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Un Tobías muy viejo

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Reflexión

Reflexión

Un Tobías Muy ViejoUn Tobías Muy Viejo

Por Carlos Mora Hervías

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¡Y lo es! Porque ya vistió sus ropajes y encaró su rostrillo por los años 60, cuando alguno de nosotros andábamos a gatas y otros aún no habían nacido. Es el Hermano Rafael Manuel Hervías Gallardo, hijo de Miguel y de Purificación, nacido y criado en la calle la Huerta, hace ya taitantos años. Su primer nombre, como el de nuestro Arcángel, ya presagiaba algo, posiblemente su relación con la Historia de Tobías. Es mi tío Manolo. Cual caminante, Manolo tuvo que hacer las maletas, en plena crisis económica de la segunda mitad del siglo XX, y emigrar a Madrid, como también lo hizo parte de su familia. Se casó en Puente Genil con Carmen, el pilar de su vida, en la Iglesia de San José; pero fundaron su familia en el lejano Madrid. Manolo nunca dejó de pensar en su Puente Genil y en su Jesús Nazareno y tuvo el gran acierto de transmitírselo a sus hijos, porque como buen pontanense quería seguir la tradición.

He aquí la conexión, que por gracia de nuestro Arcángel, quiso que uno de sus hijos recalara en esta Corporación. Alberto Hervías Aguilar y, Manolo, quisiera a esta Corporación como suya. Es una gran suerte Alberto, poder disfrutar de un sábado de romanos o de un Jueves Santo de tu Padre en la mesa del grupo, contigo al lado, en el plano personal es algo que cuando recuerdes más adelante le daremos todos la importancia que realmente tiene.

Manolo siempre ha sido con el grupo generoso, prudente, participativo, detallista, no hay día que no traiga un presente con el que obsequiarnos: una tarta, unos dulces, unos pestiños o que su casa en el pueblo sea la de todos y se convierta por momentos en una prolongación del Grupo. En el XXV aniversario de nuestro grupo, los tres más antiguos vestimos en desfile procesional, las ropas antiguas; aquellas que por los años 70 compramos, siendo el principio de esta nueva etapa. El Jueves Santo, antes de iniciar el desfile, mi tío, Alberto y yo bajamos a la sala de figuras, a ver cómo habían quedado las ropas que íbamos a vestir y, en ese momento, se me ocurrió ver cómo le quedaba el ropaje de Tobías Padre a Manolo y, como veis en la fotografía y después de unos pocos años, mi tío volvió a vestir a Tobías Padre, como ya lo hiciera en el pasado.

Fue un momento emocionante, intenso; tú sabes Manolo mi especial cariño hacia ti y, que cuando nos acompañas en la mesa del grupo o en cualquier actividad del mismo, es como si también tuviera a mi lado a mi padre, que sabes que durante tantos años no ha podido venir al grupo un sábado cuaresmero o un Jueves Santo. Tu compañía, presencia y participación es reconocida por toda la Corporación. Desde aquí mis respetos a un gran hombre: pontanés, manantero, humilde y cristiano. Y por supuesto mi admiración, respeto y cariño de tu sobrino y hermano de Corporación.

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