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Haz nuevo tu año

Hugo N. Santos

Empezó un año. Es una hermosa oportunidad, un regalo de Dios, una renovación de la esperanza.

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En realidad cada mañana es un milagro, por eso cada día es una posibilidad para el encuentro con Dios, una ocasión para gozar de las pequeñas cosas que te presenta. De la calidad de cada día dependerá la calidad del nuevo año. Es cierto que uno debe planificar a mediano y largo plazo, pero esos proyectos sólo se cumplen cuando uno pone todo de sí en cada momento y en cada día de su vida.

Hay un lugar para cada uno de nosotros y es verdad que el mundo nos necesita sanos y felices. El sentido cristiano de la esperanza tiene un tono distinto cuando ponemos nuestros ojos en las promesas de Dios. Debemos ir alcanzando poco a poco aquello que nos promete.

Es bueno invocar al Señor hoy para que Él tome este nuevo año que acaba de comenzar, de tal manera que todo esté penetrado por su bendición. El creó cuanto existe con su infinito poder, y con la misma fuerza sin límite puede regalarnos un año lleno de energía y de vida.

Se trata de que fortalecidos por esa relación adquiramos mayor seguridad, más confianza y como consecuencia podamos asumir nuestros vínculos con más responsabilidad y con más entusiasmo.

Necesitamos en Dios la fuente profunda para encontrar fuerza e inspiración para crecer y para avanzar en el nuevo año, para vivir plenamente todas las dimensiones de la vida, para encontrar las razones más valiosas para vivir, no desperdiciando nuestros dones ni desgastando nuestras energías, tampoco promoviendo nuestras desconfianzas, nuestras tristezas, nuestros miedos…

Será importante que Dios coloque en nuestro interior el anhelo de ser fecundo, de ser útil, de colaborar en nuestros vínculos personales para hacer más feliz la vida de los que se relacionen con nosotros. No habrá un día sin dificultades y sin problemas. Siempre habrá algo que nos moleste y que amenace con hacernos perder el entusiasmo.

Es necesario tener claro que no es bueno comenzar cada día sin ganas, sin algo que nos estimule aunque sea pequeño o muy simple.

Entrégale al Señor tus intentos y trabajos, tus cansancios y tus proyectos. Recordemos las palabras sabias del libro de Eclesiástico (14: 11-14), tan útiles para recordar todos los días del año: “Hijo mío, si tienes algo, sírvete de ello, trátate bien, y sé generoso con Dios. Antes de morir haz bien a tus amigos y dale de acuerdo a tus posibilidades. No te prives de un día dichoso y no se te pase por alto lo que es bueno y deseable. Da a tus hermanos y trátate bien”.

No olvidemos darle gracias a Dios por los hermanos que nos pone delante, por los desafíos del amor fraterno, por la sanación de las heridas que nos hacemos unos a otros y por los gestos oportunos que necesitamos tener para construir un mundo de amor. Que el Señor nos enseñe a dialogar y a escuchar. Que no vivamos obsesionados por lo que piensan de nosotros.

El sentimiento de gratitud es energizante. Sin la sensación de sorpresa, sin la capacidad de admiración que nos provocan las cosas nuevas o las que se nos ocurren como nuevas dentro de la cotidianeidad, el sentimiento de gratitud puede apagarse.

Es necesario pedir a Dios que nos dé un corazón generoso, que se interese por la felicidad de la gente, donde los demás importen, para que sienta el dolor por los problemas ajenos, no sólo los propios. Que haya entusiasmo por ayudar a los demás y que esto ya justifique el día que nos toca vivir, el para qué de ese día.

Seguir a Jesús, es una forma de actuar, un estilo de vida. No podemos escuchar el Evangelio y quedar iguales. Siempre seremos dé- biles e imperfectos, lo importante es el intento sincero de cambiar, de crecer, de ofrecerle a Jesús algo cada día mejor. Las excusas no hacen más que justificar la mediocridad y dejadez.

El camino de curación es largo y lento porque se requiere un profundo cambio interior. Éste no se alcanza plenamente en esta vida, pero se va anticipando por la gracia de Dios. Los cristianos tratamos de ser mejores cada día porque anhelamos responder a un amor que ha tomado nuestra vida. Si las cosas que debo hacer no me entusiasman debería tratar de mirar la vida y las personas con los ojos de Dios. Pedir la gracia de consultar al Señor cada día descubriendo el proyecto de amor que Él tiene para mí.

Dios quiere hacer muchas cosas buenas en el mundo a través de nosotros derramando bendiciones y produciendo cambios en nuestro alrededor. Nos ha regalado dones para que los usemos con inteligencia y creatividad. Por todo lo que tenemos delante de nosotros, ante este nuevo año que se nos presenta como una página en blanco, poniendo nuestra fe y esperanza en Dios, vivamos un feliz 2023.

Al 12 le tenemos confianza

Doce eran los trabajos de Hércules en la mitología griega, doce los caballeros de la mesa redonda, doce las tribus de Israel, doce los discípulos de Jesús, doce los meses del año, las horas de un mediodía y los huevos que caben en una docena.

Pero sospecho que otras razones tiene ESTE para llegar a 12 páginas.

En la edición impresa son tres pliegos de papel. El tres es un número equilibrado, con un principio, un medio y un final. Tiene la belleza de la simetría y la equidistancia de lo armónico.

Así y todo pienso que hay más razones para aspirar a las doce páginas.

Queremos que la lectura amerite un almohadón, que el tiempo tenga que pararse un ratito para dejarnos leer, que valga la pena llevarlo en un ómnibus para un viaje de una hora o en la matera para la mañana en la playa.

Y queremos más. Nos gustaría un espacio para que quien lee en algún momento sea leído, para que las ideas y las opiniones dialoguen. Que haya un espacio para las críticas. Después de todo es la forma en que se nutre el pensamiento.

Tenemos más espacio, lo tienen ustedes también y cada principio de mes nos pueden ayudar a mitigar el terror que producen las hojas en blanco.

Febrero tiene 28 días y doce páginas. El desafío es sostenerlas. En cuanto al contenido no tenemos dudas, la vida tiene mucho para decirnos. En cuanto a los pesitos más que significa la impresión, tenemos confianza plena de que entre todos ni se sentirá.

Las invitaciones están hechas. ESTE les dice las formas de comunicación y también la forma de ofrendar quien así lo decida. En la página 6 están todos los datos. Sepa que ambas cosas son absolutamente necesarias y por ambas desde ya agradecemos.

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