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Humildad y Paciencia
Ntro. Padre Jesús deNtro. Padre Jesús de Humildad y PacienciaHumildad y Paciencia
En los continuos años que, junto a la Corporación, vengo realizando su estación de penitencia acompañando a nuestro titular, a nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, son numerosos los recuerdos que bajo el capillo llegan a mi memoria y muchas las oraciones, peticiones y agradecimientos que durante el largo recorrido se realizan. Pero hay algo que me produce una sensación especial, muy especial, que es contemplar la imagen del Señor. Contemplar la imagen de la Humildad siempre supone un impacto, un estallido en nuestros sentidos ante la emoción y belleza de tan impresionante figura. En la imagen de Nuestro Señor podemos observar ese cuerpo “que no tiene por túnica más que su piel y sus heridas” reflejando la tortura y los tormentos a los que ha sido sometido. “Sentado en dura peña......” condenado, permanece estático, sin un suspiro, sin un gemido. Con la mano en la mejilla paciente, mirando nuestras acciones y nuestros actos y observando que sus palabras llenas de parábolas que nos hablan de humildad, de misericordia, de comprensión, de mano tendida, nosotros con nuestro egoísmo lo modificamos y lo manchamos con soberbia, de rencor, de desprecio y de olvido. Nos mira como jamás nos haya mirado nadie. Mirada penetrante, indecible, que nos llega al fondo del alma. Esa mirada llena de bondad y de dulzura perdonándonos de nuestros pecados. A causa de sus llagas hemos sido curados nosotros. Es la mirada llena de amor, es una mirada comprensiva, de ternura, es la mirada que nos compromete a seguirle a acompañarle, a no dejarle solo, a estar junto a él. Observemos la expresión del Señor, fijémonos en su rostro dolorido, de ese varón de dolores y penetremos en el fondo de su dulce mirada humilde y paciente y considerémonos de palabra, de acción y de corazón más y mejor personas, todo ello refrendado con virtudes como la fe, la caridad en nuestras acciones, la esperanza de un mundo mejor y tengamos por bandera la solidaridad, la amistad, la fraternidad tanto dentro como fuera del Cuartel y en cualquier época del año. Esta debe ser nuestra esencia de ser mananteros, ser conscientes y comprometidos con la palabra del Señor, esto nos llevará a una formación permanente de nosotros mismos y seguir siendo útiles a generaciones futuras.
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Manuel Jiménez García.Manuel Jiménez García.