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Nuestro patrimonio

Nuestro patrimonio

Hay por ahí una canción que dice que veinte años no son nada, pero no hay nada más alejado de la realidad, pues aunque es verdad que los 25 años que llevo en la Corporación Bíblica “La Historia de Tobías” han pasado mucho más rápido de lo que el tiempo da a entender, por otro lado estos años están llenos de recuerdos, vivencias y alegrías pasadas junto a los hermanos de mi corporación. Todavía está fresco en mi mente el invierno del año 1982 en el que un grupo de 14 jóvenes llamado “El Juicio de Edom”, con una gran ilusión por vivir la Semana Santa y de tener figuras ( algo que por aquél entonces resultaba muy difícil), nos enteramos que había una Corporación que por avatares del destino se había quedado prácticamente sin componentes y aunque habían intentado fusionarse con otro grupo, este intento no había fructificado y seguían buscando otra corporación con la que fusionarse. Esta Corporación era “La Historia de Tobías” y estaba formada únicamente por seis hermanos, y después de varias reuniones con la nuestra, decidimos estar un año de prueba y ver que pasaba al final. De este año recuerdo que en mi corporación había hermanos que estaban ilusionadísimos con la posibilidad de esta fusión, pero que también había otros, entre los que yo me encontraba, que aunque compartíamos ilusión, veíamos quizás con más escepticismo la fusión sin que hubiese ningún motivo que lo justificase. De esta manera recuerdo en especial las bromas que gastábamos a nuestro hermano “Nene” diciéndole durante toda la cuaresma y la Semana Santa que íbamos a votar en contra de la fusión, con el consiguiente rebote por parte de este hermano. Pero no fue así, sino que el Domingo de Resurrección del año 1983 ambas corporaciones votamos a favor de la fusión, por lo que desde aquel día dejamos de ser dos corporaciones para pasar a ser una sola. De los veinte hermanos que empezamos a caminar juntos en la Semana Santa, en la actualidad sólo quedamos trece, ya que por diferentes motivos 7 de esos hermanos decidieron abandonar la corporación. Algunos de estos hermanos abandonaron la corporación para irse a otras corporaciones como fueron nuestros hermanos José Muñoz Aguilar y Fernando Gamero García. Otros lo hicieron porque abandonaron nuestra localidad para irse a vivir a otras poblaciones, como fueron nuestros hermanos Antonio Bordas Rivas y Rafael Illanes Muñoz. Otros lo hicieron por motivos familiares como La Pecera — Página 25

nuestros hermanos Andrés Illanes Velasco y José Joaquín Palos Rodríguez, pero quiero hacer una especial mención a un hermano que abandonó la corporación sin ningún motivo aparente, pero que estoy seguro que para él tuvo que ser una de las decisiones más duras de su vida manantera y que es nuestro hermano José Joaquín García Hidalgo Antequera “QUIN”, desde aquí te mando un muy fuerte abrazo. Han pasado 25 años y muchas han sido las vivencias compartidas con los hermanos de la corporación. Hay algunas que por su especial significado se han quedado grabadas en mi memoria de una manera imborrable. Sin duda una de las más importantes fue la noche del Jueves Santo del año 1983, en la que por primera vez disfruté vistiendo una de las figuras de nuestra corporación. Ese año tuve la inmensa suerte de que me tocó vestir de Tobías Padre en la calle Don Gonzalo, y aún recuerdo la noche que le di a mi hermano Rafa Jiménez diciéndole que no andaba hasta que quitara a la gente que se agolpaba delante de las figuras en la puerta de un bar del que no recuerdo el nombre, ya que era tal mi emoción que deseaba que todo el mundo pudiera verme desfilar sin que hubiese obstáculos por medio. Otro de los recuerdos que permanecen en mi memoria es la Semana Santa del año 1988 en la que junto a los hermanos de mi corporación alumbramos por primera vez a Nuestro Señor de la Humildad y Paciencia vestido con los colores de la cofradía. No puedo olvidar la ilusión que tenía y las ganas con las que en el recorrido no oficial, la mayoría de los hermanos decidimos portar el paso sobre nuestros hombros, cargando con los cirios a un chavalín que venía de otra localidad a ver “su” Semana Santa (un fuerte abrazo al pedazo de hombre en el que se ha convertido aquél chaval). Tampoco puedo olvidar los momentos compartidos antes de los desfiles con otro hermano al que intentaba inculcar, desde mi ignorancia, la manera correcta de desfilar, pero que no había manera. En estos 25 años el número de componentes de la corporación ha ido en aumento hasta llegar a los 38 actuales, pero al mismo tiempo ha ido disminuyendo la implicación con la corporación de todos nosotros, de tal forma que cada vez son menos los hermanos que están dispuestos a trabajar para la corporación, dejando esta labor a la Junta Directiva, a diferencia de los primeros años en los que estábamos deseando que hubiera algo que hacer en el grupo para acudir de manera rauda a arrimar el hombro. De esta manera, mi mayor deseo para los próximos 25 años sería que todos consiguiéramos tener una mayor implicación con la corporación, ya que desde mi escaso entender lo realmente difícil no es llegar, sino mantenerse. Rafael Gómez

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