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La corriente a nivel mundial en alcachofa, es plantar materiales obtenidos por semilla, dentro de ellas hay que diferenciar las variedades, como ser Imperial Star, A106, Lorca, Estrella del Sur, de los híbridos Madrigal, Simphony, Concerto; Opal o Tempo. Como docente-investigadora de prestigio de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario, la Dra. Stella Maris García argumenta, que la forma asexual (hijuelos) determina una baja tasa de multiplicación, mucha variabilidad en vigor y producción, y facilita la diseminación de enfermedades (bacterias y virosis). Por eso, es recomendable la reproducción sexual (semillas), que permite un cultivo anual con rotación y mejor comportamiento ante enfermedades. Junto con la Dra. García es de destacar la labor constante del Dr. Enrique Cointry quienes integran un equipo con otros investigadores para llevar adelante un plan de mejoramiento genético de la alcachofa y la obtención de nuevos materiales en Argentina. Según el Ing. Agr. Gonzalo Villena especialista técnico en alcachofa, manifiesta que, “El amanecer de los híbridos, ensayados durante 5 años en Argentina y existiendo en forma comercial desde hace 2 años, se presenta como una herramienta imprescindible para trabajar con planteos de alta productividad y calidad para satisfacer a los mercados mas exigentes”. El doble propósito de estos híbridos abre puertas para el mercado en fresco como industria, destacando a Madrigal como verde o blanco y Opal en el de los violetas. La utilización de híbridos aporta un mayor tiempo de terreno desocupado, ventaja obtenida por la demora (45 o 60 días) en arraigar un brote plantado a raíz desnuda o sin ella. De esta forma se economiza energía, riego, mano de obra, labores culturales y se logra una disminución de fallas de plantación de un 25 al 35 %. Gonzalo Villena destaca que el potencial de producción de los híbridos puede duplicar en cantidad de cabezas, la producción de un material vegetativo como el Romanesco o Francés. Si el material vegetativo produce en promedio de 5 a 7 cabezas por planta, con un Concerto u Opal podemos esperar por lo menos 10 a 12 alcauciles y en el caso del Madrigal no menos de 18 cabezas de calidad comercial, siempre pensando en tamaños adaptados al mercado fresco. Cortando los capítulos con calibres industriales (50 a 70 mm.) puede producir más de 25 inflorescencias cada planta.
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