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Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837Página Valdense«...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 PRINCIPALES RESOLUCIONES DE LA ASAMBLEA SINODAL RIOPLATENSE 2022 Prensa sinodal 3 UNA IGLESIA COMPROMETIDA Y EN MOVIMIENTO CONTRA LA VIOLEN CIA DE GÉNERO Y GENERACIONES Dámaris Malán y Eduardo Obregón 8 APOSTANDO A LA CONTINUIDAD DE PROCESOS Verónica Biech y Daiana Genre Bert9 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Febrero/Marzo 2022 - N° 276 - Afiliado a O.P.I. N° 837 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 Asamblea Sinodal 2022: encuentros, debates y proyección

El encuentro, los encuentros, producen muchas de estas ‘cosas’ que no sabemos o podemos nom brar pero que sí nos atraviesan de diversas maneras. Se acercan las asambleas de planificación, las fiestas de la cosecha y otras cele braciones donde nos volveremos a ver y, muy posiblemente, a abrazar.

4 | PÁGINA VALDENSE Argentina Col. Belgrano: Delhy Pastre. Col. 25 de Mayo: Ruben Bertinat. Cnel. Suárez: Pablo Rafarelli. Gral Roca: Oscar Dalmás. Gral San Martín - LP: Stella Maris Chambón. La Paz - ER: Marisel Garnier. Jacinto Aráuz - LP: Susana Tucat. San Carlos C. - SF: Héctor Cotichini. Villa Iris - BA: Ema Dalmás. Reconquista - SF: Dardo Zanuttini S. Martín - SF: Edith Long. San Gustavo - ER: Orfilia Barolin. El Sombrerito - SF: Aurora Bertinat. IERBA (Buenos Aires): Comunidad de IERBA. Gálvez: Rubén Gardiol. López: Carina Tschopp. Paraná: Equipo de Comunicación. Flores Consistorio: Alberdi 2240 (CABA) San Nicolas: Helvecia Catalín. Laprida: Delta Bertón. Bahía Blanca: Natalia Coria. Carmelo:Uruguay Ruth Soulier. Cañada Nieto: Alba Charbonnier. Colonia: Ethel C. Negrin. Col. Miguelete: Ana Félix. Col. A. Negro: Carolina Galván. Col. Valdense: Secretaría IEV Colonia Valdense. Cosmopolita: Milka Charbonnier. Dolores: Nora Gallo. Fray Bentos: Cristina Dalmás. Juan L. Lacaze: Manuel Ávila. Alférez Lascano: Nylia Gonnet. Melo: Glenys Rameau. Montevideo: Mario Pablo Ábalos O. de Lavalle: Juanita Bonjour. Palmitas: Hilda Geymonat. Paysandú: Ruben Dalmas. Rosario: Andrea Montaña. Mercedes: Natalia Gauthier.Carlos Dodino Tarariras: Consistorio de Tarariras. Tres Bocas: María Fernández. Young: Esther Malán Para actualizar agentes, sugerencias u opiniones enviar mail a paginavaldense@iglesia-valdense.org o paginavaldense@gmail.com o bien al celular: +54 3437 REDACCIÓN448727.Varela 1729 - Dolores - Soriano - Uruguay e-mail: paginavaldense@gmail.com COMISIÓN SINODAL Wilfredo Bonjour, Laura Michelín Salomón, Josué Charbonnier, Matilde Duffort y Miriam Brito DIRECTORA Daiana Genre Bert EDITOR RESPONSABLE Darío e-mail:dariobarolin@yahoo.com.arBarolín EQUIPO DE REDACCIÓN Yanina Vigna, Lis Rivoira, Tomás Barolín Tron, Daiana Genre Bert CREACIÓN GRÁFICA, DIAGRAMACIÓN Penélope Chauvie ILUSTRACIÓN DE TAPA Fotos de la Asamblea Sinodal 2022 ETIQUETADO Y DISTRIBUCIÓN Grupo de la Comunidad de Ombúes de Lavalle ADMINISTRACIÓN Julio Leal - Juan Bentancur 1623, Barrio El General, 70000 Colonia - Uruguay Tel.: (598) 4522 0620 - Cel.: 099967745 SUSCRIPCIÓN ANUAL Precios subsidiados por el proyecto OPM Uruguay $U 450 - Argentina $A 500 Europa € 50 - Resto del mundo U$S 70 MEDIA SUSCRIPCIÓN (SEIS MESES) Uruguay $U 225 - Argentina $A 250 CUENTA EN BROU 1521941-00002 Para recibir pago de suscripciones. Por favor en cada depósito o transferecncia poner los datos de contacto. AFILIADO A OPI N° 837 TIRADA: 900 ejemplares N° Matrícula Dirección de Industrias: 188 Impreso en Imprenta Moyano Ferreira Aldunate y Haedo - Mercedes Soriano - Depósito Legal N° 68638 El equipo editor asume su responsabilidad sólo por las opiniones propias Apuntes de la Directora PÁGINA VALDENSE I 2 La chispa extraña Comenzamos un nuevo ciclo en Página Valdense. Generalmente, en la primera edición del año traba jamos sobre las resoluciones más importantes de la Asamblea Sino dal, incluso solemos hacer hincapié en aquellas reflexiones que quedan sobrevolando. Y este año no es la excepción. Quizás el condimento di ferente de las ediciones anteriores y que van a notar en casi todas las páginas, son las sensaciones de un sínodo, por lo menos, extraño. Esa palabra me resulta particu larmente acertada; pero ¿acaso no es acertada para definir varias cosas en este tiempo? Extraño: que es muy distinto de lo habitual, natural o nor mal y tiene algo de extraordinario o inexplicable que excita la curiosidad, sorpresa o admiración. Creo que sí. En mí caso fue extraño hacer la cobertura de prensa sin estar pre sente. Fue extraño no tener la foto de la nueva Mesa Valdense, al me nos en su mayoría, pues claro, no estaban allí. Fue la primera asam blea en la que no participo desde que soy directora de Página, así que fue extraño no ver a gente que rida que suelo encontrar allí. Me dijeron que también fue extraño el clima, el ambiente, porque había intención de cumplir los protoco los pero también había deseos de abrazos, de mates compartidos, de risas sin barbijos. No tengo dudas que podríamos agregar cosas esta pequeña lista. Pero, a pesar de toda la extra ñeza de la situación ese encuentro significó muchísimo, y no sólo des de lo administrativo, sino también porque es una renovación de la es peranza, es saber que personas de todas nuestras comunidades tienen ganas y responsabilidad de reunir se para dialogar y reflexionar sobre losdesafíos que tenemos como Igle sia Valdense… Después de dos años difíciles, como institución pero tam bién como sociedad, este volver a encontrarse marca el camino y nos invita a reconstruir el sentido de lo comunitario en nuestras vidas.

Y ojalá en esos abrazos se nos vaya un poco el miedo, atenúe las ansie dades e incertidumbres; pero sino que al menos –y no es poco- que nos sintamos contenidxs, escucha dxs, acompañadxs. De a poquito, sin prisa pero sin pausa, volvamos a sentir el fuego comunitario, que se avive la llama que quizás menguó en soledad, que la chispa extraña que durante tanto tiempo nos ani mó, a nosotrxs y a quienes estuvie ron antes, a trabajar en pos de una vida mejor, una vida no sólo vivible sino también disfrutable. Hoy, sabiendo lo caótico y des igual de nuestro mundo, decido afe rrarme a la esperanza de que pode mos transformarlo. Hoy, igual que siempre pero quizás más que nunca, debemos trabajar para que la violen cia no sea opción bajo ningún punto de vista y en ninguna situación. Hoy, a pesar de que todo nos indica lo contrario, deseo que el sentir comu nitario se haga cuerpo en nosotrxs y podamos construir un mundo mejor desde el amor y la empatía. Daiana Genre Bert

Tiene algo de extraordinario o inexplicable, dice la cita de más arri ba. Podríamos hablar aquí también de esos sentipensares que nos cues ta poner en palabras, y ya no me refiero sólo a la asamblea sinodal. Porque, incluso mirando con muy poca distancia este tiempo pandé mico, sabemos que hay cosas de la que todavía no somos del todo conscientes, no entendemos muy bien qué pasó o aún no queremos saberlo. Digo esto porque también es cierto que no tenemos la obliga ción de poner todo en palabras, hay emociones y sensaciones que sólo necesitamos transitarlas.

Verónica Biech y Daiana Genre Bert Equipo de Prensa Sinodal

Este sínodo tuvo muchas particularidades, su exten sión e intensidad fue quizás una de las más notorias, pues debido al creciente número de contagios de Covid-19 en la región el trabajo sinodal se redujo sólo a dos jornadas; pero también se adoptó una modalidad que permitió trabajar los temas prioritarios, sugeridos por la Comi sión de Examen en trabajo conjunto con Mesa Valdense.

Asimismo, en un contexto donde la planificación de actividades se puede ver interferida por la realidad sanitaria a raíz del Covid-19 e intentando cubrir los cargos del órgano ejecutivo y demás áreas sinodales, previendo cualquier eventualidad; en esta ocasión, a diferencia de las demás, las elecciones fueron una de las primeras actividades. De esta manera, durante las primeras horas de la tarde del domingo, se llevó a cabo la elección de Mesa Valdense, que quedó conformada por Nicolau, como moderador, Darío Barolín, Orlando Allío, Brian Tron y Marta Garnier. «El trabajo transcurrió en un clima de cordialidad y de debate franco y sereno, dónde la búsqueda fue mi rar hacia adelante en la línea de crecer y multiplicar, de construir consensos. Fueron días intensos, desde la Mesa Sinodal fuimos imponiendo un ritmo de trabajo lo sufi cientemente rápido como para trabajar todos los temas propuestos, lo cual se logró», compartió Sergio Bertinat, presidente de la asamblea, con equipo de Prensa Sinodal. «Una de las decisiones más importantes está rela cionada con la aprobación de un acto sobre la acción pastoral en tiempos de falta de pastores y pastoras. Yo creo que esto empieza a abrir caminos hacia un nuevo modelo de ejercicio pastoral donde el acento está pues to en cada una de las comunidades y no en la figura del obrero/a; y también se abre la puerta hacia el traba jo colectivo, a partir de las prioridades que establezca cada comunidad y para lo cual se diseñe un trabajo en red que tenga características regionales, pensando un entrecruzamiento más amplio que el ámbito presbite rial. Esto se vincula con uno de los aprendizajes que dejó la pandemia del Covid-19 que fue el entrenamien to para utilizar nuevos medios que nos permitan traba jar y acompañarnos en la distancia», agregó.

La quincuagésima octava Asamblea Sinodal riopla tense se desarrolló durante el domingo 6 y lunes 7 de febrero, en el parque XVII de Febrero, Playa Fomento, Uruguay. Allí se encontraron alrededor de sesenta per sonas de las comunidades de Argentina y Uruguay bajo el lema: «Tengan sal y paz entre ustedes».

«Estamos transitando un tiempo complejo y difícil, pero fue visto como una oportunidad que la iglesia tie ne para animarse a emprender nuevas experiencias» reflexionó Sergio Bertinat, y estas decisiones resolucio nes son una muestra de que lo está haciendo.

PÁGINA VALDENSE I 3 Principales resoluciones de la Asamblea Sinodal rioplatense 2022

Otros actos destacados están relacionados con la tarea diacónica; y en este sentido, hay algunas tareas que la institución tiene por delante, la primera es brin dar una capacitación para las y los integrantes de las comisiones, sobre todo de los centros más institucio nalizados, fundamentalmente los sinodales; y por otro otro lado, realizar un encuentro en el cual se debatan y construyan consensos sobre cómo la Iglesia Evangélica Valdense entiende la diaconía, con el objetivo de gene rar un marco común. Así también, el Sínodo aprobó un acto que pone en vigencia el protocolo de acción ante situaciones de vio lencia basada en género y generaciones. Este documen to, construido por el Grupo Consultor sobre Violencia de Género y Generaciones, es un instrumento que tiene la finalidad de asesorar a las comunidades para que se pan cómo actuar en estos casos. La aprobación del Proyecto de Secretaría de Co municaciones fue otro hecho significativo. El proyecto fue presentado por el equipo convocado en el 2019, según el acto 11/SR/19, que también presentó una propuesta de Política Comunicacional, Manual de es tilo y de Buenas Prácticas. El objetivo de este nuevo acto es darle continuidad a este equipo para que pue da reanudar el proceso presentando un proyecto de financiamiento de la Secretaría de Comunicaciones; la definición de los perfiles profesionales para quienes integren dicha Secretaría; asesorar y acompañar a la actual secretaria de comunicaciones en temas y pro puestas puntuales, entre otros. Finalmente, se debatieron cuestiones provenien tes desde los presbiterios; uno de los más relevantes se vincula a que las asambleas temáticas dejarán de existir como tal, todas las asambleas serán adminis trativas- institucionales con el objetivo de delinear la visión de la Iglesia. La propuesta prevé que las capa citaciones temáticas se den en otro momento y que permitan mayor participación respecto a las limitadas por una asamblea sinodal. En la misma línea, el sínodo valoró el trabajo de la Comisión de Examen que, con tiempo, analizó, evaluó y puntualizó los temas prioritarios. Esta metodología es la que permitió que se logren abarcar todas las temá ticas en un tiempo tan acotado, puesto que no es una cuestión de revisionismo sino más bien de evaluar el trabajo de las diferentes áreas, por un lado Mesa Val dense; los presbiterios por otro, y también las Comi siones Sinodales. En esa dirección, la asamblea reco mendó que se adopte esta metodología en los próximos encuentros porque facilita que el sínodo se concentre en aquellos temas que son prioritarios.

Se habla mucho de «modelos pastorales» y muy poco de la tensión entre la tarea profética, que en gran parte implica la predicación del evangelio de Jesucris to, y la resistencia natural que como personas y comu nidades humanas le ofrecemos. Tensión que solemos evitar de diversas formas, pero generalmente a partir de nuestros propios ideales y sueños como si todo, e incluso la iglesia, fuese una invención nuestra, algo que estamos construyendo y reinventando a nuestro antojo a partir de nuestros propios cálculos y proyectos.

Consagración al Ministerio Pastoral solía llamarse al acto de reconocimiento de la vocación pastoral en candidatos y candidatas en el ámbito de la Asamblea Sinodal; para luego desempeñarse como pastores y pastoras en el ámbito de la Iglesia, habiendo culminado los tiempos de estudio, práctica en las congregaciones y el examen de fe. La palabra consagración también aplica para ex presar el compromiso y la responsabilidad en el des empeño de una profesión u oficio, no necesariamente religioso o cristiano. Sin embargo, dicha palabra con lleva un fuerte sentido meritorio-sacrificial que es aje no a la concepción bíblica de la vocación como servicio por amor –ágape-, tal como podemos entenderla en las cartas y en los evangelios. En la concepción bíblica la vocación es una respuesta libre al amor -servicio libe rador- que Dios por su sola gracia nos brindó primero. Servicio que no implica privilegio, virtud ni mérito sa grado respecto al resto de las personas, más que la de cualquier otra función, oficio o profesión que se desem peña con responsabilidad en el marco y con el recono-

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El rol pastoral sin duda que ha ido cambiando con el tiempo. La cuestión es si esos cambios son trans formaciones profundas o más bien se trata de cambios en las formas de expresarse según los ambientes, las circunstancias, los grupos sociales; y más aún, en los procesos de cambio que va sufriendo la sociedad y por lo tanto también las comunidades de las que formamos parte. fundamentalmente en la confianza de hermanas y her manos que nos vamos escalonando generacional y testi monialmente en esa hermosa -aunque no fácil ni senci lla- tarea de proclamar el evangelio.

Puedo decir que mi trabajo en el rol pastoral comien za desde el año de práctica, como estudiante en teología en la Iglesia E. Valdense de Reconquista el Sombrerito, aunque previamente hice diversas prácticas de verano, especialmente en campamentos en Uruguay y Argenti na, como también un período en la atención a la Iglesia E. Valdense en San Nicolás. Luego a partir del año 1985 fui designado a la Iglesia E. Valdense en Rosario por unos cinco meses. A continuación, cursé en forma libre el año lectivo en la Facultad de Teología Valdense en Roma. Para setiembre del año siguiente fui enviado a la Iglesia E. Valdense de Colonia Iris donde estuve nueve años. En el año 1995 me eligieron en la Iglesia E. Valdense de Co lonia-San Pedro donde estuve quince años. Y por último a partir del 2011 fui elegido por la Iglesia E. Valdense de Montevideo y Libertad hasta mi emeritación en febrero de este año. En esta última y los dos últimos años aten diendo también la Iglesia E. Valdense de Alférez-Lascano y el grupo valdense en Maldonado. En marzo del año 1984 contraje matrimonio con Suzy Charbonnier, con quien Dios nos concedió la ben dición de una hija, Irene y un hijo, Joel, ambos nacidos en Colonia Iris. La itinerancia no fue para mí, para el matrimonio ni la familia, un motivo de preocupación porque la considerábamos parte de la tarea que yo asumía. Más bien, fue desafío y renovación para la formación per manente en el ministerio pastoral, al menos tal como lo fui experimentando. Fui vocacionado para pasto rear y no para «arriar la majada», como supo expre sarlo abreviadamente un hermano muy querido de la comunidad de Riachuelo.

La Palabra que como pastores y pastoras fuimos y somos llamados y llamadas a predicar nunca fue ni será nuestra ni de persona alguna, y el envío tampoco. Hay una Iglesia organizada desde hace siglos que en diálogo, acuerdos y oración, además de pedir y confiar en la ayu da y el sostén del Espíritu Santo, procuramos la fidelidad a Cristo Jesús en la función que nos asignaron y acepta mos asumir. Y donde la fe y el amor de Cristo se expresa

Un ministerio que se fue definiendo en la compañía de las iglesias donde fui enviado, de acuerdo con los do nes, la formación que recibí, los tiempos y las oportuni dades que Dios me permitió.

Reflexiones sobre la tarea pastoral y testimonios

El último sínodo tuvo la particularidad de celebrar la emeritación de tres pastores: Hugo Armand Pilón, Mi guel Ángel Cabrera y Darío Michelín Salomón. El primero nos comparte una reflexión sobre su vida y su trabajo; mientras que Miguel y Darío responden algunas pregun tas sobre sentipensares, anécdotas y desafíos.

El proceso de emeritación trae consigo sentimien tos encontrados, al menos para mí. Por un lado significa cumplir un ciclo, llega el tiempo de dejar el trabajo for mal pastoral y comenzar a pensar en otros proyectos que fui postergando; pero por otro y al gozar de buena salud, también siento que podría continuar trabajando activamente. Más allá de esto, creo que es necesario un cambio de ritmo y experimentar esta nueva etapa. Sin dudas es una sensación extraña, pero estoy seguro que es un paso necesario y que el Señor tiene planes bue nos, incluso quizás mejores para mí y mi familia.

Durante el último tiempo trabajé en la Iglesia Evan gélica Metodista Argentina (IEMA). El hecho de trabajar en una iglesia diferente a la propia, donde me crié y me siento identificado no sólo por historia sino por elec ción, fue una experiencia muy enriquecedora; sobre todo siendo una iglesia hermana con la que tenemos lazos muy íntimos, decenas de años de trabajo conjunto, como por ejemplo en la formación pastoral con más de cien años de tareas mancomunadas. Claro que existen características diferentes, particulares y quizás ahí reside lo más enriquecedor para mí. Si tuviera que señalar un aspecto identificatorio que me conmovió y permeó durante estos años es la manera de vivir la fe porque es una fe viva, que se pone en palabras, se con tagia; siempre se está dando testimonio de esa fe viva. Esto no lo digo como una cuestión de autobombo, sino como una vivencia esencial, auténtica, que expresa el saber y sentir que vivimos por la gracia de Dios. Sin du das, esto marco mi vida y mi labor como pastor.

cimiento de ellas. Vocación que es llamado, porque son esas otras personas, reconociendo los dones que Dios nos ha dado, quienes nos desafían para desempañar determinados roles y cumplir determinadas funciones, como en este caso el ministerio pastoral. Es también por eso que si bien las funciones del ministerio pastoral están pautadas en términos generales en la disciplina general y en los Reglamentos Orgánicos de la Iglesia Valdense, cada quien que decide asumirlo obviamente le imprimirá su sello personal, y eso también es muy enriquecedor y gratificante, tanto para la persona mis ma como para la comunidad de fe. ¿Qué sentimientos te despierta la emeritación ¿Cómo fue la experiencia trabajando en otra comu nidad de fe? ¿Cuál crees que fue tu mayor aprendizaje en este sentido?

Siempre tuve el deseo de servir o conocer alguna otra iglesia en América Latina, como una forma de rea firmar nuestra identidad latinoamericana. La experien cia en la IEMA, de alguna manera, cumplió ese anhelo. Es por eso que siento una enorme gratitud hacia la Igle sia Metodista que me dio la oportunidad de expandir este horizonte y realizar la tarea pastoral en sus comu nidades; y claro que también estoy muy agradecido con Dios, y la Iglesia Valdense. Darío Michelín Salomón

Siempre el culto de apertura del sínodo es significa tivo, no sólo por quien predica sino porque anuncia una palabra reflejada en la teología, que viene del encuen tro personal con la Biblia y con el contexto donde es tamos. Particularmente para mí, el culto es importante en todo lugar donde los creyentes se reúnen, aun así en este sínodo se sintió especial dado que es el primer en cuentro luego de las idas y vueltas sobre su concreción. Sinceramente fue un culto tradicional, porque estaban todos los elementos litúrgicos que acostumbramos, pero sí tenía la sensación estar compartiendo un culto, no de despedida de la comunidad pero que simbolizaba la culminación de una etapa. En este sentido fue signi ficativo, además del gozo de poder predicar, que es un sentimiento que tengo en cualquiera de las ocasiones. Tengo muchas anécdotas durante mi tiempo como pastor. Una que me viene a la memoria transcurrió en Argentina cuando transitaba de un lugar a otro, el auto tenía una luz de atrás quemada y las autoridades me detuvieron porque no podía circular así. Eran alrede dor de las tres de la mañana, y de repente, la persona que me paró, mira la Biblia y un libro de historia valdense que llevaba en el asiento delantero. Noté que eso le llamó la atención, pero no emitió comentario, sólo me dijo: «Bueno, bájese y quiero preguntarle algo». Me bajé, intercambiamos algunas palabras hasta que pregunta: «dígame, ¿qué es usted?». Soy pastor, le dije, y enseguida me respondió: «Ah, mucho gusto. Yo también». Después me contó que pertenecía a una iglesia del tipo pentecos tal. Habiendo conversado un poco, volvimos al motivo por el cual me frenó: «Usted no puede andar con las lu ces así, tiene que cambiarla», me dijo. Le respondí que no sabía exactamente cuándo se había quemado. Entonces me respondió que pase, que íbamos a conversar. Cues tión que derivó en una larguísima charla, de una hora o más, porque estábamos los dos solos, salvo cuando apa recía un auto y él salía para frenarlos; así que me tuve que dedicar a contarle la historia de los valdenses. Esta anécdota es una entre tantas donde, tomando café, surgió la posibilidad de decir quiénes somos, qué ha cemos, cómo creemos. También me acuerdo de mi época de estudiante, cuando teníamos que pasar los libros uno dentro de otro, para que no se vieran las tapas porque eran comprometidas en una época donde había mucha represión. Como dije, anécdotas tengo muchas, hoy com parto éstas pero quizás más adelante serán otras. Miguel Ángel Cabrera

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¿Qué emociones y sensaciones despertó en vos el hecho de realizar el culto de apertura en el sínodo en que te emeritas? ¿Podrías contarnos brevemente una de las mejores anécdotas que tuviste siendo pastor?

Los roles dentro de la MV son muy desgastantes para todos y todas las integrantes, pero para quien tie ne la responsabilidad de la moderatura es un poco ma yor pues en primera instancia es en quien recae todo; más allá de que se trabaje en equipo. Esto pasa, sobre todo, cuando hay decisiones urgentes que tomar que no admiten esperar a una nueva reunión; aunque gracias a la tecnología podemos hacer una consulta rápida sobre las perspectivas de cada una/o del resto del equipo.

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¿Cuáles serán las principales líneas de trabajo para esta gestión? Hay muchos temas, algunos ya los mencionamos, pero hay otros que también la Mesa tiene que asumir, como por ejemplo la acción diacónica, una tarea muy amplia y demandante. A mí personalmente me gustaría animar a las comunidades a que se renueven en su tra bajo diacónico, en muchas se desarrollan tareas pero de manera silenciosa, quizás invisibilizadas por nuestra ten.

¿Qué desafíos crees que vas a encontrar ahora a diferencia del 2009? -Hay muchas diferencias. En aquel entonces, una de las mayores crisis era la financiera, que se logró su perar gracias a un diálogo entre las comunidades y la administración central. Este vínculo siempre es difícil; y sin dudas, es otro desafío más, potenciado por las res tricciones a la movilidad que impuso la pandemia. Ahora en este 2022, hay otra crisis más de fondo como el modelo de iglesia que tenemos, que por déca das estuvo centrado en la figura pastoral. Esto está en crisis desde hace un tiempo y se agudiza. Es una cues tión estadística, cada vez hay menos pastores y pasto ras activas. Inevitablemente, el modelo actual está en crisis. Esa transformación va a ser el principal desafío. Desde la administración se viene trabajando el tema, pero se debe profundizar.

¿Cómo fue el proceso de postulación?

Por otro lado, tengo la sospecha de que la pandemia nos hizo mucho más daño del que pensamos. Tenemos la tendencia a minimizarla, casi a romantizarla, lo cual, en realidad, atenta contra el fundamento de la comuni dad cristiana que es el estar juntos/as y compartir. Esto tendrá un impacto social que aún no dimensionamos, ya que nos hemos ido acostumbrando a estar solos y solas, a no consultar las decisiones, a no tomar en cuen ta al otro o a la otra.

Sacamos cosas buenas, como un mayor uso de la tec nología, pero que de todas formas mostró y agrandó las brechas sociales, la brecha digital. No todo el mundo tie ne acceso a las redes informáticas; pero más allá de esto, como iglesia debemos ingeniarnos porque sigue habien do necesidades humanas y existenciales que debemos atender inteligentemente. No podemos quedarnos con la idea de que con encuentros virtuales es suficiente, porque tenemos que reconocer a las personas que que dan afuera, tenemos que ser capaces de identificar ese discurso de exclusión que se maneja en todo el mundo: quién no está, no existe. Esa no es la realidad de Dios. Para Él, existimos todos, todas y todes. En el proyecto de Dios no hay personas excluidas, por lo tanto, nosotros y nosotras como sus discípulos/as, tenemos el desafío de trabajar para que nadie quede afuera. De hecho, vamos haciendo camino al andar, quizás nunca mejor dicho.

-Sinceramente, debo decir que no estaba en mis planes presentarme para ser moderador, pero como fui consultado por muchas personas y tengo experiencia, puse a disposición mi nombre ante la ausencia de can didatos/as. Esto responde a una postura de responsabi lidad, ya que dos de los/as cinco integrantes del grupo anterior se retiraron y cuando no hay una continuidad en una gestión, por lo general, eso termina siendo un factor negativo para la institución.

«Imaginar una iglesia diferente Entrevista a Marcelo Nicolau a la que conocemos»

El domingo 6 de enero de 2022, en la última Asam blea Sinodal, Marcelo Nicolau fue electo como nuevo moderador de la Mesa Valdense (MV) de la Iglesia Evan gélica Valdense del Río de la Plata. Marcelo es el pastor a cargo de varias comunidades del norte de Uruguay, y desde el 2004 integró de manera intermitente el órgano ejecutivo de la institución, siendo moderador en el perío do entre el 2009 al 2012.

“ Creo que la mayor dificultad estará en imaginar una iglesia diferente a la que conocemos y darle la opor tunidad de ser, existir, crecer. Para eso se necesita una actitud mental positiva y abierta.

Es importante tener una mirada global y renovar la dirigencia, necesitamos procesos de renovación en los liderazgos de nuestras iglesias pero en todos los niveles: local, presbiterial y sinodal. Esto implica un cambio de actitud pero también de animarnos a correr el riesgo.

Verónica Biech y Daiana Genre Bert Equipo de Prensa Sinodal

dencia humana a ver sólo lo ‘grande’ y no lo ‘chiquito’.

En lo personal, no me asusta eso que se dice de que hay falta de pastores o pastoras, porque en definitiva en las comunidades sigue habiendo, sólo que no en el formato tradicional o en el que esperamos. Entonces qui zás hay que cambiar aquello que esperamos para poder reconocer aquello que tenemos. El gran desafío comuni tario que tenemos es poder valorar, reconocer y utilizar mejor los recursos y capacidades, que no es otra cosa que mirar hacia nuestros orígenes porque las comuni dades primitivas siempre fueron pequeñas, aún en las grandes urbes, que supieron acompañarse y disfrutar de una propuesta de vida diferente, integradora, don de cada uno y cada una tenía su lugar, donde todas las personas se sentían parte de un cuerpo. Para todos los movimientos de renovación, la historia del cristianismo primitivo fue una fuente de inspiración y hoy no debería ser diferente. No tenemos que inventar nada nuevo, sino mirar a nuestros orígenes, pero hacerlo desde nuestro contexto para que hoy podamos construir comunidades sencillas que a la vez sean profundas y comprometidas.

Talvez lo más difícil de delegar es aceptar que otra persona pueda hacer las cosas peor o simplemente diferente a cómo las hace uno/a; pero, a pesar de eso, debemos aceptar que tiene el derecho de hacerlas y de bemos comprender que es necesario también. Cuando nos perpetuamos en un lugar o cargo es donde obtura mos esos procesos de recambio y aprendizaje. Por otro lado, tampoco hay que tenerle miedo a los vacíos, a los silencios. Muchas veces nos desespe ra cuando un lugar no se llena, cuando queda vacío… sin embargo, ese es el principio de la respiración. Para que algo se llene primero tiene que estar vacío. Quizás haya momentos en que lo mejor sea esperar, animarse a aguantar el estrés que significa el vacío para que sur ja lo nuevo, para que esos pulmones agotados, incluso hasta anquilosados, se llenen de aire fresco.

A su vez, otro gran desafío que tenemos es trabajar en la organización con el objetivo de hacerla más eficaz y donde no existan las sobrecargas. Esto último es un gran proble ma y se da en muchas situaciones. Cuando una persona se ve sobrecargada en sus tareas va a empezar a colapsar de manera progresiva, y el desgaste que produce no es bue no, no es sano, ni para la persona ni para la institución. Encontrar las formas y las herramientas para evitar esas sobrecargas es una labor compleja que quizás pueda im plicar alguna transformación, pero otras veces es sólo or ganizar mejor el trabajo en el sentido de que cuanto más se distribuyan las cargas, más sólido será el trabajo.

Ese principio elemental que parece obvio, a veces no lo es. En este tiempo tenemos que ejercitarlo para lograr un equilibrio que nos permita trabajar crea tivamente pero con solidez al mismo tiempo, siendo conscientes del riesgo de que la solidez institucional se convierta en un modelo rígido que nos encierre. Debe mos tener la suficiente flexibilidad y, sobre todo, ima ginación para animarnos a probar y a transitar nuevos caminos aunque no sean concurridos hasta ahora, pero también para desechar lo que no funcione.

¿Cuál es el desafío de las comunidades para acompañar a los y las integrantes de Mesa Valdense? -Una de las claves pasa por la comunicación, el reco nocimiento mutuo y por, de alguna manera, empezar a derribar mitos. La iglesia puso una responsabilidad en las personas que eligió para integrar esta Mesa que implica también un reconocimiento; y de la misma manera, las comunidades tenemos que valorar los dones de las perso nas en todos los ámbitos de la institución. Lo que ocurrió en este sínodo, es decir, llegar al momento de la elección sin tener más candidatos/as para un puesto relevante como es la moderatura, quizás es un reflejo de lo que pasa en las comunidades porque no siempre hay nombres para cubrir los cargos en los consistorios, no siempre hay personas que estén dispuestas a ocupar cargos de toma de decisión o roles de liderazgo. En este contexto, lo que pasó no es tan extraño, aunque sí más visible o notorio.

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¿Cómo se trabajará en esta nueva etapa?

-Creo que debemos seguir siendo un equipo, sentir que somos parte de un mismo cuerpo. Más allá de las urgencias, que siempre hay y debemos afrontarlas, es indispensable que el árbol no nos tape el bosque. Ese es el gran desafío de la Mesa, es decir, que podamos cons truir consensos para que las decisiones administrativas que tenemos que tomar estén en armonía con esa vi sión de conjunto que responden a necesidades comu nitarias y no a problemáticas puntuales que, a veces, pueden llevar a tomar malas decisiones. En ese sentido, uno de los desafíos más importantes es trabajar en relación al modelo de iglesia, en específico sobre la provisión del servicio pastoral; que como dije antes, requiere mucha imaginación y también de un ani marse a prácticas que a veces se salen de los esquemas tradicionales que suelen ser un poco rígidos. Esta tarea requiere de diálogos con los presbiterios, consistorios y con las regiones también; porque muchas veces las afini dades geográficas o características y realidades comuni tarias nos permiten encontrar respuestas comunes. Por eso insisto en que la traba que tenemos es más mental que otra cosa, tenemos dificultad para imaginarnos algo diferente a lo que ya conocemos; y no alcanza con los enunciados. Últimamente hablamos mucho de la aten ción pastoral regionalizada, y eso es un lindo enunciado que se tiene que concretar en acciones, en realidades y en prácticas. Ese es el ejercicio que debemos hacer para no caer en la reproducción del mismo modelo pero de otras maneras, sin transformaciones reales de la esencia práctica de lo que llamamos atención pastoral.

contra la violencia de género y generaciones

Por último, creemos que es importante tener pre sente que los conceptos que se ponen en juego en las situaciones de violencia de género y generaciones cambian constantemente, sencillamente porque cada una de las situaciones es diferente; esto implica que las comunidades se apropien del protocolo haciendo una crítica reflexiva que permita actualizar el mate rial, que ya tiene dos años.

Dimos un paso muy importante que nos propo ne nuevos desafíos para construir una iglesia, no sólo comprometida con la erradicación de la violencia de género y generaciones, sino que sea testimonio de que para ello es necesario ser acción, ser movimiento.

La cuestión más novedosa de este documento es la incidencia interna que esperamos que tenga, porque si la situación de violencia sucede en la casa o en otros lugares públicos recurrimos a las leyes de nuestros países rioplatenses; pero qué pasa cuando esa situación se da dentro de nuestras comunidades, dentro de nuestra organización, dentro de los espacios de participación… ahí es donde este protocolo se vuelve una herramienta.

Una iglesia comprometida y en movimiento

Siempre es necesario recordar que un protocolo es una guía de pasos sobre cómo proceder frente a de terminadas situaciones, pero la parte más desafiante, y quizás más escabrosa, es cuando este documento se presenta, se comparte con la esperanza de que se gene re una apropiación. No es diferente en este caso, por que si bien es una construcción colectiva que surgió de una necesidad manifiesta, se compartió con diferentes grupos o áreas y fue evaluado en el sínodo; quizás a muchas personas les resultará como algo establecido, impuesto. Es aquí cuando se vuelve necesario un tiem po de debate, tensión inherente a cualquier protocolo, porque, para que verdaderamente se establezca como una herramienta, requiere de una legitimación, requie re que sea un acuerdo aceptado. Su contenido central tiene que ver con cómo pro ceder cuando es revelada o encontrada una situación de violencia, y en este sentido qué puede hacer la igle sia, la comunidad valdense. El protocolo aporta lo que debería hacer.

Como se mencionó en las primeras páginas, otro evento importante de esta edición sinodal fue la aproba ción del acto que pone en vigencia el protocolo de acción ante situaciones de violencia basada en género y gene raciones (5/SR/22); aunque es importante recordar que fue presentado al sínodo en el año 2020, y formulado a partir del 2018. Es un documento construido a partir del amor, del esfuerzo, compromiso y militancia de quienes integraron e integran el Grupo Consultor: Miriam Brito, Emanuel Hernández, Dámaris Malán y Eduardo Obre gón; y durante el primer año participó Valeria Svedov. La aprobación del protocolo es un paso más que significativo. Por lo que sabemos, somos la primera iglesia evangélica latina en tener un protocolo sobre violencia de género y generaciones.

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Dámaris Malán y Eduardo Obregón

Por Grupo Consultor sobre Violencia de Género y Generaciones de la IEVRP

Además del documento en sí, la parte más profunda es la búsqueda de que esta temática siga siendo dis cutida y trabajada en cada comunidad; porque si bien es una problemática que afecta especialmente a mu jeres, niños, niñas y adolescentes, en realidad, afecta a toda la humanidad. A partir de la aprobación sinodal de este docu mento comienza una nueva etapa, como dijimos an tes, quizás la más desafiante; porque si bien el pro tocolo contempla una serie de pasos también deja un margen para continuar trabajando. En este sentido, la manera en que reaccionen las comunidades fren te a este documento marcará el camino, reacción que de alguna manera estará sujeta a la forma en que se presente y comparta. Es por eso que sostenemos que no es la idea que este protocolo llegue a las comuni dades sólo para decirles qué hacer, sin explicaciones ni debates, sino tenemos que encontrar la manera de acompañar este proceso para que haya una apropia ción real de esta herramienta. Este tema es tan diverso, como también lo es la igle sia, por eso, desde el equipo, insistimos en la creación de una comisión de carácter sinodal con los suficientes recursos humanos y económicos para poder llevar a cabo este protocolo. Para este trabajo la Iglesia no pre vió lo económico, sino que se basó en el trabajo volun tario, profesional y vocacional de varias personas, por eso creemos que este protocolo amerita una planifica ción seria que se corresponda con el proceso, es decir, que se construyan los consensos necesarios porque sólo con compromiso y militancia no basta. Es necesa rio que se construya un plan que contemple recursos humanos, materiales y económicos para continuar que permita sostener un acompañamiento y asesoría en los casos de violencia que se presenten. Aquí, el compro miso comunitario se vuelve imprescindible.

En una primera instancia hicimos una recopilación de antecedentes como, por ejemplo, el trabajo realiza do por el equipo que diseñó el emblema actual y su ma nual de estilo, el análisis realizado en el año 2018 por Laura Michelín Salomón y Hugo Armand Pilón, y cada uno de los actos sinodales que hacen mención a dife rentes aspectos de la comunicación (20/SR/09 - 21/ SR/10 - 12/SR/12 - 13/SR/13 - 18/SR/18).

Luego de un largo debate, coincidimos en que trabajamos como una comisión asesora y no como Secre taría de Comunicaciones propiamente dicha, de hecho, el proyecto aprobado sienta sus bases en esta discusión.

Comenzamos a trabajar en la construcción de la Po lítica Comunicacional, que, en el caso de la Iglesia Val dense, es un documento cuyo objetivo es orientar a las personas que desarrollen estrategias y acciones de co municación en nombre de la institución, para que éstas se sustenten en su visión, misión y valores. Al avanzar en el complejo entramado de las comunicaciones de nuestra iglesia, nos dimos cuenta que tendríamos que ir pautando otras cuestiones además de la política y así surgieron ideas que serían la base para el proyecto, como así  también surgió el armado de un documento de Manual de Estilo y un Manual de Buenas Prácticas, que abarcan desde el uso correcto de la imagen institu cional hasta ciertas sugerencias o consejos. Herramien tas concretas que serán útiles al momento de pensar acciones comunicacionales.

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Este nuevo acto propone continuar el proceso de pensar las comunicaciones en nuestra iglesia y tiene las siguientes tareas como desafíos: asesorar a la actual secretaria de comuncaciones, Verónica Biech, en temas puntuales; definir los perfiles profesionales de quienes integren la SdC; como también formular el proyecto o plan de financiamiento para la contratación del personal. Mientras tanto, el acto insta a que este equipo trabaje jun to a Mesa Valdense, evaluando la posibilidad de ir imple mentando algunos lineamientos que prevé el proyecto.

Por último, otra de las tareas será informar a las comunidades, referentes y equipos de comunicación sobre los ejes principales tanto del proyecto aprobado como de la Política de Comunicaciones. Creemos esencial que lo presentado al sínodo pue da ser analizado, trabajado y reflexionado colectiva mente, en los equipos locales encargados de la comuni cación, pero también a nivel comunitario. Las acciones comunicacionales que hagamos, o dejemos de hacer, son una forma potente de dar testimonio del proyecto de vida buena y abundante para todxs que Jesús nos invita a construir aquí y ahora. Verónica Biech y Daiana Genre Bert

En este último sínodo de 2022, la Comisión de Exa men (CE) propuso temas prioritarios para ser trabajados, sobre todo dado el escaso tiempo de encuentro. En este sentido, la CE propuso un acto -15/SR/22- que diera por aprobado el Proyecto de Secretaría de Comunicaciones y también la continuidad al equipo que produjo estos do cumentos con la finalidad de reanudar el proceso, siendo convocado para iniciar el trabajo por Mesa Valdense e intentando cumplimentar una serie de tareas específicas para que la SdC sea cada vez algo más cercano y concreto.

Entendemos la importancia de socializar esta información junto con  los ejes más importantes del proyecto aprobado, porque creemos que es la manera en que iremos consolidando este proceso que nos in vita a pensar todas las comunicaciones dentro de un marcoEntonces,institucional.elproyecto aprobado en el último sínodo propone una SdC que será la voz oficial de la institución a nivel sinodal, por lo que será un equipo autónomo que responda a las asambleas sinodales. Estará compuesto por cinco personas, tres de ellas tendrán honorarios y horarios fijos, mientras que dos trabajarán ad hono rem, una en administración y una en representación de Mesa Valdense. Los dos objetivos generales en los cua les sustentarán su trabajo son, por un lado, promover y generar una comunicación fluida, activa y comunitaria vinculada a una ética evangélica liberadora; y, por otro, proponer y fomentar espacios de comunicación, desde una construcción colectiva basada en la realidad, que permitan una lectura crítica y animen a una práctica evangélica comunicacional.

Inspiradxs por este camino y teniendo presente las competencias encomendadas por el sínodo -la construc ción de la Política Comunicacional y la reformulación del proyecto de comunicaciones-, iniciamos el debate y la producción. Como primera instancia, reflexionamos so bre los alcances, la dinámica y las funciones que tenía mos como grupo de trabajo, a diferencia de los que tiene -desde nuestra perspectiva- una Secretaría de Comuni caciones.

Apostando de procesos a la continuidad

Creemos que este recorrido da cuenta de la búsqueda que se llevó a cabo con el objetivo de desarrollar una comu nicación institucional con lineamientos y tareas defini das con claridad, donde las diferentes acciones de co municación se sustenten en la visión, misión y valores de la institución, y fomenten la posibilidad de marcar presencia desde la perspectiva de una fe liberadora, guiadxs por la historia del Movimiento Valdense y de safiadxs por el contexto social actual.

En la Asamblea Sinodal rioplatense del año 2019 se aprobó el acto 11/SR/19 que crea la Secretaría de Co municaciones de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata. Con el paso del tiempo se fue consolidan do un equipo integrado, tal como lo solicita el acto, por Verónica Biech -secretaria de comunicaciones-, Daiana Genre Bert -directora de Página Valdense-, Wilfredo Bonjour -representante de la Comisión de Página Val dense-, Tomás Barolín -propuesto por la CAJ- y Nelda Eichhorn, de Mesa Valdense.

Cuando me contó de los dulces de higo y durazno no pude esconder la emoción, quizás porque me recordó los que hacía mi abuela Elda, y también el que me regaló Cristina Gay –una integrante de la Comisión Si nodal de Página Valdense de hace unos años- en una de nuestras reuniones en Uruguay. «Vivimos en el campo, así que aprovechamos cuando hay frutas. Yo nací y me crié en el campo, no acá, esta era la casa de los padres de mi esposo», me dice y se nota el apego por la vida rural. «Esta casa tiene más de 80 años, pero la hemos ido reformando. Tenemos un parque grande, higue ras, duraznos, naranjos, un árbol grande de damascos, manzanas y peras», agrega. Me cuenta que sus vecinxs más cercanxs están a dos kilómetros, el pueblo próxi mo es Cañada Nieto a seis y la ciudad, Dolores, a 26. Dice que muchas personas se fueron del campo, sólo quedan unas tres familias y algunos peones. Ella nació en Buena Vista, departamento de Soria no. Se crio junto a su hermana mayor, Nancy, y a Lider, su otro hermano. Me cuenta casi con asombro, quizás porque hoy sería prácticamente una locura, que Nancy tuvo que irse a Dolores a hacer la escuela, pero ella fue sus primeros dos años con su hermano ahí, en Buena Vista. «En esas épocas que una niña vaya a caballo a la escuela era mal visto; así que después me mandaron a Dolores también, con mi abuela. ¡Ay, yo no quería, extrañaba tanto! Fue horrible, me quería volver a mi casa con mis padres. Pero bueno, me obligaban y qué iba a hacer», me cuenta apenada y agrega: «me falta ron unos meses para terminar la escuela porque yo ya era grande, me daba cuenta de todo, lloraba y lloraba». Mientras me habla noto que fue muy difícil ese tiem po, aunque también con la distancia se da cuenta que podría haber aguantado un poquito más. Igualmente, ¿cómo no Vamosentenderla?saltandode tema en tema: educación, trabajo e hijas. Si hay algo lindo de estos encuentros, aunque para redactar luego es más complejo, es que son charlas no en trevistas; no importa la linealidad sino que sea un reflejo de lo que ella considera más importante compartir. Seguimos con la familia. El 18 de febrero fue el ani versario número 57 con su esposo. «Tenía 20 años, sacá la cuenta», me dice con una sonrisa. Durante toda su vida con Wilfredo, su esposo, vivieron del campo y te nían animales, pero hace unos 10 o 12 años empezaron a arrendar. Desde allí, todos los peones se fueron yendo y ya hace algún tiempo viven sólo ellxs dos. «Mientras po damos movernos, nos quedaremos aquí. Además viene mucho la familia a visitar». ¡Y vaya si tiene familia gran de! Cinco hijas mujeres, 10 nietxs, cuatro bisnietxs. «Una de mis hijas, la menor, vive en Montevideo; otra en Mer-Ilda y Daiana

Relatar un encuentro es siempre complejo. Impli ca un gran compromiso y tiempo de reflexión, implica procesar lo dicho y lo escuchado, implica ser respe tuosa con las memorias compartidas. En fin, si esta co lumna tiene algo hermoso es darnos la posibilidad del encuentro, de charlas sencillas y honestas que quizás nunca hubieran ocurrido sin este ‘pretexto’ –o sí, no lo sabremos-. Esta ocasión no es diferente. Mientras pensaba quien podría ser la persona pro tagonista de este texto, me decía a mí misma: «la pre sencialidad no debería ser una limitación». Ya no es ne cesario que sea de por acá a la vuelta porque ahora la gran mayoría sabe usar alguna de las aplicaciones para hacer videollamadas. Así que pensé un poco más, aun que no tanto porque enseguida se me ocurrió una per sona con quien intercambio WhatsApp o mails una vez al mes pero, por lo general, nuestras conversaciones no son tan profundas. No nos conocemos personalmente, aunque, ya desde antes de este encuentro, parecía que sí y hoy se vuelve un poco más real. Apenas le conté la propuesta, me dijo que sí, pero me aclaró: «¡Te voy diciendo que el jueves temprano nos vamos unos días de vacaciones a la playa de Piria polis!»; aunque no fue un impedimento, porque ense guida continúo: «Mañana a la tarde tengo que hacer unos mandados, pero a la mañana estoy en casa». Así fue que consensuamos fecha y horario. De hecho, su respuesta frente a la aplicación que propuse para en contrarnos y que nunca había usado, me pareció una muestra de cómo es: «Mandame el link y probamos». Eran las 10.30 del martes y allí estábamos. La admi to en la reunión virtual y veo una señora con la sonrisa más grande que una casa. Celular en mano con la cáma ra hacia ella y caminando. Enseguida percibí su actitud frente a la vida, y con el paso de la charla lo fui confir mando: no puede ni quiere estar quieta. Casualmente nuestra charla empezó algo así: «He hecho de todo esta mañana: salí a caminar, lavé los frascos donde mi ma rido va a poner los dulces que está haciendo, limpié la pieza, limpié el baño… ando a las disparadas»

Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I 10

Cositas sencillas que hacen comunidad

PÁGINA VALDENSE I 11 cedes, otra en Dolores; la tercera vive en Cañada Nieto y la segunda en Costas de San Salvador. Todas vienen bastante seguido, sobre todo la que está acá cerquita. A todos/as les gusta venir a casa, andan en bicicleta y a ca ballo». Cuando la escucho hablar de sus nietxs es inevita ble darme cuenta de que son personas importantísimas para ella, y claro, no sólo les gusta ir al campo sino que hay otro condimento: «les hacemos todos los gustos», me dice. Y sí, parece que aquí el estereotipo de que las abuelas ‘malenseñan’ encuentra su fundamento; pero no es sólo ella: «la bisnieta más chiquita vino a visitarnos hace poco, lloraba porque no se quería ir. Lo que pasa es que el bisabuelo la pasea en el tractorcito de cortar el pasto», me cuenta amorosamente.

A menos de diez minutos de comenzada la charla, aparece la iglesia como un tema importante. Fue a la escuelita dominical, como le decían entonces, en Colo nia Concordia. «Me acuerdo de mi maestra, Noris “Chi chita” Charbonnier. Recuerdo todo lo que hacíamos, aprender de memoria algunos textos, la tabla de los 10 mandamientos.

Podríamos hacer varias páginas de su participación en la FFEV. «Ay yo no sé cuando entré, creo que allá por el 2006. Tuve tantas oportunidades que digo: ¡cómo no voy a sentirme feliz y bendecida! Soy una persona muy agradecida, a Dios y a la vida. En el 2008 fui a Italia junto a otras tres delegadas al aniversario número 50 de la Fe deración de allá, estuvimos 17 días. Fue una experiencia maravillosa. Nos recibieron tan bien en los Valles, nos llevaron a todos lados. Ahí me entero que en Venecia había Iglesia Valdense porque nos esperaron con el cul to». Me cuenta que hizo amistades con personas de to dos lados gracias a los viajes que hizo con la Federación, muchas mantiene hasta el día de hoy. No sólo se nota el agradecimiento en voz y sus gestos, también la felicidad de las memorias que revive al contarme. Hablamos mucho de la iglesia, de la falta de pastorxs, de la importancia del curso «Esfuérzate en la Gracia». «La falta de pastores/as no debería ser un obstáculo, Jesús no era pastor y sin embargo, mirá la comunidad que cons truyó. Yo pienso así», me dice y me hace sentir que con estos encuentros, estas palabras, también achicamos dis tancias y derribamos supuestos que vamos reproducien do entre quienes somos más jóvenes y aquellas personas que tienen más años y experiencias. En los momentos más difíciles no sólo ella, sino toda su familia, encontraron consuelo en estar jun txs, encontraron fortaleza en la fe. Hablamos de que hay tantas cosas que no tienen explicación, cosas que duelen y mucho, pero me dice: «creo que así como hay cosas lindas en la vida, también nos toca atravesar problemas y momentos de tristeza. Yo trato de pensar siempre en positivo, porque eso te ayuda, te da fuerzas y, de alguna forma, te hace tener una vida con más paz, con más amor. La fe es muy importante». Cuando nos dimos cuenta se nos hizo casi el me diodía, y me dice: «acá si son las 12 hay que comer». Así que se para y va a ver si Wilfredo está cocinando algo, pero camino a la cocina lo encuentra sentado y me lo presenta. Estuvimos charlando otro rato de dulces y antojos, y de tanta charla no sé si él me invitó a su casa la próxima vez que ande por aquellos pagos o me invité sola. Cuestión que sí, la comida la estaba esperando, y mientras nos despedimos me dice otra vez: «¡No puedo creer las oportunidades que tengo! Es una alegría, me siento tan Despuésagradecida»deunosdías, aún me dura la emoción de este encuentro. Su sonrisa acortó lo más de 400 kilóme tros que nos separan y me hizo sentir cómoda, como si estuviese en la mesa de su casa sentada a su lado. Ilda Long es una persona que contagia alegría. Su amabilidad y sencillez son también testimonio de vida. No puedo es tar más que agradecida con ella de confiarme parte de su historia, y por la valentía de compartirla con ustedes. Que estos relatos de un encuentro sigan siendo un pretexto, una oportunidad, para compartir testimonios de fe, de vida; para acercarnos y darnos cuenta de que quedan muchas cosas por decir, por contar, por cele brar. Estas cositas sencillas hacen comunidad. Daiana Genre Bert Ilda y Wilfredo

El catecismo también lo hice allá con el pastor Norberto Bertón; al igual que la confirmación, de vestidito blanco, sombrero y guantes, como se acos tumbraba», me dice entre risas que tiene la foto de ese día, y de hecho, me la envío más tarde. «Mi esposo también fue educado en la iglesia, él acá en Cañada Nieto. Escuelita Dominical, Catecismo, Unión Cristiana de Jóvenes. A los 18 años nos conocimos en los campamentos de la iglesia. Yo decía “ya no me voy a casar”, había tenido algunos ‘dragones’, así le decíamos antes –me cuenta entre risas-, pero llegó él». Seguimos charlando largo y tendido, hasta que me dice: «Y aquí estamos, seguimos en la iglesia». Tanto ella como su es poso participaron activamente en la iglesia, y lo siguen haciendo, de hecho, ella es parte de la Comisión Ejecuti va de la Federación Femenina de la Iglesia (FFEV).

Para seguir reflexionando sobre esto, les comparto un poema: Batalla La batalla es constante La batalla tiene un tiempo más Mas llegará un momento En que la batalla menguará Imaginen la vida en comunidad Y con ella la compasión y la coherencia Creando todas las soluciones A todos los grandes problemas Imaginen al corazón Como el centro de la realidad Llegará un día en que de él surgirá

PÁGINA VALDENSE I 12 Conexiones Espacio del Movimiento Juvenil Valdense | Año XXII |Febrero Marzo2022| conexionesvaldense@gmail.com

Pero ustedes no busquen que los llamen “Rabí”, por que sólo uno es el Maestro de ustedes, y ése es el Cristo; y todos ustedes son hermanos. Mateo 23:8

Una nueva clase de humanidad LAD Ilustración de: Geoff Mcfetridge

Con esa sola fracción del versículo de Mateo, pode mos resumir, de alguna forma, el problema o cuestión que actualmente está teniendo que enfrentar la comu nidad valdense; problema que viene siendo tratado desde distintas perspectivas, en diferentes asambleas, y tuvo su debido tiempo de discusión y debate en este último Sínodo. Me refiero, claro está, a la escasez cada vez más cre ciente de pastoras y pastores. Llegan tiempos de refuerzo en el trabajo comunita rio y de puesta en práctica más que nunca el sentido de hermandad, fraternidad y sororidad.

el ecumenismo

Otra experiencia que también me acompaña hasta el día de hoy fue el último encuentro de referentes ecumé nico realizado en el parque 17 de febrero. Como resul tado de este encuentro, se elaboró una declaración que entre sus varios puntos señala que la iglesia es en esen cia ecuménica: o sé es iglesia ecuménica o no sé es igle sia. Esto se puede apreciar principalmente en unas de las características que tiene la Iglesia Valdense como lo es participar de cuánto espacio ecuménico haya, porque se entiende que en la diversidad está la riqueza y que el proyecto de Dios es para compartirlo con todos y todas, no para que quede encerrado en una denominación.

Elcristianas.ecumenismo no es una simple palabra, no son reuniones de pastores y pastoras, líderes y lideresas, no son cargos a distribuir en algún organismo o gran des tratados teológicos que quedan en papel sin llegar a las bases. El ecumenismo es el encuentro cotidiano con el hermano y la hermana en la fe. Es el trabajo con junto por el proyecto de Dios. Es la forma más pura de celebrar desde la diferencia, de entender nuestra fe y cómo la compartimos con otros y otras. El ecumenismo se vive en el día a día como otra manifestación de la diversidad de Dios.

Estás experiencias me ha llevado querer vivir el ecumenismo desde mi formación teológica como laico en distintos espacios. Comenzando por un catecismo para adultos en la Iglesia Valdense de Montevideo, si guiendo por un curso de Introducción en la Teología, de la Iglesia Metodista en el Uruguay; pasando por una formación relacionada a la misión, en la Iglesia Lutera na Unida; y por otros tantos espacios, llegando al día de hoy a estudiar en la Universidad Bíblico Latinoamerica na de Costa Rica, dónde hasta el año pasado era el único valdense estudiando allí.

Lector, lectora; ¿cuántas veces ha escuchado la pa labra ecumenismo y no tiene ni idea de lo que significa? En mi caso, la primera vez que escuché el concepto sentí lo mismo que cuando me explicaron el teorema de Pitágoras. Algo que parece resultarnos familiar pero que en el fondo no tenemos ni idea qué significa. Con el correr de los años, las distintas experiencias tanto en el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), Federa ción de Iglesias Evangélicas del Uruguay (FIEU), Fun dación Pablo de Tarso y también en lo laboral me han enseñado que el ecumenismo es encuentro. Mis experiencias son de las más variadas, pero hay tres que me marcaron y me siguen marcando. La prime ra fue en la última asamblea del Consejo latinoamerica no de Iglesias; oportunidad donde no sólo pude conocer una gran cantidad de denominaciones -muy distintas a la nuestra- sino que también su lema marcó una forma de entender el ecumenismo. Para el CLAI el ecumenismo de bía basarse en gestos concretos, dejando de lado las re uniones, los grandes tratados, los encuentros de miem bros de iglesia para ver cómo se distribuyen los cargos. El ecumenismo debía ser desde lo cotidiano: el encuentro sencillo con el hermano y la hermana, una espiritualidad que celebre las distintas formas de entenderla. Un ecu menismo desde la acción y no desde el discurso.

A mis maestras ecuménicas Blanca y Claudia. Joaquín Peña Zangaro

“ Acercarnos al otro u otra desde nuestra fe no significa renegar de nuestra denominación, significa afirmarnos en nuestra manera de entender la fe y celebrar juntos y juntas que creemos en un Dios de vida buena y abundante para todas y todos.

Pero ahora el lector y la lectora seguramente se preguntan: ¿y a mí esto que me dice? En realidad mi in tención era poder explicar cómo el ecumenismo no es simplemente una palabra sino que es parte de nuestra identidad, es parte de nuestro ser valdense y principal mente es una de nuestras características como cristia nos y

PÁGINA VALDENSE I 13 Cosa rara

Finalmente, la última experiencia significativa tiene que ver con mi desarrollo laboral. Hace algunos años co mencé a trabajar como docente de educación cristiana en el Instituto Crandon, una obra educativa de la Iglesia Metodista en el Uruguay. Un lugar donde encontré una larga tradición de trabajo ecuménico desde la formación con niños y niñas. Ese espacio donde me siento recibido, respetado, incluido, es el que me permitió crecer no sólo en el conocimiento teológico sino en el compartir coti dianamente la fe desde el ecumenismo.

En esta mirada que estamos dirigiendo a esa mul tifacética actividad de las Ligas, y pensando en algunas acciones que se han afianzado en los últimos tiempos, les propongo reflexionar un momento sobre tres im portantes aspectos de ese vasto panorama: el servicio, el relacionamiento y la capacidad para la investigación.

Y recién se empezó a hablar de ministerio femenino por el año 1950. Pero pasaron 10 años, o sea en 1960 para que Inés Rostán, de la Iglesia de Colonia Iris reci biera el solemne reconocimiento como 1° asistente de Iglesia Valdense (publicado en Mensajero Valdense de la época). Recordamos que con el mismo título, trabajaron muchos años Bertha Barolín y Violeta Geymonat Gay. Si recordamos aquel tema: la mujer de ayer y de hoy, imaginamos los esfuerzos de esos avances como un lento caminar por senderos estrechos y enredaderas que hay que retirar a cada paso, porque recién en 1979 es consagrada la primera pastora valdense de nuestra región rioplatense, nuestra compañera Gladys Bertinat.

El primero se refiere al servicio, y tomo como ejemplo representativo de toda la tarea diacónica al Fondo Luisa Rostán. Este fondo representa una forma de ayuda asumi da por nuestras comunidades rioplatenses siendo la Fe deración la responsable de su administración desde 1986.

Y ahora una pregunta: ¿cómo y cuándo surgió el ministerio femenino y qué tienen que ver las Ligas en esteDigamostema? que la acción de las mujeres tuvo siempre su lugar en nuestras comunidades y ya vimos como hubo quienes se prepararon en distintos campos y por cierto muy eficazmente. Sin embargo, en el programa de la Asamblea anual de 1944 figura este tema central: La mujer de ayer y de hoy. El tema surgió con el deseo de desterrar algunos perjuicios que existían respecto a la intervención de la mujer en el Consistorio o hablar en público, por ejemplo. ¿Cuántas dificultades habrán tenido Delia Benech o Cecilia Malan, que ya eran ayu dantes de pastor desde varios años antes?

El segundo, relacionamiento, tiene que ver con la importancia de los lazos. Numerosas personas o gru pos visitaron a nuestras Ligas a lo largo de los años, de cerca o de lejos, para presentar estudios, dejar su men saje, contar sus experiencias. Estos intercambios han dejado en nosotras nuevas ideas, más capacidad para la reflexión, relaciones fraternales y buenas dosis de alegría y entusiasmo.

Violeta Davyt y Noris ArtúsIlustración de Diana Stoyanova

Dijo alguien una vez. ¿No podríamos decir algo se mejante pensando en nuestras familias, en nuestras instituciones, en nuestras comunidades?

PÁGINA VALDENSE I 14 omunicándonosCEspacio de la Federación Femenina Evangélica Valdense

Los pueblos que olvidan pierden su identidad 75 años de la Federación Femenina Evangélica Valdense. 24 de abril de 2010

Pensamos que sí: por eso hoy estamos celebrando esta fiesta de la memoria, trayendo a nuestro presente el recuerdo de muchas personas, de innumerables acon tecimientos y de las más variadas experiencias de fe, compartidas en la reflexión, en el trabajo y en el servicio. ¿Qué imagen nos puede ofrecer esta historia de 75 años? Se me ocurre una larga cadena con eslabones fuer tes y bien unidos a una trenza de lanas multicolores, o tal vez, las dos imágenes combinadas: perseverancia firmeza y consagración, junto a una preciosa carga de dones, saberes, de cantos y de manos tendidas.

Porque así han sido y son los grupos femeninos y Ligas de Argentina y Uruguay, en sus comunidades de fe. Recordamos a todas y cada una de las presidentas de la FFEV, como Ana Armand Ugon, Laura Bounus, Cecilia Malán de Griot, Delia Benech de Maggi, y muchas otras.

Estamos convencidas de que en este largo proceso, las ligas y la Federación, con su presencia y actividad cons tantes, fueron un factor favorable de gran importancia.

Por último, la capacidad para la investigación se re fiere a una actividad no tan común y que contó con la dedicación y responsabilidad de muchas socias de las Ligas. El equipo de la Revista Singular Memoria Val dense, acudió en seis oportunidades a la Federación Femenina proponiendo cada vez algunas preguntas enfocadas a temas que eran muy familiares para las mujeres. Aquí se dio el hecho importante de escribir, recordando hechos y costumbres, pero también mucho más que eso, cuando se trató de averiguar y buscar en actas para describir con precisión. Y ese trabajo, que ya dio tan buenos resultados, debería continuar en nues tras ligas, la cadena es larga y hay mucho para contar.

Algunos comentaristas bíblicos ofrecen otras dos traducciones posibles para este fragmento: una es «us tedes tienen sal en sí mismos; tengan así paz unos con otros» y la otra «tengan sal en ustedes, y así vivirán en paz unos con otros». Agregan también que la sal, ade más de purificar y preservar, tenía el valor simbólico en la concertación de un pacto, por lo que aquí podría sugerir la lealtad mutua que conduce a la paz. Muchas veces tendemos a leer los textos bíblicos como un mandato, una norma moral a la que acatar en vistas de ser buenxs creyentes, porque en general así nos han enseñado a comprender la Palabra de Dios. Pero si salimos de esa lógica y nos acercamos, en este caso, a la dimensión del Evangelio como buena noticia, como anuncio y testimonio del proyecto de vida buena y abundante para toda la Creación, podemos descubrir otros significados para nuestra fe. Sandra Mansilla, en un artículo de RIBLA, dice que «el ejercicio de la lectura, pues, siempre ha de ser consciente de que el texto evangélico es, ante todo, un entretejido de significaciones que surge de un testimonio colectivo surgido de un suceso sumamente complejo y traumático y que contiene una interpretación sobre aquel».

PÁGINA VALDENSE I 15 y vivan en paz“Tengan sal en ustedes unos con otros” (Marcos 9: 50b)

Leemos estas palabras en el Evangelio de Marcos que cierran un discurso de Jesús que podríamos califi car como bastante duro respecto a lo que deberían ha cer quienes caen en pecado.

En este sentido, podemos comprender al Evange lio de Marcos como el primer testimonio de una co munidad que hizo memoria de lo vivido en el tiempo de Jesús, resignificando esa historia compartida con el Mesías, sus enseñanzas y el anuncio de otro mundo posible, pero también como testigxs protagonistas de los conflictos y enfrentamientos con quienes sintieron amenazados su poder y autoridad. La comunidad mar cana reconstruye en el relato bíblico lo acontecido en el momento histórico de Jesús, no es solamente una mera enumeración de situaciones o mensajes, sino que al elaborar el Evangelio se dio voz a la verdad colectiva de quienes sufrieron la persecución y la muerte de cruz del Mesías, y que posteriormente también la padecie ron quienes se habían convertido en sus discípulos y anunciaban el Reino de Dios. Si tenemos presente esta dimensión del relato evangélico, podemos animarnos a buscar otros senti dos que no tienen que ver con lo moralizante de algu nas interpretaciones sino que abren paso al testimonio de esperanza y resistencia activa de las primeras comu nidades cristianas. Entonces, cuando leemos «tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros», podemos com prenderlo ya no como un mandato divino que hay que cumplir sino como el anuncio de una convicción que les permitió vivir de otra manera, resistir ante los embates de su tiempo y ser testimonio vivo de la bendición de sen tirse hermanadxs con quienes comparten la misma fe. Ser comunidad implica construir vínculos de com promiso, de lealtad y de sostén, claro que también implica atravesar situaciones de tensión y conflicto interno como así del contexto en el que se vive. En la actualidad estamos vivenciando la incertidumbre que emana de dos años de pandemia, el dolor por las injus ticias, la incapacidad de comprender una nueva guerra, la angustia por el futuro de la Creación mientras somos testigxs del desastre ambiental al que estamos llegan do. Estas y muchas situaciones cotidianas y personales que estamos sufriendo serían imposibles de soportar sin una red amorosa que nos llene de esperanza y fuer zas para seguir luchando. Oremos a Dios para que las palabras del Evangelio de Marcos nos den el coraje de asumir el compromiso de ser comunidades de fe que sean memoria viva de la potencia que significa tener sal entre nosotrxs y vivir en paz. No como ausencia del conflicto sino como resistencia her manada y anuncio de esperanza de un tiempo nuevo. YaninaEquipoVignaeditor

Ilustración de Cun Shi

libertad se aprende ejerciéndola Clara Campoamor *8 Marzo, día internacional de la mujer trabajadora

La

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