Página Valdense | 10.22: «Navidad: tiempo de contar, cantar y sentir»

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Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837 Página Valdense «...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 APRENDER Y CONTAR. CONTAR Y APRENDER Clarisa Bertín 3 JUGAR CONTANDO HISTORIAS Material navideño Escuela Bíblica de Paraná-Sta Fe 7 NAVIDAD, QUE DESAFÍA EL SENTIDO COMÚN DE LO QUE SE ESPERA Rebeca Huanto 9 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense -Diciembre 2022 Enero 2023 - N° 285 - Afiliado a O.P.I. N° 837 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 Navidad: tiempo de contar, cantar y sentir

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Diciembres y esperanzas

Diciembre tiene esa cosa de cierre de ciclo, de hacer el ejercicio de mirar lo que se hizo, evaluar y planificar lo que queremos que venga. Los diciembres nuestros tienen sabor a verano, tienen el color de la humedad y el sonido del río. Los diciembres nuestros empiezan a pintar el fin de las clases y las esperadas vacaciones, y todo eso también significa familia, amigxs, reencuentros y tiempo de disfrute. Sigo haciendo aquel ejercicio de releer las editoriales viejas. Cada año que pasó deja una huella en la manera que sentimos y percibimos los cierres de años: en el 2018 hablaba de la temporada de vereda por la típica postal de la gente sentada afuera de su casa tomando unos mates o algo frío, el año siguiente hablaba de lo complejo que fue nuestro contexto sociopolítico en la Patria Grande y de la necesidad de reivindicar la alegría, de celebrar los intentos. La editorial de diciembre de 2020 hablaba de todos los abrazos que no pudimos dar debido a la pandemia, pero también de la gran capacidad e imaginación que fuimos descubriendo para intentar acompañarnos a pesar del distanciamiento físico; la del año pasado se titulaba «soltar lo contenido, abrazar la ternura» haciendo referencia a la posibilidad, de a poquito, de volver a abrazar a las personas que amamos.

Este diciembre ya nos encontró habiendo transitado algunos miedos, por ejemplo, volver a compartir mate, ir a marchas o eventos masivos y tantos otros. Seguro quedarán algunos que escondimos bastante más profundo para cuando podamos ponerles palabras o hacernos cargo. Lo cierto es que este año significó volver a encontrarnos, mirar y valorar quienes somos y a quienes nos acompañan, significó aprender a soltar los miedos y abrazarnos otra vez. Se me ocurre que todos los aprendizajes de estos años tienen algo en común con la Navidad, que

es el tema central de esta edición. Seguramente todxs experimentamos y vivimos este recorrido de manera diferente, algunxs quizás con más dolor, otrxs con más ansiedad; quienes tuvimos el privilegio de poder admirar las pequeñas cosas como la flor que nació después de tanta espera o el picaflor que volvió a la enredadera; quienes fuimos ensayando otras formas de estar cerca, de sentirnos en comunidad… y en este sentido, creo que algo que podemos tener en común es que nos sostuvo la certeza de la compañía cercana de ese niño que nació en un establo.

Mi deseo para este año que termina, el que viene y siempre, es que Jesús nos siga acompañando como hasta ahora, quizás sea enviando personas que nos sostengan, que nos den abrazos contenedores y tengan gestos amorosos; quizás experimentando la esperanza en gestos simples; quizás en formas que aún no descubrimos pero que van a llegar, como llega todo lo nuevo que crece sin pedir permiso.

Como saben, Página Valdense se gesta y se construye colectivamente… por eso me tomo este momento del año para agradecer a cada una de las personas que colaboraron con sus artículos, a la Comisión Sinodal que, a pesar de los intentos fallidos sigue buscando la forma de llegar a más personas y a Julio Leal, quien realiza tareas valiosas en el detrás de escena. Gracias enormes para el Equipo Editor, por su tiempo, trabajo y compromiso para que este espacio sea diverso y plural… pero sobre todo por la compañía incondicional. Gracias a quienes leen estas páginas sabiendo que las hacemos con mucho amor. Nuestro compromiso sigue siendo acercarles diversos materiales que impulsen reflexiones liberadoras.

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Apuntes
la Directora PÁGINA VALDENSE I 2
opiniones propias
de

¿Qué les contamos a nuestras niñeces? Ese es el gran cuestionamiento de estos tiempos, o de esta época del año. A veces se nos cruza la idea de que mentimos y lo hacemos quebrando su ilusión o su confianza con nosotros y nosotras.

Muchos otros cuestionamientos aparecen, algunos con más presencia y permanencia, otros con más culpa y otros menos. Muchas veces nos perdemos en ellos; así como también en lo material, los regalos, la ropa, el lugar de celebración, la comida, el lugar para ir a bailar, que vamos a tomar, entre otros. Cuando nos perdemos, solemos dejar de lado lo que verdaderamente importa: nuestros vínculos, las personas que amamos, con quienes decidimos compartir este tiempo de amor y alegría. Creo que el gran desafío es compartir desde el amor y la compasión, dejando de lado resquemores, quejas, descontentos, balances negativos, tristezas; para dar paso al amor de Jesús que es infinito, brindar y compartir, disfrutar de los buenos momentos y de las personas que nos acompañan. Celebrar por lo hermosa que es la vida.

Pero, ¿cuál es el verdadero significado o, al menos, el que Jesús nos quiere transmitir? Personalmente creo que, primero, nunca dejar de cuestionarnos para que de esa manera lo instalado, lo normalizado, deje de ser siempre lo típico. Eso nos permitirá ser personas más simples y sinceras con nosotras mismas y con quienes nos rodean; y seguramente también abrirá paso para que podamos darle nuevas significaciones a la Navidad, a su festejo, por y para quién nos reunimos.

Podríamos decir entonces que, hasta aquí, el adultocentrismo prima. ¿Qué lugar ocupan las niñeces en esta celebración? ¿El de actuar en la fiesta de Navidad? ¿El de recibir regalos que traen otras personas, que no son Jesús? ¿Qué lugar ocupa Papá Noel en este tiempo? ¿Es el que usamos como premio castigo si el niño o la niña no se porta tal como yo deseo? ¿A quién utilizo para que ese niño o niña esté lo más tranquila posible, para que no moleste? ¿Acaso algunas de estas enseñanzas son las que plantea o nos deja ver Jesús de su nombre y su legado? ¿La mentira es parte de lo que Jesús nos enseñó? ¿Es esto de la Navidad una mentira? ¿O solo los personajes que la modernidad fue imponiéndonos como verdaderos y motivo de la felicidad?

Las niñeces son fuente inagotable de amor, ocurrencias, aprendizaje y dar sin esperar a cambio, ¿no es

eso lo que Jesús hacía también? Entonces, ¿cuánto tenemos que aprender de nuestras niñeces? ¿Cuánto más vamos a sostener el velo que no nos deja ver esto que se nos presenta ante nosotros y nosotras de manera constante? ¿Cuánto más vamos a estar ocupados y ocupadas en nuestras pantallas para no ver lo real y verdadero de las niñeces?

“Este tiempo nos ofrece la oportunidad de reflexionar desde este lugar, desde la posibilidad, desde una perspectiva menos adulta, cerrada y normalizadora. Movilizarnos a observar con corazón de niños-as, ponernos en sus zapatos, desde la empatía; pensar qué nos gustaría a nosotros y nosotras en este tiempo, eso que queremos que nunca acabe, eso que queremos recibir y nos hará plenamente felices.

Aprender y contar. Contar y aprender “

Ahí aparece, ¿lo material? ¿El lugar físico donde estamos? ¿Qué es eso que amamos hacer y compartir que nos hará recibir de manera plena la gracia del Señor?

Los textos que tanto conocemos, que cada Navidad leemos, repasamos, interpretamos, las celebraciones a las cuales acudimos con los y las niñas. ¿Alguna vez les preguntamos qué les parecen? ¿Qué opinan de esto? ¿Cuál es su visión de Jesús y su misión? En general damos por sentado los significados y los tiempos compartidos, lo cual deja caduca la posición de las niñeces ante la posibilidad de opinar, fantasear, imaginar y crear. Tal vez sea ahí desde donde tenemos que partir nuestro relato, desde su posición, desde su mirada, desde su imaginación, desde su niñez.

Este tiempo de Navidad nos continúa invitando a salir del adultocentrismo y mirar amorosamente a nuestras niñeces que tanto nos enseñan, como Jesús nos mira diariamente. La palabra clave sería acompañar, guiar, estar a la par de quienes serán adultos y adultas emocionalmente disponibles para otras niñeces.

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El desafío de contar de la Navidad a las infancias

En nuestra casa contar el relato navideño o vivir la Navidad es algo casi «natural» porque ambos, madre y padre, fuimos o somos coordinadores de la Escuela Bíblica. No solo vivimos la experiencia familiar, sino que recibimos comentarios, reacciones, preguntas de varixs niñxs. Cada Navidad que llega nos encuentra en una situación singular, transcurriendo una etapa de la vida, con el andar encima de todo un año calendario, con la edad de nuestrxs niñxs que van creciendo y, por lo tanto, el relato o la experiencia del nacimiento de Jesús se cuenta o se vive de diferentes maneras. El relato bíblico está siempre a mano, lo hemos oído muchas veces y es la base al momento de contar y de interpretar el plan de Dios al traer su Hijo a nuestro mundo como lo había prometido.

Sin embargo, algunos símbolos de nuestra actualidad son muy diferentes a los de la época de Jesús y a veces muy alejados de ese relato bíblico. La experiencia más linda de vivir la Navidad en casa es armar el arbolito juntxs y sentir la felicidad al encender las lucecitas de colores. En nuestro caso, no faltó recibir la

Nuestro hijo se llama Matías, tiene 6 años, y su hermana mayor es Clara, de 10. Cuando se acerca esta época del año, van surgiendo las charlas sobre la Navidad. Los protagonistas de esa maravillosa historia terminan siendo las y los mismos que nos contaron en nuestra infancia, eso mismo que nos cuenta la Biblia: la joven María, el carpintero José, ángeles, humildes pastores que cuidaban sus ovejas, los sabios del Oriente; también aparecen cosas interesantes sobre el viaje a Belén, el lugar donde nació Jesús, en un establo con animales.

Además, se le van sumando algunas otras cosas de nuestra cultura actual… armar el arbolito, las luces y la estrella grande en la punta. Nuestra intención, como familia, es que siempre recordemos que la Navidad se trata del nacimiento de nuestro Señor, y que es importante vivir estas fechas en comunidad, compartiendo tiempo de calidad con nuestras familias.

Pero, como no puede ser de otra manera, los gurises y gurisas son muy ocurrentes y siempre van surgiendo preguntas que nos hacen reír, que nos descolocan y nos enseñan. Mati y Clari saben que Papá Noel es una figura comercial, y por eso cuando el más pequeño vino a decirnos que había sido convocado en su grupo de baile

llamada sorprendente de Papá Noel por internet con datos precisos del nombre y características propias de lxs pequeñxs de la casa, muy bien proporcionadas por el padre. Y, por último, la espera de los Reyes Magos era infaltable. Claro que, en el contexto de familia valdense, la relevancia de los regalos siempre fue mínima y se va perdiendo a medida que van creciendo. Esas vivencias familiares con mucho color, ilusión y alegría cuando son bien pequeñxs quedan grabadas para siempre en esas cabecitas de lxs adolescentes de hoy, jóvenes y adultxs del futuro. El desafío constante, cuando ya podemos reflexionar junto a nuestrxs hijxs, es no dejar de sorprendernos por el milagro del nacimiento de Jesús. Vivir en familia la experiencia cada año, reuniéndonos con aquellxs que están cerca, llamar a lxs que están más lejos, participar en la celebración con la comunidad y compartir este tiempo de esperanza con lxs demás.

para hacer el cierre de fin de año vestido de Papá Noel, nuestra respuesta fue casi automática: «pero Papá Noel no existe»; y él con la inocencia y simpleza, que caracterizan a las infancias, dijo ... «ya sé, pero es sólo un baile».

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Rolando Janavel

o en la arena?

dades en la arena, y el culto navideño, en mi nuevo destino, se celebraba generalmente una semana antes. La Navidad y su esplendor se vieron opacadas por las rutinas mundanas de esta adolescente intentando explorar el mundo. Cada 25 se armaba un asado en la playa con familia, amigos-as y el mate. Nada más placentero que mirar el atardecer con los pies enterrados en la arena. En esas épocas, de vez en cuando, el niño Jesús y yo tomábamos un poco de distancia.

Llegó la hora de volar del nido y así llegue a la capital. Y con este cambio el niño Jesús y yo hicimos las paces. La Navidad acá se festejaba también una semana antes, y a Dios gracias, esto me permitía estar y además volver a «casa». Disfrutar del asado de 25, los mates y mis pies en la arena.

Crecí escuchando: «Uno propone y Dios dispone». Nada más cerca de la realidad.

Cuando era niña soñaba con la Navidad de las películas, blanca tomando chocolate caliente al lado de una estufa a leña y las luces de ese enorme árbol de navidad reflejándose en la ventana llena de gotitas de agua. Pero me tocó nacer en un pequeño pueblo al sur de mi bello Uruguay, me tocó tener una navidad sin nieve y sin arena, pero tan mágica como la de las películas. Crecí celebrando la Navidad como la llegada del niño Jesús, siempre supe que Papa Noel no existía y eso nunca opacó mi Navidad, porque significaba ir al culto el 24 a la noche, recibir galletas y golosinas después de representar el pesebre y, al volver, el abuelo Alfredo esperándonos, sentado en el frente de su casa en la calurosa noche de diciembre, con esa paz interna que el despedía. La familia iba llegando de a poco con los brazos llenos de comida y regalos. Claro que había regalos y, como toda niña, era de mis partes favoritas, no tanto abrirlos, pero repartirlos era mi tarea asignada cada año.

Los años fueron pasando y con ellos hubo muchos cambios y desafíos. El abuelo Alfredo ya no estaba y mi camino me había llevado a una ciudad más grande, más ruidosa y sobre el rio. Mi adolescencia se llenó de Navi-

Llámese camino o la disposición de Dios… hoy paso este tiempo en la nieve. Son Navidades blancas con el enorme árbol que se refleja en la ventana llena de gotitas de agua. El culto de navidad y el pesebre son mi común denominador. En víspera nos vamos a dormir temprano, pero no sin antes mirar una o dos típicas películas navideñas, que en realidad ya las sabemos de memoria, pero es tradición, no pueden faltar. El 25 a las seis de la mañana todos y todas las niñas levantadas y sin despertador, adultos y adultas con café en mano, es hora de abrir regalos. La familia y la comida son el centro este día, jugar en la nieve, tomar chocolate caliente y simplemente hacer una pausa.

Quizá ya no este rodeada de las caras con las que compartí las navidades de mi niñez, pero tengo cada cara en mi memoria y cada granito de arena en mi corazón. Quizá esa chispa que enciende la ilusión de la Navidad ya no está tan ardiente.

“Quizás me encuentre en el otro lado del hemisferio construyendo mi propia tradición navideña, y la magia de celebrar la llegada de nuestro señor Jesucristo a través de los ojos de mis hijos es mi motor a seguir. Ahora con los pies en la nieve y el corazón lleno de arena.

¿Con los pies en la nieve “

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Álvarez
Analía

Recordando y conociendo a e

Hoy queremos presentarles a María y José… María era una muchacha bien joven, vivía en Nazaret y siempre oía que Dios cuida bien de su pueblo y convierte la tristeza en alegría.

María, como todas las jóvenes, cuidaba de la casa, cocinaba, iba al pozo en busca de agua, cosía y le gustaban las fiestas.

María tenía un novio y su nombre era José. Él era un buen carpintero y también vivía en Nazaret.

María se llevó un susto cuando Dios le dijo un día: «¡Vas a ser la madre de un niño! ¡Él va a ser el Hijo de Dios!» Pero el susto pasó rápido ya que María contenta dijo: «¡qué bue no, Dios viene a cuidar de su pueblo! ¡Viene a vivir con nosotros, que somos su gente!»

Esta buena noticia dejó a María animada: ¡Dios niño en mi vientre! ¡Cuánta esperanza!»

Nuestro Dios no se olvida, no está lejos de su pueblo. ¡Dios nace entre los pobres para hacer un mundo nuevo!

Puedes leer la historia completa en Lucas 1: 26-56

amos un rato? SOPA DE LETRAS ANGEL ANUNCIACIÓN ESPERANZA ESPIRITU HIJO MARIA NACIMIENTO

JUEGO DE LAS PALABRAS INTRUSAS

Busca en el texto, descubre las paalbras que se han colado y tachalas. Rodea las palabras correctas y colorea el dibujo ÁNGEL ESPERANZA PRESENTACIÓN BAUTISMO

MARÍA

Con los ojos abiertos despierto, José no vio la noticia... ¿Cómo fue que él logró ver todo? A colorear todos los espacios que tie-

nen un punto, vas a descubrir lo que él tuvo y lo que le ayudó a ver... Si necesitas ayuda, leé Mateo 1:20

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TEMPLO RESUCITADO PALABRA NAZARET ESPÍRITU SANTO ALÉGRATE AMADO JESÚS VISITA GRACIA NACIMIENTO PEDRO

aquí Navidades

y allá

Nací y me crié en Bolivia. Mis padres eran comerciantes entonces viajaban mucho, casi no paraban en casa. Los recuerdos de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo en mi infancia están muy marcados por las cenas familiares, y mis padres muchas veces llegando justo antes de la medianoche. Somos nueve hermanos, generalmente mi hermana mayor era la que estaba a cargo de la organización, de repartir las tareas entre quienes iban a llegar antes para que la cena esté lista a tiempo… ir a comprar las verduras, quién empezaba a cocinar, coordinar el horario y demás.

La clásica cena navideña allá es la picana, una comida a base de zanahorias, cebollas cortadas en juliana, papa... y toda esa comida era hervida con pasas de uva, hojas de laurel; además tiene carne de pollo o de cerdo. Muchas cenas terminaban con pan dulce y arroz con leche.

“Para nosotros, la Nochebuena siempre era estar juntos como familia, eso significa Navidad y también la celebración de Año Nuevo: poder estar todos y todas unidas. Nunca fue una fecha más, al menos dentro de nuestro círculo familiar. La fiesta no giraba entorno a los regalos, sino más bien de que venían mis padres, mis tíos, todos mis hermanos. Estar todos juntos y juntas.

Además de ese rejunte familiar, también acostumbrábamos a hacer un brindis agradeciendo por un año más y pedíamos que el año próximo sea bueno, que seamos buenos hijos e hijas, buenos padres y madres, buenas personas. Siempre nos deseábamos lo mejor, tanto para los unos como para las otras.

En el 2005 me vine a Buenos Aires, con quien en ese momento era mi compañero. Éramos jóvenes y nos vinimos con un sueño, con un plan… que después con el correr del tiempo se fue transformando. Mi venida a Argentina fue por decisión propia y en compañía, eso es importante… sobre todo en fechas tan importantes como estas donde extrañas la adrenalina que sentía en

mi país de querer reunirme con mi familia. Durante los primeros años me decía a mí misma que estuviera tranquila, que no pasaba nada… pero pasar la Navidad aquí fue muy muy diferente, aunque también hay como esa prisa por llegar a medianoche. Pasaron algunos años en los que sentía que era un día más, algo que nunca me había pasado en mi país. Cambiar de un aire a otro a veces es difícil y estas épocas te lo recuerdan… pero de a poco fui encontrando amigos y amigas que se convirtieron en mi familia, no serán consanguíneos, pero son familia de corazón. Algunas cosas no cambian, la comida es algo sencilla, ligera; y la pasamos en familia. Hay costumbres que mantenemos y nos gusta hacerlo, como comer cerdo, el brindis. Ese va a ser mi regalo para mis cinco hijos e hijas…

Mi papá y mi mamá no me lo decían, pero el regalo que Navidad que siempre nos dieron eran poder estar todos y todas juntas, en familia, disfrutando del tiempo compartido. El poder de la unión. Yo intento decirles eso cada vez que puedo a mis hijos e hijas, lo más valioso no es una tiene no es lo material sino a quienes tiene al lado. El regalo más importante es la familia, a veces no se puede tener cosas, pero tenemos que valorar que tenemos salud, que tenemos un techo, que tenemos comida.

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que desafía el sentido común Navidad, de lo que se espera

«Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor, por medio del profeta…» (Mt 1,22)

El acontecimiento del nacimiento del Salvador trazado por Dios

Según los dos primeros capítulos del evangelio de Mateo, se subrayan fuertes elementos de la tradición judía -oral y escrita- que se entrelazan empezando por su linaje, con un esquema de catorce generaciones para afirmar su descendencia davídica, citas explícitas de profecías del AT que recalcan el cumplimiento, estilos narrativos que apuntan a una composición unitaria pero no cerrada, pues se subdividen en partes y con unidades paralelas, por ejemplo con la indicación de que el niño fue llamado «Jesús» (1,25) y «Nazarenos» (2,23), que Jesús nace en Belén porque es hijo de David (cap.1), va a la «Galilea de los gentiles» (4:15) porque es hijo de Abraham, su concepción virginal por obra del Espíritu Santo (1:18-25) revela que es el Hijo de Dios el Enmanuel, una secuencia de apariciones angélicas en sueños inspiradas en el patriarca José y Moisés, relato de los magos, la proclamación de la estrella (2:1-2,9-11), Herodes que pregunta por el niño (vv.3-8) y luego lo persigue; éstas y otras son las implicaciones del relato del nacimiento enmarcadas en un contexto geográfico-teológico que constituyen un itinerario trazado por Dios -nacimiento en Belén, huida a Egipto y regreso a Nazaret-.

Para Mateo el carácter teológico de los acontecimientos narrados y elegidos, están relacionados con las esperanzas del pueblo de Israel, incorporando diversos materiales de su historia y abrazando las enseñanzas de sus antepasados en donde se cumplen las profecías; «es un pueblo que se aferra a la esperanza, desafiando el sentido común de lo que se espera o esperaba» y aceptando con alegría las señales que Dios envía.

El anuncio de la Buena Nueva, en nuevos escenarios

En la historia de nuestros pueblos del Abya-Yala, encontramos ciertas coincidencias con el caminar del pueblo de Israel, desde la opresión, esclavitud, desiertos, deportación, migración, persecución, sumados a ello las «imposiciones religiosas» -aculturación y sincretismos-, y las resistencias desde «la memoria», con la Pachamama siendo nuestra gran profeta mayor, nos han permitido sostener la cuna de nuestro árbol genealógico.

En la concepción andina no existe el día o fecha específica para celebrar porque nuestro calendario festivo va articulado con los tiempos del «PACHA» -espacio, tiempo, universo, tierra-, aunque la iglesia católica haya canonizado una fecha, y abarca un tiempo más largo para festejar con distintas actividades, ornamentos, armado de mesas, bailes, música, etc. Ejemplos: «Añchañ-chuña uru»: «Día especial para serenar instrumentos musicales» en las montañas y lagos, para utilizarlos y tocarlos durante el año en los rituales o fiestas en donde los varones tocan y las mujeres bailan, 22 de noviembre (Santa Cecilia); «Pacha Lumasa»: Observación del tiempo para predecir las

lluvias, 30 de noviembre (San Andrés). Se predice quién será el Marani y su Mit’ani porque los Apus o Achachilas pasan como preste. Si la lluvia no llegase a tiempo, se hacen rituales llevando a la montaña sapos para que venga; pero debe ser guiado por un guía espiritual para traer agua para lluvia, porque si se equivoca puede traer agua de granizo o helada; «Illa Uru»: «Fiesta de las Illas», 08 de diciembre (Virgen de la Concepción). Inicio del ritual de los nuevos proyectos y sueños para que se conviertan en realidad. «Juyphi T’aqa» y «Chhixchhi T’aqa»: Día para despachar los granizos y las heladas, 12 de diciembre (Virgen de Guadalupe). Se realizan rituales para agradecer por las lluvias que riegan los productos, y que no caiga granizo ni helada; «Willka Pacha»: «Época Solar», mitad de año, 21 de diciembre, pero que muchas personas lo pasan al 25 de diciembre -Navidad-. Fiesta del Willca Kuti, el día del gran encuentro comunitario, donde los abuelos y abuelas transmiten a los niños y niñas cómo hacer las «Illas» -los sueños- en barro, cómo cuidar a la Pachamama y a reconocer la fuerza cósmica que tiene cada lugar; «Quri/Qulqi Phuju»: donde fluye el oro/dinero, 28 de diciembre. Fiesta de la lluvia. Los niños y niñas elegidas por el cosmos deben invocar que junto a la lluvia se energicen las «illas» que encierran los deseos y sueños.

Desde este nuevo escenario, leemos y resignificamos el mensaje del nacimiento del Salvador aferrándonos a las enseñanzas de nuestros y nuestras antepasadas, entendiendo que «la espera» y «preparación» es un andar continuo y presente todo el tiempo, siempre desde la dimensión comunitaria.

Navidad, un reinicio que abarca todo

Las historias, entre el mensaje del nacimiento de Jesús traído de allá, y la nuestra, se entrelazan en sintonía recreando nuevos sentires y formas de celebrar este tiempo. La llegada del Salvador, inspira resistencia ante los desiertos y la persecución, afianza construir nuevos escenarios de esperanza, aunque no se conozcan el día ni la hora de su llegada, sin embargo «lo inesperado es esperado», solo requiere estar atentos y atentas, vigilantes y dispuestos-as a dejarnos sorprender por la divinidad.

El pesebre, en estas latitudes, se convierte en símbolo de un nuevo acontecimiento del reinado mesiánico que abarca todo -Dios, creación, humanidad- porque nos permite resignificar nuestras realidades sin la necesidad de excluir o clausurar nuestras memorias, armando pesebres junto a los animales de barro -Illas-, acercando rituales de gratitud -por la lluvia, tierra, animales-, escuchando ixwas -enseñanzas/consejos-, y todo al son de villancicos al ritmo del chuntunqui que se bailan con sus polleras coloridas al viento y abarcas golpeando el piso, manos que reparten buñuelos y chocolatada, entregando obsequios a los niños y niñas; celebrando la llegada del niño Dios que nos anuncia la «paz a los hombres», siempre orgullosos-as de nuestras costumbres y raíces.

Feliz Navidad y próspero Año Nuevo. Rebeca Huanto

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Imaginarnos lo posible, soñar lo necesario...

Una propuesta compartida entre dos. Abrir el juego invitando a lo colectivo y aquí, lo que salió: un viaje al encuentro o reencuentro, según quien lo diga.

Siempre están las personas precavidas, de esas que miran el pronóstico para aprontar la mochila así sea un viaje de medio día o, como en esta ocasión, de tres. Están las que llevan todo, y de todo, por las dudas. Las que una hora antes de salir meten la ropa que tengan limpia… y seguro hay varios matices en el medio. Todas esas personas unidas por las ganas de encontrarse.

La cosa empezó hace unos meses cuando el equipo coordinador de los Seminarios Teológicos que se hacen en Paraná, convidó la fecha de la tercera edición, Crisis de liderazgos: Lo colectivo como práctica esperanzadora. Y pensando un poco mejor, capaz la cosa para algunxs había empezado antes, en el 2017 cuando se consensuó esta serie de encuentros, o en el 2018 con el primer Seminario… incluso puede ser antes, en las primeras charlas sobre la necesidad de estos espacios en la enramada del Parque XXVII de Febrero, en algún sínodo, rioplatense o campamento.

Cuando arriba decimos «abrir el juego a lo colectivo» significa invitar a varias personas a colaborar en este documento, y una de esas personas dijo: «Desde el primer seminario teológico que fui siempre me entusiasmó la idea de encontrarnos varias personas, de distintos lugares y distintas edades, para reflexionar en torno a las temáticas que se fueron abordando. Y lo más lindo es que

el entusiasmo se hace colectivo y que después de tres seminarios compartidos, el encuentro significa reencuentro con gente que por ahí ves sólo en estas oportunidades, pero que la sentís muy cercana, sobre todo luego de la obligada pausa a los encuentros presenciales».

Sabiendo la magia que nos esperaba al llegar… algunxs viajamos en autos, otrxs en ómnibus. Hay quienes cruzaron el charco, quienes un país entero, quienes llegaron desde ahí nomás, bien cerquita, y quienes nos estaban esperando.

El viaje se vuelve ansiedad y cercanía. Charlas de horas y horas, ya sea bajo el sol caliente o en las noches casi frescas de este verano adelantado, que nos permiten compartir en qué andamos antes de llegar a destino y ver en qué cruces andan nuestros caminos. También nos sirve para organizar algún que otro detalle de actividades que tenemos previstas para estos días… y para empezar a interrogarnos, juntxs, que casi es lo mismo que recrear el mundo desde la colectividad.

Como cada una de las veces, la preparación para el encuentro tiene ese no sé qué de ilusión y alegría, quizás porque significa la posibilidad de volver a un espacio que tanto disfrutamos, y que de alguna u otra manera, nos hace sentir algunas cositas similares a la de los campamentos. Ese convivir con quienes venimos al encuentro con las mismas ganas es generador de momentos únicos.

De alguna manera, todxs estábamos con la misma ansiedad del encuentro, esa sensación indescriptible y hermosa de la noche anterior a los campamentos, cuando pensás en todas las personas con quienes vas a encontrarte o reencontrarte, a quienes vas a volver a abrazar… cuando recordás las charlas de campamentos, los juegos, las noches de estrellas y los días de tormenta. Ahí es cuando sabés que algo va a ser mágico. Ahí es cuando sabés que va a ser un mojón en tu ser y sentir, aún sin saber qué va a pasar ni de qué forma se va a ir tejiendo la trama de este viaje, fuera de todo tiempo y cotidianeidad. Ese mundo mágico que se crea en el encuentro.

Capaz nos remonta a los campamentos porque durante esos días, somos -y funcionamos como- una comunidad. Ya sabemos que hay muchas formas de ser

Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I 10

comunidad, esta es otra más… de hecho, una especial porque compartimos la comida, el descanso, la alegría, los sentipensares, desafíos y deseos, las ganas de transformar lo que somos y no queremos ser.

De alguna forma, sabemos que no es sólo un seminario, es mucho más… y lo sabemos por experiencia propia o por relato de otrxs.

“Es como si esperáramos en la intersección entre una juntada de amigxs, un espacio de formación y un campamento. Y es que los Seminarios son un poco todo eso, porque nos sentimos en confianza y amor, nos animamos a cuestionar(nos) todo mientras convivimos.

Claro que lo formativo es una parte importante de lo que nos convoca, pero también es cierto que esta instancia es rica porque sabe a reencuentro. Allí confluimos grupos variados de personas, pero más que nada un espectro amplio de juventudes, que no nos estamos encontrando en otros espacios de la iglesia. Quizás la potencia de este espacio radica en que sólo cuando nos juntamos podemos soñar la Iglesia que queremos. Después podemos mantener el vínculo, regar la semilla, seguir tejiendo la red, pero es en el encuentro cuando realmente comenzamos a gestar algo colectivo.

De hecho, si bien la propuesta formativa facilita la reflexión, quizás sea también la excusa necesaria para que sigan sucediendo cosas lindas entre jóvenes -y no tanto- de distintos lugares y con distintos recorridos. Podríamos decir que somos jóvenes de todas edades, porque sin duda, lo más enriquecedor es que este encuentro es intergeneracional, se suman e intercambian miradas y experiencias, se mezclan ritmos y músicas, se mueven los cuerpos y los pies bailen al ritmo de cada unx, con la confianza de sabernos siempre sostenidxs.

No tenemos dudas que estos encuentros transforman nuestras vidas, son una invitación a compartir con otrxs en la intimidad de la cotidianidad, de vivenciar juntxs distintos momentos del día, acompañarnos y conocernos un poco más. En este contexto se habilitan diferentes espacios y momentos donde se comparte el disfrute, el cuidado, muchas conversaciones, también la reflexión, el movimiento, el silencio, la creatividad, la oración y la música. Durante este pequeño momento de nuestras vidas que compartimos nos animamos a pensar de manera crítica, a expresar nuestros miedos, preocupaciones, sueños, proyectos y luchas, ponemos en común nuestras experiencias y saberes, nos desafiamos en esa construcción colectiva.

Desde el vamos, la intención que prima es que podamos reflexionar desde lo corporal, lo teológico y lo vivencial; poniendo en valor los procesos personales

y comunitarios que venimos dando. Este año, en este viaje, sentimos con total claridad que estábamos participando de algo mucho más grande que el seminario en sí mismo… nos propusimos un desafío concreto: ponerle cuerpo a la Red que construimos con el objetivo de acompañar otros procesos comunitarios.

Y así transcurrieron los tres días, con la intensidad que deja el cuerpo y alma calentita, con ganas de más abrazos y encuentros. Muchos sentipensares compartidos; muchas emociones, sueños y proyecciones; mucho compromiso y trabajo porque este tipo de encuentros, de alguna manera, significa dejar atrás aquellas estructuras que nos van asfixiando de a poco y más bien escuchar la necesidad manifiesta de soñar algo nuevo. Este tipo de encuentros significa encontrarnos con la iglesia que amamos, al decir de Perico Perez Aguirre.

«Amo a esa Iglesia qué sabe claramente que no podrá ejercer esa misión solamente proclamar los derechos de la persona, denunciando la injusticia, anunciando la futura libertad, sino en la medida en que se convierte ella misma en eso que proclama, suscitando comunidades que sean verdaderos espacios de libertad, signos reales de liberación de todo lo que mansilla al ser humano en su cuerpo, en su corazón. Comunidades que sean sal y fermento en la masa, qué no teman presentarse en público como una crítica de las convenciones sociales establecidas y como un anticipo de la sociedad futura que anhelan y esperan».

Amamos esa iglesia, amamos ese sentir comunitario. Y sí, nos encontramos porque no sólo anhelamos y esperamos esa sociedad futura, sino que decidimos construir un mundo mejor aquí y ahora. Queremos construir ese futuro, esa iglesia que amamos, desde un presente que se fortalece en los encuentros comunitarios que reavivan la esperanza, nos animan a confiar y a seguir luchando.

Y volvemos a nuestras casas, con la mochila llena de ropa sucia y las ganas renovadas. Quedará llegar y dejar que decante lo que deba hacerlo, porque esa magia campamentil nos recuerda la importancia de celebrar los encuentros, los reencuentros, las ganas de construir algo diferente, de re-conocernos y dejarnos sorprender por aquello que quiera crecer desde el pie.

Texto colectivo de algunxs participantes de la tercera edición del Seminario Teológico Colectivo en Paraná, durante el 19, 20 y 21 de noviembre de 2022

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Conexiones

La Navidad -tambiénes un hecho político

Por estas latitudes, la navidad no es sinónimo de nieve. Más bien nos evoca una época de calurosas vacaciones y reencuentros familiares que pueden o no ser divertidos. De igual modo, la magia del árbol y el pesebre puede resultar un tanto difícil de sostener en la adultez.

Este derrumbe de sentido -por no encontrar una palabra que lo defina del todo- se debe, quizás, a que con el correr de los años, la perspectiva crítica con la que observamos el mundo se ha extendido y ha abarcado cada vez más tópicos de nuestra vida; es difícil, a estas alturas, no cuestionarnos prácticamente todo lo que nos rodea, siendo capaces de analizar y deconstruir desde los cimientos.

Comprender el valor ideológico del cristianismo y el valor que la política otorga a la práctica social con el objetivo de promover el bienestar humano es el paso para darse cuenta de que ambos conceptos no están separados. Así como el cristianismo busca el bien común de la sociedad, para lo cual exalta la esperanza, la caridad y la libertad humana; la política intenta actuar a través de razones relacionadas con la moral, la verdad, la justicia y la ética.

La Navidad, fiesta solemne de gratitud y amor, no queda fuera de este foco desedificante. Las festividades navideñas encierran razones que dan cuenta del trasfondo político que tienen. Para explicarlo, vayamos al inicio y razón principal de la Navidad: el Niño Jesús.

Muy seguido nos olvidamos de que lo que festejamos es el nacimiento del más grande líder que haya existido en la historia; aquel hijo de José y María, nacido en un pesebre, educado en una región despreciada de la Palestina del primer siglo. Personaje de cuyo nombre se ha valido históricamente para justificar tanto guerras como alianzas.

¿Cómo es posible que el hijo de un carpintero, hecho maestro y crucificado como un terrorista por razones políticas y religiosas haya atraído la atención de tantas culturas en tal diversidad de regiones?

Jesús ha liderado el proyecto de convivencia humana -al menos en Occidente- desde que caminó por las tierras de Israel. Y es, también, un personaje contemporáneo. La pretendida equidad que sigue siendo reclamada por las y los militantes de los derechos humanos, hace nido en sus enseñanzas. Jesús no solo se presentó a sí mismo como un maestro de religión o modelo moral, ni únicamente como Salvador del mundo; discutió sobre economía, nacionalismo e imperialismo, inmigración, sociología y liderazgo.

Pero en esta época, si todo es fiesta, si la Navidad nos sirve para olvidarnos de los problemas, ¿qué sentido tiene hablar de política?

Desde la perspectiva de los derechos y libertades de la humanidad, cabe el trascendente hecho de reconocer nuestra condición política. Y bajo esta consideración, es natural que persigamos una vida de acuerdo a intereses y necesidades que puedan fundamentar nuestros proyectos, creencias y anhelos. Bajo la óptica de la justicia social de la Iglesia, que se concibe desde la búsqueda del «bien común», el Cristianismo exige a las personas todo cuanto sea necesario para -y por- el bien de la colectividad.

Es precisamente el hilo narrativo-estructural que envuelve el significado de la Navidad.

Indistintamente del hecho de que buena parte de las festividades navideñas responden a imposiciones de la sociedad de consumo y las tendencias del mercado, no puede evitarse considerarla como un evento político; que, si bien trasciende lo histórico y su fuerza reside en la espiritualidad, no puede negarse que es fiel expresión de la necesidad humana de compartir la vida de cara a intereses y necesidades. Ciertamente, esta dimensión política de la Navidad nos compromete en la tarea de trabajar para construir otro mundo posible, más cercano al sueño del Reino de Dios.

¡Feliz Navidad!

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Espacio del Movimiento Juvenil Valdense | Año XXII |Diciembre 2022 Enero 2023| conexionesvaldense@gmail.com

Fundamentalismos, opresión y denuncia

Compartimos parte de la entrevista realizada por la Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de América Latina (AIPRAL) a la pastora guatemalteca y defensora de los derechos de las mujeres, Delia Leal, sobre el Diálogo palestino-latinoamericano sobre «El Sionismo Cristiano y los Fundamentalismos Religiosos, Políticos y Económicos», desarrollado el 11 de noviembre en Santiago de Chile.

Sus respuestas, lejos de caducar en el tiempo, nos muestran lo necesario de continuar cuestionando las lógicas de poder y nos animan a mirar también el compromiso ético de las comunidades cristianas.

¿Por qué motivo está presente en el Diálogo Palestino-Latinoamericano?

(…) Fui invitada a exponer, desde mi espacio de denunciación, sobre cómo los fundamentalismos religiosos y el sionismo cristiano inciden negativamente en la vida de las mujeres.

Los impactos de los fundamentalismos religiosos han gestado en diferentes temporalidades socioculturales y han atravesado la vida de las mujeres diferentes formas de cautiverio que no la permiten acceder a una vida plena. Estos espacios de diálogo son necesarios para que estas penosas realidades dejen de ser temas de discusión y se conviertan en una emergencia social. Es importante desmontar los mecanismos y detectar las características de los fundamentalismos, ya que estos son opresivos, tienen discursos arcaicos, fortalecen las estructuras patriarcales, coartan los derechos de las mujeres. Inmediatamente hacen alianza entre sí: económicos, geopolíticos, religiosos; van gestando también la desigualdad de género, no reconocen los derechos – ni el más mínimo – para las mujeres, como el derecho a tener derechos. Son androcéntricos, el hombre es el centro de todo. El machismo fortalecido por fundamentalismos religiosos, hacen que tengamos una perspectiva única del mundo moral.

Participar en este seminario es tener la oportunidad para animar a construir topias, que son estrategias para hilar, tejer una propuesta de vida en abundancia para las mujeres, niñas y adolescentes.

¿Cómo se fueron desarrollando las ponencias del Diálogo?

La agenda de ponencias mantuvo una secuencia entre sí, cada una de las ponencias, iban complementándose. La jornada nos animaba a reflexionar en profundidad sobre el sionismo cristiano y los fundamentalismos religiosos, políticos y económicos. No estaban los objetivos previamente planteados, pero sí logramos poner en la mesa de diálogo los dos contextos: América

Latina y Palestina. Cada exponente formó parte de una propuesta interdisciplinaria de calidad, con intervenciones calificadas qué nos fueron aclarando el panorama y nos desafío a proponer acciones pro Palestina en el marco de la opresión.

Mi expectativa desde la perspectiva de género fue colmada, pero de forma débil, es necesaria una profun-

dización de corte teológico, dado que la teología ha sido el vehículo para poner en movimiento a estos fundamentalismos.

¿Cuáles temáticas considera que se deben seguir profundizando?

El fundamentalismo en América Latina se ha convertido en una estructura de poder coercitiva, que se impone mediante un lenguaje religioso que genera violencia simbólica y refuerza la reprensión en muchas áreas de la vida humana. Por tanto, se vuelve necesario profundizar en la comprensión de los fundamentalismos que hoy imperan, que deben ser releídos como un problema de carácter social que afecta la libertad y limita la emancipación de nuestros pueblos.

¿Qué temáticas afectan particularmente a las iglesias reformadas y evangélicas del continente?

Una de las problemáticas que afecta particularmente son los imaginarios religiosos que se imponen mediante narrativas bíblicas sionistas-cristianas. A partir de textos bíblicos que sacralizan y al mismo tiempo demonizan mediante la manipulación.

Este modo de instrumentalización de lo sagrado y lo profano, descentraliza la fe responsable y comprometida con las transformaciones sociales. Por tanto, el sionismo cristiano debe ser detectado para hacer deconstrucciones pertinentes, caso contrario seguiremos teniendo poblaciones cristianas que no salen de su zona de confort y conciencias acomodadas.

¿Cómo se puede pensar la participación de las iglesias?

Desde el punto de vista bíblico – teológico, la lectura crítica como punto de partida puede ser una llave hermenéutica para trabajar los símbolos, las imágenes de Dios, el campo semántico de los textos, utilizados a su conveniencia, y el lenguaje teológico. Estos deben ser revisados y revitalizados a la luz de un Evangelio que dé señales de esperanza y acciones liberadoras en defensa de los derechos fundamentales de Palestina, y los contextos de América Latina que viven bajo regímenes políticos totalitaristas, Estados fallidos, etc.

¿Cuál es el vínculo actual entre América Latina y Palestina?

Como punto de partida debemos comenzar por reconocer que esta situación no es un conflicto geopolítico entre Israel y Palestina. Israel, como régimen de un Estado dictatorial, está generando alianzas económicas y armamentistas con países de América Latina por medio de un lenguaje ideológico mediante sistemas, políticas, economía y religión. Por tanto, ya no podemos seguir pensando que es un conflicto entre países. América Latina también ha sufrido los horrores de un régimen de dictaduras y políticas de corrupción y militarización, por consiguiente, nos unen contextos similares de opresión.

Entrevista de Josué Charbonnier

Completa en: aipral.net/paz/2022-palestina-america-latina-nos-unen-contextos-similares-de-opresion

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Comunicándonos

Cristo es la navidad

Ha llegado una de las épocas más esperadas y deseadas de muchas personas: la Navidad. Época de muchas tradiciones, fiestas y celebraciones. Época de mucho compartir, de intercambios de regalos y de mucha comida. Por todos lados se puede ver la alegría en los rostros de las personas y los adornos tan creativos que se inventan para hacer que sus navidades sean muy placenteras. Por ejemplo, en mi país nunca ha nevado y se puede ver nieve artificial para darle un toque especial a tan esperado tiempo de celebraciones.

Para muchos y muchas tiene un significado especial. Luces, destellos, regalos, fuegos artificiales y muchas cosas más son el orden del día. Pero, ¿es todo esto la verdadera Navidad? ¿Qué es lo que se está celebrando en esta época? Creo que se ha perdido bastante de lo que es el verdadero significado de la Navidad y quienes realmente han salido muy beneficiados de todo esto son las grandes empresas comerciales que sólo buscan acrecentar más sus intereses económicos.

En el libro del profeta Isaías capítulo 9, versículo 2, leemos lo siguiente: «El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos». Ahí está el verdadero significado y mensaje: Cristo Jesús es la verdadera Navidad. Porque la verdadera Navidad y su significado no es lo que el mundo tradicionalmente celebra. Isaías habla que hubo un tiempo de gran oscuridad espiritual en la humanidad, pero a través de Jesucristo, la luz llegó a todos los hombres y mujeres de este planeta, para que puedan alcanzar la gracia de Dios y ser salvos-as a

través de su sacrificio, realizado en la cruz del Calvario. Cristo mismo es el regalo que tú y yo necesitamos en esta hora para poder celebrar en grande una época tan especial. Si Cristo no es el centro de esta celebración, entonces la Navidad ha perdido su toque especial, y se ha convertido en una fiesta más.

Celebremos en esta época sin olvidarnos del personaje principal, aquel que le trajo al mundo la paz y la esperanza que tanto necesita. Celebremos al Salvador. Celebremos a Aquel que nos salvó de la condenación eterna y que nos ha enseñado el verdadero camino de la felicidad. Cristo Jesús es la Navidad. La época pasará, pero si tenemos a Cristo en nuestro corazón, siempre será Navidad. Amén.

Reflexión de fin de año

Estas fueron las últimas palabras de Jesús a sus discípulos: «Sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos». ¡Qué promesa más alentadora! Él no solo está con nosotros y nosotras cuando estamos enfermos o enfermas, en la cárcel, desamparados y desamparadas, cuando estamos bien disfrutando de buena salud y de una buena situación económica, sino que está con nosotros y nosotras siempre. Estas palabras nos dan la certeza de saber que Él estuvo todos los días del año que termina y que estará todos los días del que viene.

Entremos al nuevo año con la plena seguridad de que Jesús estará siempre a nuestro lado. Dejemos la incertidumbre, la inseguridad y el miedo y emprendamos con gozo y confianza nuestro camino en este nuevo año de la mano del Señor.

Tengamos presente que el Señor está con nosotros y nosotras en todo momento, aunque a veces creemos que no, Él siempre está allí. Pongamos más atención a lo que recibimos día a día y agradezcamos a Dios por su presencia….

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Mirna Lausarot Liga Femenina de Juan Lacaze

Adviento:

espera activa y ética esperanzadora

El relato escatológico de Mateo 24: 36-44 contiene un discurso de Jesús en el cual aparecen características apocalípticas, es un mensaje que mezcla el anuncio/ revelación y el misterio. La corriente apocalíptica surge especialmente en tiempos de crisis, persecución y sufrimiento, por lo que su objetivo es afianzar la fe y la confianza para resistir en comunidad ante las adversidades y las violencias perpetradas por quienes están en el poder.

El texto empieza diciendo que nadie sabe cuándo sucederá la venida del Hijo y exhorta a estar alerta porque será sorpresiva. De aquí surge una ética de la vigilancia y de la espera activa que luego se refuerza con las parábolas siguientes en el Evangelio -el mayordomo, las 10 muchachas, los talentos-. Esta ética después se vincula a acciones concretas que se enumeran en el relato del juicio a las naciones en Mateo 25: 31-46: dar de comer al hambriento, dar de beber al que tiene sed, acoger al extranjero, vestir al desnudo, visitar al enfermo y al que está preso -25.31-46-. Es notable que no se piden acciones heroicas o excepcionales para ser aprobadx, se requiere solamente ser responsable y fiel, hacer aquellas cosas que están al alcance de toda persona. Incluso en la alusión al diluvio en tiempos de Noé, también se enfatiza esa ética como parámetro de salvación/condenación y se habla del Hijo del Hombre como un gran juez que pondrá a prueba la ética personal en el seno de la comunidad.

Entonces, se entiende que el texto hace alusión a la segunda venida de Jesús, pero leído en el marco del tiempo de Adviento, de preparación para la Navidad, abre nuevas comprensiones y connotaciones. La venida de aquel juez soberano y severo ahora hay que imaginarla como el nacimiento de un niño, un bebé dependiente y vulnerable. Esto es muy significativo, es un desafío que nos invita a ampliar la imagen y la comprensión de Dios. Ahora este texto lo releemos a la luz de la llegada del niño Dios, Emmanuel- Dios con nosotrxs, y, a su vez, vincularlo con el ministerio que desarrolla Jesús, que es narrado en los Evangelios.

Otra vez lo inesperado para las personas del tiempo en el que Jesús nació, quienes esperaban al Mesías

pero que lo habían imaginado de manera distinta. Jesús anunció la Buena Noticia, el Reino de Dios, el proyecto de vida digna y abundante para toda la Creación. Y durante todo su ministerio exhortó a las personas a comprometerse, a convertirse para vivir según la ética de su Reino. Jesús nos hace parte, nos propone una forma de vincularnos y de ser en este mundo. Lo que nos pide es sencillo, no nos exige grandes hazañas sino lo que está al alcance de nuestras manos, pero, así y todo, encontramos dificultad para llevar a cabo esa ética personal y comunitaria.

En tiempos como los que vivimos, atravesado por una crisis mundial social, económica, política y comunitaria, Jesús nos convoca a estar alerta, cuidarnos de las falsas profecías y de los cantos de sirenas que intentarán engañarnos. Buscar de manera personal y comunitaria vivir según la ética que nos proponen los Evangelios, cuidar lo pequeño y cotidiano, nutrirnos de la fe compartida para resistir con esperanza, anunciando y dando testimonio de un tiempo nuevo.

“Que podamos encontrarnos de manera genuina, reflexionar profundamente sobre lo que implica esta participación, compromiso y solidaridad a la que estamos llamadxs, que también es renuncia y entrega. Que nos animemos a construir comunidades que sean refugio para los tiempos de dolor y miedo pero que también nos impulse a seguir caminando alumbradxs por la esperanza de lo que hemos visto y oído. Que no nos olvidemos que, a pesar de los pesares, Jesús camina a nuestro lado.

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La esperanza prospera aun bajo las condiciones más inadecuadas.
Alejandro
Dolina

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