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CRIANZA RESPETUOSA, DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA.
riar es un conjunto de conductas que tienen los padres o tutores sobre los niños que acompañan el desarrollo. Se le llama crianza respetuosa a un estilo de educar y criar a los niños basada en el respeto y la igualdad entre los padres e hijos, acompañando a los niños, respetando el ritmo de cada uno en cada proceso de su crecimiento. Donde se percibe al niño como un ser único e irrepetible esto sin dejar a un lado los límites.
Se basa en atender las necesidades de los niños y el amor, obviamente es una de ellas, pero además del cariño, una de las necesidades en el crecimiento es la creatividad, este modelo de crianza lo hace a través de juegos.
¿Cuándo debe empezar con este tipo de crianza?
Se debe hacer desde el primer momento, incluso cuando el niño no ha dicho sus primeras palabras, pues el respeto hacia él y mostrar interés a su ser son indispensables, esto permite conectar con ellos de manera consiente, ya que este tipo de crianza fomenta la paciencia y ayuda a mantener la calma, permitiendo que cada niño vaya a su tiempo y viva cada proceso de cada etapa de manera propia.
Existen varios principios en este modelo de crianza, como: AMOR, EMPATIA, EDUCACIÓN Y UNICIDAD (único e irrepetible).
Los beneficios que tiene este modelo de educación son:
Potencializar la inteligencia emocional, ya que desde pequeños se le enseña al niño a identificar lo que siente y a expresarlo libremente.
Fortalece la autoestima, el tiempo de calidad compartido hace que el menor crezca con un amor propio impresionante.
Comunicación asertiva. Esto pasa ya que la asertividad favorece el bienestar a través de las palabras, al comunicarte de manera precisa, enseñas al niño también hacerlo.
Autonomía. Visualiza al niño como un ser libre, ya que desde cuestiones sencillas puede tomar decisiones de acuerdo a su edad.
… Actualmente este tipo o manera de crianza en donde no hay gritos y mucho menos golpes está siendo elegida cada vez más por padres y cuidadores. Todo esto se lee muy bonito, pero la realidad es completamente diferente, poder llevar este modelo de educación no es sencillo, al menos para esta madre de 35 años no lo es, no es justificación, pero mi nivel de paciencia es muy poco. La educación que recibí es muy diferente a esta versión actualizada y, si bien no estoy educando a mis hijos como me educaron a mí, pues he tratado a medida que he podido de romper con patrones establecidos.
Teniendo un hijo en plena adolescencia y otro en la pubertad, muchos entenderán que estoy empezando una de las etapas más difíciles como mamá, amo y adoro a mis hijos, no veo mi vida sin ellos. Confieso que después de un grito me arrepiento y pido disculpas, porque si algo me he propuesto es hacerles ver a mis hijos que soy su madre, soy su autoridad y que deben de respetarme, pero al mismo tiempo doy respeto. Pues hoy más que nunca entiendo que lo tiempos de padres autoritarios no es sano, tiempos donde se nos educó (a muchos) con la idea de “solo por ser tu pa- dre, madre o mayor” se tenía que soportar infinidad de malos tratos, no se puede pedir lo que no se está dando.
Sin embargo tengo a mi alrededor mamás que están llevando la crianza respetuosa y tienen mi completa admiración, admiro su paciencia y trato de aprender un poco para no morir en el intento de ser madre, ser una madre joven en la actualidad es motivo de críticas, pues tenemos de frente la “vieja y la nueva escuela”, educaciones y crianzas diferentes, pero todo se resume a educar infancias con lo que a cada una le funcione, sé que no todo está perdido pues aunque no he educado a mis dos hijos en este modelo, no estoy haciendo un mal trabajo, tengo la seguridad de que todas desde propia trinchera hacemos lo que podemos por hacer seres útiles, independientes y llenos de cosas bonitas, pues ellos se merecen lo mejor, hoy y siempre.
“Las madres, padres y personas cuidadoras tienen el enorme reto de dejar atrás los métodos violentos y autoritarios que generan un impacto negativo en el desarrollo infantil, para practicar una crianza y educación basada en la paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad”. (UNICEF)
