El libro sistematiza el proceso de acreditación de instituciones educativas. El proceso ha supuesto en estas instituciones una transformación organizacional, llevándolas más allá del mero cumplimiento. Les ha permitido retomar y potenciar algunas prácticas, valorando sus progresos en calidad identificando a qué dimensión de acreditación pertenece cada actividad y reconociendo su nivel de cumplimiento. La matriz de acreditación fue un instrumento clave para superar la apreciación subjetiva de la calidad permitiendo a los institutos conocer avances y brechas en las dimensiones y factores de acreditación.
Un aprendizaje importante se ha dado en torno de la concepción de la evidencia, superando su dimensión documentaria para constituirse en un medio de verificación del logro de indicadores. Así, las instituciones pudieron transitar de gestiones por objetivos y actividades a una gestión por resultados, donde los indicadores son elementos clave para la evaluación de impacto.