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La Humildad

Es solo una virtud, Es solo una condición, Sea solo una Imagen, Sea solo una devoción, la NUESTRA.

La Humildad, el Señor de la Humildad y Paciencia, da y otorga la tranquilidad al que se reconforta en El. El Señor de la Humildad deja una huella indeleble a todo aquel que tiene la inmensa fortuna de presentarse la tarde-noche del Miércoles Santo, en el Compás del Exconvento de San Francisco, recién llamado Compás del Coro, para ser durante unas horas su acompañante de la forma que sea, bien sea de hermano de luz y más si cabe siendo su guía en la procesión como Hermano Mayor. Quisiera agradecer, desde ese lugar que ocupe el Miércoles Santo pasado, a todos y cada uno de los que compartisteis conmigo, en especial a mis hermanos del Pez, aquella tarde imborrable para mí. Imborrable para mis recuerdos y vivencias, intensas vivencias que se plasman con una fuerza inusitada y se agarran a la fibra más sensible de los sentimientos que dejan su huella de por vida. Tarde, que desde el momento que ves la Imagen sola, sentada y humilde sobre el impresionante trono, vestido de un numeroso grupo de bastoneros, te exige un compromiso real, vivo y muy serio con Ella y con la Cofradía. Compromiso real pues en ese día, de una manera precisa y puntual tienes la gran oportunidad de vivir una cercanía única y privilegiada. Compromiso vivo porque lo estas sintiendo como algo irrepetible, con un calor indescriptible en tu interior, un nerviosismo casi incontrolable sin saber muy bien porqué, pues estas entre tus hermanos y cofrades con los que tratas a diario. Y compromiso serio, muy serio pues desde entonces crece de una manera muy distinta tu relación con la devoción a Jesús y con el adeudo a la cofradía por darte la posibilidad de ser dichoso, muy dichoso desempeñando el cargo de Hermano Mayor del año 2013. Y después, entregas el bastón de Hermano Mayor a tu ayudante, quedando de nuevo tu cercanía a Jesús como siempre, tan cerca como tu alma quiera, a partir de esa vivencia, está en ti el querer mantener esa cercanía que te permite el honor de ser durante un año el Hermano Mayor. A partir de ese día está en ti seguir siendo eternamente Hermano Mayor del cariño y la amistad que tienes por Jesús y que hay que cultivar para hacer crecer la fe que te une a Él. Gracias a todos por vuestra compañía. ¡VIVA EL HUMILDE!

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Juan Fernando García Arroyo

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