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Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837Página Valdense«...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 «MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIOS» Karla Steilmann 3 RECIBIENDO EL PERDÓN DE JESUCRISTO Y APRENDIENDO A PERDONAR Álvaro Michelin Solomon 4 SOBRE LA GRACIA, DESDE PERSPECTIVAUNA PROTESTANTE Gustavo Gómez Pascua 9 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense -Agosto 2022 - N° 281 - Afiliado a O.P.I. N° 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 perdónMisericordia,ygracia

Es mi deseo que estas páginas contribuyan a un tiempo de re flexión para que ese horizonte esté cada vez más cerca, y en el camino, podamos saborear anticipos del Reino de Dios. Creo que no es poca cosa refrescar y recrear esas tres palabras potentes para sanar y re novar fuerzas, porque tenemos que seguir insistiendo con que solo hay vida plena si es para todxs. Daiana Genre Bert

Este recorrido, como ningún otro en ediciones anteriores, no tiene una linealidad. Podemos leer un artículo, saltarnos a la última pá gina, volver a la segunda y leer las que le siguen de forma intercalada. Podemos leer una de las páginas mientras desayunamos, otras dos después de cena; porque sí, quizás a veces es mucho texto y nos lleva tiempo, pero la idea es que todas y cada una de ellas nos permita volar hacia nuevas reflexiones, nos per mitan mirar el paisaje desde otros lugares y que aterricemos en lectu ras liberadoras que, de alguna u otra manera, son el reflejo del ejercicio crítico que decidimos hacer cuando continuamos en la búsqueda y com promiso de construir sociedades mejores, más empáticas y amoro sas, más justas y sustentables.

¿Por qué digo esto? Porque la idea de linealidad y rapidez muchas veces obstruyen el camino reflexivo,y por qué no, nuestras vidas. ¿Cuántas veces la poca creatividad de nuestras respuestas nos devuelve al mismo lugar en el que comen zamos? ¿y cuántas otras veces la urgencia nos hace tomar desvíos para que todo se resuelva antes? Ve nimos aprendiendo mucho, sobre todo a raíz de que nuestras mismas sociedades cambian de manera ver tiginosa, y nuestra iglesia por aña didura también. Estructuras que a veces sofocan, modelos que no se pueden adaptar a otras situaciones; nuevas necesidades golpean fuer temente nuestras puertas, lo nuevo emerge sin pedir permiso y, muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta. El caos que generan todos esos en cuentros, las tensiones y contradic ciones, no hace más que manifestar la necesidad de tomarnos un tiem po para sentipensar: sentir-pensar, pensar-sentir. Aunque esto no quie re decir tampoco dejar de ensayar, sino todo lo contrario, comprome ternos con acciones también es esencial en este tiempo complejo.

4 | PÁGINA VALDENSE Argentina Col. Belgrano: Delhy Pastre. Col. 25 de Mayo: Ruben Bertinat. Cnel. Suárez: Pablo Rafarelli. Gral Roca: Oscar Dalmás. Gral San Martín - LP: Stella Maris Chambón. La Paz - ER: Marisel Garnier. Jacinto Aráuz - LP: Susana Tucat. San Carlos C. - SF: Héctor Cotichini. Villa Iris - BA: Ema Dalmás. Reconquista - SF: Dardo Zanuttini S. Martín - SF: Edith Long. San Gustavo - ER: Orfilia Barolin. El Sombrerito - SF: Aurora Bertinat. IERBA (Buenos Aires): Comunidad de IERBA. Gálvez: Rubén Gardiol. López: Carina Tschopp. Paraná: Equipo de Comunicación. Flores Consistorio: Alberdi 2240 (CABA) San Nicolas: Helvecia Catalín. Laprida: Delta Bertón. Bahía Blanca: Natalia Coria. Carmelo:Uruguay Ruth Soulier. Cañada Nieto: Alba Charbonnier. Colonia: Ethel C. Negrin. Col. Miguelete: Ana Félix. Col. A. Negro: Carolina Galván. Col. Valdense: Secretaría IEV Colonia Valdense. Cosmopolita: Milka Charbonnier. Dolores: Nora Gallo. Fray Bentos: Cristina Dalmás. Juan L. Lacaze: Manuel Ávila. Alférez Lascano: Nylia Gonnet. Melo: Glenys Rameau. Montevideo: Mario Pablo Ábalos O. de Lavalle: Juanita Bonjour. Palmitas: Hilda Geymonat. Paysandú: Ruben Dalmas. Rosario: Andrea Montaña. Mercedes: Natalia Gauthier.Carlos Dodino Tarariras: Consistorio de Tarariras. Tres Bocas: María Fernández. Young: Esther Malán Para actualizar agentes, sugerencias u opiniones enviar mail a paginavaldense@gmail.com O bien al celular: +54 3437 448727. REDACCIÓN Varela 1729 - Dolores - Soriano - Uruguay e-mail: paginavaldense@gmail.com COMISIÓN SINODAL Wilfredo Bonjour, Laura Michelin Salomon, Matilde Duffort y Miriam Brito DIRECTORA Daiana Genre Bert EDITOR RESPONSABLE Darío e-mail:dariobarolin@yahoo.com.arBarolín EQUIPO DE REDACCIÓN Yanina Vigna, Lis Rivoira, Tomás Barolín Tron, Florencia Arias CREACIÓN GRÁFICA, DIAGRAMACIÓN Penélope Chauvié ILUSTRACIÓN DE TAPA Anna Bressi ETIQUETADO, DISTRIBUCIÓN Y ADMINISTRACIÓN Julio Leal - 19 de junio 917 casi Vlausich Colonia Valdense- Uruguay Tel.: (598) 4522 0620 - Cel.: 099967745 SUSCRIPCIÓN ANUAL Precios subsidiados por el proyecto OPM Uruguay $U 450 - Argentina $A 500 Europa € 50 - Resto del mundo U$S 70 MEDIA SUSCRIPCIÓN (SEIS MESES) Uruguay $U 225 - Argentina $A 250 CUENTA EN BROU 1521941-00002 Para recibir pago de suscripciones. Por favor en cada depósito o transferencia poner los datos de contacto. AFILIADO A OPI N° 837 TIRADA: 900 ejemplares N° Matrícula Dirección de Industrias: 188 Impreso en Imprenta Moyano Ferreira Aldunate y Haedo - Mercedes Soriano - Depósito Legal N° 68638 El equipo editor asume su responsabilidad sólo por las opiniones propias Apuntes de la Directora PÁGINA VALDENSE I 2

En esta edición vamos a reflexio nar sobre la misericordia, el perdón y la gracia. Tres palabras potentes que seguramente escuchamos muchísi veces, sobre todo en el ámbito eclesial. Junto al equipo editor, plan teamos un recorrido para invitarnos a redescubrir el poder de cada una de esas tres palabras, ese poder que cuando lo hacemos cuerpo y acción, transforma nuestras vidas. Corriendo el riesgo de extermi nar el factor sorpresa, deseando que ocurra todo lo contrario y más bien despierte su interés, les cuento como estructuramos esta edición. En prin cipio, van a encontrar tres exége sis -misericordia, perdón y gracia-; algunos textos donde intentamos tender vínculos entre esas palabras y nuestras propias prácticas, encon trándonos con algunas reflexiones sobre ética cristiana y compromiso diacónico… pero fuimos un poquito más allá buscando algunas relacio nes a nivel personal y nos animamos a pedir un testimonio sobre diaco nía y militancia, otro sobre una ex periencia de atención pastoral. Y el último artículo de lo que llamamos las páginas centrales muestra la in tención de mirarnos hacia adentro y reflexionar sobre cómo nos relacio namos con nosotrxs mismxs

Entre tanto ruido, en sociedades sin tiempo, encontrar momentos para cuidar de nosotrxs, de nues tra fe y de nuestras comunidades se vuelve imperativo, más aún cuando todas las salidas parecen ser indivi dualistas. Una vez más, lo colectivo viene a nuestro encuentro como una alternativa más que posible, ne cesaria. Quizás uno de los desafíos más actuales y relevantes sea per mitirnos contemplar(nos), pensar( nos), proyectar(nos), abrazar nues tros miedos y dolores, habitar las incertidumbres. Abandonar aquello que nos mantiene inmóviles para hacer nido en otros posibles, sacu dirnos de todo aquello que nos hace pesada la marcha y caminar miran do hacia el horizonte que soñamos.

En sociedades sin tiempo

mas

Misericordia, a pesar de ser una palabra muy recu rrente en el lenguaje eclesial y teológico, es un término muy complejo de definir, a tal punto que muchas veces para explicarlo se lo relaciona con acciones de compa sión. Dentro de los relatos bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, esta palabra aparece re petidamente y en textos muy diversos2, uno de ellos es el pasaje que profundizaremos aquí: Oseas 6:6 «Porque misericordia quiero yo y no sacrificios; y conocimiento de Dios más que holocaustos» (Reina Valera 1995).

3Sevilla Jimenez, Cristobal, «Crisis y esperanza en los profetas de Israel», scripta Fulgentiana, Año XXIV - N° 47-48, 2014, pp. 7-22.

En los relatos bíblicos, el sustantivo misericordia y su adjetivo derivado misericordioso, son mayorita riamente relacionados con Dios, con su actuar, con lo que se espera o se anhela de Dios; más bien se podría decir, como un calificativo de su ser divino. Es además un adjetivo perfecto al momento de describir a la dei dad. Todo esto hace que este versículo se vuelva aún más interesante e incluso intrigante, ya que este breve pasaje profético proporciona un giro en el concepto de la misericordia, re-dirigiéndola, sacándola de su ubica ción como adjetivo de la divinidad para conectarla con la humanidad y hacerla parte transversal de las relaciones humanas. Dios, en la profecía de Oseas, convierte lo que Israel espera de Dios en lo que Dios pide/ reclama a Israel. Es un cambio sutil, pero muy importante para la fe y desarrollo teológico de Israel, que en aquel mo mento atravesaba un periodo de crisis que marcaría el desarrollo de su propia identidad.

4Vieira Sampaio, Tania, «Oseas: otra profecía», Ribla, N° 35-36, Qui to, 2000, pp. 137-147. y no sacrificios»

«Misericordia quiero

«Porque misericordia quiero yo → y no sacrificios; y conocimiento de Dios → más que holocaustos» Esto ciertamente no es al azar, por lo cual la lectura de este versículo -y del capítulo entero- no debe ser in genua, no es un «simple pedido» al pueblo, es más bien una crítica profunda y dura al funcionamiento religioso del Israel de aquel tiempo y de la forma en la que se ‘manipulaba’ intencionalmente las prácticas religiosas.

Cabe destacar que hay más de una palabra hebrea que se puede traducir como misericordia, la más fre cuente3, y la que es utilizada en este pasaje es hesed4, que en algunas versiones se traduce como amor o piedad.

En este versículo la misericordia es transformada en una acción práctica del ser humano/a, que le permite relacionarse con y conocer íntimamente a Dios. Oseas, el libro El libro profético de Oseas es adjudicado -tradicio nalmente- al profeta que llevaba ese mismo nombre. Los y las estudiosas ubican el texto original -texto baseen Israel -reino del norte- a fines el siglo VIII a.C1. -apro ximadamente en el 730-, es decir, un poco antes de la caída y el cautiverio asirio. El libro en sí consta de 14 capítulos que describen la profecía de Oseas, y se ba san fuertemente en sus críticas al funcionamiento tanto político como religioso de aquella época, lo cual deri varía en la caída del reino. La redacción final del texto -así como lo leemos hoy- es posterior y en ella se notan agregados que se refieren a Judá -reino del sur-, indi cando así, por un lado, una relectura de la profecía con perspectivas de la realidad del sur y, por otro, una adap tación/ asimilación de la misma a un contexto distinto.

1Asurmendi, Jesús, Amós y Oseas, Verbo Divibo, Estela, 1989.

Karla Steilmann Pastora de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata

2Gertz, Jan Christian et.al, Grundinformation Alten Testament, Van denhoeck & Ruprecht, Göttingen, 2010.

Es una descripción clara y precisa de lo que Dios es pera de su pueblo y tiene tal impacto que la misma frase es puesta, en forma parcial, en boca de Jesús en Mt. 9,13.

La estructura del versículo ubica de forma paralela a sus dos partes, poniendo a la misericordia al mismo nivel que el conocimiento de Dios, y ambas a su vez en contraposición a los sacrificios y los holocaustos.

El capítulo 6 del libro de Oseas, del cual usaremos un versículo, consta de un total de 11 versículos distri buidos de la siguiente manera: 1-3 y 4-11, describiendo respectivamente un llamado a volverse a Dios y una crí tica al actuar de Israel -y Judá-. La misericordia

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En fin, mucho queda por decir, tanto sobre este capí tulo como sobre el concepto mismo de misericordia, qui zás, a partir de esta pequeña exégesis, podríamos darnos la tarea de continuar reflexionando sobre qué se entien de hoy en día por misericordia, y cómo reaccionaríamos ante el pedido de Dios enmarcado en el versículo 6.

Recibiendo el perdón de Jesucristo y aprendiendo a perdonar

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En el encuentro con Nicodemo, Jesús le enseña que hasta las personas más sabias y reconocidas por el pueblo, como el propio Nicodemo, deben nacer de nuevo por el Espíritu, experimentando la conversión, la fe en Jesús y la vida nueva que viene por seguir a Jesús (Juan3:1-21). Como broche de ese encuentro tenemos el resumen del evangelio expresado en la si guiente confesión de fe: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.» (Juan 3:16-17).

En el Padre Nuestro Jesús le pide a Dios que per done nuestras deudas, como también nosotros perdo namos a nuestros deudores (Mateo 6:12), o nuestros pecados (Lucas 11:4). En uno y otro caso, las relacio nes humanas deben corresponderse con la oración, y la verdadera adoración con la ética personal.

En el encuentro con la samaritana, ella se siente in terpelada pero no juzgada. Jesús afronta la entrevista inesperada, la cual deriva en que ella da testimonio de Jesús en su pueblo de Sicar. Finalmente este pueblo in vita a Jesús a pasar allí y conocerlo. (Juan 4:1-42).

En el mensaje de Pedro a la comunidad reunida en Jerusalén en Pentecostés, declara en su argumen tación lo siguiente: «… Arrepiéntanse, y bautícense todos ustedes en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.» (Hechos 2:38). A la actitud de arrepentimiento debe seguir el bautismo y la expe riencia del perdón que ofrece Jesucristo. En todo ello estará obrando el Espíritu de Dios. Para el apóstol Pablo, «… Justificados por la fe, te nemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesu cristo, por Quien tenemos también, por la fe, acceso a esta gracia en la cual estamos firmes…» (Romanos 5:1-2ª). Nuestra relación con Dios nos puede dar paz porque no se basa en nuestra propia justicia ni crite rios individuales, sino en la justicia que se identifica con la misericordia y el perdón. En Jesucristo está la gracia del perdón para toda la humanidad. En Efesios la teología paulina nos dice que: «A uste des, Él les dio vida cuando estaban muertos en sus delitos y pecados… pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó, nos dio vida junto con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros peca dos -la gracia de Dios los ha salvado-» (Efesios 2:1,4-5).

Según Pablo en II Corintios, la Iglesia debe cumplir un servicio de reconciliación en el mundo, a saber: «De modo que, si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo; ¡ahora ya todo es nuevo! Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconci lió consigo mismo a través de Cristo y nos dio el minis terio de la reconciliación.» (II Corintios 5:17-19).

Y toda la Carta a los Hebreos es un compendio del mi nisterio de la reconciliación de Cristo a favor del mundo. Al identificarnos con Jesucristo nos ponemos en las manos de Dios para que nuestras vidas estén anima das y fortalecidas por el poder del perdón. El perdón que busca la reconciliación puede liberar del pecado tanto a quienes son causantes de la injusticia y la mal dad, como a quienes persisten en el rencor por no estar disponibles para comenzar nuevos vínculos. Vivir en la gracia del perdón que nos ofrece Cristo implica una dis ciplina de vida que debemos aprender día a día. Álvaro Michelin Salomon

En una oportunidad perdonó a una mujer sorpren dida en adulterio, quien fue llevada a juicio público de lante de Jesús (Juan 8:1-11). Cierta vez ocurrió el caso de que una mujer peca dora ingresó en la casa adonde Jesús había sido invi tado y tuvo para con Él un gesto que fue considerado por el anfitrión como sexualmente provocativo. Jesús contó una parábola para enseñar sobre el perdón y el amor (Lucas 7:36-50).

En una oportunidad Jesús insistió que, cuando se esté orando, se desarrolle la actitud de perdón hacia quien nos ofendió, para poder experimentar el perdón de Dios hacia nuestra vida (Marcos 11:25-26; cf. Mateo 6:14-15).

Las negaciones de Simón Pedro en la pasión de Je sús derivan en su arrepentimiento después del canto del gallo. Antes Jesús había predicho que ello sucede ría, pero la predicción de Jesús no fue hecha en tono amenazante sino como advertencia. Jesús no conde nó a Pedro sino que quiso prepararlo espiritualmen te para cuando ocurriera lo que Él anticipó (Marcos 14:26-31, 66-72 y paralelos). Después que Jesús resucitó, cuenta el Evangelio de Juan que Jesús le preguntó a Pedro tres veces si lo amaba, de algún modo recordándole aquella situación de la pasión (Juan 21:15-19). Pero en este caso el en cuentro debe servirle a Pedro para reafirmar su voca ción de liderazgo pastoral.

Un manuscrito posterior a la primera redacción del Evangelio de Lucas incluye estas palabras de Je sús en la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34ª).

Algunos pasajes bíblicos ilustrativos

La denominada parábola del hijo pródigo -o del pa dre que perdona a su hijo- es una hermosa muestra del arrepentimiento y el perdón (Lucas 15:11-32). Zaqueo, al confrontarse con Jesús, se convierte so cialmente y su accionar viene a ser la restitución de los bienes a los pobres (Lucas 19:1-10).

Esa voluntad amorosa de Dios para con esta hu manidad quebrada, frágil, doliente… y por momentos arisca, hostil, obstinada; eso nos cuenta la Biblia, y muy especialmente el Evangelio. Nos dice que la humanidad es terca, sí; pero que la terquedad amorosa de Dios es infinitamente mayor. Esa es la buena noti cia que compartimos. La que nos sostiene en nuestro diario vivir. y la que nos reclama cuando nos ponemos egoístas, y nos llama al arrepentimiento, al perdón, in vitándonos a una vida nueva. La Biblia es un libro complejo, riquísimo, por mo mentos contradictorio. Y nadie se acerca a ella -ni a ningún otro texto- sin un esquema de comprensión previo. Personas que no son de la tradición protes tante leen la misma Biblia, pero llegan a conclusiones muy diferentes, como por ejemplo que Dios es un ser vengativo, o que tiene naciones y etnias favoritas, o que tenemos que «hacer muy bien los deberes» para que Dios se digne a considerar nuestra situación. ¡Y están leyendo el mismo texto! -claro que con otros es quemas de comprensión previos-. Por eso es funda mental reconocer los propios esquemas de compren sión, los ‘lentes’ con los que leemos la Biblia. Nadie se acerca a la Biblia directamente, sin algún tipo de lente. Por eso quiero compartirles unos parámetros usuales en la tradición luterana -que es parte de la tradición protestante- y que pueden orientarnos en nuestro en cuentro con la Palabra.

“ “ Y esa iniciativa amorosa libera nuestras voluntades, capacidades y manos, no para lograr que nos ame y perdone Dios -que nos amó primero, según la primera carta de Juan-, sino para servir con amor a nuestras hermanas y hermanos.

PÁGINA VALDENSE I 5 desde una perspectiva

Sobre la gracia, protestante

Lo primero que quisiera que consideremos para hablar de la Gracia desde una perspectiva protestante es que estamos ante un concepto fundamental, fundan te y no simplemente un capítulo más de nuestra teolo gía. Si imaginamos nuestra fe como una casa, la gracia no es una cosa más como un mueble o un objeto que podrá ser muy importante pero que, si no está, nos las arreglamos sin él. No, la gracia es la llave de la puerta de la casa. Sin ella nos quedamos afuera. En palabras típicas de la teología decimos que la gracia es una clave de interpretación, una llave hermenéutica. La segunda cuestión que quiero que tengamos en cuenta es que todo lo que pensemos y proclamemos sobre este concepto tan importante, tiene que estar basado en la información y el testimonio de la Palabra de Dios que nos ofrece la Biblia. Por supuesto que po dremos acercarnos a la Biblia con herramientas y con todos los elementos del análisis y las críticas; la leemos con seriedad, creatividad y audacia. Pero partimos de ahí, de la Biblia. Nos basamos en eso. Entonces, quiero proponerles que leer la Biblia desde la perspectiva protestante nos va a llevar a en contrarnos de frente con la Gracia, y con todas sus consecuencias prácticas para nuestras vidas y las de nuestras comunidades. La gracia expresa la voluntad de Dios, su forma de relacionarse con la humanidad -desde el comienzo del Génesis hasta el último versículo del Apocalipsis. Hace comprensible -y posible- la justificación, el perdón de los pecados. Y está expresada en su máximo esplendor y claridad en Jesucristo. Es Dios quien se acerca, res taurando la ruptura y anulando la distancia que pone el pecado. Porque sí. Porque quiere. Es su iniciativa.

En esta tradición, leer la Biblia implica percibir la tensión entre Ley y Evangelio, entendiendo que todo el texto bíblico apunta a Cristo, que la propia Escritura interpreta la Escritura, por lo que se debe leer el texto como una totalidad, y finalmente -¡pero muy impor tante!- que eso tenga una interpretación aplicable al espacio público.

Este último criterio nos llama a considerar seria mente: ¿qué pasa con nuestro testimonio y nuestra praxis a partir de esa lectura? Bueno, algo tiene que pa sar; gestos e iniciativas de misericordia y justicia hacia, en y con el mundo. Ese algo que tiene que pasar debe estar también imbuido de la hermenéutica de la gracia, de la lógica del Reino de Dios. Esa misma llave que nos abre la puerta de las Escrituras también es la clave para abordar nuestra realidad y para actuar en ella. Fe hacia Dios y amor hacia la humanidad y la crea ción. Esas son las respuestas a la Palabra desde una interpretación protestante de la gracia. ¿Verdad que es una maravillosa tarea recibir y actualizar ese legado para nuestro mundo de hoy? Gustavo Gómez Pascua

Ahora bien, me atrevo a alertar: podemos tener alianzas «ruidosas»4 o elegir alianzas en consonancia con nuestra ética cristiana. Porque al fin de cuentas, la misericordia no es ajena a la equidad y la justicia social. Marcela Bosch Dra. en teología, valdense, feminista.

3 Perspectivas teológicas sobre la diaconía en el siglo XXI. Declaración del Consejo Mundial de Iglesias, en Colombo Sri,Lanka 4Celia Amorós: denomina alianzas ruidosas, cuando se buscan alianzas equivocadas confundiéndonos con un lenguaje que oculta la verdad de la opresión. En la actualidad la insistencia sobre: la libertad no solo opaca la lucha por la igualdad y la justicia. Si no que también confunde maliciosamente. Oculta la lógica patriarcal/ liberal y sus nefastas con secuencias para la sociedad, sobre todo para las mujeres y las niñas.

Jesús vivió en un contexto de extrema violencia, de invasión, controversias políticas y religiosas íntima mente unidas entre sí.

PÁGINA VALDENSE I 6 mundo neoliberal El coraje de la misericordia

1Cosificación: consiste en despojar a una persona de lo propio de ser persona. Se mercantiliza a las mujeres. Ellas son solo cuerpos trozados cuando se las prostituye o se alquilan su útero. 2Saskia, Sassen. Expulsiones brutalidad. y complejidad en la economía global. Katz conocimiento, 2015.

El Evangelio nos sitúa en Palestina (siglo I), un pequeño rincón del mundo, dominado por el Imperio Romano, allí la aristocracia sacerdotal vivía de espal da al pueblo, incapaz de conmoverse con su opresión.

Al decir de Saskia Sassen: «los espacios de los ex pulsados claman por reconocimiento conceptual»2, urge a modo de imperativo ético visibilizarlas, señalar y juzgar las estructuras sociales y económicas que su mergen a millones de personas en la pobreza, la inequi dad y la marginación diciendo claramente: son estruc turas de pecado. La empatía, intrínseca a la misericordia limita: «mi puro deseo» tan supervalorado en la actualidad. Legi timado por una lógica liberal, que anima a ir contra el otro/a: sobre su cuerpo, sus deseos, su dignidad.

En ese escenario Jesús muestra signos de miseri cordia. El hijo del carpintero pudo ver, oler y tocar a los/las «intocables»: las mujeres, las y los enfermos, las y los extranjeros. Se aproxima con las entrañas re vueltas a sus cuerpos limitados y sufrientes, dando así pruebas de coraje que lo llevan a morir crucificado. Hoy reconocemos que sus actos eran de un servicio revolu cionario dando origen a nuestra ética cristiana, seña lando un camino. El término camino lo utilizo para reforzar la idea de movimiento con dos entradas. La primera- plano más íntimo-, evoca las entrañas. La segunda, situada y ra cional, utiliza la conciencia crítica para interrogar por el ser y el hacer. Mira al bien común, compromete a la ciudadanía y rechaza la lógica individualista y neolibe ral donde impera: el deseo, el lucro, la cosificación de las personas1. Como cristiana, sostengo que la lógica neoliberal anula la misericordia.

“ A mi entender la teoría feminista se presenta como una alianza ade cuada, como movimiento político, a lo largo de tres siglos, se manifiesta con debate, agenda y vanguardia proclamando la igualdad entre los sexos como base para una sociedad más justa. Una lucha constante y no violenta que ha sabido comprometerse con la víctima y señalar al victimario. frente a este

¿Qué sentido tendría la misericordia si sólo consi dero iguales a los/as iguales? El camino hacia la igual dad es posible re-conociendo las diferencias. Nuestras comunidades se enfrentan hoy a grandes desafíos, predicamos a un Señor crucificado y resucita do que realizó un servicio revolucionario, hoy lo llama mos diaconía y ésta en la esencia de nuestra misión. En su reunión del Consejo Mundial de iglesias en Colombo Sri Lanka, manifestó: «La diaconía debe establecer alianzas, no sólo a ni vel de las estructuras mundiales o grandes de la iglesia, sino también entre las congregaciones, los ministerios especiales y las redes de personas comprometidas con los valores de la justicia, la paz y la dignidad humana a escala local, regional y nacional.»3

Por una diaconía dinámica, contextual y versátil

Nuestra tradición protestante nos aleja del asisten cialismo, pero nuestra compasión y misericordia por nuestrxs projimxs debe tocarnos el corazón. Es decir, si hoy la salida a la urgencia de la crisis y pobreza ex trema o poder tener un plato de comida en la mesa es a través de un plan social, está bien, siempre y cuando podamos comprometernos en transformar esta rea lidad y no sólo cuestionando desde la comodidad de nuestras casas y/o vidas privilegiadas.

Estamos, junto a nuestras comunidades, abrién donos caminos en una nueva forma de diaconía: la ur bana, dejando atrás el modelo de iglesia rural del cual venimos. Lo hacemos tejiendo redes y sosteniéndonos en comunidad, la cual nos da reparo y aliento. Una diferencia con ese modelo rural es que ahora vamos necesitando que el Estado intervenga en ciertas situa ciones, por lo que debemos ir articulando ya que las necesidades son diferentes.

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Vemos que otro modo de producir está surgiendo y lo hace de la mano de emprendedurismo, un sistema económico social que valora el trabajo de cada persona, que se sustenta en el trabajo en red y solidario. Nosotr xs, como hijxs de ese Dios de justicia, acompañamos in tentando incorporarlo a nuestras vidas para que todxs podamos alcanzar un trabajo libre de explotación y con prácticas sustentables. Por otro lado, la diaconía, como pensamiento per sonal, implica actos de cuidado, socorro y servicio, pero va más allá y aborda las causas fundamentales de la injusticia arraigada en sistemas y estructuras opresivas. La acción sostenida a favor de la justicia es defendida por nuestra fe y lealtad al Dios de vida cuan do nos enfrentamos a los poderes dañinos del sistema económico y político. Muchas veces pienso en los efectos que tienen las personas que solo van a lo suyo, que están aburguesa das, cómodas y cobardemente mirando hacia otro lado ante la injusticia y el sufrimiento de lxs empobrecidxs y me convenzo que esa es la actitud que desactiva la lucha por la justicia y alimenta la brecha.

«Hacer justicia, amar la misericordia» (Miqueas 6:8) Cecilia Barrios Comunidad valdense Paraná – Santa Fe Ilustración de Moonassi

Para mí, la diaconía tiene que ser dinámica, con textual y versátil como respuesta a nuestra confian za y fe de la venida del Reino de Dios y sus anticipos, esos que están presentes en todas las experiencias de esperanza en medio del desconcierto, en las acciones que sanan y cuidan a las personas y las relaciones, en las luchas que buscan justicia y afirman la verdad. La diaconía debe establecer alianzas, no solo a nivel de las estructuras mundiales o grandes de la iglesia, sino también entre las comunidades, los ministerios y las redes de personas comprometidas con los valores de la justicia, la paz y la dignidad humana.

El fin último que persigo en mi tarea diaconal, y por lo que milito, es que todxs celebremos la vida, con fe de que lograremos cambiar y transformar la realidad de las personas que atraviesan situaciones difíciles para que el reino de Dios pueda ser realidad para todxs.

Lo hacemos orientándonos y basando nuestros va lores en la palabra de Dios para poder construir juntxs un mundo más justo y sin opresión. Buscando el modo de que quienes están en situaciones de vulnerabilidad puedan acceder y tener la posibilidad de un trabajo dig no, acceso a derechos y a un mundo sin violencia.

Entiendo por militancia, trabajo social y activismo, al compromiso que una persona brinda a una organiza ción, ya sea social o política o a un proyecto. Entonces, como persona que forma parte de una comunidad de fe, enmarcada dentro del proyecto liberador de Jesús, soy militante de ese proyecto. En ese sentido, creo que la diaconía es la herramienta para transformar la reali dad, una expresión fundamental de la participación de la iglesia en la misión y construcción del Reino de Dios.

El Evangelio no es disculparse, salvarse sola o mirar para otro lado; tampoco creo que sea lucha de clases ni una revolución violenta, sino el modo de transformar la realidad que daña para que podamos vivir un amor personalizante recibiendo anticipos de ese Reino.

El perdón habilita el cambio, le da un nuevo sentido a la vida. En ese plano social de las deudas (¿delitos?) se sitúa Jesús. Anunciar no es imponer. El perdón se encarna en el centro de las relaciones humanas. El ca mino es comunitario. El perdón de las víctimas habilita la voz profética. Este perdón no niega la justica, pero la quiere hacer nueva porque la fundamenta partiendo de las víctimas. Las únicas que pueden perdonar son las dañadas. He aquí que el Reino se manifiesta porque hay una vida que renace. Superando la violencia de un sistema que se mantiene por la fuerza. Ese perdón no es «olvido» del pasado, sino recuerdo más hondo del Dios que libera, transforma y recrea lo que hay, presen te de amor, no para que todo quede como estaba, sino para cambiarlo desde las víctimas. Ellas son las porta doras del perdón de Dios. Es el mayor signo de libertad. Las oprimidas se transforman en portadoras de perdón para este mundo patriarcal, no para que todo siga igual sino para dar inicio a un nuevo orden de relaciones donde ya no hay mancha ni impureza sino libertad para vivir nuevos tiempos porque es de derecho. Qué hemos de anunciar y vivir: ¿Perdón patriarcal o perdón liberador? Blanca Armand Pilón Pastora valdense

«Todo se hunde en la niebla del olvido, pero cuando la niebla se dispersa el olvido está cargado de memoria» (Mario Benedetti) Recuerdo, que hace ya muchos años, una querida mujer con desesperación llegó al espacio de atención a preguntar si era cierto que ella debía cargar con su cruz y perdonar cada día la violencia que ejercía su marido so bre ella. Había recibido ese mensaje de una persona con mucho poder institucional. Agradezco que siguiera bus cando otras palabras y otras escuchas, muy posiblemente porque como ella dijo, le habían enseñado en su iglesia que Dios es amor. Desde ese momento hice mayor con ciencia de la influencia de las palabras y los conceptos, y del peso que tenían según quien o quienes las pronuncia ran en las víctimas que sufrían diferentes formas de vio lencias. Porque la misma palabra que de alguna manera hoy nos ocupa, el perdón, puede oprimir o liberar. Con los años, mi pastorado cultivó una impronta de atención privilegiada hacia mujeres, niñas, niños y adolescentes que han sufrido o sufren las violencias de un sistema patriarcal que oprime, somete, domina y controla la vida y las decisiones. Y hace ya unos años que sentí el llamado a escuchar y acompañar especial mente a mujeres adultas que han sufrido abuso sexual en la infancia. Los relatos-testimonios son similares. En algún momento de sus vidas, por circunstancias que no pueden precisar, el olvido se llena de memoria. Memo ria que sienten que las arrastra a recuerdos dolorosos, que las vuelve locas, que no se animan a contar porque nadie les va a creer; porque en muchos casos los abusa dores están ahí, sentados como si nada hubiesen hecho en medio de las familias y las comunidades. A veces es tal el esfuerzo que han hecho por olvidar que se pre guntan si no se lo han imaginando, que tal vez era una fantasía. Y el proceso de sanación comienza cuando al guien se detiene, escucha, cree y acompaña. Un desafío permanente para las comunidades. Los procesos de sometimiento han sido y siguen siendo similares. Los abusadores saben cómo manipu lar las vidas de las niñeces. Todas manifiestan de una forma o de otra: «Que era un secreto que nadie podía saber. Si decía algo me iban a separar de mis hermanos y la familia se destruía. Que me iban a prender fuego. Me pagaban cursos de computación. Que debía ser agrade cida ya que me regalaba ropa para el cumpleaños, y me amenazaba con decir que tenía sida y la gente me iba a discriminar. Que si el terminaba preso iba a mandar gente a matarme. Que era normal, que todos lo hacían. Que iban a ser novios, pero nadie tenía que enterarse porque sino las hermanas también iban a querer y des pués las amenazas, o si hablaba, a las hermanas le iba a pasar lo mismo. Cuando me invitan a tomar mate pre gunto qué yerba usan, porque si es la del paquete ama rillo no tomo (su primer abuso fue cuando la mandan a buscar yerba a la casa del vecino)». Testigxs y víctimas de violencias de todo tipo, obligadas a hacer tareas de la casa, a cumplir los roles de lxs adultxs, vendidas por una bolsa de papas o un atado de leña. Podría seguir porque los testimonios son incontables.

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Las estadísticas hablan de una niña cada tres sufriendo algún tipo de abuso sexual. Atrapadas entre los secre tos, las manipulaciones, los «privilegios y regalos», las amenazas, el miedo, el terror; han crecido llevando a cuestas un secreto que sienten que si lo dicen se va a destruir todo a su alrededor y entonces prefieren que, en silencio y lentamente, las destruya a ellas. ¿Cómo hacernos cargo de tanto dolor? ¿Dónde está el sentido del perdón? ¿Qué es lo que hay que perdo nar? ¿A quiénes? ¿Cómo devolvemos las infancias roba das, los cuerpos ultrajados? La Biblia habla que dar y/o recibir perdón es el pun to de partida, es la gracia previa que Dios nos ha regala do. Jesús no pidió conversión ni arrepentimiento, sim plemente llamó e integró en su camino de buena nueva, un camino que lo hizo público, no encerrado en los tem plos, a lxs expulsadxs, a lxs pobres, a lxs discriminadxs, a mujeres y niñeces. Desde entonces, dijo y nos dice que es el perdón de ellxs el que necesitamos como sociedad, como comunidades, gobiernos, instituciones para trans formar tanta injusticia, tanto dolor. Son las víctimas de su tiempo y las víctimas de nuestros tiempos quienes nos habilitan y nos capacitan para un tiempo nuevo. Y es un desafío que parte inevitablemente de nuestras pro pias experiencias de perdón. El perdón no para dominar mejor a lxs sometidxs sino para la búsqueda de una so ciedad más justa y cuidadosa de la vida. Por eso debemos ser profundamente cuidadosxs con los conceptos y palabras porque en nombre del perdón hemos condenado a las víctimas al olvido, a creer que lo que vivieron se lo imaginaron, se lo inventaron; las he mos condenado a vivir en la violencia, a cuidar del opre sor, a vivir bajo el mismo techo, a culparse, a sentirse manchadas y sucias porque «tan malo no pudo ser, es tu padre, te quiere, hay que saber perdonar…es tu abuelo, tu hermano, tu tío, tu padre adoptivo, el que te crió...»

Perdonar para vivir en libertad

No solo amar y perdonar a otrxs sino que en esxs otrxs, amarnos y perdonarnos a nosotrxs mismxs.

En el marco de pensar/nos en y desde la miseri cordia, la gracia y el perdón, lo primero que me parece interesante poder ubicar es lo nodal de estos conceptos para la vida de fe. Poder vivir en y desde allí como un camino o recorrido que nos permita encontrarnos con lo liberador del Evangelio, lo transformador. Dios con y desde su proyecto nos anima a ello, y creo que, en nuestras vidas cotidianas, en la vorágine en la cual vivimos como sociedades, es complejo poder sostenernos y encontrar un equilibrio por lo que esto se suele convertir en un desafío.

Si bien sabemos que Dios nos amó primero y que por su misericordia y su amor recibimos gratuitamente su perdón, muchas veces cuesta entenderlo y vivirlo como tal: habitar ese amor tan grande y misericordioso. Desde su gracia y su amor Dios, como padre y madre, nos habi lita a amar y amarnos, a cuidar y cuidarnos, a perdonar y perdonarnos. Nos habilita a descubrirnos, conocernos y en ese conocernos y aceptarnos, conocerle y aceptarle. Como decía antes, encontrar un equilibrio puede ser el desafío mayor. Descubrir quiénes somos, con nuestras luces y nuestras sombras, trabajar en ellas, trabajar para poder realmente conocernos, descubrir nos y aceptarnos. Aprender a iluminar con nuestras luces, valorando esos dones que tenemos, trabajar en ellos para desarrollar el potencial, y por otro lado tam bién aprender a manejar aquello que más nos cuesta y se nos suele presentar como obstáculo en nuestro ca-

Adriana BertinatIlustración de Chiara Ciccarello

PÁGINA VALDENSE I 9 a amarnos y Aprendiendoperdonarnos

Pensando más concretamente en el perdón; esa pa labra proviene del latín «per», que significa persistir en una acción y «donare» que significa donar, dar. El prefijo «per» intensifica el verbo que acompaña, «donare». Así que perdonar implica un acto de dádiva y de «seguir dan do». La pregunta sería… ¿cómo nos sentimos con esto? ¿Somos capaces de dar ese perdón? ¿Y de dárnoslo? Por lo general se suele hacer hincapié en el perdón como algo que se ofrece a otra persona, como respues ta a una ofensa. Pero, ¿qué hay de nosotrxs mismxs? ¿Tenemos registro de las veces que nos lastimamos y ofendemos? Y a su vez, ¿Nos perdonamos cuando cae mos en cuenta de nuestros errores? Más allá de pedir disculpas… ¿Nos perdonamos a nosotrxs mismxs? ¿Vi vimos en armonía con quiénes somos? ¿Nos acepta mos? ¿O estamos más pendientes de lo que debemos ser para agradar a otrxs, para responder a mandatos? Por alguna razón, el amor y el perdón que Dios nos da gratuitamente, para nosotrxs parece no serlo tanto. Suele presentarse como un desafío que, en primera ins tancia, tiene que ver con poder valorarnos con nues tras cualidades, poder verlas y apreciarlas. Y más aún: amarnos con nuestros errores.

Insistimos durante muchos años en creer en un Dios que castiga y culpa, que ve los errores y miserias en nosotrxs. Y fuimos cayendo en esa creencia, que, por lo menos desde mi experiencia de vida de fe y mi vín culo personal con Dios, pude ir descubriendo que dista mucho de lo que tiene como plan para sus hijxs. Dios nos conoce y nos acepta tal como somos. Nos llena de su gracia para que la hagamos nuestra, y nos brinda su perdón para que podamos amarnos y aceptarnos tal cual somos. Es tiempo de que nosotrxs hagamos nues tra parte, para desde allí poder vivir plenamente, en ar monía con los dones que nos fueron dados y permitién donos reconocernos a su imagen y semejanza. Asimismo, creo que la gracia, el amor y el perdón no nos habilitan sólo a aceptarnos tal cual somos; sino que tanto el amor como la gracia nos habilitan a las transfor maciones necesarias para construir nuestra mejor ver sión. Lo fantástico de esta divinidad que ama y perdona, es que no condena. Da lugar a los cambios, desde la acep tación y el entendimiento de esos cambios que nos van a permitir lo mejor. El amor y la gracia me hacen seguir un camino de cambios que me van a permitir vivir un poco mejor, perdonarme, cuidarme, quererme, aceptarme... lo cual será, además una búsqueda constante, un proceso, una esperanza que se hace camino andando.

minar. Entendernos en nuestras miserias y ser miseri cordiosxs también con nosotrxs mismxs.

Sobre su historia de vida, se define como un «hijo de obreros», nacido en el barrio Colón -Montevideo-, con una familia nuclear -madre, padre y dos hermanos menores-, y cuya crianza osciló entre la educación pú blica, el club deportivo -Montevideo Rowing Club- y la parroquia, lugar en el cual hizo catequesis, luego tomó la comunión y participó muchos años durante su ado lescencia y juventud como animador y en distintos es pacios asociativos. Me comenta como dato curioso que, si bien su familia era creyente, no era católica practi cante, pero él desde pequeño sintió curiosidad por saber «quién era Dios», y fue su iniciativa comenzar a concurrir a las actividades de la iglesia de su zona, y por aquel entonces, sin tener noción de lo que la fe iba a implicar en su vida posteriormente.

Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I

Pablo se presenta como un investigador de la Uni versidad de la República -UDELAR-, que forma parte de la descentralización, no sólo por el hecho de haberse radicado en Tacuarembó y trabajar en la sede del Li toral Norte de la UDELAR, sino también por apoyar la descentralización como causa en sí. Sociólogo de grado y en maestría, cursando actualmente el doctorado en Ciencias Sociales. Es un investigador en régimen de De dicación Total, y su acervo teórico y en materia inves tigativa se centra en la desigualdad educativa, aunque también se encuentra inmerso en el terreno de la Cri minalidad y las TICs. Además, es el tutor de mi tesis de posgrado vincula da a la temática de penalidad juvenil, pero no sólo nos une un vínculo de docente-estudiante, sino que tam bién nos une un vínculo de amistad, y nos apasionan las charlas multitema en las cuales podemos estar horas y horas debatiendo sobre políticas sociales o cualquier tema que esté sobre la agenda pública. Sin embargo, a pesar de que conozco su veta cristiana, nunca había mos charlado acerca de la fe y la creencia en Dios, y por eso la propuesta de escribir para Página Valdense me pareció una estupenda oportunidad para generar el diálogo en esta línea, lo cual fue recíproco al momento de comentarle sobre esta sección.

apostolado

“ Me comenta sobre la adolescen cia como un momento en el cual fue «mucho más fácil creer», porque el mundo gira en torno a una suerte de «magia» según refiere, y el estar liderando un grupo y haciendo muchas actividades hace que Cristo se haga cuerpo y se manifieste de una forma mucho más clara.

Durante la charla fuimos repasando un poco los distintos momentos de su vida y qué lugar tuvo la fe en cada una de estas etapas.

Viernes a la tardecita, ya terminada la jornada labo ral, cafecito y computadora mediante, nos encontramos con Pablo Menese Camargo para conversar un rato, como en tantas otras oportunidades, pero esta vez tras haber aceptado la propuesta de dar testimonio y hablar sobre su vida de fe para este espacio. «Encontrarnos» es un decir, ya que la reunión tuvo que ser virtual dado que está radicado en la ciudad de Tacuarembó, y si bien viaja seguido a Montevideo no pudimos encontrarnos de forma presencial. Pero hoy en día y tras la época de pandemia, se ha naturalizado la videollamada como he rramienta para conectarnos y dialogar a pesar del dis tanciamiento físico, y ello facilita mucho la posibilidad de generar un intercambio en cualquier momento.

Hacer10 de la vida un

Desde mi experiencia y dada la tradición laicista de Uruguay, no es para nada común encontrar en el ámbi to de la ciencia, y particularmente en la ciencia social, personas cristianas, que no tengan reparos a la hora de manifestar su creencia en Dios, y además que tengan la firme convicción de que la fe es el faro que guía el camino de la vida. Sobre ello también conversamos y problematizamos, y me comenta que lejos de alejarse de la religión, la ciencia social también le ha brindado las herramientas para contar con capacidad argumen tal a la hora de defender su postura.

Pero esta participación en la vida eclesial no fue cons tante a lo largo del tiempo, sino que tuvo altibajos. Resulta curioso que su paso por la Universidad hizo que se alejara un tiempo de la parroquia, dejando atrás una época de apostolado más intenso, pero también se ñala que este momento fue muy duro a nivel personal y profesional. Fue ahí donde más se aferró a la fe en Dios para continuar construyendo su proyecto de vida. En relación a ello me comenta que ha comprendido a lo largo de los años que es necesario diferenciar la prác tica de la creencia. «Que yo no esté practicando, que no vaya diariamente a la iglesia, etc., no quiere decir que no sea una parte importante de mi vida. Yo rezo todas las noches...Y hay un desafío en tener a Dios por fuera de los ritos semanales, porque hay que encontrarlo en otros lados», señala. Acerca de esto último, me comenta de forma anec dótica que cuando tenía alrededor de 14 años, un com pañero de la parroquia le dijo que el desafío estaba en «encontrar a Jesús en el boliche». Esa frase la recuerda hasta el día de hoy y la lleva como bandera en su prác tica de fe. A propósito de ello, charlamos sobre lo difícil que es muchas veces, a medida que crecemos y nos en contramos inmersos en las actividades diarias, encon trar la manifestación de Dios en el cotidiano.

Otro de los temas sobre el cual conversamos fue so bre el vínculo entre la Iglesia y el Estado. Si bien las dis cusiones en torno a este tema en Argentina y Uruguay tienen calibres diferentes debido a la tradición laica de este último, es una discusión que está presente en la sociedad. Pablo menciona su visión de la iglesia como actor social dentro de la sociedad civil, y por lo tanto la incidencia que tiene dentro del «pacto social»; pero también comenta que es imprescindible comprender que ningún actor religioso puede tener la hegemonía cultural, y además muchas veces resulta contradictorio la postura que toma la iglesia como institución o distin tos actores religiosos cuando se tratan temas de debate social y Vinculadopolítico.a esto último, me relata la experiencia de su pareja, quien, siendo animadora en un colegio salesiano y estudiante de trabajo social en el 2014, se integró al colectivo «no a la baja», y al recibir el cues tionamiento de otros/as participantes de la iglesia por militar en este espacio, terminó alejándose. «Y vos pen sá, ¿qué hubiera hecho Don Bosco en ese lugar? Obvio que estaría del lado de los pibes y apoyando a los más vulnerables», expresa Pablo. El intercambio con Pablo duró unas dos horas, y se ría imposible poder plasmar en estas líneas todo lo que conversamos, que lejos de ser una entrevista formal, fue una charla entre amigos y un momento muy ameno en el cual la fe fue el centro de nuestro diálogo, algo que no había sucedido antes. ¡Fue una grata sorpresa todo lo compartido!. Espero que al igual que a mí, en el/la lector también hayan quedado resonando las reflexio nes que nos acercó Pablo acerca de cómo vive la fe; y que a través de este relato de un encuentro podamos pensarnos en nuestro cotidiano, en la forma en la cual hacemos de nuestra vida un apostolado, y la coherencia entre el discurso y la acción.

Eliana Montaña “ “ Pablo señala que justamente ese es el gran desafío, «es fácil ver a Dios en la homilía, pero no es fácil verlo en una reunión de laburo». También me comenta la importancia de sentirnos co-creadores/as, y que eso sea el mo tor que impulse nuestro accionar.

Continuando con el tema, me comenta que hace varios años leyó un libro de Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás - fundador del Opus Dei - quien planteaba la idea de hacer del trabajo y la vida un apostolado, que la acción diaria sea una acción hacia Dios. Para Pablo, ser Saleciano, académico, trabajar y combatir la des igualdad educativa, es ese apostolado del que hablaba el autor, y es en donde se materializa la coherencia en tre el credo y la vida misma.

PÁGINA VALDENSE I 11 “ “ Y además agrega, «Jesús no vino por los Escribas y los Santos, vino por los ladrones y las prostitutas. ¿Qué estamos haciendo nosotros ex cluyendo gente? La nueva agenda de derechos es el desafío que tenemos, ser más inclusivos».

Los dos días compartidos fueron un descanso para pensar, pensarnos. Tuvimos tiempo para vernos, reco nocernos y, después de tanto tiempo, recordar cómo somos en el conjunto, en el compartir con otros y otras. Pudimos analizarnos en un contexto grupal y en nues tras individualidades: qué nos hace ser como somos y por qué nuestra existencia es valiosa. Si pensamos en la identidad como la circunstancia de ser una persona o cosa en concreto y no otra, de terminada por un conjunto de rasgos o características que la diferencian de otras, no podemos separarla del concepto de grupo, ya que el significado mismo de la palabra hace referencia a la «diferencia», a lo que nos hace ser unos/as y no otros/as. Y para que exista esa diferencia, para que exista nuestra identidad, es nece saria la presencia del resto. Quizás el objetivo principal del campamento, o de los encuentros en general, es descubrir nuestras iden tidades a partir de la noción de la existencia de otras. Es en el conocimiento de la diversidad, donde se afirma lo individual y se lo abraza como algo querido, con cariño; donde se reconoce su importancia y su valor.

Después de unos pocos encuentros juveniles en la comunidad de Colonia Belgrano, tuvimos la idea de ha cer un mini campamento de invierno, esperando, con alegría, volver a sentir en nuestros cuerpos y espíritus ese ‘nosequé’ que producen los campamentos. Bajo ese título, sabemos, las reuniones tienen un sabor distinto.

PÁGINA VALDENSE I 12 Conexiones Espacio del Movimiento Juvenil Valdense | Año XXII |Agosto 2022| conexionesvaldense@gmail.com

El plan fue juntarnos un fin de semana en la Iglesia de Belgrano quienes formamos el grupo juvenil: chicas y chicos de la localidad y sus alrededores (López, Gál vez, San Carlos). Contamos con el acompañamiento del pastor de la comunidad y la siempre presente ayuda del equipo que se ofreció a cocinar y preparar el espa cio para nuestra estadía.

Nuestra tarea consiste en conocer, explorar y ma nifestar los aspectos que nos identifican; sacarnos a la luz y disfrutarnos.

Florencia Arias

Un frío cálido quenos abraza Campamento de Invierno en Colonia Belgrano

- ¿Cómo surgió el proyecto «Fe sin Violencias»?

¿Por qué es tan importante hablar sobre vio lencias en el ámbito eclesial/comunitario?

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¿Cuál es o son sus objetivos principales? En una primera instancia, el objetivo principal era vi sibilizar el abuso eclesiástico como problemática, y a par tir de allí, incidir de alguna manera en el marco jurídico actual; y, por otro lado, brindar capacitaciones para com partir herramientas en pos de combatir estas situaciones violentas. Durante el caminar, identificamos la necesidad de ampliar el concepto, es decir, no limitarlo sólo al abu so sexual, sino incluir a todos los tipos de violencias que suceden en los ámbitos religiosos. En cuanto a los objetivos específicos, nos propusi mos abordar la problemática del abuso eclesiástico con diferentes producciones que contribuyan a la sensibi lización; tejer redes y alianzas buscando incidir públi camente; y también acompañar pastoralmente y desde una perspectiva feminista a las personas sobrevivien tes de este tipo de violencia.

Claudia Acosta integra el grupo coordinador del pro yecto «Fe sin violencias». En esta entrevista nos cuenta sobre su inicio, objetivos, pero también porque es necesa rio denunciar las violencias en el ámbito eclesial.

Para finalizar, ¿te gustaría compartir con nosotrxs alguna reflexión? Todos los objetivos se articulan con la construcción de una pastoral desde una perspectiva teológica femi nista, y poder hacer ese camino nos da muchísima espe ranza. Nuestros encuentros, alianzas y redes no sólo han fortalecido al proyecto, sino a cada una como personas de fe, como personas que creemos que las experiencias de fe son esa buena noticia anunciada por Jesús. Todo este trabajo colectivo nos permite pensar que es posible construir esa comunidad con la que soñamos, sabemos que la Ruaj divina nos guía. La esperanza y las conviccio nes nos ayudan a salir mutuamente al encuentro.

*En esta ocasión se utilizó la «e» en las respuestas, por revisión de la entrevistada. Página Valdense se compromete con la pluralidad de voces y expresiones, sobre todo si buscan mayor visibilidad e inclusión.

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Ese compartir de experiencias, algunas muy doloro sas tras haber sufrido violencias y abusos eclesiásticos, despertó nuestras ganas de sentir y vivenciar que la vio lencia no es parte de nuestra identidad como comuni dades de fe, y que tampoco hablar de violencias signifi ca negar nuestra fe. Muchas de las compañeras/es que sufrieron violencia en ámbitos religiosos tuvieron que alejarse, no pudieron vivir y sentir el espíritu comunita rio, la unión espiritual con otras y otres; es por eso que construir un espacio para hablar se volvió necesario.

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¿Quiénes participan actualmente? Forman parte del proyecto cinco organizaciones: «Las Magdalenas», espacio que integro, que tiene como objetivo construir comunidades celebrativas donde po damos disfrutar nuestra fe con una mística feminista, desde una experiencia de fe liberadora y ejerciendo el sacerdocio universal; «Sororidad y fe», una organiza ción de mujeres cristianas que buscan conocer, estu diar y descubrir las teologías feministas; «Teología sin vergüenza», una organización mexicana que hace teo logía cuir; y «Católicas por el Derecho a decidir» que es un grupo de personas católicas y feministas, compro metidas en la defensa de los derechos de las mujeres y comunidades LGBTIQ+.

Por Daiana Genre Bert

Durante el año pasado, 2021, varias organizaciones ecuménicas nos encontramos nucleadas por una inicia tiva apoyada por el Fondo de Mujeres del Sur para abor dar la prevención del abuso eclesiástico. Fue un proceso formativo interesante sobre violencia eclesiástica, se realizaron diferentes capacitaciones, conferencias -por ejemplo, de la mano de Mariana Carbajal, Miriam Lewin y Enrique Stola- y algunos encuentros presenciales. «Fe sin violencias» es la continuidad de ese proyec to; pues el acompañamiento del Fondo de Mujeres del Sur continuaba durante el 2022. Luego de aquella expe riencia donde logramos visibilizar y compartir lo que es taba pasando en nuestras comunidades con la intención de fortalecer una red que nos permita saber y sentir que no estábamos solas, se hizo evidente la necesidad de re estructurar el proyecto y establecer nuevos objetivos.

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Por una fe libre de violencias

Todas las personas que participamos de este pro yecto venimos de experiencias y prácticas comunita rias de fe, aunque no todas lo hacemos actualmente por, justamente, haber atravesado situaciones de vio lencias, abusos, discriminación e inequidad. En nuestro caso, fuimos descubriendo, cada vez más claramente, la necesidad de hablar para poder sanar, pero también eso permitió identificar y denunciar que eso que pasa no es lo que queremos. Queremos construir comunida des de fe libre de violencias, sabemos que es posible. El cristianismo en el que creemos no incita a la violencia ni es violento; las experiencias dolorosas por violencia eclesiástica no pueden ser asociadas al Jesús en quien creemos. Nos encontramos, hablamos y nos manifestamos porque queremos vivir nuestra fe, pero queremos hacerlo sin violencias. Sabemos que la vio lencia, lamentablemente, está presente en muchos de nuestros espacios cotidianos, pero es necesario que po damos identificar cuando se produce desde ámbitos de poder espiritual y desde discursos teológicos que nada tiene que ver con una fe transformadora, liberadora.

Quiero compartirles una historia que le llegó por mail a mi esposo de parte de un amigo. Me pareció pre ciosa la historia para ilustrar este tema, historia que re cibimos en agosto del 2011: «Esta es la historia de una madre herida por los disparos de un malvado. Un galán tan enamorado que cruza medio planeta para verla cada año, pese a las di ficultades. Esto que parece el argumento de una pelícu la es un compendio del amor de dos cigüeñas que han cautivado a Croacia. Cada primavera el país se emociona a la espera de que Rodan, una cigüeña macho, regrese de África al país balcánico para reunirse con Malena, que no puede volar desde que un balazo le destrozó un ala hace 18 años. La pareja de aves ofrece cada año un espectáculo de gran alegría. Este año en particular en su nido hay cua tro pozuelos recién nacidos mientras que dos más están por salir de sus huevos, informo hoy la prensa local. Malena fue hallada herida en 1993, en el campo cerca de Slavonski Brod, una ciudad a 200 kilómetros al este de Zagreb, con el ala destrozada por los balazos de un cazador italiano. Estipe Vokie, portero de una es cuela primaria cercana, la cuido, logró curarla y le hizo un nido en el tejado del colegio. En el 2002 Rodán se ‘enamoró’ de Malena que no puede acompañarlo en otoño en su largo vuelo migratorio al África. Durante el invierno Vokie cuida y alimenta a Malena. Cada prima vera cuando Rolan regresa, se muestra preocupado por ella: le lleva comida fresca, prepara el nido y alimenta a los polluelos. “Es una relación tan tierna que podría ser el argumento de una película de amor sobre ellos”, aseguro Vokie al rotativo croata Večernji list. En el mes de julio del año pasado, Rolan enseñara a los seis polluelos a volar y, a mediados de agosto, em prenderán juntos el vuelo a África. Cada año se me parte el corazón cuando llega la hora de que se vayan, Rolan lla ma Malena para que vaya con él, más ella no puede. Han criado, hasta ahora, más de 35 polluelos, asegura Vokie. La última primavera la prensa croata publicó la triste noticia que Rolan no había vuelto y seguramen te le había pasado algo en África. Pero, para alegría de todos volvió a aparecer, más agotado que nunca. Las cigüeñas que anidan en Croacia hacen cada año un largo camino de 13000 km desde el Valle del Nilo hasta Sudáfrica, en el viaje tienen que enfrentar mu chos peligros y penurias». Qué nuestro amado Dios nos bendiga y mantenga vivo el amor en nuestros corazones para que el testi monio que demos sea nuestra propia vida de amor. Que así sea. Amén.

“ Es por eso que cuando la Biblia nos dice que el amor todo lo soporta, no hace referencias a traiciones, agresiones, faltas de respecto o abu sos; el amor soporta la pobreza, las enfermedades, las dificultades, los defectos y diferencias.

PÁGINA VALDENSE I 14 omunicándonosCEspacio de la Federación Femenina Evangélica Valdense

Pero, el amor requiere considerar a la otra persona de manera completa, apreciarla, cuidarla, estar pen diente, compartir sus alegrías, para multiplicarlas, y sus tristezas, para disminuirlas.

El amor Compartimos este devocional hermoso que nos com partió Carolina Malan sobre el texto de 1 Corintios 13: 1-8.

También la Biblia nos comparte otra afirmación que debemos interpretar cuidadosamente: «el amor el sufrido»; porque el único sufrimiento que puede resul tar por su causa es el resultado de lo mucho que ama mos y nos aflige lo que suceden con la otra persona, pues es importantísima para nosotros/as.

Amor es una palabra corta, pero con un significado muy profundo, hay quienes consideran que es el don divino más preciado después de la vida. Según el dic cionario de la Real Academia Española, el amor es un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una per sona a la que se le desea todo lo bueno. Las/los griegos clasifican el amor en cuatro tipos: Eros, simboliza el amor romántico, la pasión y la impulsividad; Storgé, es el amor fraternal, amistoso y comprometido; Philia, es el que busca el bien común, amor al prójimo/a; y Ága pe, el amor más puro e incondicional, universal. Claro que no es posible identificar uno y otro tipo de amor en nuestras relaciones y vínculos; pero po dríamos decir que el amor es un sentimiento de inten sa atracción emocional hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común, un compromiso genuino. El amor verdadero viene de la mano del cari ño incondicional. Románticamente, podemos decir que el amor es una energía que nace del corazón y se expan de en unas ondas que llegan a todos y todas a quienes rodea, dando la sensación de bienestar y felicidad.

“ “

Leer la historia tal como está contada, pero desde la perspectiva de Agar, la esclava, nos permite desna turalizar la violencia y la obediencia. Ella que era una mujer, extranjera y esclava, se rebela ante el abuso de poder ejercido por Sara y huye de esa situación. En esa circunstancia, atravesada por la fortaleza de haber to mado una decisión valiente y arriesgada, seguramente llena de incertidumbre, Agar tiene un encuentro con Dios. En la conversación, el Ángel le promete que el dolor se puede transformar y que habrá un tiempo de esperanza, pero tendrá que confiar y optar por defen der su vida y la de su hijo, tendrá que luchar por lo que les corresponde.

Agar es una mujer valiente, que es escuchada por Dios y bendecida con su promesa de salvación. Ella e Ismael durante mucho tiempo sufrieron el maltrato, el desprecio, la desprotección y la discriminación por parte de quienes deberían cuidarles. Cuando toman el camino hacia el desierto, sin saberlo van al encuentro de su libertad. Allí otra vez les hablará Dios, saldrá a su encuentro en medio de la aflicción, en el momento en el que el presente se hace incierto y no hay nada más por lo que velar que la supervivencia. Con hambre y sed, lloran y claman para no morir. Son escuchadxs y con soladxs por Dios, recuperan la fortaleza y la vitalidad, vuelven a creer y son protegidxs por Dios durante el tiempo que vivieron en el desierto. Al igual que como hizo con el clamor del pueblo de Israel en Egipto, así hizo también con Agar e Ismael. Les escuchó, les condujo por el camino de la libertad y les protegió para que todxs fueran testigxs de la injusticia que se había cometido con ellxs.

A lo largo de la historia de la humanidad hay mu chas mujeres que se encuentran ante la decisión de migrar con sus hijxs para salir de situaciones violentas y que vulneran su derecho a vivir dignamente. Con va lentía e incertidumbre emprenden su camino en busca de un futuro mejor, con la esperanza de encontrar un nuevo lugar que les reciba y les dé la posibilidad de tra bajar, estudiar, construir vínculos y seguir soñando. El camino casi siempre es difícil, lleno de obstáculos buro cráticos, de prejuicios y discriminación.

La historia de Agar, en el Génesis (capítulos 16 y 21), cuenta de la vida de una esclava egipcia a la que su patrona entrega para que conciba un hijo con su esposo, ya que ella no podía quedar embarazada. Dios le había prometido descendencia a Abrán, pero esto no se cumplía. Durante el embarazo de Agar, Saray se queja de ella y empieza a maltratarla. Agar huye al de sierto, allí se le aparece el Ángel de Dios y le pregunta “¿de dónde vienes y adónde vas?”, la única respuesta fue “vengo escapando de mi señora Saray”. El Ángel le dijo que volviera a la protección de la casa de Abrán, lo que es lógico en su estado ya que en el desierto no iba a sobrevivir, y además le prometió darle descen dencia al hijo que iba a parir, el que se llamaría Ismael (que significa “Dios oye”). Agar es la única mujer en el Antiguo Testamento a la que se le aparece el Ángel de Dios. Ella vuelve a la casa, pare y cría a su hijo allí como primogénito de Abrán. Tiempo después Sara queda embarazada y nace Isaac, todo se inunda de esperanza por la promesa cumplida aún en la vejez del matrimonio. Pero Sara va a pedirle a Abraham que despida a Ismael y Agar, porque no quiere que su hijo comparta la herencia. Dios le dice a Abraham que no tema por esto, ya que su hijo Ismael también ten dría descendencia y de su nombre saldría una gran na ción. Esta vez Agar salió con Ismael al desierto, pasaron los días y se les acabó el agua. La desesperación y la angustia de la madre y el niño fueron oídas por Dios, le habló a la mujer preguntándole “¿qué te pasa?” y le dijo que no tema, le infundió esperanza para que tomara de la mano a su hijo y le abrió los ojos para que viera una fuente de agua. Le recordó lo que ya le había prome tido, que Ismael sería una persona libre, nadie podría someterle y le daría descendencia

paraLucharqueladignidad no sea solo promesa

PÁGINA VALDENSE I 15

Dios oye a quienes claman en su angustia y desesperación, opta por la vida buena de aquellxs que han tenido que sufrir la violencia, la opresión y les da la libertad.

Pero, también se van encontrando con personas y algunas instituciones que las cobijan, les dan una mano solidaria y les acompañan en esa búsqueda, desespe rada en la mayoría de los casos. Dios se manifiesta en esos pequeños gestos, ellas saben de la solidaridad y la necesidad de tejer alianzas para construir una vida que sea vivible, que les devuelva la confianza y la fortaleza para seguir andando hasta que la dignidad deje de ser promesa y se haga costumbre. Yanina Vigna Equipo Editor

Y a amar, amar con todo lo que llevo puesto, hasta el último de mis días. CinWololo

A jugármela con todo lo que soy.

Con el tiempo fui aprendiendo a valorar gestos, y no cosas.

A decirle a alguien, todo lo hermoso que veo en su manera de ser.

A intentar cada día estar más cerca del camino a casa, y cuando digo casa, hablo de la casa del corazón.

A dar las gracias, todas las veces que puedo.

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