El Sen r de un Hermano «No se puede entender a un pueblo sin su río, el puente, su gente, y esa bendita liturgia de teatro, cante y oración, que esconde un saber tan sagrado y verdadero. No podemos intuir el significado de Puente Genil, sin conocer ni comprender su Semana Santa, su Nazareno, y a Doce figuras bíblicas que lo siguen siempre cada Viernes Santo, y que durante todo el año viven custodiados por dos rejas de un an guo granero, sito en calle Madre de Dios… justo al frente del cielo de una Plazuela.» ecía el poeta Manuel Reina, sobre su pueblo, que era “tan alegre, risueño y bullicioso como una pandereta”. Y así son mis Apóstoles, una corporación bíblica de la más numerosa y bulliciosa, llena de hermanos risueños y alegres que se juntan todo el año para celebrar, tras el pecado original de Adán, la redención de su Nazareno. El Patrón de Puente Genil, el Terrible… el amo de todas las cargas. Los Apóstoles son tan alegras, risueños y bulliciosos como una pandereta, o mejor dicho, como el ronco y común lado de sus tambores que unen los corazones de todos los hermanos, cada sábado de romanos, para acercarse al Maestro y escuchar las oraciones en forma de singulares Saetas Cuarteleras. Miguel Romero ya señaló que los Apóstoles “pertenecían a todas las clases sociales de un pueblo, desde un tulo de Cas lla (Conde de la Casa Padilla) a un humilde bracero, reinando la más amplia hermandad y fraternidad, sin ningún po de Jerarquías”. Sin más nobleza que la de ostentar “un bello corazón de oro”. Y en ello seguimos, unidos bajo un mismo techo y juntos en nuestro par cular cenáculo, donde el único poder es el verdadero, ese que ene como único sen do el servicio más fraterno, y que aquí se forja en la Cocina del an guo granero porque Dios, como todos los hermanos saben, también anda entre los pucheros. Así es Puente Genil, un pueblo sin murallas y de gente
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