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Carnaval y Cuaresma ¿las dos caras de la moneda?

Oswaldo Cuevas Gaete

Aunque no es cierto que “todo el año es carnaval”, en febrero, en Uruguay es difícil ser ajeno al “más largo del mundo”.

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El miércoles de carnaval, es miércoles de ceniza en el calendario litúrgico cristiano. Comienza la cuaresma, preparación para la celebración de la Pascua.

Lo que parece ser una mera coincidencia temporal es una muestra de cómo las culturas y las tradiciones se encuentran y van transformándose en una alimentación recíproca.

El 22 de febrero es miércoles de carnaval; y de ceniza. Nos pareció oportuno reproducir este artículo de Oswaldo Cuevas publicado por “Cuestión de fe” en marzo de 2018. Sigue teniendo mucho que decir.

No sólo al mismo tiempo

El carnaval y la cuaresma cristiana tienen una relación interdependiente en la cronología de su celebración debido a razones históricas, culturales, religiosas y sociales.

Los primeros cristianos, que eran judíos, celebraban la Pascua de Resurrección al mismo tiempo que la Pascua judía (Pésaj).

Constantino I, emperador romano, convocó el Concilio de Nicea en el año 325, para tratar asuntos doctrinales como la naturaleza humana/ divina de Jesús y en la oportunidad, el Concilio decretó también por unanimidad, la separación de la celebración del Pésaj judío y la Pascua cristiana, quitándole los elementos hebreos, aunque le dejaron el carácter móvil de la fiesta (marcado por el calendario lunar), recordando que Cristo resucitó durante la Pascua hebrea.

Actualmente, la Iglesia Cristiana (Católica y Protestante) mantiene el carácter móvil de la fecha de Pascua, pero trata de no hacerla coincidir (Iglesia Cristiana Ortodoxa) con el Pésaj judío. El pueblo judío conmemora con el Pésaj su salida del cautiverio de los egipcios en el 1250 a. J.C

El Concilio establece que la fiesta de Pascua de Resurrección se celebrará en todo el mundo cristiano el primer domingo después de la luna llena siguiente al equinoccio de primavera del hemisferio norte, y si la luna llena fuera en un do- mingo y coincidiera con la fiesta de Pascua judía, la Pascua de Resurrección tendría que conmemorarse el domingo siguiente. Así se evitaba la coincidencia de las fiestas de Pascua de Resurrección y de la Pascua judía.

El vínculo entre las festividades de Carnaval y Cuaresma se establece, durante la Edad Media, con la lógica que en el mundo cristiano estaba prohibido comer carne durante toda la Cuaresma, a lo que se sumaba el ayuno, la penitencia y el recogimiento.

Todo era muy estricto. Así, el Carnaval asume un rol de aparente equilibrio, para poner en carácter compensatorio, adelantando algo de alegría a los cuarenta días de sacrificio y moderación de la Cuaresma, que culminaba con la Pascua el Domingo de Resurrección, con una explosión de alegría retomando nuevamente los hábitos alimenticios prohibidos.

Es evidente que el Carnaval, como fiesta de esparcimiento lúdico (actividades recreativas, de diversión y ocio) o manifestaciones extremas de hedonismo (actividades que proporcionan diversos niveles de placer) en honor a una variedad de entidades míticas relacionados con acervos culturales ancestrales, fenómenos de la naturaleza o características oníricas (relativas al soñar) del imaginario popular, es anterior a la aparición de la cuaresma.

En un primer momento, podemos decir que tiene un origen pagano, como una de las festividades de las culturas sumeria, egipcia, griega y romana, con un tinte mítico/ religioso. Durante siglos se fue desarrollando y fortaleciendo por distintas civilizaciones en honor a sus dioses, hasta adquirir el mayor auge durante el cristianismo, que es cuando adquiere el actual nombre de Carnaval.

Según el diccionario de la Real Academia Española, esta palabra procede del italiano “carnevale” y éste a su vez del latin “carnelevare”, de carne (carne) y levare (quitar). Así que durante el carnaval debía aprovecharse de cuanta carne pudiera consumirse y por extensión dar rienda suelta a las exigencias carnales, reclamadas por la condición carnal del ser humano. También se argumentaba que por falta de métodos de refrigeración adecuados, las personas tenían la necesidad de consumir, antes de que empezara el ayuno de la Cuaresma, todos los productos que no se podían consumir durante ese período, no sólo la carne, sino también la leche, huevos y similares. La alternativa era perderlos.Con esta excusa, en muchos sitios organizaban, antes del miércoles de Ceniza,la fiesta del “Martes de Carnaval”.

El Martes de Carnaval recibe distintos nombres según el país. En Alemania se lo llama Fastnacht (víspera de ayuno), similar al Fas- tan de Suecia, mientras que en Francia, Italia y los países de habla portuguesa se lo denomina “martes graso” o “gordo”: respectivamente Mardi Gras, Martedì Grasso y Terça-feira gorda en alusión a la cantidad de productos grasos que se consumen. En los Estados Unidos también se ha adoptado la denominación francesa Mardi Gras.

En los demás países anglófonos –entre otros, Reino Unido, Irlanda, Canadá, Australia y Nueva Zelanda – se lo llama Shrove Tuesday martes de confesión) o más comúnmente Pancake Day (día de los panqueques), por ser el día anterior al ayuno litúrgico de Cuaresma, y la cocina y el consumo de panqueques son una manera de gastar los alimentos ricos, tales como huevos, leche y azúcar, fuertemente desaconsejados durante la cuaresma.

Muy pronto empezó a cambiar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se “arrepentirían” durante la Cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres demandados por la condición carnal del ser humano.

¿Las dos caras retoman su identidad?

Con el correr del tiempo, el carnaval y la cuaresma comenzaron a tomar distancia de su vínculo religioso cristiano, exceptuando la fecha vinculante de celebración. El carnaval se fue reforzando en su condición de expresión cultural/artística por la variedad de artes escénicas, pictóricas, literarias que le dan identidad propia. También adquirió fuerza social, el carácter contestatario de sus representaciones, con un sentido democrático incluyente de los diversos sectores de la sociedad y juega un rol alternativo político, por el contenido de sus mensajes en las diferentes artes representadas.El Carnaval es época de diversión, de disfraces y de jolgorio. También es la temporada en que las protestas sobre temas importantes estén ‘enmascaradas’ con picardía, sátira y buen humor. Los bandos carnavaleros y los mensajes de las murgas son utilizados para descargar críticas a los gobernantes de turno, concientizar sobre temas ambientales, generar opinión pública y fijar posición política.

Por otra parte el contenido religioso de la cuaresma, por el aporte de la reforma protestante y los cambios doctrinales y litúrgicos de la Iglesia Católica, van recuperando su carácter evangelizador. Aunque recibimos la tradición de vincular la cuaresma con privaciones de tipo corporal: el ayuno y la

El carnaval según el Arcipreste de Hita (1)

El Carnaval y La Cuaresma en la tradición en la que nacieron sólo tienen sentido en la Pascua de Resurrección. El genial Chesterton estaba en lo cierto cuando afirmaba que la postmodernidad laicista había secuestrado las fiestas cristianas y las había enloquecido al privarles de su sentido originario, como pasa ahora con la entrada en el Carnaval y la Cuaresma. Fuera del tiempo litúrgico son un puro esperpento paganizante.

Fidel García Martínez, Catedrático Lengua Literatura Doctor Filología Románica abstinencia, la supresión de festejos ruidosos. Todo ello son respetables tradiciones heredadas. No agotan el verdadero sentido teológico /doctrinal de la cuaresma. A este propósito recordamos que las críticas del profeta Isaías a sus contemporáneos religiosos y de su sociedad, están vigentes:

(1) “El libro del buen amor”, del siglo XIV, es un clásico de la literatura española escrito por Juan Ruiz, clérigo y poeta. La obra, de carácter pretendidamente autogiográfica, muestra con pícaro humor la combinación de las culturas cristiana, judía, musulmana.

¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.

He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?

¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo lo cubras y no te escondas de tu hermano?

Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.

El Señor te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.

Isaías 58:3 - 12

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