Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837Página Valdense«...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 LAICIDAD EN PALESTINA Iván Vivas6 DEFENDER LA PAZ, NO LA VERDAD Defender la paz, no la verdad7 POR UNA PATRIA LAICA, LIBRE Y SOBERANA... Alfredo Servetti9 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense -Julio 2021 - N° 270 - Afiliado a O.P.I. N° 837 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 ¿De qué decimos hablamoslaicidad?cuando


Laicidad, Estado laico, Estado confesional, secularización. Todas ellas son palabras que vamos a poder leer en la mayoría de las páginas que se ocupan de la temática principal. Planificar un contenido al res pecto no fue nada sencillo, es una temática muy compleja y como sa bemos, en nuestros países riopla tenses la realidad es diferente. Tan to Uruguay como Argentina tienen mucha historia al respecto, idas y vueltas; en las páginas siguientes también van a poder encontrar un poco de este recorrido que conside ramos nos va a ayudar a entender el estado de situación con respecto a la laicidad en nuestros Estados. Cuando la comisión nos planteó trabajar este tema, creímos impor tante generar un contenido que nos permita continuar reflexionando so bre por qué es importante que nues tros Estados sean laicos; evitando caer en lugares comunes que, mu chas veces, clausuran los espacios de discusión o debate, la idea es poder pensar más allá de las legislaciones vigentes en cada país, porque como dice Nicolas Iglesias Schneider en la página siguiente: “El debate sobre la laicidad, creo, no precisa leyes que generen censores ideológicos, sino al contrario, debería invitarnos, como sociedad, a pensar herramien tas y espacios educativos, sociales y religiosos, que apunten a la libertad y la plenitud de vida. La laicidad de bería ser la herramienta y el acuerdo que nos habilita al encuentro con el otro y la otra, incluso en la diferencia y la disidencia de opiniones”. ¿Por qué es importante, en tonces, que reflexionemos sobre la laicidad? ¿Es o debería ser un tema de agenda para nosotrxs, lxs val denses? En mi opinión, claro que sí, porque estamos hablando de que no haya religión que interfiera en cuestiones públicas, y con cuestio nes públicas me refiero a los dere chos y libertades de cada unx, y de todxs. Aquí me detengo un ratito, porque cuando hablamos de liber tades, y, sobre todo, en tiempos tan extraños y convulsionados como los que estamos viviendo a raíz de la pandemia, muchas veces se des dibujan los límites entre la libertad individual y la colectiva; esa liber tad colectiva que implica directa mente a mi entorno, a las personas con las que comparto mi vida, pero también aquellas que me cruzo en el supermercado, en la plaza o en la farmacia. Entonces, cuando se dice que mi libertad termina donde co mienza la de lxs demás, ¿qué quie re decir? ¿quiénes son lxs demás? Creo que es la pregunta que siem pre debe acompañarnos: ¿quién es mi prójimx? Para mí, la respuesta es muy simple: todxs y cada unx. Como cristianxs, entendiendo la necesi dad, la riqueza y lo indispensable de la construcción de comunidad, diría que es casi insostenible hacernos eco de consignas que sólo ponen el foco en una porción pequeña de la realidad, convocatorias que, desde lo discursivo arman revuelos, pero en los gestos concretos no llegan a traducir las cifras en personas, en historias, en familias. En fin, pen sar más allá de nuestras realidades también es un ejercicio que contri buye a la salud comunitaria, con cepto que trae Andrea De Vita en unas de las páginas siguientes.
4 | PÁGINA VALDENSE Argentina Col. Belgrano: Delhy Pastre. Col. 25 de Mayo: Ruben Bertinat. Cnel. Suárez: Pablo Rafarelli. Gral Roca: Oscar Dalmás. Gral San Martín - LP: Stella Maris Chambón. La Paz - ER: Marisel Garnier. Jacinto Aráuz - LP: Susana Tucat. San Carlos C. - SF: Héctor Cotichini. Villa Iris - BA: Ema Dalmás. Reconquista - SF: Dardo Zanuttini S. Martín - SF: Edith Long. San Gustavo - ER: Orfilia Barolin. El Sombrerito - SF: Aurora Bertinat. IERBA (Buenos Aires): Comunidad de IERBA. Gálvez: Rubén Gardiol. López: Carina Tschopp. Paraná: Equipo de Comunicación. Flores Consistorio: Alberdi 2240 (CABA) San Nicolas: Helvecia Catalín. Laprida: Delta Bertón. Bahía Blanca: Natalia Coria. Carmelo:Uruguay Ruth Soulier. Cañada Nieto: Alba Charbonnier. Colonia: Ethel C. Negrin. Col. Miguelete: Ana Félix. Col. A. Negro: Carolina Galván. Col. Valdense: Secretaría IEV Colonia Valdense. Cosmopolita: Milka Charbonnier. Dolores: Nora Gallo. Fray Bentos: Cristina Dalmás. Juan L. Lacaze: Manuel Ávila. Alférez Lascano: Nylia Gonnet. Melo: Glenys Rameau. Montevideo: Mario Pablo Ábalos O. de Lavalle: Juanita Bonjour. Palmitas: Hilda Geymonat. Paysandú: Ruben Dalmas. Rosario: Andrea Montaña. Mercedes: Natalia Gauthier.Carlos Dodino Tarariras: Consistorio de Tarariras. Tres Bocas: María Fernández. Young: Esther Malán Para actualizar agentes, sugerencias u opiniones enviar mail a paginavaldense@iglesia-valdense.org o paginavaldense@gmail.com o bien al celular: +54 3437 REDACCIÓN448727.Varela 1729 - Dolores - Soriano - Uruguay e-mail: paginavaldense@gmail.com COMISIÓN SINODAL Wilfredo Bonjour, Alfredo Servetti, Hugo Malán T., Laura Michelin Salomon y Mariano Chialva DIRECTORA Daiana Genre Bert EDITOR RESPONSABLE Darío e-mail:dariobarolin@yahoo.com.arBarolín EQUIPO DE REDACCIÓN Yanina Vigna, Lis Rivoira, Tomás Barolín Tron, Daiana Genre Bert CREACIÓN GRÁFICA, DIAGRAMACIÓN Penélope Chauvie ILUSTRACIÓN DE TAPA Sara Wong ETIQUETADO Y DISTRIBUCIÓN Grupo de la Comunidad de Ombúes de Lavalle ADMINISTRACIÓN Julio Leal - Juan Bentancur 1623, Barrio El General, 70000 Colonia - Uruguay Tel.: (598) 4522 0620 - Cel.: 099967745 SUSCRIPCIÓN ANUAL Precios subsidiados por el proyecto OPM Uruguay $U 450 - Argentina $A 500 Europa € 50 - Resto del mundo U$S 70 MEDIA SUSCRIPCIÓN (SEIS MESES) Uruguay $U 225 - Argentina $A 250 CUENTA EN BROU 1521941-00002 Para recibir pago de suscripciones. Por favor en cada depósito o transferecncia poner los datos de contacto. AFILIADO A OPI N° 837 TIRADA: 900 ejemplares N° Matrícula Dirección de Industrias: 188 Impreso en Imprenta Moyano Ferreira Aldunate y Haedo - Mercedes Soriano - Depósito Legal N° 68638 El equipo editor asume su responsabilidad sólo por las opiniones propias Apuntes de la Directora PÁGINA VALDENSE I 2
Lo indispensable: comunidad
Andrea es una de las autoras de esta edición, y como el resto, nos refrescan las ideas entorno a la lai cidad, para poder seguir pensando, para salir en búsqueda de nuevas reflexiones que nos permitan convi vir, respetar y disfrutar de la plura lidad, haciendo del encuentro, una oportunidad para descubrir nuevas sensaciones, sentipensares, otros puntos de vista, nuevos o diferentes recorridos. El título que nos propone esta autora, me quedó resonando: “Defender la paz, no la verdad”, por que me pareció clave: echa luz en un tema tan amplio como complejo, im pulsa otras preguntas y reflexiones, pone en el foco lo importante: convi vir en amor, lejos de las verdades ab solutas que se interponen en la bús queda de la vida plena y abundante que deseamos para todxs. Que Dios nos acompañe y guíe en este transitar, que no nos permita olvidarnos que caminamos con otrxs y que, como dijo Paulo Freire: “Nadie se salva solo, nadie salva a nadie, to dos nos salvamos en comunidad”. Daiana Genre Bert



“ El debate sobre la laicidad, creo, no precisa leyes que generen censores ideológicos, sino al contrario, debería invitarnos, como sociedad, a pensar herramientas y espacios educativos, sociales y religiosos, que apunten a la libertad y la ple nitud de vida. La laicidad debería ser la herramienta y el acuerdo que nos habilita al encuentro con el otro y la otra, incluso en la diferencia y la disidencia de opiniones, valores tan caros al mejor espíritu protestante uruguayo.
El debate sobre la laicidad, creo, no precisa leyes que generen censores ideológicos, sino al contrario, debe ría invitarnos, como sociedad, a pensar herramientas y espacios educativos, sociales y religiosos, que apunten a la libertad y la plenitud de vida. La laicidad debería ser la herramienta y el acuerdo que nos habilita al en cuentro con el otro y la otra, incluso en la diferencia y la disidencia de opiniones, valores tan caros al mejor espíritu protestante uruguayo.
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Nicolas Iglesias Schneider Director del proyecto Fe en la Resistencia
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Por lo que en un país y un mundo cada vez más plural y donde existen cada vez más mecanismos de control sobre la información, el cuerpo y la vida de las personas, que incluso se presentan como totalizantes.
mirada retrospectiva:
Hacia finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, en las luchas anticlericales y por el estado laico en diversos países de América Latina, protestan tes confluyeron en sus intereses con masones, liberales y socialistas. La visión ideológica del protestantismo de misión en este momento, era entender al catolicismo romano como una forma de «yugo papal» y consolidaba «la ignorancia y el retraso» del pueblo latinoamericano, y la visión de muchos colectivos de migrantes protes tantes que venían huyendo de la persecución religiosa en Europa, también consideraron que la separación de la Iglesia y el Estado garantizaría la libertad de concien cia, educación y culto. El proceso de secularización en Uruguay abarcó seis décadas y tuvo varios hitos que dieron al Estado responsabilidades que antes estaban compartidas con la Iglesia Católica, de los cuales quizás la reforma edu cativa impulsada por José Pedro Varela sea el más sig nificativo porque condensó el impulso modernizador, y la educación se volvió el espacio más importante de consolidación del ideal de nación homogénea. En Uruguay ese cruce unió a varios referentes del protestantismo con el batllismo, una figura muy des tacada de ese momento fue el médico psiquiatra San tín Carlos Rossi, quien sería designado presidente del Consejo de Enseñanza Primaria y Normal en enero de 1930, que asimismo era un militante metodista. En esta misma línea varios representantes departamen tales de origen valdense y diputados departamentales como Oscar Griot (1922), acompañaron los postulados y reformas laicas desde el batllismo. Podríamos dete nernos en la obra educativa con espíritu laico y plural del protestantismo en Uruguay, analizado para el caso valdense por el historiador Roger Geymonat en su libro «El templo y la escuela».
Aunque estos hitos históricos unen la tradición fi losófica de sectores importantes del protestantismo de hace un siglo con la laicidad, hoy nos encontramos fren te a nuevos desafíos que nos plantean repensar las for mas de la laicidad, como un arreglo de convivencia en un mundo plural. Más aún cuando la tradición de apoyo a la defensa del Estado laico en Uruguay por parte de las iglesias protestantes, no es una laicidad que censu re las opiniones, o que busque privatizar la discusión plural de ideas o reprivatizar la política y la religión al ámbito de la vida familiar. En este sentido hay proyectos de ley como el Conse jo de laicidad en Uruguay, enarbolado por el sector de ciudadanos/as del partido colorado, o el de Escuela sin partido en Brasil llevado adelante por sectores afines al gobierno de Bolsonaro, muestran una intencionalidad de sacar de las aulas la posibilidad de los alumnos/as y profesores/as de intercambiar y debatir sobre aquello que estaría relegado a las responsabilidades de las fa milias, que serían: la religión, la sexualidad y la política. Los argumentos que plantean estos proyectos se enmarcan más en la vieja idea de la lucha del antico munismo que plantea las «aulas como lugar de adoctri namiento». Por ello los postulados de estos proyectos son considerados por los sindicatos docentes como una «caza de bruja» o una «inquisición», ya que atacan direc tamente a la libertad de cátedra docente, en detrimen to del debate plural de ideas y creencias. La pluralidad en el aula ya está garantizada por la actual Ley General de Educación, la 18.437, del año 2008, en su artículo 17 establece que «el principio de laicidad asegurará el tratamiento integral y crítico de todos los temas en el ámbito de la educación pública, mediante el libre acceso a las fuentes de información y conocimiento que posibi lite una toma de posición consciente de quien se educa. Se garantizará la pluralidad de opiniones y la confron tación racional y democrática de saberes y creencias».
Protestantismo y Estado laico en Uruguay
PÁGINA VALDENSE I 4 Aportes para un debate sobre la laicidad
1Secularizar: Hacer secular lo que pertenecía al estamento eclesiástico (Oxford Languages)
Este proceso de privatización de lo religioso definido de esta manera por el profesor e historiador Roger Geymo nat2 resulta clave para la comprensión del proceso secu larizador en el Uruguay. Las medidas secularizadoras desplegadas por el primer batllismo continuaron hasta la consagración en la Constitu ción de 1919 de la separación de la Iglesia y el Estado. Ilustrativo de esta disputa resulta la cuestión de los feriados y festividades religiosas. Desde ese momento la semana santa pasó a ser semana de turismo, el 25 de diciembre -la Navidad- dejaba paso al Día de la Familia. También es ilus trativo de este proceso y del influjo secularizador el cambio de nombre de varias ciudades del país3. Otro mojón de este proceso lo constituye la década que se extiende entre 1920 a 1930. Durante esos años la celebración del centenario de la Declaratoria de la In dependencia (1925) y de la primera Constitución (1930) contribuyeron a completar el primer modelo de configu ración nacional. La inauguración del Palacio Legislativo en 1925 («templo laico») como del Estadio Centenario, o el Monumento al Gaucho y el Obelisco de los Constituyentes son indicadores de la fuerza simbólica de lo público y civil en la conformación de la identidad uruguaya. Es parte del proceso que estamos describiendo también, la fuerza de la escuela «laica» y sus rituales. Recorrida histórica de un concepto Señala el historiador R. Koselleck4, sobre la antigua tríada: lugar, tiempo y persona: «Si se modifican el lugar, el tiempo y la persona, surgen nuevas obras, incluso aun que traten o parezcan tratar del mismo objeto […] Se aña den nuevas experiencias, se superan las antiguas, se for man nuevas esperanzas: y se plantean preguntas nuevas a nuestro pasado que exigen reflexionar de nuevo sobre la historia, considerarla otra vez, volver a investigarla» (1993:173). Estos planteos contribuyen a revisitar y a abrir la discusión en torno al concepto de laicidad, a la construc ción de nuevos sentidos, nuevos acuerdos, a la escucha y al encuentro con los/las otros/as. Hace unos cuantos años Página Valdense me había pedido ya una contribución sobre este tema, recuerdo haber tomado como referente a la profesora Reina Reyes5. Vuelvo a traer sus palabras que pueden ser actualizadas: «Laicidad no es ateísmo ni antirreligiosidad. Laicidad es libertad, libertad despojada de las intenciones agresivas que frecuentemente desnatu ralizan el sentido del término» (1965:67) Y más adelante agregaba: «Para definir la laicidad es necesario insistir en la idea de respeto, evitando utilizar la palabra ‘tolerancia’ que parece insinuar que se soportan como por favor las ideas contrarias a las propias» (1965:73)
Juanita Bertinat
Un repaso por algunos tópicos que en los últimos me ses-años se instalaron en la agenda pública y, por lo tanto, se tornaron temas de disputa, alertaron de posibles proce sos violatorios de la laicidad cuando estos ingresaban en los procesos de discusión en los ámbitos de la enseñanza, por ejemplo. El 6 de abril, ingresó al Parlamento Uruguayo, un proyecto de ley que crea el Consejo de Laicidad cuyo cometido sería entre otros, la elaboración de dictámenes y recomendaciones tendientes a preservar la laicidad en el ámbito del Estado. Es a partir de diferentes posiciones y perspectivas en conflicto que emerge -de manera recu rrente- la discusión por «la preservación de la laicidad».
2Geymonat, Roger (2005) Secularización y privatización de lo religioso en el Uruguay, X Jornadas Interescuelas/Depar tamentos de Historia. Escuela de Historia de la Facultad de Hu manidades y Artes, Universidad Nacional del Rosario. Departa mento de Historia de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional del Litoral, Rosario, 2005. 3Castillos sustituyó a San Vicente de Castillos, Ecilda Pau llier a Santa Ecilda, Artigas a San Eugenio, Canelones a Villa Guadalupe de los Canelones, Paso de los Toros a Santa Isabel, Francisco Soca a Santo Tomás de Aquino, Bella Unión a Santa Rosa del Cuareim (Geymonat 2021:38)
¿Cuál sería la opción, por ejemplo, a nivel educativo, a nivel de las iglesias? ¿Cerramos la puerta y dejamos esos temas afuera? ¿Cómo habilitamos procesos y construimos espa cios de discusión que nos enriquezcan? ¿Y qué, asimismo, nos permitan vivir juntos/as con las diferencias? La laici dad, un concepto en disputa señala la filósofa Andrea Díaz. Evidencia de la necesidad de la discusión y de la cons trucción de espacios que habiliten la «hermenéutica de la escucha» es la creación, hacia fines de 2017, de la Red Temática de Laicidad integrada por diferentes unidades, Institutos y Departamentos de la propia Universidad. También el desarrollo, a partir de este año, en la órbita del Consejo de Formación en Educación de un curso so bre «Laicidad, Docencia e Historia: perspectivas y abor dajes para el siglo XXI» para todos los/las docentes de la Administración Nacional de la Educación Pública en sus diferentes subsistemas, con referentes variados y con posturas contrapuestas. Recorrida histórica de un proceso El proceso de secularización1 se extiende entre los años 1860 y 1920. Al primer impulso secularizador pau tado por el Decreto del Poder Ejecutivo del 18 de abril de 1860 llamado «secularización de los cementerios», siguió en 1877 el Decreto-Ley de Instrucción Común que mini mizaba la enseñanza religiosa en las escuelas, así como el Decreto-Ley de Registro de Estado Civil (1879). Los años que siguen (1885-1886) profundizan este proceso de separación de la Iglesia y el Estado y el diseño de contornos más definidos de los ámbitos de acción de cada uno (ley de conventos, ley de Educación Secundaria, ley de Matrimonio Civil entre otros). La identificación de lo público con lo estatal, relega ron al ámbito de lo privado el fenómeno de lo religioso.
A modo de introducción Hablar de laicidad remite al abordaje de la temática religiosa y sus vínculos con lo estatal. Dicho de otra ma nera, la problemática de la laicidad se relaciona con los procesos de separación de la Iglesia y el Estado y su pug na por la definición y ocupación de los espacios públicos en un proceso que la historiografía denomina como pro ceso de secularización.
4Koselleck, R: (1993) Futuro/pasado. Para una semántica de los tiempos históricos. Paidós, Barcelona. 5Reyes, R. (1965) El derecho a educar y el derecho a la edu cación. Editorial Alfa, Montevideo.
PÁGINA VALDENSE I 5 ¿un país laico? Argentina,
Esta es la pregunta que voy a intentar responder en esta reseña, pero como es un tema tan amplio y con tan tas aristas, les propongo tomar un aspecto: el educativo, el cual desde mi rol manejo un poco más, con algunos hechos históricos que llevaron a este sistema estar don de se encuentra. Y a partir de este aspecto, traspasarlo a otras áreas del Estado y su relación con la Iglesia Cató lica, siempre que hable de iglesia me estaré centrando en esta, ya que las iglesias protestantes siempre tuvie ron otra poliarca con respecto al Estado y a la enseñanza. Voy a dejar de lado las relaciones de la Iglesia Católica con la última dictadura que merecería una nota aparte, porque esta dio fundamento ideológico y colaborativo a este golpe como en otros anteriores. Haciendo un poco de historia desde el comienzo de la Argentina como Estado, si tomamos el hito del 25 de mayo (el primer gobierno patrio) encontramos la par ticipación de la Iglesia Católica en uno u otro bando, sucede lo mismo en la declaración de la Independencia con algunos diputados siendo prelados, y en la misma declaración evocando la protección de Dios como crea dor y supremo. Pero más allá de las formas, con el nue vo Estado, el Vaticano formalmente rompió relaciones. Deteniéndonos en el tema educativo, los hombres de gobierno tenían ideas de ampliar el mismo a sectores hasta ahora olvidados, de allí un proyecto de Belgrano de educar a las niñas y los aborígenes. Pero, Bernardino Rivadavia llegó a expropiar inmuebles pertenecientes a la iglesia, sacándoles el dominio del cementerio y de las escuelas de primeras letras. Desde la ideología liberal, la iglesia solo debía ocuparse de los bienes espirituales, dejando lo demás al naciente Estado. La Reforma riva dariana quedo trunca por su excesivo centralismo y por problemas externos como la guerra con Brasil. Así, el primer presidente argentino, renunció. Será Juan Manuel de Rosas, ya en época del caudi llismo y desde el federalismo, el que vuelva a plantear las relaciones con el Vaticano y devuelva el rol de está en la educación elemental. Después de la Caída de Ro sas, en la batalla de Caseros, la generación del 37, eran acérrimos defensores de la separación de iglesia y es tado. Por diversas razones, una de las cuales era la bús queda de mando de obra, los inmigrantes que vinieran, sobre todo los nórdicos, que esperaba Alberti, se les de bía respetar su religión. Así, la libertad religiosa fue un bastión para llevar a cabo eso de «gobernar es poblar». De esta generación podemos ejemplificar con Domingo Faustino Sarmiento, en su presidencia realizó el primer censo para no estar dependiendo de las actas bautismo y defunción de la iglesia, creo también el registro civil, y en cuanto a la educación le dio mucha importancia a la creación de escuelas primarias, hasta trajo maestras de Estados Unidos. Pero no todo es tan lineal, porque al momento de realizar la constitución se estableció al Estado como padrinazgo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, dándole sustento económico -artículo 2-, y también se establecía que el presidente del Estado de bía pertenecer a esa religión. Esto último será deroga do en la reforma de 1994, no así el sustento económico. Pero lo más importante en el ámbito educativo lo va originar la generación del 80, y bajo la presidencia de Roca se va establecer la ley 1420, donde declara a la misma con las siguientes características: gratuita, laica y obligatoria. El debate se da precisamente por la carac terística de laica, entre diputados: liberales y católicos, estos últimos promulgaban que las escuelas se diera religión. De todas maneras, gradualmente estos fueron los fundamentos del sistema educativo nacional. A par tir de Ley de Educación de 1994, se delegó a las provin cias y a municipios, lo que dejo libre para que la Iglesia Católica vuelva a dar religión a las escuelas, lo que su cede en Salta, Mendoza y Jujuy. Ahora no puede haber igualdad cuando a alumnos/as se los excluye del aula, u otros se quedan para no ser discriminados/as, donde se obliga a clases de religión desde la óptica católica, porque sus clases no son ecuménicas. En este aspecto la Escuela pública tienen que garantizar una educación de calidad, abierta y libre de todo prejuicio, y quienes quieren educar a sus hijos/as desde la óptica católica, puedan hacerlo desde sus templos. En conclusión, lo que observamos con respecto a este tema es que, en la Educación y la laicidad, hubo avances y retrocesos, lo mismo ocurre en otros aspectos como con la Ley de Educación Sexual Integral y la inte rrupción voluntaria del embarazo, por ejemplo.
Para responder la pregunta inicial, Argentina es un Estado confesional, reconociendo a su vez a otras reli giones en su territorio, pero concede privilegios a una: la Iglesia Católica Apostólica Romana, quizás tenemos un gran trabajo con argentinos y argentinas de separar, de una vez por toda, iglesia y Estado. Carmen Alegre
“ “ Esto se debe a que no tomamos a fondo el tema de la separación del Estado y la iglesia, porque no es solo un tema de financiación, aunque no po cos son los fondos que sostienen las escuelas privadas confesionales y a su vez, provincias que dan religión, o lo que pasa con la ESI, que no se lleva a la práctica por ir contra sus dogmas. Estamos hablando de igualdad de de rechos y libertad de pensamiento, y que una religión no se inmiscuya en asuntos públicos.
Cuando hablamos de laicidad, no hacemos mención a una oposición de lo religioso sino a una convivencia social donde lo religioso no es lo normativo sobre lo cual se despliegan políticas públicas, discursos hege mónicos y la determinación de las identidades indivi duales dentro de una noción ideológicamente precon cebida de lo social.
Dicho esto considero que hay una pregunta que po demos trazar a continuación para problematizar bre vemente lo mencionado antes: ¿cómo se comprenden estas dimensiones políticas donde las categorías de aquello que entendemos por laico y por religioso se ar ticulan en el entramado social de poblaciones antiguas, milenarias y cuyo estado moderno busca su autono mía; matizando lo que busca construir frente a los que ha heredado, en una suerte de actualización política de los fenómenos históricos que dan origen a un tipo de sociedadPensemosparticular?loque sucede en Palestina e Israel, por ejemplo. En dicha región hay poblaciones que cargan con el peso de la historia de las religiones monoteístas desde hace más de 2000 años. Parte del desafío de pen sar la laicidad hoy es imaginar cómo construir una ciu dadanía despojada de los intereses particulares de las instituciones religiosas en medio de una zona donde justamente ese elemento es legitimador de discursos segregatorios para las minorías excluidas. Durante un tiempo he vivido en la ciudad de Belén, en Palestina. En aquellos meses, junto a un grupo de ecuménico de acompañantes, entre otras actividades que realizamos por tres meses, una de ellas fue cocinar algunas veces un campo de refugiados llamado Aida Camp. En una de las mañanas antes del taller de cocina, hablábamos sobre cómo es vivir en Palestina y en aque lla charla había: mujeres, hombres, adolescentes, niñas y niños. De todas estas personas la mayoría éramos ex tranjeros/as: turistas algunos/as, voluntarias y volun tarios otros. El dato curioso es que todas las personas allí teníamos la libertad de visitar cuanto lugar sagrado quisiéramos (tanto del cristianismo, judaísmo o islam) a excepción de las y los palestinos.
PÁGINA VALDENSE I 6 en Palestina
Si entendemos que laicidad es una suerte de confi guración de normas sociales de convivencia en función de la cual las instituciones políticas se estructuran a partir de la soberanía popular y no de grupos particu lares vinculados a algún tipo de religiosidad institucio nalizada; entonces estamos hablando de una necesidad que, en caso de ser concretada, no sólo garantizará el bienestar de la representación política de la población sino que además generará nuevas posibilidades de ex perimentar lo religioso desde una libertad ciudadana sostenida por una pluralidad saludable (en términos sociales); para el desarrollo de las colectividades, et nias y todo tipo de religiosidad en su amplia expresión.
Palestina vive bajo la ocupación del estado de Israel desde hace 73 años. Mediante argumentos religiosos y bajo el estigma social de pensar de manera insepara ble la palabra islámico con la palabra fundamentalista religioso y, más aún, con la palabra terrorista, la propia gente que pertenece geográfica y políticamente a una tierra propia no tiene la libertad de transitar la misma; a causa de las normativas impuestas por el estado que ocupa sus propios territorios. Lo que me resulta in evitable mencionar antes de finalizar este artículo es que aquellas familias del taller de cocina son cristianas como la mayoría de las familias en Belén. Tal vez, los estigmas sociales y las categorías se gregatorias a partir de prejuicios morales, políticos y religiosos no siempre los podamos resolver a partir de la laicidad; más allá de que estemos de acuerdo en que ese camino es el correcto en cuanto a los regímenes estatales, siempre tendrá lugar la pregunta de cómo lidiar con situaciones complejas donde el entramado social y religioso encuentra sus principales laberintos en un anclaje histórico de más de 2000 años y una ocu pación territorial hace ya 73. Tal vez la respuesta es más simple de lo que pensamos; tal vez la respuesta esté en volver a traer al centro de la escena la impor tancia de los DDHH al momento de pensar en la com plejidad de un tema como laicidad en medio oriente. Estas no son respuestas sino tan solo preguntas en forma de posibles afirmaciones de cara a estos deba tes que tan bien le hacen al ejercicio democrático en el contexto de los estados posmodernos. Más allá de lo complejo de toda situación, lo simple no debe perder se de vista y si hay alguna forma de pensar la laicidad por fuera de los DDHH entonces el problema no es la ausencia de la laicidad.
Dicho de otro modo, en un estado laico se reivindi ca lo político como instrumento de representación so cial por mandato popular sin mediaciones de creencias particulares que provienen de las religiones que, en muchos casos, son instituciones que no cuentan con la legitimidad y representación de la mayoría del pueblo. No es dato menor recordar que lo laico se conecta con la idea de pueblo partiendo ya de su etimología (pueblo es laos, en griego). Más allá de la teorización que podemos hacer sobre todo lo relativo a lo laico y a lo religioso como catego rías para entender la estructura estatal, los sistemas de gobierno y las instituciones sociales que conforman y definen aquello que puede ser considerado un estado o una nación compuesto por una multiplicidad de gru pos, etnias y colectividades en un todo social.
Iván Vivas Lic. en teología
Laicidad
Otro punto. Está generalmente admitido que las de mocracias del siglo XXI tienen que ser «seculares». Este término implica, como se dijo, más de un problema, pero ¿qué significa realmente? Podríamos esbozar, por lo menos, dos modos de entender un sistema secular. Los dos suponen algún tipo de separación entre Iglesia y el Estado. Por un lado, un Estado no puede estar oficial mente vinculado a ninguna confesión religiosa, a no ser residual o en un sentido simbólico (como en Inglaterra).
Cuando hablamos de laicidad y de secularización, no tengo dudas de que todos/as compartimos el hecho de su dificultad a la hora de plantearnos un diálogo al respecto. En tal sentido, comparto algunas reflexiones con Enustedes.primer lugar, me gustaría traer a este texto al gunas aclaraciones respecto del significado de la ter minología. La palabra «secularización» es un término de origen latino (saeculare) que significa «siglo» pero también «mundo». Por ello mismo lo secular hace refe rencia a todo aquello que es mundano por oposición a lo espiritual. De la voz latina saeculum, también se deri va «seglar» para designar y diferenciar a los miembros de la iglesia que no son clérigos. En este sentido tam bién, nos encontramos nuevamente con la oposición entre lo «profano» y lo «sagrado». Para señalar una primera conclusión, la seculariza ción y su proceso –en tanto rasgo distintivo de la mo dernidad- designa la autonomía de las sociedades en general y de sus instituciones en particular (enseñanza, sanidad, asistencia social, etc.) frente al poder eclesiás tico que, tradicionalmente, tuvo una injerencia directa en la decisión de los estados y gobiernos. Es en este sentido que secular equivale a laico, es decir, a no-con fesional. A partir de ese proceso secularizante, un Es tado deja de ser confesional, se emancipa de cualquier tutela religiosa y se convierte en un Estado laico. Por lo menos, esa es la pretensión. Ahora bien, existe un debate entre laicidad y laicis mo que conviene señalar, aunque sea muy brevemente.
“ “ Expreso aquí una segunda con clusión. Un Estado laico no excluye la presencia de tradiciones y cosmovisiones religiosas, sino que las incluye en su riqueza identitaria e interactúa con ellas. En tal caso, se trata de oposiciones com plementarias y necesarias para la salud comunitaria.
Pero, por otro lado, el secularismo exige algo más y es que el pluralismo de la sociedad requiere que exista una cierta neutralidad a la que llamamos «distancia por prin cipios» (principled distance), para utilizar la expresión surgida del debate académico sobre este tema. Por esto mismo es un asunto complejo, porque con él se busca más de un bien social. Destacamos de allí, las categorías legadas por la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. ¿Qué significa esta «trinidad» ilustrada? Significa que nadie debe ser coaccionado/a en ma teria de religión o de sus creencias básicas (libertad re-
PÁGINA VALDENSE I 7 Defender la paz, no la verdad
El laicismo es un movimiento que defiende o favorece la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmen te, es decir, de forma independiente o, en su caso, ajena y diferenciada de las confesiones religiosas. Por eso, el tér mino laico (del griego laikós o «popular») precisamente se aplica a aquellas personas que no tiene órdenes cle ricales o son independientes de cualquier tradición reli giosa. Añadimos aquí que, según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), en su primera acepción, el término laico, es sinónimo de seglar.
Los y las laicistas consideran y afirman que la lai cidad es un principio indisociable de la democracia, porque las creencias religiosas no son un dogma que deban imponerse a nadie ni convertirse en leyes. Por eso mismo, en una sociedad laica tienen acogida las creencias religiosas en cuanto derecho de quienes las asumen, pero no como deber que pueda imponerse a a nadie. De modo que es necesaria una disposición se cularizada y tolerante de la religión, incompatible con una visión integrista que tiende a convertir los dogmas propios en obligaciones sociales para otros/as o para todos/as. Un Estado laico, de esta forma, pretende al canzar una mejor convivencia al ordenar las activida des de los distintos credos, asegurando la igualdad de todos y todas ante la ley, y en muchos casos sirviendo como herramienta para someter el sentimiento religio so, pretendiendo así anteponer los intereses generales de la sociedad civil sobre los intereses particulares.
Tomemos como ejemplo el asunto del hiyab o velo islámico. Como sabemos, fue un tema polémico en las democracias occidentales europeas. En Francia se pro hibió que las alumnas de las escuelas públicas llevaran el velo, considerado «un signo religioso ostensible», se gún la famosa Ley Stasi de 2004. En Alemania, las alum nas pueden llevarlo, pero no las docentes, mientras que en el Reino Unido y en otros países, no hay una legisla ción específica, sino que cada escuela decide. ¿Cuáles son las razones de estas diferencias? En to dos los casos es asegurar la neutralidad de las institu ciones públicas, garantizar la igualdad entre todas las creencias y asegurar el mayor grado posible de libertad religiosa o, en su formulación más amplia, de libertad de conciencia. No obstante, se puede advertir que en un plano existen diversas respuestas desde los estados a una misma cuestión. Pero en otro nivel, el dilema central y su solución quedan ocultos bajo la ilusión de que sólo hay un principio implicado: la neutralidad de las instituciones o los espacios públicos.
Tercera conclusión. Podríamos afirmar que las so ciedades democráticas no se organizan en torno a una religión civil, como pretendía Rousseau, pero sí en tor no a una fuerte civilidad que consagra las tres normas esenciales, expresadas en las sociedades contemporá neas: derechos humanos, igualdad y no discriminación y democracia. Mientras no se consolide los estados laicos, los vestigios de la soberanía divina seguirán latentes con sus efectos adversos en cuanto a derechos y libertades.
Por último, me gustaría recordar una obra de teatro escrita por Lessing que publicó en 1779, conocida como Nathan el Sabio, cuyo nudo central es la célebre Parábo la del anillo ubicada geográficamente en Jerusalén, en el siglo XII y en la corte de Saladino. El sultán hizo una pregunta de peso a Nathan: ¿cuál de las tres religiones más grandes es la mejor: el cristianismo, el islam o el ju daísmo? Y Nathan, el judío sabio, le respondió de la si guiente manera: había una vez un hombre que tenía un anillo con un poder especial: tenía el don de hacer que quien lo llevara fuera especialmente amado por Dios y por su comunidad. El hombre heredó el anillo a su hijo favorito y, al mismo tiempo, lo convirtió en su sucesor. Esto sucedió durante varias generaciones. No obstante, llegó el día en que el dueño del anillo tenía tres hijos a los que amaba por igual. Por eso, mandó fabricar otros dos anillos, idénticos al primero, y le dio uno a cada uno de sus hijos. Al morir el padre, los muchachos comenzaron a pelear acerca de quién tenía el verdadero anillo. El juez al que le pidieron resolver el conflicto dio a los herma nos un sabio consejo: cada uno debía creer que tiene el verdadero anillo, y demostrarlo llevando una vida pia dosa, humanitaria y ejemplar. La obra de Lessing es una defensa apasionada de la tolerancia y convivencia que, a través de sus cinco actos, hace descubrir que las tres tradiciones religiosas son, en realidad, una gran familia con conflictos, pero familia al fin. La riqueza polisémica de esta obra es muy amplia y excede el objetivo de estas reflexiones. No obstante, hoy más que nunca, esta obra adquiere relevancia por que el interrogante de fondo no es la prioridad de la verdad una, sino la paz y la convivencia. Lessing detec tó agudamente que, si hubiera un anillo único para la humanidad, mal irían las cosas para la paz del mundo. Por eso, a nadie le está permitido poseer el único anillo, ni a los estados, ni a las tradiciones religiosas.
PÁGINA VALDENSE I 8 “ “ Y aquí está el problema. Porque la pregunta que deberíamos hacer nos es qué políticas públicas debe llevar adelante un Estado democrático en relación con la diversidad y la pluralidad de voces y creencias. De hecho, la razón de ser de la neu tralidad estatal es, precisamen te, evitar favorecer o perjudicar no solo posiciones religiosas, sino cualquier posición dominante. ligiosa), la libertad de no creer o el libre ejercicio de la religión (Constitución de Estados Unidos art. 2). Signi fica también que debe existir igualdad entre personas y comunidades de diferentes credos o creencias y que ninguna perspectiva o cosmovisión religiosas debe te ner un lugar privilegiado y menos ser doctrina oficial. Por último, la fraternidad, es decir, el proceso perma nente por el cual las sociedades construyen y se propo nen sus metas, objetivos y de cómo alcanzarlos a partir de relaciones de respeto y civilidad. Ahora bien. Empecemos con las dificultades que nos presenta este tema. En estos años primeros del siglo XXI existe un debate acerca del papel (público o privado) de la religión, y en el cual se ha focalizado la atención en la manifestación pública de los símbolos religiosos, tan to el velo de las mujeres musulmanas como los objetos religiosos en los espacios públicos. Desde mi punto de vista, una de las dificultades fundamentales para abor dar estos temas es que tenemos un modelo equivocado, que condiciona nuestra manera de pensar. Asumimos, consideramos y creemos que el secularismo o la laicidad tienen que ver estrictamente con la separación del Esta do de la religión o de la Iglesia y el Estado.
Andrea De Vita Doctora en filosofía por la Universidad de Sevilla, España. Profesora titular de la cátedra «Islam» y de «Religiones Compa radas» de la Facultad de Filosofía, Letras y Estudios Orientales de la Universidad del Salvador. Coordinadora del área «Ciencias de las Religiones» y docente de la Red Ecuménica de Educación Teológica (REET). Directora Nacional de Cultos entre 2008 y 2020, cargo obtenido por concurso público de oposición y ante cedentes. Actualmente, asesora de la Subsecretaría de Asuntos Nacionales de la Cancillería argentina.
Eran unos días significativos en el barrio, se cumplía un nuevo aniversario de Flores en lo que se denomina la «Semana de Flores», organizada por el Área de Cultura de la Comuna 7 de CABA. El barrio recuerda este aniver sario a fines de mayo, fecha cercana al feriado del 25, que remonta al inicio de las revoluciones y la instalación de la primera Junta de Gobierno en el Río de la Plata. En el 2019 se palpitaba esta festividad contando con diferen tes actividades en la comuna; respirándose olorcito a lo cro, escarapelas presentes, religiosidad popular, y demás reivindicaciones de símbolos y memoria.
libre y soberana...
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En esta línea de festejo, se convocó a representantes de los diferentes credos del barrio a un evento; porque, desde sus orígenes, Flores se ha caracterizado por la con vivencia de distintas corrientes migratorias y religiosas. El título convocante era «Oración Interreligiosa por la Pa tria» y particularmente me dijeron: «sería hacer una re flexión por la situación del barrio y demás en el marco de su aniversario». En ese momento se me cruzaron varias ideas y símbolos en mi cabeza. ¿Qué implicaba realizar una «oración por la Patria»? ¿Qué imaginario podemos llegar a tener con conceptos de tal índole? Lo primero que se me vino a la mente fueron imágenes muy comple jas en relación a lo que ha significado hablar en «nombre de la Patria» o en su equivalente en «nombre de Dios» en vínculo con el Estado. Pensaba a lo largo de la historia en acciones de represión y atrocidades, justificadas desde sectores religiosos. Ejemplos como la Alemania nazi, que ha tenido como exponente profético al teólogo Dietrich Bonhoeffer; la persecución y aniquilación sistemática de disidentes del régimen del Tercer Reich. Pensaba tam bién en las dictaduras cívico-militares en la región, que han contado con la bendición de los poderes religiosos hegemónicos vinculados al poder de turno. Por más que estemos alejadxs de estas posturas, existe siempre la tentación de centrar los pensamientos y reflexiones desde el lugar de lo absoluto, sin equivoca ciones, sin fisuras.
Con búsquedas de dignidad y libertad en las diferen tes expresiones de la sociedad; levantando una voz profé tica frente a persecuciones y exclusiones en todas sus for mas. Las cuales son legitimadas desde el poder absoluto que busca consolidarse acallando la diversidad de voces.
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“ Compartir esa celebración ecuménica nos hizo pensarnos y repensarnos desde la memoria de nuestros pueblos. En donde podamos estar atentxs, como comunidades que re flexionan de manera crítica, basadas en fundamentos bíblico-teológicos, dando testimonio que anuncie y reclame la Buena Noticia en medio de reali dades complejas.
Por una patria laica,
Ser testigxs de una realidad que pueda ser transfor mada y en donde sean garantizadas las libertades, tanto individuales como colectivas, pudiendo así vivir en una patria laica, libre y soberana; algo por lo cual sumo mi oración en estos días... Alfredo Servetti Artus Willfrido, La Responsabilidad Política de la Comuni dad Cristiana, Ediciones La Aurora, Buenos Aires,1984 Zilstra Germán- Schwantes Milton: Lectura bíblica en el Movi miento Valdense, Ponencias y debates del Seminario realizado en el Centro Emmanuel en marzo de 1994, Colonia Valdense, 1996 Cátedras Carnahan 1995, Dietrich Bonhoeffer, a 50 años de su ejecución por el tercer eich, ISEDET, Buenos Aires, 1995
«La comunidad de fe hará su aporte a la sociedad en la comprensión y clave venidera del Reino de Dios», pero no podrá pretender ocupar un rol hegemónico en nin guna forma. Siendo el Estado el cual deberá encontrarse abocado a la asistencia de toda la población, en la diver sidad de los diferentes credos. Según Wilfrido Artús, «la comunidad es constituir con sencillez la comunidad confesante que sigue al Cris to despojado de riqueza y poderío». Pensar y sentir una iglesia que se comprende e identifica desde los márge nes, comunidad del camino que propone Jesucristo.
Esta invitación me llevó a rever nuestra propia iden tidad. Siempre es saludable preguntarse de dónde veni mos y adónde vamos. ¿Qué sentido tenía poder realizar un aporte que no cayera en legitimaciones simplistas? Pensaba en toda la tradición y elaboración que hay des de la identidad valdense, particularmente con una im pronta y reflexión muy clara en este sentido; destacando su característica como movimiento laico que ha sufrido persecuciones y privaciones de libertad por el «bien y pureza de esa Patria» en sus diferentes variantes a lo largo de la historia. Desde sus orígenes el movimiento valdense rechaza esas posturas absolutis tas, manifestado en su fundamento anti-constantiniano que hace referencia al rechazo de la unión que hizo el emperador Constantino entre la Iglesia Católica Romana y el Imperio, en donde el límite no existía. En esta línea destacamos la reivindicación de la separación entre la iglesia y el Estado por parte de lxs valdenses, reflejado también en la mirada sobre la educación y la formación de las personas, en favor de la libertad de pensamiento.
En octubre del 2019 escribía sobre Alma para esta misma columna, en ese entonces les compartía un po quito su historia, sus sentires y pensares en relación a la migración de mexicanos/as hacia Estados Unidos. El día de hoy, viviendo en Montevideo, me encuentro con que la realidad que transversaliza al país desde hace algunos años es la llegada de cientos de migrantes provenientes de países latinoamericanos tales como Venezuela, Cuba y República Dominicana, mayoritaria mente. Y así como estos/as inmigrantes han estado lle gando en búsqueda de una oportunidad, las líneas que escribiré a continuación también es una oportunidad para dar a conocer un poquito la historia de vida de una migrante venezolana, y como podrán notar, en su vida está presente la fe.
Con Estefanie nos conocimos a mediados del año pasado, cuando comenzamos a trabajar juntas en el «Programa de Medidas no Privativas de Libertad para Adolescentes en Conflicto con la Ley», gestionado por la ONG «Movimiento Nacional Gustavo Volpe». Recuerdo que en una de las entrevistas con los y las adolescentes surgieron, por parte de un joven, algunos interrogantes en relación a la religión, la creencia en Dios, y comenza mos a hablar sobre el tema. Fue ahí cuando supe que mi compañera, tenía fe en Dios y esto era algo que estaba muy presente en su vida.
Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I 10
En la actualidad, millones de personas se trasladan de un territorio a otro en búsqueda de mejores condi ciones y calidad de vida; y muchas de esas historias es tán transversalizadas por la fe.
Estefanie nació en Venezuela, en la ciudad de Mara cay. En nuestro encuentro me relata que decidió migrar debido a la crisis que atravesaba su país. Proviene de una familia en donde nunca le faltó nada, «de clase me dia» expresa, pero a sus 23 años se encontró con que, teniendo una carrera universitaria culminada y dos tra bajos vinculados a su profesión, el dinero que recibía no le alcanzaba para cubrir sus necesidades básicas, debiendo continuar siendo mantenida por su madre. Es ahí cuando se plantea… «¿hasta cuándo esta situación será así? ¿Cuándo podré gestar un proyecto de vida in dependiente si mi sueldo no cubre ni siquiera el surtido para una quincena? Tenía en claro que no quería ese es tilo de vida», relata. Y fue así como comenzó a gestionar los papeles que necesitaba, y si bien su objetivo siem pre fue venir a Uruguay, debió migrar hacia Perú en un primer momento, ya que su dinero no le alcanzaba para llegar a este país y mantenerse hasta que consiguiera trabajo. Ella tiene un hermano en Perú y algunos ami gos/as, y por recomendación y apoyo de ellos/as deci dió emprender viaje hacia Lima junto a su madre. Sin embargo, al llegar se encontró con que la descripción que su familia y amigos/as habían realizado sobre el país no coincidía con lo que ella vivenció. No le fue tan sencillo conseguir empleo y además expresa que había mucha xenofobia por parte de la sociedad peruana ha cia los venezolanos. «Es un país muy clasista». Me co menta también sobre las grandes desigualdades socia les y la explotación laboral naturalizada, con empleos cuya jornada laboral es de 12 horas por un salario mí nimo y las mujeres deben enfrentarse cotidianamente a situaciones de violencia de género. Su paso por Perú fue bastante rápido, en unos 5 meses, Estefanie ya había reunido el dinero que necesi taba para llegar a Uruguay, entre ahorros del trabajo y préstamos que le dieron algunos amigos/as emprendió viaje hacia Uruguay. Aquí ya contaba con algunos vín culos que la apoyaron mucho incluso consiguiéndole un lugar donde vivir y un trabajo con el cual sentar las bases para poder, en un futuro, dedicarse al ejercicio de la psicología, lo cual tanto anhelaba.
La inmigración de personas ha estado presente en la historia de la humanidad desde tiempos inmemoriales. En la Biblia es posible encontrar múltiples relatos vincu lados a la migración de personas, ya sea de forma indi vidual como colectiva, desde el éxodo del pueblo hebreo cruzando el Mar Rojo hasta los apóstoles llevando a otros pueblos la Palabra de Dios, pasando por el viaje que de bieron emprender María y José buscando la protección de Jesús. También el pueblo valdense lleva en su memo ria grandes historias sobre ello, pero no me detendré en estos aspectos ya que ameritarían un artículo propio.
En búsqueda de la tierra prometida en el Siglo XXI
El intercambio con Estefanie fue muy extenso, con un diálogo profundo y sincero sobre su pensar y sen tir. El hecho de trabajar juntas nos permitió reunirnos presencialmente, aspecto que resulta difícil hoy por hoy porque continuamos con la emergencia sanitaria y estamos llamados/as a cuidarnos y cuidar al otro/a. Si bien podría seguirles contando sobre su vida, me re servo algunas palabras para la intimidad, habiéndoles realizado un recorrido breve por su historia de vida transversalizada por la fe. Me quedo con sus palabras al referirse a Uruguay, aludiendo al país de una forma ad mirable, ya que destaca la gran hospitalidad y empatía de la sociedad uruguaya. No puedo dejar de decir que esto fue un aspecto que me asombró de buena manera.
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Que las historias de tantos y tantas inmigrantes continúen rodeándonos, para no olvidar que en el Siglo XXI hay quienes continúan en búsqueda de esa tierra prometida. Sin dudas estas historias no dejan de ser un llamado para que todas y todos continuemos siendo parte del Reino de Dios, un Reino de tolerancia, respe to, amor por el prójimo/a, y sobre todo, empatía. Eliana Montaña Estefanie y Eliana
«A pesar de que me gusta más orar que rezar», comenta. Viviendo en Montevideo a veces concurre a Misa, principalmente cuando la misma es oficiada por algún sacerdote venezolano y le rinden culto a la Virgen de Coromoto, la Santa Patrona de Venezuela. Un poco más avanzada la charla y ya con más con fianza, me cuenta que la fe ha estado presente en mo mentos muy complejos de salud, tanto de su propia vida como de familiares, ocurriendo situaciones que bien podrían ser valoradas como un milagro. A los 9 años le ocurre una parálisis facial, debido a una infección de oído generalizada, y logra recuperarse totalmente. Lue go a los 16 años le ocurre nuevamente un episodio de parálisis facial, y otra vez se recupera sin secuelas. Esto fue un mojón en su corta vida, ya que luego de este úl timo episodio decidió cambiar radicalmente con aspec tos de su vida que le generaban mucho estrés y tensión diaria. A ello también se le suman historias vinculadas a su familia. Me cuenta que su tío por línea materna se tragó, hace varios años, una tapita de chapa y había que operarlo de urgencia porque eso iba moviéndose por el esófago y lo podía herir gravemente. Cuando le van a realizar la placa para ver por dónde iba, la misma no estaba, había desaparecido. Su madre también tenía problemas renales y debía operarse; cuando le fueron a realizar los estudios para la intervención, el dolor des apareció y ya no tenía ninguna enfermedad. A colación de estos relatos anecdóticos, Estefanie me cuenta so bre José Gregorio Hernández, un médico y filántropo católico venezolano que vivió aproximadamente en la segunda mitad del Siglo XIX, y al cual se le atribuyen muchos milagros de salud ocurridos al pueblo venezo lano y quien, casualmente en abril pasado, fue beatifi cado por el Vaticano.
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Pero a través de su familia, dice que sentó las bases y luego, ya de ma yor, ella decidió continuar creyendo en Dios, transformándolo en un aspecto muy importante de su vida y prácticas cotidianas. También me cuenta que tiene amistades que son evangélicas y ha concurrido a algu nos cultos con ellos/as, pero ha deci dido mantenerse en la línea católica.
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En relación a su historia de fe, Estefanie me cuenta que su familia, por línea materna, es católica y a ella de pequeña le enseñaron los valores cristianos. Concurrió a un colegio en el cual le brindaban catequesis y luego en el colegio secundario también le enseñaban educa ción cristiana, hasta que el gobierno de Chávez promul ga una ley en la cual se prohíbe la enseñanza religiosa en los centros educativos. Esto reavivó en América La tina los debates entorno a la laicidad en la educación, pero ese es otro capítulo aparte. En relación a su vida de fe, me cuenta que tuvo sus momentos de altibajos, principalmente en la adolescen cia ya que no le encontraba tanta importancia y «hasta me parecía fastidiosa la educación cristiana», comenta.

PÁGINA VALDENSE I 12 Conexiones Movimiento Juvenil Valdense | Año XXI |Julio 2021| conexionesvaldense@gmail.com
El autoritarismo justificado en lo divino sigue siendo autoritarismo. Y a quien le cueste entender, Iglesia y Estado nada tienen que ver Tendrán que caer.
Como valdenses, conocemos la religión que pro fesamos, y sabemos muy bien las intenciones y obje tivos que tiene. Estamos muy seguros/as de nuestra misión y abogamos por el cumplimiento de derechos para todos y todas; pero sabemos que el conservadu rismo sigue vigente en muchos credos y religiones, y es justamente este conservadurismo el que no debe interferir en el Estado.
La historia es abundante en ejemplos de lo religio so en lo político donde se ha lastimado el derecho a la libertad de culto de quienes no comparten la ideología predominante, y se ha extendido hacia la reducción de los derechos humanos. Más que nadie lo sabemos no sotras y nosotros, las y los valdenses, cada vez que re cordamos la fecha del 17 de febrero.
En 1989, para ser presidente, Carlos Saúl Menem tuvo que dejar de ser musulmán y convertirse al catolicis mo, ya que la Constitución establecía que la/el presiden te debía profesar la religión católica (apostólica romana).
Entonces, ¿es Argentina un Estado laico efectivo o es un Estado en el que una religión sigue regulando la vida en sociedad? ¿Por qué vemos cada vez más pañue los naranjas colgados en mochilas con el eslogan «Igle sia y Estado, asunto separado»? Incluso para aquellos y aquellas que no profesan ninguna religión, ¿acaso esta no sigue marcando el día a día de sus acciones? ¿no sigue el Estado poniendo re glas y normas que tienen que ver con la religión? Más allá de la cuestión presupuestaria, que es in creíblemente sustancial, la separación de Iglesia y Es tado también importa para situar el debate público de que la política no se trata de religiones, y de que nin guna debe estar por encima de otra en ningún aspecto. Es interesante pensar en qué es lo que en verdad la Iglesia puede aportar a la construcción de un país con valores cristianos -y cuáles son esos «valores»-, pero también tenemos que entender que la experiencia de la fe, o religión, es estrictamente subjetiva. Además de que, recalco, cuando se tiene en cuenta la religión en lo político, hablamos de una única: el catolicismo. la legitimidad de las religiones; pero, a su vez, este debe aprobar leyes mediante discusiones basadas en evidencia objetiva, jamás puede poner sus funciones a disposición de cierto culto o religión. Más aun sa biendo que esa religión no representa a la totalidad de ciudadanos y ciudadanas.
«Esperando la magia», Sig FlorenciaRaggaArias
En la reforma constitucional de 1994, este requisito fue eliminado, junto con el que obligaba a los pueblos ori ginarios a «evangelizarse», a convertirse al culto católico. La Constitución Nacional no reconoce religión ofi cial alguna y establece una libertad de culto que hoy es complementada con la obligación del Estado de abogar por la igualdad religiosa entre las diversas creencias. Sin embargo, y a pesar de que Argentina se denomi na un país laico o no confesional, el Estado sostiene los sueldos de obispos y arzobispos, además de subsidios para la Iglesia católica. Así debe ser según lo establece el Artículo 2° de la Constitución: El Gobierno Federal sostiene el Culto Católico Apostólico Romano, enten diendo esto como «sostenimiento económico» y nunca como la concesión de un estatus preferencial ni oficial al culto católico ni a ninguna otra religión o creencia.
¿Por qué es necesario un Estado laico? Dios es hombre y como hombre gobierna y determina, Dejando intacto el privilegio Que el mundo siga girando en el centro del universo. «Esperando la magia» Sig Ragga

Hace aproximadamente 16 meses nos sorpren dió una noticia adversa que trajo con ella enfermedad, muerte, dolor, angustia, incertidumbre y desesperanza: la Pandemia causada por el SARS-CoV-2, de la familia de los Coronavirus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció normativas de bioseguridad para mi nimizar las cadenas de contagio. Se instruyó el distan ciamiento social, uso de mascarillas y lavado frecuente de manos, entre otras. El distanciamiento social incluyó prohibición de reuniones grupales, cierre de los templos, teatros, centros comerciales y parques; produciendo un mayor desconcierto y desesperación en la población.
En este contexto, aumentaron los casos de violen cia y feminicidios significativamente. Muchas mujeres, niñas, niños, adolescentes, adultas y adultos mayores permanecieron en sus casas con sus agresores y, gene ralmente, sin la opción de poder salir para buscar ayuda. Algunas de las causas de riesgo durante el confinamiento social fueron el hacinamiento, limitaciones para adquirir alimentos, tareas conjuntas de crianza, desempleo, celos y necesidad imperiosa de no salir de la casa. En este orden de ideas, es indispensable tener en cuenta que existe un proceso de Violencia Basada en Género con factores de riesgos que se deben visibilizar para estar pendiente de ellos. Es un proceso que se da en escalada. Se inicia con gritos, descalificaciones, hu millaciones, burlas y empujones, entre otros; lo cual se acrecienta poco a poco. Enfatizamos que la violencia, tiene múltiples manifestaciones y deja huellas profun das en la familia y en la mujer. Que se practica en todos los ámbitos sociales y especialmente en las personas de mayor vulnerabilidad.
2. Tener disposición para atender las mujeres y a las personas vulnerables cuando soliciten ayuda, sin que se sientan en riesgo.
3. Animarles para que rompan el silencio y no se queden sumergidas en situaciones de violencia.
Jesús, muestra a los hombres que Tú fuiste amigo de las mujeres de tu tiempo, curando a la mujer con hemorragias, a la hija de Jairo, a la mujer sirofenicia; dialogando con la mujer samaritana y con la mujer adúltera, tratándolas con respeto y amor. Señor, que eres comparable a una madre que res guarda a su bebe en su regazo, te pido: Recíbeme en tus brazos, pues quiero sentirme se gura y apreciada. Trata mis heridas, Señor. Quiero que las cicatrices que llevo en mi cuerpo me recuerden un pasado que no se volverá a repetir. Restaura mi autoestima, Señor. Quiero seguir mi vida con la cabeza erguida, recor dando que fui Hecha a tu imagen y semejanza y que soy amada por Ti. Dame del agua de vida que diste a la mujer samaritana, para lavar mis heridas, restaurar mis emociones y restablecer mi dignidad, y así invitar a mis amigos y amigas a conocer a Aquel que dialoga, resguarda, incluye, perdona, restaura, ama, salva Pres. Anita Sue Wright Torres adaptada por Si mony Cristina dos Anjos Rvda. María Jiménez de Ramírez Directora Departamento Mujeres AIPRAL
Dolor, sufrimiento y violencia me alcanzaron, los brazos que debían abrazarme, me hirieron.
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Oración de la Mujer Herida
Concluimos nuestra reflexión recordando que en estas circunstancias nos fortalece la promesa de Je sucristo, nuestro Buen Pastor: «Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia» (Juan:10-10).
Esta nueva realidad nos obligó a generar nuevas mane ras de vivir y de convivir, y asumir la tecnología como una herramienta liberadora y necesaria para la comuni cación oportuna y en la cotidianidad de nuestras comu nidades de fe; en fin, una nueva manera de ser Iglesia.
Viviendo tiempos difíciles
4. Informar que en cada uno de nuestros países se han activado redes de acompañamiento entre mujeres para que, fortalecidas, sobrelleven los diversos proce sos de violencia.
Estoy herida, Señor, física y mentalmente. Yo sufrí con la desigualdad, cuando esta entró en mi casa, Señor, hecha a tu imagen y semejanza. Fui rebaja da a la inferioridad. El hombre que una vez amé, se volvió en contra de mí, que soy Templo del Espíritu Santo.
Estoy herida, Señor Fui herida dentro de mi hogar, lugar que, otrora, era mi protección. Se volvió mi martirio.
Podemos afirmar que la violen cia no es algo natural, por lo tanto, sí es posible vivir una vida libre de violencias. Es por ello que desde el Departamento de Mujeres de IPRAL, les invitamos a que reflexionemos sobre la nece sidad de autocuidarnos como una alternativa básica para ayudar a superar situaciones que son prioritarias para la VIDA. Para ello, hacemos referencia a 4 recomendaciones: 1. No puede haber indiferencia e indolencia cuando hay conocimiento de alguna situación de violencia.

A pesar de nuestros miedos e incertidumbres, Je sús nos deja ver, claramente, cómo podemos actuar toda vez que estemos sumergidos/as aún en la más te rrible de las tempestades, ya que la confianza puesta en Él nos permitirá no perder el control ante aquello que se nos presente. Agrego a estos párrafos este texto, que puede resul tar jocoso y simple, pero me ayuda a visualizar un tipo de actitud frente a determinadas circunstancias.
Toda tempestad, sin duda, sacude la realidad de la barca de nuestra vida personal, familiar, comunitaria, sea de cerca, sea de lejos (de todas maneras, estamos todos/as los/as seres humanos/as interconectados/ as) se contrapone con el Evangelio de Jesucristo, anun cio de la liberación de todo aquello que, precisamente, amenaza y destruye la vida. Cada día me planteo el he cho de cómo me sitúo en estas circunstancias que nos toca vivir. El miedo es natural y hasta instintivo frente a esta amenaza. Sin embargo, Jesús nos recuerda que está a nuestro lado para que no sucumbamos en el des aliento y la desesperanza, y que nos acompaña aún en las circunstancias más dolorosas de nuestra vida.
Al siguiente día, cuando despertó, se miró al espe jo, y notó que, solamente, le quedaba un cabello en la cabeza.‘Bueno’, se dijo, ‘ahora me voy a hacer una cola de ca ballo. Así lo hizo y tuvo un día muy, pero muy divertido.
A la mañana siguiente, cuando despertó, corrió al espejo y enseguida, notó que no le quedaba un solo cabello en la cabeza.
¿Recuerdan el texto bíblico que hallamos en Lucas, capítulo 8, versículos 22 al 25? Allí se muestra la tran quilidad de Jesús en medio de la gran tempestad, en contraste con el pánico de sus discípulos. Esto demues tra la confianza y seguridad que éste tenía en su Padre. Por lo cual ni el fuerte sonido del viento ni el enorme tamaño de las olas, y ni siquiera el balanceo constante del barco, pudo despertarlo.
‘¡Qué bien!’, exclamó, ‘¡hoy no voy a tener que pei narme!Nuestra
vida no está determinada por lo que nos sucede (o lo que no nos sucede), sino por nuestra re acción frente a ello.
Una mujer muy sabia se despertó una mañana, se miró al espejo, y notó que tenía, solamente, tres cabe llos en su ‘Mmm’,cabeza.pensó, ‘creo que hoy me voy a hacer una trenza’. Así lo hizo, y pasó un día maravilloso. Al día siguiente, se despertó, se miró al espejo, y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza. ‘Mmm’, pensó, ‘creo que hoy me peinaré con la raya al medio. Así lo hizo, y pasó un día grandioso.
La vida no es sentarnos a esperar a que la tor menta pase, sino aprender, una y otra vez, a seguir viviendo, en medio de ella cuando ésta se presenta.
Que sea el Dios de la vida quien siempre nos oriente, nos direccione, y nos redireccione, en actitu des de paz, amor y misericordia (con temor o sin te mor) para seguir anunciando la Vida en abundancia, toda vez que podemos sentir que el Dios de la Vida, a quien confesamos, nos ama, incondicional y plena mente. Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones . . .
Circunstancias y actitudes PÁGINA VALDENSE I 14 omunicándonosCFederación Femenina Evangélica Valdense Nuestro planeta tierra es escenario constante de huracanes y tempestades de todo tipo. En este tiempo de conmoción social, y universal, que estamos vivien do, dada la pandemia del virus Covid, no me es posible dejar de pensar y discernir sobre las actitudes a tomar ante semejante realidad.
Somos libres para decidir qué actitudes quere mos tomar en toda circunstancia . . .
Liga femenina de la comunidad de Colonia Miguelete


17Así pues, si me tienes por hermano en la fe, recíbele como si se tratara de mí mismo. El extracto anterior corresponde a la Carta a File món que escribió Pablo, suele ser un texto poco leído y por esta razón les invito a leerlo completo. La carta inicia con un saludo de Pablo y Timoteo a Filemón, a la comunidad que se reúne en su casa, a la hermana Apia y al compañero Arquipo. Pero luego, sigue en singular hablándole a Filemón, dando gracias a Dios por su vida de fe y por su tarea comprometida con el Evangelio.
PÁGINA VALDENSE I 15 Vivir en el amor
11En otro tiempo, Onésimo fue para ti un esclavo in útil, pero ahora nos es útil tanto a ti como a mí. […]
Pablo le pide un favor a Filemón y le cuenta que estando en la cárcel conoce a Onésimo, su esclavo, de quien llegó a ser su padre según la fe. Le ruega en nombre del amor que lo reciba nuevamente, ya que ahora va a ser de utilidad contar con él en la tarea que desem peñan. Le pide que reciba al que ahora considera hijo de sus entrañas y le dice que si le hizo algún daño o si le debiese algo, que él mismo responderá por aquello.
El pedido que Pablo le hace a Filemón es que re ciba a Onésimo para siempre, que lo albergue como a un hermano querido, que es algo mejor que recibir a un esclavo. Aquí es interesante mencionar que la Carta no tiene por objetivo suprimir la esclavitud, no aborda este problema de forma teórica ni da grandes discursos al respecto, sino que lo que escribe Pablo a Filemón se trata de que actúe en base a su fe, a sus posibilidades de vivir de otra manera con sus hermanxs, en comunidad.
«En este momento, llegamos a la gran paradoja cris tiana: se anuncia el reino de Dios, pero solo existe en for ma de semilla en medio de un mundo injusto. El reino de la justicia sólo llegará al final de los tiempos. ¿Cómo ser justo en un mundo injusto? ¿Cómo ser justo en medio de estructuras injustas? ¿Cómo liberar al esclavo en un mundo basado en la esclavitud? Este es el desafío per manente en el que viven todos los cristianos desde el comienzo y vivirán hasta la consumación de los siglos.1»
Le pide que lo reciba como a un hermano y no como a un esclavo, dado que en aquel tiempo del Imperio Ro mano las leyes eran muy estrictas respecto a la escla vitud; además la realidad era muy compleja y muchas de las personas que eran libres (o libertas) vivían en la indigencia y el desamparo total.
Yanina Vigna Equipo editor “ “ La Carta a Filemón nos invita a reflexionar y convertirnos desde nuestras experiencias concretas de vida, sabiendo de antemano las injusticias de las que formamos parte, las opresio nes diarias y estructurales que consti tuyen el mundo en el que vivimos.
Ilustración de Rafael López
15Tal vez Onésimo se apartó de ti por algún tiempo para que ahora le tengas para siempre, 16no ya como un esclavo sino como algo mejor: como un hermano querido. Yo le quiero mucho, pero tú debes quererle to davía más, no solo como persona sino también como hermano en el Señor.
Claro que es importante organizarse y luchar para cambiar las estructuras de muerte, pero también es ur gente transformar los vínculos que vamos tejiendo con otras personas, revisar las relaciones que establecemos en nuestros círculos vitales, profundizar el amor entre hermanxs en las comunidades que nos sostienen. Que Dios nos dé el valor y la fuerza para vivir de tal manera que sintamos su amor en todo momento.
8Por eso, aunque como apóstol de Cristo tengo dere cho a ordenarte lo que debes hacer, 9prefiero rogártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano y ahora preso por causa de Cristo Jesús, 10te pido un favor para Onési mo, que aquí en la cárcel ha venido a ser mi hijo en la fe.

«Y por el poder de una palabra vuelvo a vivir nací para conocerte paralibertad»cantarte: Paul Éluard

