Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837 Página Valdense «...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 AMAR, TRABAJAR, DESEAR, CREAR Y CREER Adriana Bertinat 3 SALUD MENTAL DE NIÑOS Y NIÑAS: UN DESAFÍO PARA EL MUNDO ADULTO Karina Negrín 4 LA COMUNIDAD. LA OTREDAD INDISPENSABLE Natalia González 8 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense -Mayo 2023 - N° 288 - Afiliado a O.P.I. N° 837 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 Hablemos de salud mental
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de la Directora
Nada grandilocuente
Antes ni siquiera se podía hablar de Salud Mental, es cierto, pero también es real que aún hoy nos cuesta pensar a la salud de manera integral; nos cuesta diferenciar y acercarnos a ciertos conceptos; nos cuesta cuando nos pasan de cerca, cuando los miramos de reojo, y mucho más, cuando no nos queda otra que hacernos cargo de que eso que nos atraviesa -a nosotrxs, a amigxs o familiares- tiene alguna relación con la salud mental. Quizás es cierto que la pandemia o la postpandemia vino para descubrir aquellos indicios, signos o situaciones que creíamos esconder muy bien bajo la alfombra.
Este es un intento de los tantos que hay con la intención de dejar de mirar para el costado. Esta edición es un intento más, sí, de entender a la salud más allá de la ausencia de enfermedades y también de la salud física. Podríamos decir entonces que la salud -entre muchas otras que van a ir apareciendo en las siguientes páginas- es bienestar, bien-estar.
¿Qué significa bienestar para mí?
¿Para vos?
¿Para nosotrxs?
No es una pregunta grandilocuente, lo sé. Aun así, podemos hacer una pausa muy breve para pensar en aquellas cosas que nos proporcionan ese estado de bienestar a cada unx. Estoy más que convencida de que no abundan recetas
efectivas para lograr un estado de bienestar, tan integral como podemos pensar el concepto de salud; sí hay recetas, de hecho, nos las venden todos los días y en los lugares menos pensados, pero la gran mayoría no son efectivas, o al menos, no para todxs. ¿Qué pasa cuando nos creemos esas recetas de bienestar? ¿Y cuando creemos que existe un estado de continuo bienestar?
Las publicidades nos venden necesidades irreales, digo que nos venden porque su único objetivo es convencernos de que necesitamos tal o cual cosa; en muchos casos sucede algo similar con el bienestar. Es innegable que necesitamos un cuerpo sano, no lo es que sea de tal o cual forma o de tal o cual peso, también necesitamos salud mental, emocional, social, etcétera; porque es en esta transversalidad donde vamos a ir encontrando la capacidad de disfrute y el goce, en pequeños instantes que se van a traducir en una vida disfrutable, vivible… este equilibro entre los diferentes componentes de la salud nos van a permitir afrontar los problemas y cambios en nuestra cotidianidad, haciendo que no sólo nos adaptemos sino también que podamos expresar nuestros deseos y necesidades en la cotidianeidad.
Salud también es desear.
La salud es tener amigxs que nos acompañen en el caminar, construir familias donde los lazos no sólo estén dados por la consanguinidad sino por vínculos amorosos. La salud es aprender a ser y hacer comunidades más empáticas, más libres, más amables. Un estado de bienestar son todas estas cosas, y muchas más. Como dije, nada grandilocuente, pero que cuesta muchísimo conseguir. No dejemos de intentarlo, para cada unx y para todxs.
Que Dios nos impulse a seguir construyendo una vida plena, vivible, disfrutable.
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Apuntes
Daiana Genre Bert
Ilustración de Keith Negley
Amar, trabajar, desear, crear y creer
el lenguaje y de ese modo incorporamos la cultura y todo lo que ella trae. Es por esto que es un ida y vuelta en cuanto a la «completud e incompletud».
Siguiendo con lo anterior, en relación a lo social y cultural, según Donald Winnicott, la salud «sólo se podrá alcanzar en una sociedad que la posibilite». Es decir, no podría darse en un escenario social enfermo, será sumamente importante el poder responsabilizarse por las faltas cometidas, habitar el propio cuerpo con plenitud y fundamentalmente desarrollar la capacidad para crear».2
Al preguntarnos sobre salud mental, podríamos comenzar pensando en su concepto y, luego, acercarnos o distanciarnos, según sea necesario… La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone el concepto de que «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Es decir que plantea que no solo por la ausencia de enfermedades orgánicas, estaríamos saludables; esto requiere, además del bienestar físico, un bienestar mental y social.
En este sentido, tomando como punto de partida este concepto, no podemos pensar que sea algo estático, sino en constante movimiento; ya que el contexto cambia, las cuestiones sociales y emocionales nos interfieren.
Desde el psicoanálisis, se toma un poco de distancia de este concepto, ya que, si para la OMS estar sano es un «completo» estado de bienestar físico, psíquico y social, para el psicoanálisis esto es imposible de concebir.
«Desde el psicoanálisis y con respecto a lo mental que es a lo que nos dedicamos, consideramos que es estructuralmente imposible para el ser hablante el “completo” bienestar. Tenemos que lograr un saber hacer, cada uno, de forma singular, con esa falta estructural que introduce el lenguaje al despojarnos del instinto. No sólo que el objeto de deseo nunca es uno específico y se desliza eternamente, sino que además el lenguaje no puede simbolizar ciertos elementos como la muerte y la sexualidad, generando angustia y diferentes síntomas».1 Y es por esto que no podemos ser felices todo el tiempo. Se suele decir que la felicidad son pequeños momentos. Y en parte esto es así porque desde que nacemos hay pérdidas y renuncias, estas son propias de tener que vivir en un contexto, en una sociedad determinada. Lo importante es poder entender que la renuncia social que hace la humanidad a ciertas cuestiones instintivas nos permite poder funcionar socialmente. Se va negociando constantemente, desde que nacemos, vamos haciendo renuncias, incorporando modos, reglas, incorporamos
La creatividad comienza en los primeros momentos de la existencia, siempre que los recursos que aporta el medio estén allí para que la persona los cree. Crear implica alejarse del punto de partida para llegar a otro distinto, diferente. Permitirnos alejarnos de lo estable/establecido.
El poder encontrar y descubrir modos de vincularnos con las personas, producir y reproducir, disfrutar, eso sería/es Salud Mental. Freud, en 1939, describió a la Salud Mental como la capacidad de amar y trabajar, y en consonancia con lo anterior, de eso se trata.
De poder incorporarnos a la comunidad de la cual somos parte, que esa comunidad sea un entorno seguro, sano y habilitante o potenciador de sentido y creación. Sentirnos contenidxs, contener, compartir. Dar y recibir, crear nuevos escenarios, partiendo de lo conocido y contenedor. Vivir plenamente nuestros vínculos, darnos lugar para el amar y ser amadxs.
Sintetizando, si bien tal como lo plantee desde el comienzo, la salud mental no puede definirse de un modo cerrado y estático, si se puede decir que son imprescindibles algunas cuestiones: una sociedad sana y segura, un entorno que contenga, ciertas necesidades básicas satisfechas, contando con la posibilidad de desear, crear y creer en un horizonte que nos anime a caminar. En este escenario, las posibilidades de contar con cierta Salud Mental crecen y se multiplican.
Adriana Bertinat
1Gonzales; M. Que es la Salud Mental según el Psicoanálisis. Psicoanalisis Lacan Freud. https://psicoanalisislacanfreud.com/quees-la-salud-mental/
2Nemirovsky; C. La salud, la enfermedad, los contextos y los cambios en nuestra práctica. http://pepsic.bvsalud.org/pdf/nh/v20n2/ v20n2a02.pdf
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Salud Mental de niños y niñas:
un desafío para el mundo adulto
La salud mental en la infancia es muy importante para el desarrollo y bienestar de niños y niñas a corto y largo plazo. Algunos aspectos clave a considerar incluyen la identificación temprana de posibles problemas de salud mental, la promoción de un ambiente seguro y estable en el hogar y la escuela, y el acceso a servicios de atención médica y psicológica especializados en caso de ser necesario.
Hoy nos enfrentamos a múltiples factores de riesgo para la salud mental, siendo condiciones que aumentan la probabilidad de que un niño o niña presente problemas de salud mental. Algunos de los factores de riesgo más comunes incluyen:
-Experiencias traumáticas, como la violencia doméstica o el abuso físico, sexual o emocional.
-Modelo de crianza autoritario o violento.
-Exposición inapropiada o excesiva a dispositivos electrónicos.
-Problemas familiares, falta de apoyo emocional.
-Problemas de salud física, como enfermedades crónicas o discapacidades.
-Problemas de aprendizaje o de atención, como el TDAH.
-Problemas socioeconómicos, como la pobreza, el desempleo o la falta de acceso a recursos básicos.
Es importante tener en cuenta que la presencia de uno o varios factores de riesgo no significa necesariamente que un niño o niña vaya a presentar problemas de salud mental. Sin embargo, es importante estar atento-as a las señales de alerta y tomar medidas preventivas para minimizar el impacto de los factores de riesgo en el desarrollo emocional y psicológico de los niños y niñas.
En cuanto a los factores asociados a los modelos de crianza y dinámicas intrafamiliares, es importante considerar que los malos tratos tienen consecuencias graves a corto y largo plazo: desde lesiones físicas a consecuencias psicológicas como ansiedad, depresión, trastornos de estrés postraumático, baja autoestima y problemas de confianza. Las niñas y niños que han sido víctimas de violencia intrafamiliar pueden experimentar trastornos de conducta, dificultades de aprendizaje y problemas sociales.
Por otra parte, y en relación al uso de la tecnología en la infancia, es fundamental comprender que es un aspecto que requiere de atención y consideración por parte de lo-as ma-padres y cuidadore-as. Algunas recomendaciones para el uso saludable de la tecnología en la infancia incluyen:
-Establecer límites claros en cuanto al tiempo de uso de la tecnología, asegurándose de que los niños y niñas no pasen demasiado tiempo frente a pantallas.
-Supervisar el contenido al que los niños y niñas tienen acceso, asegurándose de que sea apropiado para su edad y desarrollo.
-Evitar el uso de la tecnología como una forma de calmar o distraer a los niños y niñas en momentos de estrés o ansiedad, y en su lugar fomentar el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables. En general, el uso de la tecnología en la infancia puede ser beneficioso si se utiliza de manera adecuada y equilibrada. A modo de orientación, en niños y niñas
menores de 5 años, el tiempo máximo recomendado de exposición a cualquier pantalla es de 1 hora al día. Sin embargo, es importante recordar que la tecnología no debe reemplazar las interacciones sociales y el tiempo de juego activo y creativo, que son esenciales para el desarrollo emocional y psicológico de los niños y niñas. Algunas medidas que pueden ayudar a proteger la salud mental de los niños y niñas incluyen:
-Crear un ambiente seguro y estable en el hogar y la escuela, donde los niños y niñas se sientan protegidos y apoyados emocionalmente.
-Fomentar la comunicación abierta y honesta en la familia, permitiendo que los niños y niñas expresen sus emociones y sentimientos sin temor a ser juzgados o castigados.
-Establecer un modelo de crianza basado en el respeto y el buen trato.
-Promover hábitos saludables, como una dieta equilibrada, contacto con la naturaleza y suficiente descanso.
-Limitar oportunamente el acceso a dispositivos electrónicos.
-Proporcionar acceso a recursos de apoyo, como servicios de atención médica y psicológica, en caso de ser necesario.
-Identificar y abordar los factores de riesgo tempranamente, a través de la detección y tratamiento de problemas de salud mental y emocionales.
En este sentido, la crianza respetuosa y afectiva implica tratar a los niños y niñas con respeto y dignidad, reconociendo sus necesidades y emociones, y brindando un ambiente seguro y afectivo donde puedan desarrollarse y crecer. Al fomentar la regulación emocional a través de la crianza respetuosa, se puede ayudar a los niños y niñas a desarrollar habilidades emocionales y sociales saludables que les servirán a lo largo de toda su vida.
En este modelo de crianza basado en el respeto, los límites son una parte importante del proceso de desarrollo de los niños y niñas, ya que les ayudan en el proceso de aprendizaje para la autoregulación, a tomar decisiones y a desarrollar habilidades sociales y emocionales. Sin embargo, en la crianza respetuosa, los límites se establecen de manera diferente que en otros estilos de crianza. En lugar de imponer límites arbitrarios, los ma-padres que practican la crianza respetuosa trabajan con sus hijos e hijas para establecer límites que sean apropiados para su edad y etapa de desarrollo y de una manera no violenta. Los límites también se establecen de manera respetuosa y se comunican claramente a los niños, de modo que puedan entender por qué se establecen y cómo cumplir con ellos.
Algunas estrategias para establecer límites respetuosos incluyen:
-Establecer límites claros y consistentes.
-Establecer límites apropiados para la edad y la etapa de desarrollo.
-Hacer partícipe al niño-a en el establecimiento de las normas.
-Comunicar los límites de manera respetuosa.
-Acompañar la desregulación con respeto, calma y paciencia.
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infancias
A modo de cierre, es fundamental que ma-padres, cuidadores, educadores y profesionales de la salud estemos atento-as a los signos de advertencia como son: tristeza persistente, evitación de las interacciones sociales, lastimarse a sí mismo, hablar o idear sobre muerte o suicidio, irritabilidad extrema, cambios drásticos del estado de ánimo, hábitos alimenticios perjudiciales, problemas en el control de esfínteres, pérdida o ganancia de peso notable, dificultades para dormir, dolores corporales frecuentes que no tienen explicación médica, dificultad para concentrarse y problemas en el ámbito escolar.
Por último, es importante mencionar que la protección de la salud mental de niños y niñas es un desafío y una tarea compartida, responsabilidad de lo-as adulto-as que estamos vinculados a las infancias, y que requiere crear ambientes seguros y protectores que
ayuden a prevenir los problemas de salud mental y promover el bienestar emocional y psicológico de los niños y niñas. Esto incluye la tarea del estado en relación a las políticas públicas destinadas a la protección de la primera infancia, los servicios de salud mental y la mejora de las condiciones de vida, vivienda y alimentación de cada familia.
Si leyendo este artículo sentís que tenés alguna preocupación específica, no dudes en consultarlo a la brevedad con un profesional de la salud mental especializado en primera infancia.
Karina Negrin Licenciada en Psicología Mamá de 4, Psicóloga Perinatal especializada en crianza, Doula y Puericultora. IG @KarinaNegrinPsico www.karinanegrin.com
Mujeres y disidencias sexuales autistas
disputando sentido, tomando la voz
La representación de las personas autistas tiende a ser de varones cis1 los cuales se insertan en ciertas categorías: heterosexual, blanco, de clase media y sin ninguna situación de discapacidad física.
Cuando se empezó a investigar sobre el autismo, se aseguró que solo los hombres podían serlo. La historia del autismo ha sido escrita por varones y para el beneficio de los mismos. Esto generó violencias patriarcales que afectaron y afectan a las niñas y mujeres autistas, a quienes siempre se les enseña a encajar y complacer, a dejar de lado su personalidad para beneficiar a todos los demás, excepto a ellas mismas.
Con el paso del tiempo, se empezó a indagar sobre mujeres autistas, también muchas empezaron a hablar del tema en primera persona, priorizando su voz y sus propias vivencias. Las personas autistas no tienden a seguir modas, estéticas impuestas y/o ropa que les quede incómoda. Especialmente a las mujeres autistas, la imposición de los roles de género las termina dejando en un lugar de mucha vulnerabilidad. En el mundo Asperger se afirma: «normalmente las mujeres Asperger prefieren ir cómodas antes que ir a la moda, lo que puede dar la impresión a los demás que no les importa su apariencia física, o que carecen de feminidad o de clase, lo cual, nuevamente, se convierte para ellas en un lastre social que ellos no deben superar con tanta frecuencia. (...) Esa niña podría demostrar aversión por lo que es popular, lo femenino o lo que está de moda, ser sensible a las texturas y preferir usar ropa cómoda y práctica que ropa bonita». Las mujeres autistas de a poco fueron hablando, militando, expresando: «aquí estamos, presentes y firmes».
Actualmente, otras identidades también comenzaron a disputar sentido dentro del autismo: aquellas identidades trans, travestis, no binarias, marikas; esas identidades a las cuales no se escucha, se anulan, se violentan, se invisibilizan, se silencian.
También se han realizado investigaciones donde se indica un gran porcentaje de personas autistas que no son heterosexuales. En los últimos años, ellxs mismxs han ido hablando de su autismo, militando, informando e ingresando en el imaginario social y representación
de dicha neurodivergencia. La relación entre autismo y disidencia sexual está siendo de interés de investigación por la cantidad de personas que lo son.
Que una persona sea autista y a su vez LGBTIQ+, es un cruce entre categorías subalternas, un cruce de aquello que no debería suceder en una sociedad que desea y anhela normalidad en los sujetos.
Considero que las soluciones son informar, derribar mitos y prejuicios y visibilizar al autismo y los devenires trans como una posible forma amorosa, gozosa y bella de existir en este mundo.
El problema no es ser mujer autista, el problema no es ser autista y/o trans, el problema es el capacitismo2, la misoginia3, el transodio4 y el cisexismo5.
Zai Sans
Persona trans no binaria. Activista por los derechos de las personas lgbtiq+
Mundo asperger: «Aspergirl: el síndrome de asperger en chicas»
Aspergirl: el síndrome de Asperger en las chicas. Mundo Asperger. https://mundoasperger.com/
1Abreviatura de cisgénero, es decir, palabra que se utiliza para describir a una persona cuya identidad de género y sexo asignado al nacer son el mismo.
2Discriminación y prejuicio social hacía las personas con diversidad funcional (autismo, tdah, otros diagnósticos)
3Odio, rechazo, aversión hacia las mujeres.
4 Forma que se tiene de llamar a la discriminación hacia las personas trans. Jessica Marjane (2021)
5«Creencia o suposición de que las identidades, expresiones y encarnaciones de géneros de las personas cis, son más naturales y legítimas que aquellas de las personas trans».
Julia Serano (2007)
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dosis de locura en un mundo enfermo Salud mental:
Todos los días somos invitadxs de distintas maneras a etiquetar al otrx por ser distintx de lo que se considera «normal» o típico en una sociedad. En esta cultura de etiquetas y prejuicios, sin darnos cuenta, rechazamos lindas oportunidades de intercambio y aprendizaje con este otrx que diverge de nosotrxs. El otro siempre será el loco y la loca siempre será la otra, pues no es nuestra razón que está a prueba y sí la de quien juzgamos. La lógica del esquema siempre va ser rendirle culto a todo aquel que cumpla con el patrón de lo considerado normal.
Mayo fue el mes de la reforma psiquiátrica de Brasil -18 de mayo-, y creo importante recordar cuán necesario es hablar de la salud mental en estos tiempos, donde todxs aparecen felices en sus historias de instagram, donde el índice de suicidio adolescente es cada vez más ascendente y la depresión es un problema de salud pública básicamente en todo el mundo. Donde todxs miran hacia abajo, se distraen de los árboles, del camino, de la gente y se conectan profundamente a sus redes, aparatos y a su tan preciosa pantalla.
El mundo cambió y la locura es no ser parte del cambio. Enfermo es no querer acelerarse y lo normal es subir a las redes, todo el tiempo, lo que se hace en el día. Entre tantos cambios, muchas veces perdemos la dimensión de la realidad que está en las calles, esa que ya no miramos desde la ventana de los ómnibus. Entre un Android y otro nos alejamos de la persona que no tiene una pantalla para expresar o distraerse de su dura realidad. En la virtualidad es lindo ser locx, en la realidad muchas veces es doloroso.
En un margen están las personas usuarias de salud mental que no cuadran para las exigencias de la sociedad, muchas en situación de calle y/o consumo problemático, otras institucionalizadas y en otro lado están los «sanos» y normales, autodeclarados típicos. Estos estereotipos solo refuerzan la distancia entre los dos extremos, evidenciando la opresión hacia quien es diferente, alimentan el prejuicio que ronda todo tema relacionado a la salud mental y desestimulan a quienes intentan reconocer que necesitan ayuda para seguir adelante.
¿Cómo reaccionar frente a alguien que reconoce que necesita soporte para entenderse en este mundo complejo y lleno de injusticia? ¿Cómo reaccionar hacia la sensibilidad humana que se rinde al darse cuenta que está muy distante de lo que idealiza? Más allá de dar «me gusta» o «me importa» en un posteo que expresa angustia, ¿qué se hace lejos de la virtualidad?
¿Cómo reaccionamos frente a la realidad que no es mediada por la pantalla?
El cuidado es una invitación a todas las personas que se sientan preparadas para caminar y ser soporte y abrigo para quienes lo necesitan. El cuidado puede ser una escucha activa, un abrazo, una indicación para un profesional capacitadx que pueda profundizar determinados temas, una charla, una oración o hasta una mirada comprensiva. El cuidado puede hacerse desde la virtualidad, pero es esencial en la realidad de toda persona, sea usuaria de salud mental o no, sea ese un joven que tiene vergüenza de reconocer su dolor o un pastor deprimido que no ve sentido en lo que escribe para compartir en las mañanas de domingo.
También en la perspectiva religiosa se observan los extremos, y muchas veces la falta de conocimiento relacionada a la salud mental. Lo que me hace recordar el caso de una muchacha con depresión posparto que fue quemada viva por un pastor pentecostal de etnia miskita, que decía estar purificando a la joven del espíritu inmundo que la habitaba. Más allá del sincretismo religioso, la demonización de una enfermedad es otra consecuencia del prejuicio que involucra todo lo que se relaciona a la salud mental.
Casos como estos me impactaron durante mi estadía en la Costa Norte del Caribe Nicaragüense, así como el alto índice de abuso sexual infanto-juvenil y la normalización de los arreglos entre familiares de los niñxs; en algunos casos «dame una gallina y olvidamos el tema». Además de vivenciar la revolución de abril de 2018: algunos huracanes y terremotos, ratas en el cuarto y acosos en la calle, puedo decir que mi salud mental venció los desafíos con la ayuda de una profesional de salud mental que me enseñaba algo nuevo a cada sesión, lo que me permitió aprender de manera significativa y convertirme en una persona que acepta recibir cuidado.
Reconocer al otro en su alteridad es necesario, reafirmar a la otra en su diversidad es saludable, aprender del otro en su «locura» puede ser libertador. Al final, la palabra de la cruz es locura para unxs, pero para otrxs es poder de Dios.
Para reflexionar dejo un dicho aprendido en un proyecto de extensión en salud mental que tuve el placer de acompañar por dos años: «Quien se cree cien por ciento normal, que busque la salud mental».
Dios nos guíe en libertad, amor, cuidado y buenas dosis de locura.
Ester Antunes
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En la cola del supermercado, en el colectivo, en el ascensor, hasta cruzando la calle. En las salas de espera, donde las revistas solo están para juntar polvo, y en el baño.
En todos lados hay algo dentro nuestro que nos empuja a deslizar nuestros pulgares por la pantalla; nos insiste para que no nos perdamos nada y mantengamos nuestra atención. O, todo lo contrario. El mundo virtual se ha convertido en el lugar que más habitamos. Traspasó las barreras de lo físico y se instauró como nuestro modo de vida, nuestro escenario permanente.
Clicsmodernos “
Es llamativo ver cómo en muchas oportunidades, este scrolleo no es más que un devenir constante sin interactuar con las publicaciones o plataformas.
Esta acción, además de privarnos de tiempo para hacer otras tareas, contribuye a un individualismo cada vez más acrecentado y a una falsa zona de confort. ¿Cuántas y cuántos de nosotros hemos utilizado el teléfono como excusa para pasar inadvertidos frente a un grupo de personas o para refugiarnos en momentos de socialización no deseada? Y es que esta cuestión casi tonta del scroll, opera en nuestra psiquis y nos va sumergiendo del todo en nuestro espacio personal. A su vez, este aislamiento es compartido, ya que las redes sociales son uno de los focos de mayor concentración de scrollers. Multiplicidad de estudios, sobre todo después de la pandemia, han demostrado que el uso desmedido de las redes sociales se asocia con un incremento en la aparición de ansiedad, síndrome de déficit atencional con hiperactividad, insomnio, problemas de autoestima y depresión.
Sin embargo, no se entiende todavía la naturaleza de esa correlación: ¿la gente se siente más sola y usa más las plataformas? ¿O el mayor uso genera aumento en los sentimientos de soledad?
Aun siendo un servicio cuyo acceso es desigual, en la Argentina, quienes sí se conectan, destinan más horas a estar online que a dormir. ¿Cómo fue que llegamos a esto?
Al fin y al cabo, todos y todas caímos en sus redes (je) y coincidimos en que el mayor tiempo que pasamos en línea no tiene que ver con un uso consciente o responsable, sino con una especie de espera constante u ocio sin sentido. Que ojo, no hay nada malo con el ocio, incluso es necesario, pero, ¿realmente elegimos usar nuestro tiempo de esta forma?
Como con todo, existe una palabra que define esta acción refleja: scrollear.
Este término viene del vocablo inglés scroll y hace alusión a la acción de desplazamiento y recorrido con la vista del contenido que nos ofrecen las pantallas.
Este bichito informático actúa tan progresiva y silenciosamente que, de pronto, nos vemos lidiando con trastornos del sueño y no nos damos cuenta de que quizás la causa está en nuestro bolsillo.
Las fake news, la comparación constante, la ambición ante los Hot Sale, Cyber Monday y cualquier otra estrategia de consumo; la necesidad persistente de entretenimiento rápido, la impaciencia y la falta de creatividad. Todo esto, todos los días, sumado a que scrollear también es una acción que las empresas y las redes sociales miden, cuantifican y convierten en estadística, con el único objetivo de volver más rentable su próxima actualización.
Ahora que ya lo sabés, ¿hace cuánto no apagás el celu?
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Arias
Florencia
Ilustración de Penélope Chauvié
La otredad indispensable La Comunidad
Entonces el cachorro humano buscará establecer vínculos fraternos con la otredad, esa que se vuelve espejo y le devuelve su propia imagen en una trama social.
Es bien sabido que el sujeto desde su concepción se sumerge en las aguas de lo gregario, ya que no se puede concebir a una persona sin el cuidado que otra le ofrece para su supervivencia. Así es que generamos lazos fraternos con muchas personas, que al igual que nosotros-as, bucean en las mismas aguas.
Pero, si la secuencia fuera tan sencilla, no existirían diversas formas de ser y de estar con otros-as, en tanto y en cuanto, el grupo humano que me rodea desde el inicio, me modela para ser inserto-a en ese grupo que solemos llamar comunidad.
Podríamos pensar entonces que, estamos consignados indefectiblemente al desarrollo de una vida en sociedad y colectiva.
Advertimos pues, que existirían diversos factores que enlazan al individuo-a con la comunidad. Y es que mi estimado lector y lectora, resulta tan basta la correlación, que podríamos acordar centrarnos en solo dos aspectos, a mi entender fundamentales: las dinámicas de participación y la potenciación comunitaria, ya que, sin tal interacción el matrimonio individuo-a – comunidad no hubiera prosperado.
Existen pues varias formas de participar de la comunidad, a saber, perteneciendo a un barrio, a un club, a una asociación civil, una agrupación religiosa, un sindicato, etc. Todas ellas formas de interactuar con y para otros-as, generando impactos en la calidad de vida y el bienestar de las personas.
En todos los casos, nos referimos a grupos sociales organizados para un fin determinado, en donde cada
persona tiene un rol específico, a la vez que la sumatoria de las participantes le da sentido al conjunto.
Los procesos participativos que la comunidad genera, contribuyen en la transformación de las condiciones de vida de las poblaciones, y en este sentido podríamos establecer un correlato con la salud mental, ya sea en el goce de una salud mental plena o, por el contrario, en la presencia de patología. Claro está que, es cada persona en interacción y los procesos subjetivos quienes lo van a determinar.
Estos procesos, no deberían entenderse como estáticos o invariables, sino que, por el contrario, suponen una dinámica. Tanto es así que una persona puede desarrollarse en la esfera personal, profesional, familiar etc., porque hay otras -membresía de las diferentes comunidades de las que participa- que aprueban/desaprueban tal desarrollo y las formas en las que nos desenvolvemos. Es pues, condición «sine qua non» la persona en relación, y desde ese constructo casi nada de lo que hagamos es en solitario, a la vez que las condiciones de vida y el desarrollo humano nos llevan a pertenecer a diversos grupos.
Ahora, es bien sabido que, en las sociedades de consumo, corremos el riesgo casi permanente de que la individualidad sustituya la expresión de la comunidad, habiendo quedado casi en el recuerdo las infancias al aire libre, en el campito del barrio, donde una rama cobrara sentido en la imaginación de las niñeces, etc. En tiempos actuales, la inmediatez reemplaza al proceso, ese tiempo necesario de espera, donde vamos adquiriendo que el real sentido no está en la meta sino en el recorrido. Este hecho cuasi poético, tiene importantes consecuencias en la vida adulta, ya que produce los síntomas posmodernos: ansiedad y depresión.
Vemos entonces, que consignadas en la vida laboral y en la acumulación de capital, permanecemos la mayor parte del tiempo sin tiempo y, consecuentemente vamos aislándonos de las demás personas, formando micro grupos, cada vez más pequeños, cada vez más selectos.
El pasaje por la vida, es siempre compartida, por lo que no podemos prescindir de otro o una otra que me devuelva mi propia imagen. Por ende, cuan necesario se vuelve trabajar y fortalecer las relaciones humanas, siendo ello el mayor recurso de transformación social. Entonces, la invitación es a retomar aquel sentido comunitario que nos precede, desde un lugar de encuentro consiente con otros y otras, yendo al mismo desde el intercambio, donde la interacción necesariamente es nutricional y recíproca.
Y, volviendo al inicio casi como un bucle… el cachorro humano buscará establecer vínculos fraternos con la otredad, esa que se vuelve espejo y le devuelve su propia imagen en una trama social…
Bienvenidos y bienvenidas entonces a la denominación común, bienvenidos y bienvenidas entonces a la comunidad.
Natalia González Licenciada en Psicología Ex- coordinadora de programa del Centro de Servicio Social El Pastoreo.
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El evangelio iluminando
la salud de la mente
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lejos estás para salvarme, lejos de mis palabras de lamento. Dios mío, clamo de día y no me respondes; clamo de noche y no hallo reposo.
Salmo 22:1-2
Este texto refleja la desesperación de la soledad y del vacío, y son característicos de la vida humana. Hay soledad y vacío cuando estamos sanos, transitoria esta sensación, pero también hay soledad y vacío en la enfermedad mental. Este concepto es más profundo que la ausencia de enfermedades, es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Cada una de las personas experimenta de manera diferente la salud mental.
Las enfermedades mentales abarcan trastornos y discapacidades psicosociales, así como otros estados con gran nivel de angustia, discapacidad funcional social y riesgo de tener conductas de autoagresividad. Así como para la salud física hay determinantes, también las hay en la salud mental, cuya presencia o ausencia hacen que la protejan o la lesionen.
Algunas situaciones tales como el abuso de drogas, algunas características psicológicas y biológicas individuales, así como la destreza emocional hacen que las personas sean más o menos vulnerables a los problemas relacionados a la salud mental. El riesgo, o las probabilidades, de que se presenten enfermedades mentales son más graves a menor edad, niñez y adolescencia. Por ejemplo, actualmente se ha estudiado y se conoce el gran impacto del acoso escolar, la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil.
Los factores de protección se inician en la niñez y adolescencia aumentan la resiliencia, es decir la capacidad de sufrir un intenso embate sin romperse (pelota de goma) y siguen hasta la vida adulta. Ellos son las habilidades sociales y emocionales individuales, así como las interacciones sociales positivas, la educación de calidad, el trabajo, vecindarios seguros y la cohesión social, entre otros.
Los riesgos para la salud mental y los factores de protección se encuentran en la sociedad. El cuidado parental, familiar y comunitario son importantes. El desarrollo de habilidades para la vida es clave: la empatía, el manejo de tensiones y estrés, gestión de sentimientos y emociones, comunicación clara, autoconocimiento, toma de decisiones.
Las amenazas locales aumentan el riesgo para las personas, las familias y las comunidades. Las amenazas mundiales incrementan el riesgo para poblaciones enteras, entre ellas se cuentan las recesiones económicas, los brotes de enfermedades, tal y como ha sido la pandemia por COVID 19 donde el aislamiento social, las
dificultades económicas y el miedo intenso a enfermar o morir. Mas alejados a las vivencias rioplatenses, las emergencias humanitarias y los desplazamientos forzados, y las crisis climáticas son vivencias tan intensas que ponen a prueba la salud mental de niños, niñas, adultos y adultas.
El concepto de factor de riesgo tiene que ver con las probabilidades, su presencia aumenta la chance de que se produzca un daño. La mayoría de las personas no desarrollan afecciones de salud mental aunque estén expuestas a un factor de riesgo, mientras que muchas personas no expuestas a factores de riesgo conocidos desarrollan una afección de salud mental.
Actuar sobre los determinantes de la salud mental requiere a veces adoptar medidas en sectores distintos a los de la salud, por lo que los programas de promoción y prevención deben involucrar a los sectores responsables de educación, trabajo, justicia, transporte, medio ambiente, vivienda y protección social. El sector de la salud puede contribuir de modo significativo integrando los esfuerzos de promoción y prevención en los servicios de salud, las consultas oportunas y seriadas con pediatras y médicos-as de familia promoviendo los diagnósticos e intervenciones, iniciando y, cuando sea necesario, facilitando la colaboración y la coordinación multisectorial.
La prevención del suicidio es una prioridad mundial, en especial en Uruguay, y forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Algunas medidas permitirían avanzar considerablemente al respecto, como limitar el acceso a los medios de suicidio, apelar a una capacitación emocional a los adultos y adultas para resolución de conflictos.
En cuanto al uso de drogas, corresponde posponer lo más posible el contacto inicial y, al producirse, realizar intervenciones adaptadas a cada situación con base familiar, comunitaria, educativa. Es un enorme problema que las drogas sean mayoritariamente ilícitas, dado que genera violencia social importante, corrompe las estructuras laborales y sociales, dado el enorme volumen de dinero que se moviliza, generando distorsión laboral y social. Como cristianos y cristianas debemos ser conscientes de cómo el evangelio trae consuelo y liberación, tanto para nosotros-as mientras luchamos para mejorar la salud mental, como para otros-as que enfrentan desafíos en estos tiempos difíciles. Somos parte del cuerpo de Dios, y eso es necesario dimensionarlo desde el punto de vista afectivo, transformándolo en una herramienta para nosotros-as, para la congregación y la sociedad. Es preciso continuar con la terapia, es posible que tengamos que continuar con la receta; es posible que tengamos que continuar con los grupos de apoyo. Sin embargo, una cosa que podemos decir con absoluta certeza es que, aunque tendremos problemas en este mundo, ¡Jesús los ha vencido! (Juan 16:33)
Alba Negrín Avondet
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Una uruguaya una italiana en Uruguay en Italia,
Me voy en bici hacia Buonanotte, disfrutando del olor a lluvia, los arroyitos que bajan de la montaña llenos, después de tanto tiempo de sequía. Es mayo, y la primavera viste la montaña de colores brillantes. Este camino, ese kilómetro y medio de curvas, subidas y bajadas, es el mismo que hacía de niña, con mis 9 añitos, para ir a jugar con mi amiga Sonia y su hermano Diego. La casa también es la misma, solo que hoy no vine a verlxs a ellxs que ya no viven ahí, vine a visitar a Lilian, su madre. Siempre me gustó el vínculo que tenía con ella, esa mujer llamándome «Mimina» con tanta ternura, me parecía una caricia cada vez, así como eran mimos los chocolates calientes de sus meriendas y toda
la comida que nos preparaba. De niña sabía que no era italiana, mi madre tampoco lo era, así que me parecía natural que tuviera un acento distinto, lo que nunca me imaginé es que un día yo fuera a vivir a Colonia Valdense, la ciudad de su infancia.
Lilian me abre la puerta y lo primero que percibo es el calor del hogar, la estufa está prendida, y se me mezclan recuerdos al entrar en su cocina. Recuerdos que me hacen sentir la presencia de muchas ausencias, de sus tres hijxs que hoy viven en otros lugares, cierto, pero también de Mario, su compañero de vida que ví por última vez paseando por las calles de Angrogna hace dos años, y de Alma, Almita, que recuerdo en esta misma cocina hace unos pocos meses.
Empezamos por ahí nuestro encuentro, por las ausencias presentes, más o menos compartidas. Alma -Malán- fue la más reciente, vivió con Lilian muchos meses, después de la muerte de Mario. Se quedó hasta que su médica le dijo «si querés volver a tu casa en Uruguay, no pierdas tiempo» y ella se fue, para volver a despedirse de su tierra y de su gente. Fueron años para Lilian de acompañar seres queridos en sus ultimas etapas, fueron años de cercanía con el cáncer, y de esperar que algo cambiara, que fuera posible sanar, de alguna forma. Me cuenta que ese dolor fue lo que la acercó a otras formas de búsqueda, se acercó al budismo, y en particular al Mantra Madre, una oración «que repites, y que te entra adentro, que te acompaña en tu cotidianidad, te ayuda a entender lo que se va viviendo».
Hace poco Lilian viajó a Japón, me cuenta de su viaje entusiasmada, le brillan los ojos, la voz recordando con excitación todo lo vivenciado. Me muestra un video de templos, nieve, bosques, que me trasmite la tranquilidad del lugar. «Ahora sé que tenía que ir», me dice «porque tenía que aprender a dejar ir. De alguna forma me fui llevando una piedra y ahí se transformó en pluma». Ahora dice que le encantaría ir a Mongolia, ¡aunque en invierno harán -20 o -30 grados!
Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I 10
Seguimos compartiendo nuestras vidas, ella en la silla en frente de la estufa, con su remera con capucha que se pone y saca sin darse cuenta. Yo, de piernas cruzadas y pies descalzos en el sillón. Me encanta escucharla contarme con tanto entusiasmo sus andanzas, y siento que aunque hace años que no compartimos espacios y vivencias, estamos muy cerca en nuestra cosmovisión, en la búsqueda de nosotras mismas, y de una serenidad profunda.
«¿Vos te seguis considerando Valdense?», le pregunto en un momento. De niña era maestra de la escuelita bíblica de Angrogna, me acuerdo canciones que nos enseñaba, algunas en español, mi primer acercamiento al idioma. «Si, claro. Lo que me encanta de esta energía del mantra, es que no me alejó de la Iglesia, sino que me ayudó a entender que Dios es único para todos. El único problema es que en las religiones tendemos a ver a Dios allá arriba. No, Dios está aqui, el vive en nosotros». Y lo dice poniendo ambas manos arriba del pecho. «El amor es todo, no hay otra cosa».
Igual en los años se fue alejando de la comunidad de Angrogna. «Mario veía la Iglesia como algo de la familia, una tradición. Desde que se murió no volví a ir. Es que siento que a veces se tiende a hacer un grupo en donde queremos que todos piensen igual, y no es una iglesia, es una élite.
¿Quiénes somos nosotras para juzgar a alguien? Somos seres distintos, tenemos que permitir que otros piensen distinto y lo puedan decir. Igual no me pongo límites, puede ser que en un tiempo vuelva a participar activamente de la Iglesia, ¿quien sabe?».
Hablamos de los orígenes, de la genealogía, y de cómo todo parece tener sentido si se mira desde arriba. El tatarabuelo de Lilian era Valdense, de Bobbio, y se fue a Uruguay por las persecuciones. «Allá siguió con las tradiciones de acá, y nació mi abuelo, luego mi padre, y llegué yo. Como por arte de magia, a los 18 años vuelvo a los Valles por amor. Pasaron 5 generaciones, para que volviera a buscar nuestros orígenes».
Como conozco las dificultades de las migraciones y es un tema que vuelve mucho a lo largo de mi vida, le pregunto cómo estuvo ese primer momento en Italia. «No me sentí sola, aunque no sabía el idioma. Allá tenía un grupo de seis amigas, pero tampoco solía salir mucho a bailar, me reputaba timida, cerrada. Cuando llegué dos mujeres de Angrogna me adoptaron como madres, ellas tejían y para mi era maravilloso pasar el tiempo con ellas, hasta íbamos al teatro juntas. Familia-
res de Mario también me ayudaron, siempre encontré personas para compartir. El italiano lo aprendí con ellas, y escuchando la radio. Empecé a hablar solo cuando me sentí segura con el idioma».
De a poquito anochece, ya pasaron más de dos horas y seguiría escuchándola, intercambiando vida, sensaciones, experiencias. Pero es tarde, y tengo otro compromiso, así que nos vamos despidiendo.
«Siento que mi viaje, mi cuento, mi vida, todo ha sido mágico», agrega Liilian con una sonrisa abierta, feliz, como para cerrar su narración. Y vuelve a decirme: «porque el amor es la clave y es lo más importante de todo lo que somos».
Le saco una foto en el balcón de su casa, entre la multitud de plantas y de flores que lo habitan, que ella cuida con ternura y dedicación, así como el jardín de su casa, que de acá se ve hermoso. De fondo, como siempre, las montañas limitan el horizonte, y parecen protegernos de la oscuridad de la noche, con sus puntas todavía blancas.
Vuelvo a la bici sonriendo, y lo hago por todo el camino de regreso, más allá del frío, siento que Lilian me dejó algo de ese entusiasmo casi infantil, de amor sincero, profundo, por la vida y los encuentros que nos ofrece.
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Mymma Sappé
Conexiones
LadelLámpara cuerpo
«Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz: pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡Qué negra será la oscuridad misma!».
Mateo, cap 6, versículos 22 y 23.
Aquellos-as que sean portadores de un buen corazón, noble y puro son aquellos-as que brillarán con una luz que cualquiera podría distinguir.
Jesús está entre nosotros-as, todo lo ve. Nuestras buenas y malas intenciones también las ve, es nuestro maestro quien nos pone y nos pondrá a prueba día a día. Nuestras acciones hablan de nosotros-as, en la calle, en la escuela, en la iglesia y en nuestras casas. Jesús nos recibe en su casa así no brillemos como otros-as, el logrará que destelle una luz que hable de nuestro buen corazón, Él todo lo puede.
Como hijos-as de Dios somos portadores de la luz más fuerte, de los-as que tenemos fe en Él. Él, que nos abre caminos de oportunidades, que nos guía en nuestros pasos, que es capaz de estar presente entre nosotros-as, con nuestros-as seres queridos, en situaciones buenas y malas, Él es la mejor compañía.
Entrar a la casa de Dios es una luz, es esa luz que nos ilumina nuestro camino de fe, con la que podemos comunicarnos a través de la palabra del Señor, cantando, agradeciendo, compartiendo con Él y con nuestros hermanos, encontrándonos en su casa. Él nos agradece de muchas maneras nuestros actos de bien.
Debemos utilizar los dones que nos asignó a cada uno de nosotros-as, cumplir y ser portadores de su palabra con orgullo y fe, esas acciones son las que van a diferenciar nuestra luz de otras.
Nuestra luz nos ayudará a defendernos de otras malignas que quieran lastimar o lastimarnos, es la única que puede solucionar nuestros problemas porque nuestra mente y corazón están conectados a ella, pero sobre todo tenemos lo más importante que es la compañía de nuestro Padre, de nuestro Maestro y Salvador. Quien dio su vida por salvar a su pueblo, curó enfermos-as, presenció mentiras, engaños, estafas e injusticias. El designó a uno de sus hijos para que los-as guiará a la tierra prometida. Esa tierra en donde reinaba la paz, la bondad y en donde su pueblo se llenó de fe.
Jesús dio su vida por nosotros-as, por eso Jesús es nuestro ejemplo y nuestra luz resplandece a sus ojos. Él nos ama, somos sus hijos-as y a sus hijos-as los-as deja brillar.
Sheila Rodríguez
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Espacio del Movimiento Juvenil Valdense | Año XXII |Mayo 2023| conexionesvaldense@gmail.com
comunidad, voluntariado y ecumenismo Ágape en tres palabras:
Para contextualizar un poco, Ágape es un Centro Ecuménico Internacional que pertenece a la Iglesia Valdense de Italia, se encuentra sobre un pequeño pueblito, Prali, entre las montañas alpinas del noroeste de Italia. Ágape está a 1.554 metros de altitud. Me pregunto: ¿Cómo puede ser que todo esto lo construyeron voluntarixs? ¿Qué lxs llamaba a encontrarse, poner tiempo y energía en ese proyecto loco de construir un espacio así?
Para encontrar alguna respuesta sirve(n) la(s) historia(s), o mejor, los relatos que nos llegan de ella(s). En el sitio web de Ágape dice que «fue diseñado por el pastor Tullio Vinay y el arquitecto Leonardo Ricci, y construido inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, entre 1947 y 1951, por jóvenes voluntarios con la intención precisa de vivir juntos en la reconciliación entre los pueblos».
Ágape surge en un mundo en ruinas, con la firmeza en la creencia de que otro mundo es posible y con la certeza de que «l’agape non verrá mai meno», el amor de Dios no se acabará nunca. Ese nuevo mundo se construye en ideas, reflexiones, discusiones, pero también -y fundamentalmente- se hace en lo práctico. Ágape es un intento de poner en acción ese amor que no mira ni juzga por religiones, identidades, orientaciones sexuales ni orígenes geográficos. Y en esta puesta en práctica los conceptos de comunidad, voluntariado y ecumenismo juegan un rol muy importante, constituyen su esencia.
El Centro es, desde sus cimientos, un espacio ecuménico basado en el voluntariado: participaron en su construcción más de mil trabajadorxs de lxs cuales el 90 por ciento eran voluntarixs provenientes de más de 30 países, pertenecientes a diversas confesiones cristianas. Pero hablando de ecumenismo, se puede ver que el concepto fue cambiando con el tiempo: hoy día se lo concibe en un modo más amplio que en sus inicios, no limitándose al diálogo interreligioso sino también con y entre personas no creyentes, dando lugar a una espiritualidad enriquecida por la historia, el entorno natural, la magia de la convivencia y del encontrarse con personas nuevas o conocidas, siempre diversas. La internacionalidad que se encuentra en Ágape1 enriquece muchísimo la experiencia: permite abrirse hacia modos distintos de ser y de vivir, reconocer las propias raíces y vivir la riqueza de la diversidad.
Sergio Ribet escribe que «Ágape se basó siempre en el voluntariado; este voluntariado ha cambiado de aspecto, de motivaciones, de estilo, pero es un dato irrenunciable para que Ágape sea lo que es (...) un reflejo del amor gratuito de Dios, de la gratuidad que da sentido a las cosas, a los afectos, a las relaciones humanas2». Hoy en día existen diversas formas de vivir el voluntariado aquí que apuestan a la reflexión social, política y medioambiental, a las temáticas de género, la espiritualidad y el debate teológico.
Uno de los modos de hacer voluntariado es la residencia -la experiencia que estoy realizando-: vivir un año o más en Ágape con otras ocho o nueve personas, y junto con la dirección, trabajar para hacer posible que el Centro funcione: cocinar, preparar las mesas, limpiar los espacios que se utilizan, las habitaciones y los baños, atender el bar, hacer tareas de mantenimiento… En lo personal, creo que vivir acá como residente hace que sea una experiencia muy gratificante pero también muy intensa. Es un ensayo de vida comunitaria: lxs integrantes del grupo llegamos de muchos lados, con culturas y costumbres muy distintas, sin conocernos previamente, y desde ahí construimos nuestra cotidianeidad y vamos aprendiendo en la experiencia de vivir y trabajar juntxs.
Pienso en Ágape y en todas las otras experiencias colectivas y de voluntariado que transitamos como cristianxs, feministas, ambientalistas, etc., como espacios fundamentales a los que dedicar tiempo y energía: la puesta en práctica de un amor que no se acaba, concretizado en el accionar cotidiano, siempre reconociéndolos como espacios humanos y por lo tanto con sus errores y aciertos, viendo las cosas maravillosas que suceden y aquellas a continuar mejorando, pero sobre todo, gozando el saberse acompañadx en el caminar hacia la construcción de un mundo nuevo. Que nunca nos falten estos espacios.
Analía Long Bertinat
1A Agape llegan personas de diversas partes del mundo, por medio del boca a boca, o mediante proyectos u organizaciones, a realizar voluntariado (ya sea Campolavoro o la residencia).
2Cuaderno de Agape n°19: “I lavoratori volontari e la costruzione di Agape . 1946-1951 Ricordi Personali”, p.4.
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Espacio de la Federación Femenina Evangélica Valdense
Suelta fe, esperanza y amor 1º Corintios 13
Sabemos que Dios se mueve por fe. La fe es el lenguaje que Dios entiende. Pero no el único, ya que para Dios antes que la fe, está el amor. Jesús no se entregó por fe, sino por amor. Y Dios, así como nos dio fe, puso también el amor en nosotros.
El amor es lo más importante que los seres humanos tenemos. Ahora bien, para muchos su significado puede estar distorsionado.
Hay gente que dice: «Robé por amor», «Soporto los golpes de mi pareja porque lo amo». Estas personas piensan que hacen las cosas por amor, pero, en realidad, tienen una confusión de lo que es el amor y como tal, lo usan de manera equivocada. Dios va a enseñarnos el verdadero amor. El verdadero amor siempre es inteligente.
El verdadero amor siempre es inteligente
El libro de 1 Corintios: 13 Pablo lo describe diciendo lo siguiente: «El amor no es un sentimiento, no es lo que las canciones ni la cultura de hoy dice. El amor para funcionar tiene que ser inteligente». Y agrega: «Hoy tenemos la fe, la esperanza y el amor, pero el mayor de los tres es el amor».
La fe es la capacidad sobrenatural de la cual Dios nos provee para mover las montañas
La esperanza es lo que espero, es la capacidad de visualizar un sueño, es sobre aquello que pongo mi fe. Entonces: «La fe es poderosa porque mueve montañas, la esperanza es poderosa porque da perseverancia, pero el que abre la puerta a estas dos, es el amor», dijo Pablo. Una persona que se mueve con amor inteligente puede llevar una palabra de fe o sembrar un sueño con mucho más resultado que una persona sin amor.
El amor inteligente es el hermano mayor que abre la puerta a la fe y a la esperanza
Una persona que gasta mucho, en el fondo espera ser amada. Generalmente, en este grupo encontramos a las mujeres que piensan en todos y le dan todo a todos, dado que necesitan ser reconocidas. Esto le pasaba a la mujer que padecía flujo de sangre (Mateo 9), cada vez se sentía más vacía física y emocionalmente. Pero un día se enteró de que Jesús pasaría por donde ella estaba y creyó que, si tocaba el manto de Jesús, se sanaría. Y así ocurrió, porque poder había salido de Jesús.
En esa época, a una mujer en esas condiciones se la considerada inmunda y la Biblia decía que lo inmundo contamina lo santo. Cuando ella tocó a Jesús, éste se detuvo y preguntó: «¿Quién me tocó?». Los discípulos respondieron: «¿La multitud te aprieta y decís quién te toca?». Jesús dijo: «Poder salió de mí». Por primera vez, ella recibió sanidad en sus emociones. Cuando Jesús dijo que nadie lo había contaminado, sino que algo bueno había salido de Él, ella dejó de dar, se sintió valiosa, y la sangre cesó.
Lo primero que Dios nos da cuando nos acercamos a Él, es riqueza afectiva. Dios nos ama tal como somos. Amor inteligente es aceptar al otro como es.
Dios pondrá en tus manos todo lo perdido: Jesús la bendice por segunda vez: «Vete en paz. Te devolveré todo lo que perdiste, recuperarás la fe y caminarás en abundancia sin culpa, condenación, ni opresión de nadie».
Es decir, disfrutarás de todo porque la paz de Dios estará siempre en tu vida.
La mujer dijo: «Si toco el manto, seré sana». Habló fe primero. Todo lo que digas será para tu bendición, ahora te toca hablar y soltar fe a vos. La aceptación interior se logra por fe y una vez que ésta se revela a tu vida, vas a vivir por siempre prosperado y en victoria.
Jesús la sanó en dos fases. En primer lugar, la sanó física y emocionalmente, en segundo lugar, le dio prosperidad y paz en el corazón. Lo hizo de esta forma para que no olvide que Dios es Dios de segundas oportunidades. Quizás hayas recibido un toque de fe, pero recibirás un segundo toque. En un encuentro con el Señor, siempre hay una nueva oportunidad. Si estuviste buscando aceptación, hoy Dios te quiere revelar su amor. Todo volverá a tu mano. El amor inteligente pone límites. Cuando sepas dar, sabrás recibir. Y Jesús te dará más. Y de lo recibido, volverás a dar.
PÁGINA VALDENSE I 14 omunicándonos C
Bernardo Stamateas Extracto del libro «60 Principios de Fe» Liga Femenina de Juan Lacaze
Nuevo ecosistema: alimento, agua y salud
En el libro de Apocalipsis, en el capítulo 22, leemos:
1El ángel me mostró un río limpio, de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2En medio de la plaza de la ciudad y a cada lado del río crecía el árbol de la vida, que da fruto cada mes, es decir, doce veces al año; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones. 3Ya no habrá allí nada puesto bajo maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos le adorarán, 4le verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente. 5No habrá noche en la ciudad; los que en ella vivan no necesitarán luz de lámpara ni luz del sol, porque Dios el Señor les dará su luz, y reinarán por todos los siglos.
Pablo Ferrer, teólogo argentino, invita a identificar en este texto y en otros pasajes del Apocalipsis la profunda vinculación entre salud y ecología.1 En este sentido, analizando el fragmento aquí citado, va a resaltar que lo primero que se menciona es un río limpio y cristalino, de agua de vida, haciendo la comparativa con la contaminación actual de los ríos producto de la actividad industrial y agrícola-ganadera, lo cual hace ver lejana esta imagen del agua como fuente y garantía de vida saludable.
Va a decir también que aún más lejana resulta la escena de un río en medio de una ciudad, ni literal ni metafóricamente llegamos a imaginar un río de aguas de vida atravesando y regando una zona urbana. Y aquí suma el tercer elemento, que es el árbol que crece y da frutos todo el año, que, por un lado, está relacionado al árbol del relato del Génesis y, por el otro, es una fuerte crítica a la cultura romana con su civilización urbana, que entre otras cosas había eliminado a la naturaleza de su medio.
El árbol, que crece en medio de la plaza y a orillas del río, da frutos una vez al mes durante todo el año. El alimento está disponible y es accesible para su consumo, es suficiente y no se agota porque da fruto cada mes.
Al final del versículo dos dice que las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones. Aquí Ferrer menciona que existen varias traducciones posibles aparte de «naciones», también puede ser «pueblos» o «gentiles» -gente que no habitaba la ciudad-, es decir que la sanación está a disposición de todas las personas, la medicina llega sin mediación a toda la población, sean o no oriundxs de la ciudad.
Por último, destaca la vinculación evidente que hace el texto entre agua, alimento y medicina, donde
se los presenta como parte de un sistema de salud y de vida. Diciendo que en los versículos tres al cinco se pueden leer las consecuencias que traería este ecosistema nuevo de salud y vida, el encuentro de una vida plena como donación para todas las personas.
En este sentido, podemos notar que el texto del Apocalipsis nos invita a una comprensión integral de la salud, es decir, entender que los procesos de salud y de enfermedad dan cuenta de la relación dinámica entre cuerpo, mente y espíritu, pero además que están enmarcados en un contexto. Sin dudas, nos estamos confrontando a una fuerte crítica a la fragmentación existente en nuestras culturas occidentales en la mirada y abordaje de la salud, así como también a la restricción y mercantilización del acceso a la salud.
El relato nos muestra que en la visión que tiene Juan de Patmos y que describe en este capítulo, la sanidad se da en un marco ambiental. La medicina está íntimamente vinculada a la necesidad de comida, agua y sanación. La disponibilidad del alimento, el río que corre, las hojas que curan, son parte del sistema ecológico, están en el medio de la ciudad y son para todos los pueblos.
Yanina Vigna Equipo editor
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Ilustración de Charlotte Ager
Miren amigos, les propongo una idea: Anunciar el Reino de Dios es tratar bien.
Eso.
Que hagamos de cuenta que «Reino de Dios» significa simplemente «personas que se quieren y se tratan bien, Personas entre las cuales está Dios».
Y más. Hacer de cuenta qué «predicar el Evangelio» significa «querer y tratar a otros de modo que se descubra cómo nos quiere y nos trata Dios».
Algo así. Es una idea. Sin fundamento. Sin base teológica ni hermenéutica ni astronáutica.
Un experimento, digamos.
Ediciones Del Altillo
(….)