Joaquin No.165 - November-December 2023

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y mother, despite having the equivalent of a fifth grade education in Mexico, was a wit and a fountain of wisdom. While I sometimes scoffed at her country ways and ran aground of her old world morals, one of the things I most recall about her was her mastery of Mexican dichos, old sayings, and she seemed to have one for each of life’s encounters. Aside from the tried and true wisdom the dichos conveyed, their poignancy relied not only on their manner of delivery, but on their timeliness. To mean anything, each had to be delivered at a precise moment, just before, or immediately after a life experience. Their humor, play of words, irony, and poetry, brought me many a smile. At the moment a young person learned a lesson the hard way after being told over and over by an adult, “don’t do it because you’ll be sorry”, she would say “Más sabe el diablo por viejo que por diablo” (More knows the devil for being old than for being devilish) When you spoke evil or gossiped about someone, she would quip “El que escupe pa’rriba en la cara le cae” (Spit upwards, and it will fall back in your face). When you spoke foolishness, she warned “En boca cerrada, no entran moscas” (In a closed mouth, flies do not enter.) When you fell in love with someone who is going away, she would shake her head and say “Amor de lejos, amor de pendejos” (Love from a distance is a fool’s love). One of her favorites was reserved for people who expected to be treated as special by others. “De favor te abrazan y ya quieres que te aprieten” (They are hugging you as a favor, yet you want them to squeeze) Another variation she reserved for this condition was “apenas le dicen ‘mi alma’ ¡y ya quiere casa aparte!” (No sooner does someone call you “my love”, and you are already calling for a moving van!) For the person who did favors for everybody else but neglected things in his own house, she scoffed “Candil de la calle, obscuridad de su casa!” (An angel on the streets, devil in continued on next page the house). When

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A True Rooster Can Crow in Any House Richard Ríos, Stockton, CA

El buen gallo en cualquier gallinero canta

i madre, a pesar de tener el equivalente a una educación de quinto grado en México, era una fuente de ingenio y sabiduría. Si bien a veces me burlaba de sus costumbres campesinas y desdeñaba su moral del viejo mundo, una de las cosas que más recuerdo de ella era su dominio de los dichos mexicanos, y parecía tener uno para cada uno de los encuentros de la vida. Aparte de la sabiduría comprobada y verdadera que transmitían los dichos, su intensidad dependía no sólo de la forma en que los pronunciaban, sino también por lo oportunas. Para que tuviera algún significado, cada uno tenía que ser entregado en un momento preciso, justo antes o inmediatamente después de una experiencia de vida. Su humor, juego de palabras, ironía y poesía me sacaron muchas sonrisas. En el momento en que —después de que un adulto le dijera una y otra vez “no hagas eso porque te arrepentirás”— un joven aprendía una lección por las malas — ella decía “Ya vez, Más sabe el diablo por viejo que por diablo” (El diablo no es astuto porque es diablo, sino porque ha vivido mucho). Cuando hablabas mal o chismeabas sobre alguien, ella te decía por lo bajo “El que escupe pa’rriba en la cara le cae”. Cuando decías tonterías, ella advertía: “En boca cerrada no entran moscas”. Cuando te enamorabas de alguien que se iba o estaba lejos, ella sacudía la cabeza y decía “Amor de lejos, amor de pendejos” o, el amor a distancia es para los tontos. Uno de sus favoritos estaba reservado para las personas que esperaban ser tratadas con preferencia por los demás. “De favor te abrazan y ya quieres que te aprieten” o: uno te está haciendo un favor “y ya quieres que den cambio”. Otra variación que reservaba para esta situación era… “apenas le dicen ‘mi alma’ ¡y ya quiere casa aparte!” O, tan pronto te dicen un piropo, y ya quieres mudarte con él/ella.) A la persona que hacía favores a todos los demás, pero desatendía a los de su propia casa, decía con desdén “¡Candil de la calle, obscuridad de su casa!” o, en la calle, una luz, pero en su hogar reinan las sombras). Cuando alguien empezaba a justificarse por continúa a la vuelta no estar a la altura NOVEMBER-DECEMBER 2023 Joaquín 9


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