpresa de que estaban con la Función de Regla de la Hermandad de la Paz, y asistí a ella. Esta Función me hizo recordar a la que le hacemos a Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, en la que el predicador habló como lo hace en nuestro Quinario, y también disfruté de cánticos de una Coral. En esos momentos me transporté a las letras que tan primorosamente cantan nuestra Schola y que tanto nos llegan a los mananteros que con solo el sonido rezamos. Ahora en cuaresma, como en nuestro pueblo, se celebran los cultos de todas las Hermandades, y suelo ir para ver lo magistralmente que exornan los altares, y he aquí mi deseo incumplido, pues en Sevilla siempre la Madre acompaña al Hijo, y eso en nuestro pueblo solo son unas cuantas Cofradías las que lo hacen. Nosotros podemos tener la oportunidad de hacerlo en nuestra Cofradía, ya que no habría ningún reparo en que la Virgen de la Amargura luzca junto a Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia en los cultos de ambas Hermandades. Por supuesto que el altar estaría precioso. Ojalá alguna vez podamos verlo. En fin, la ausencia de estos días de estar fuera de nuestro pueblo la suelo mitigar de la forma que he plasmado, y se hace más llevadera, pues no concibo una relación de la Semana Santa de Sevilla, sin estar presente en mí, la Mananta de mi querido pueblo, que al fin y al cabo es donde están mis raíces y es lo que he mamado desde que tengo uso de razón.
Lorenzo Jurado Sevilla a 18 de marzo de 2014 - Festividad de San Anselmo

