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Oklahoma 3 de Febrero, 2017
opinión
DOS MINUTOS Y MEDIO
Por Nohora Chandler
N
os quedan dos minutos y medio para el fin. Según el comité de Científicos Atómicos encargados de mover un contador del tiempo que mide, simbólicamente, qué tan cerca estamos de una catástrofe, acaba de adelantar el reloj 30 segundos más que el año pasado y ¿adivinen por qué? “Con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, estamos 30 segundos más cerca del fin del mundo, pues la situación política actual de este país se sumó a las amenazas que ya habían sido anunciadas” aseguró el comité. Suena apocalíptico ¿verdad? Sin embargo no es tan descabellado como mu-
chos pensarían. Este planeta tiene todos los síntomas para llegar a un final catastrófico y todos están descritos en el libro de Apocalipsis: terremotos, inundaciones, tornados, sequias, en fin, no tengo que nombrarlos todos porque los puede ver a diario en los noticieros. Para muchas personas que han decidido vivir por fe y confiar en la Biblia, esto no está fuera de la realidad. Apocalipsis contiene las profecías del final del mundo, y quienes creen en ellas pueden estar complacidos al ver que también los científicos atómicos estén hablando de este tema. Sin embargo, para algunos esto suena exagerado y para otros, ridículo. Lo que pasa es que cuando no hemos sido afectados en nuestra cotidianidad, en nuestro diario vivir, no creemos que eso pueda pasar. Si la situación personal, familiar, del barrio o de la ciudad no ha llegado al caos, pues creo que eso no es tan real como parece. Este país se enorgullece de sus sistemas de seguridad, de la capacidad de proteger a sus ciudadanos ante intrusos o enemigos, pero lo que no alcan-
zamos a medir es la capacidad que tienen los ciudadanos o residentes de Estados Unidos de manifestarse ante la inconformidad. Ya hemos visto desde hace algún tiempo que la comunidad afro-americana está enfrentada a la policía y que esa situación se ha vuelto recurrente y hasta crítica en algunas ciudades. Gracias a Trump miles y miles de personas han dedicado las últimas semanas a protestar (no hablo de un día o dos, llevan semanas protestando). Se unieron todos los que sienten que se están vulnerando o violando sus derechos civiles o religiosos y ello ha juntado a una amalgama de movimientos y personas que tienen un mismo fin: protestar en contra del nuevo presidente y su forma de gobernar. La inconformidad ciudadana en un país en donde el derecho a protestar es respetado, puede animar a más y más personas a unirse al movimiento de protesta. Sabemos que en algunos casos estas marchas terminan en actos violentos que pueden llevar a las autoridades a prohibir este tipo de manifestaciones y
cuando la prohibición llega, la inconformidad aumenta. Ahora miremos lo que pasa con las catástrofes naturales tan recurrentes. Se sigue hablando en los simposios mundiales del medio ambiente de la necesidad urgente de tomar medidas para reducir el calentamiento global. Algunas potencias mundiales han incumplido los acuerdos hechos allí, y ahora Trump puso en esa área de su gobierno a alguien que no cree o que no le importa el calentamiento global. Si usted no cree en que eso pueda afectarlo, esperemos a ver qué pasa este año con los tornados que afectan en gran manera a este estado. Ello nos dará una idea de que tan enloquecido está el clima. Si está dispuesto a pensar en que hay algo serio en lo que está pasando alrededor suyo y quiere hacer algo para preparase para esos dos minutos y medio, lo único que le puedo recomendar es que lea la Biblia, que busque una relación diaria con el Dios que lo creó todo y quien dejó escrito en su Palabra lo que habría de suceder en los tiempos finales.