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Recuerdo inolvidable
Quisiera aprovechar el espacio que nos ofrece nuestra revista anual “La Pecera”, para agradecer públicamente a nuestro hermano Manuel Barrios (LOLO) el magnifico trabajo realizado en la restauración de la Cruz de guía de la cofradía de nuestra Señora de la Amargura. Creo que merece la pena, que conozcáis toda la historia, por la cual nuestro hermano Lolo, ha podido realizar esta obra, y así podréis observar, todo esfuerzo, amor, cariño y entrega para con un hermano que ha puesto en este trabajo. Todo comenzó el Miércoles Santo del año pasado. Después de terminar el almuerzo en nuestro cuartel y de compartir algunos cánticos y saetas en el patio, salimos para realizar la estación de penitencia a nuestros titulares con la mejor predisposición posible. Una vez en el patio del convento y ya con nuestro Humilde iniciando la subida de la calle Aguilar, me dispuse a situarme en la fila de nazarenos de Maria Santísima de la Amargura. Por llevar muchos años acompañando a nuestra madre de la Amargura, aprecie algo distinto en el guión procesional de la cofradía y al poco rato me di cuenta de que no se encontraba detrás del estandarte la Cruz de Guía. Inmediatamente le comunique al cofrade mayor tal anomalía y me propuso que la cogiera yo. Fue la primera vez que hacia la estación de penitencia portando la Cruz y la experiencia resultó espiritualmente reconfortante. Durante el recorrido observe el deterioro en el que se encontraba la Cruz y pensé que su restauración o era inminente o se perdería una pieza única de nuestra Semana Santa y que son donaciones hechas por hermanos que pertenecieron a la cofradía y no hemos sabido conservarlas en nuestro patrimonio. La Pecera — Página 31
Cuando la procesión llego a la subida de la cuesta Baena, pensé en el riesgo que corría la Cruz en romperse por el tumulto de personas que esperaban la subida de la Virgen, y lo mejor que se me ocurrió fue dejarla en casa de nuestro Rafa Jiménez. Me recibió su madre, un tanto emocionada, y le explique a lo que venía, a continuación subí la cuesta Baena detrás de la Virgen porque el personal me impedía ponerme delante de ella, os puedo decir que se aprecia una estampa impresionante. El Jueves Santo la Cruz paso todo el día en nuestra sala de figuras, y yo meditaba lo que hacer con ella, pues algo en mi interior me impedía dejarla en ese estado. En la mañana del Viernes Santo, con el Terrible en la calle Santa Catalina, me encontré con el cofrade mayor de la Cofradía, y le pedí permiso para la restauración de la Cruz, y su contestación fue afirmativa. Seguidamente fui al encuentro de nuestras figuras en calle Ancha, donde por supuesto me iba a encontrar con Lolo, le propuse inmediatamente el reto de la restauración y no podré olvidar su contestación, con lagrimas en los ojos y dándonos un abrazo me dijo apúntame a la Amargura.
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Después de casi un año de muchas horas de trabajo y gran esfuerzo la Cruz ocupó el lugar que viene ocupando tradicionalmente en los cultos a Nuestra Madre en esta cuaresma 2007.




La Cofradía de la Amargura cuenta con la Cruz de Guía para otros cincuenta años pero lo más importante, también cuenta con otro hermano bajo su amoroso manto.

Gracias LOLO.


José Delgado Palma Cuaresma 2007
Veinticinco años en la Historia de Tobías
El paso del tiempo es una relatividad física que hace que los seres vivos en su proceso evolutivo se desarrollen hasta hacerse individuos adultos. Extrapolando este sentido biológico en nuestro paso corporativo en la Historia de Tobías podemos decir que después de veinticinco años de permanencia en la misma hemos alcanzado la madurez, la experiencia del paso del tiempo, que nos hace ser más sabios, por viejos, al poseer más vivencias de esta actividad semanantera tan enraizada en nuestro pueblo. De este paso, tan efímero, ha sido testigo fiel nuestras paredes, a través de sus fotografías donde se reflejan las distintas etapas por las que hemos ido pasando. Aquí se encuentran esbozados nuestros cambios físicos, actos importantes en los que hemos intervenido, distintas ubicaciones de nuestra casa cuartel…. etc. Así pues, debemos partir de la idea fundamental de que la Semana Santa es la manifestación cultural mas importante de nuestra localidad y que nuestro deber es que permanezca intacta tal como la hemos conocido, ir sembrando entre los jóvenes esa inquietud de pertenecer a la gran familia de nuestra Semana Santa, de nuestra cofradía y de nuestra corporación. Hermanos, no es quepa duda de que somos eslabones de una cadena de mananteros que allá por el siglo XVI comenzaron en nuestro pueblo con esta tradición cultural y que se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días. Es verdad que la sociedad actual esta cambiando los conceptos de aprendizaje y de información, procesos un tanto impersonales a través de las nuevas tecnologías, por ello en los tiempos que corren, sin menospreciar los nuevos avances tecnológicos, debemos potenciar las relaciones interpersonales como modo de transmisión del conocimiento. Por tanto, enseñar Semana Santa no es otra cosa que transmitir a los más jóvenes nuestras vivencias de veinticinco años, nuestra cultura, nuestra forma de ver y entender la vida. Pero, en verdad, esto es un proceso interactivo de aprendizaje diario y así los más jóvenes con vuestra fuerza y ganas nos enseñáis y nos empapáis de vuestra ilusión y hacéis que ésta nunca se pierda.
Actualmente, en nuestro cuartel, tenemos garantizada la continuidad de las generaciones de hermanos, y con ello la de nuestra corporación; esto hace que aunando ese ímpetu de los jóvenes y la veteranía de los mas viejos formemos un crisol donde se justifica esa riqueza cultural difícil de conformar en la sociedad actual. Hermanos, ya son veinticinco años de antigüedad en la Historia de Tobías y tenemos el deseo, estos nueve hermanos, de seguir cumpliendo muchos más y aportar lo que humildemente desde nuestras personas podamos para un mayor engrandecimiento, si cabe, de nuestra Corporación. Queremos que sepáis que estos años han estado cargados de hermandad, de fraternidad pero, sobre todo, de amistad entre todos los hermanos de Corporación. Desde aquí os tenemos que dar las gracias por habernos abierto vuestros corazones, por ser nuestros hermanos, por habernos hecho importantes en nuestro cuartel y en nuestra Cofradía. No quiero acabar de escribir este artículo al que he titulado “Veinticinco años en la Historia de Tobías” sin recordar a nuestro hermano Rafa Fresno que nos ha acompañado físicamente durante un largo periodo de estos años y con quien tuve el placer y el orgullo de realizar el pregón de nuestro cuartel en el año 1990, hermano al que añoramos día a día y que irremediablemente los avatares del destino lo separaron de nuestro lado, pero estoy seguro que desde el cielo está en todo momento con nosotros.
¡VIVA LA HISTORIA DE TOBIAS! ¡PUM, EL PEZ!

Paco Jiménez 11-3-07