AÑO XIV– Nº107 MARZO 2017 DISTRIBUCIÓN GRATUITA
IGLESIA EVANGÉLICA VALDENSE
EL PESCADOR REFLEXIÓN
Cuaresma, tiempo de preguntas
En este proceso de transformación, dejando nuestras ‘sequedades’ de lado, Jesús nos ofrece su savia, su agua, su vida . . . La Cuaresma, en los tiempos que corremos, es ciertamente un tiempo más de preguntas que de respuestas. A ello nos empuja la misma situación mundial por la que atravesamos y la situación socio-política interna, en nuestro propio país, en nuestra vida comunitaria, familiar, personal.
El ciclo litúrgico de la ‘Cuaresma’ ha comenzado el miércoles, con el llamado ‘Miércoles de Ceniza, el pasado 1 de marzo. Proponemos, como imagen central de este tiempo de Cuaresma y Semana Santa, la de un sencillo árbol, tanto físicamente presente (no es necesario, por supuesto, un árbol como tal, sino una rama gruesa con ramificaciones) como en dibujo, muy elemental, por cierto. Se trata de un proceso espiritual a llevar a cabo en todo este tiempo, tanto el de Cuaresma como el Tiempo Pascual (Semana Santa), que podremos ir haciendo semana a semana en un tiempo –el nuestro- que es más de preguntas que de respuestas. La imagen del árbol está destinada a realizar un proceso de crecimiento interior, cuyo objetivo último son los frutos, pero sin olvidar las verdes ramas. . . Se trata, en el árbol y en mí –en nosotros- de crecer, reverdecer, recobrar vida. Y la situación de inicio es de la semi-sequedad, que exige una savia nueva que le haga recobrar vida.
A todos y a todas, de uno u otro modo, nos llega el hecho de atravesar un “cambio de época” ,donde el futuro se nos presenta absolutamente incierto, para muchas personas, y donde son tantos los millones de seres humanos que se preguntan por el sentido de una vida atravesada por la violencia, el desarraigo, la pobreza, la crisis medioambiental, la sociedad de consumo, la pérdida de los derechos que se creían adquiridos... De repente nos damos cuenta de que lo que está en juego no es ya el cómo sino el qué y el para qué de nuestras vidas. La Cuaresma nos ofrece un tiempo de deteneros en nuestro ‘peregrinaje’ cotidiano: ¿adónde vamos y a qué?, ¿adónde voy y a qué?, ¿cuáles son mis esperanzas y el sentido de lo que estoy viviendo? Esto es a lo que nos invitamos en este tiempo de Cuaresma: entrar en nuestro “desierto” y dejarnos acompañar por el Señor que, al paso de su vida, nos pregunta y nos fuerza a dar respuesta a nuestros interrogantes más profundos. Cada semana iremos desgranando esa pregunta central, colocando en cada una de las cinco ramas de este árbol los cinco pasos del periodo cuaresmal: