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GREMIO / EL PAPEL DE LA MUJER EN LA INGENIERÍA CIVIL / SILVIA RAQUEL GARCÍA BENÍTEZ
Tabla 1. Progreso histórico de calificaciones Categoría 1988* 1998 2001 2005 2009 2013 2017
Aviación B– C– D D+ D D D
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Puentes – C– C C C C+ C+
Presas – D D D+ D D D
Agua potable Energía
B– D D D– D– D D – – D+ D D+ D+ D+ Residuos peligrosos D D– D+ D D D D+ Vías navegables interiores B– – D+ D– D– D– D Diques – – – – D– D– D Puertos – – – – – C C+ Parques públicos y recreación – – – C– C– C– D+ Ferrocarriles – – – C– C– C+ B Carreteras C+ D– D+ D D– D D Escuelas D F D– D D D D* Residuos sólidos C– C– C+ C+ C+ B– C+ Tránsito C– C– C– D+ D D D–Aguas residuales C D+ D D– D– D D+ GPA C D D+ D D D+ D+
Costo para mejorar (billones de dólares estadounidenses**) – – 1.3 1.6 2.2 3.6 4.59
* Las primeras calificaciones de infraestructura fueron dadas por el Consejo Nacional de Mejoras de Obras Públicas en su informe Fragile foundations: A report on America's public works, publicado en febrero de 1988. El primer reporte de calificaciones de la ASCE para la infraestructura de EUA se emitió una década después. ** Las necesidades de inversión de la Libreta de Calificaciones 2017 son de más de 10 años. El informe de 2013 tiene más de ocho años. En el reporte de calificaciones de 2001, 2005 y 2009, el periodo fue de cinco años. Nota: 1 billón de dólares estadounidenses = 1,000 millones de dólares.
2. Los gobiernos estatales y locales han avanzado. La inversión federal, cuando está disponible, también ha tenido un impacto positivo en ciertas categorías. Treinta y siete estados han aumentado su impuesto a la gasolina para financiar inversiones críticas en transporte desde 2010. El 98% de las iniciativas de votación de infraestructura local se aprobaron en noviembre de 2020. Al menos 25 ciudades y estados importantes ahora tienen en sus oficinas públicas a funcionarios para la resiliencia. Estas mejoras fueron realizadas por funcionarios electos de ambos partidos y con un fuerte apoyo de los votantes. Mientras tanto, categorías como puertos, agua potable y vías navegables interiores se han beneficiado de un aumento de la financiación federal. 3. Todavía hay sectores de infraestructura donde los datos son escasos o poco fiables. Áreas como las instalaciones escolares, los diques y las aguas pluviales aún adolecen de una falta de información sólida sobre el estado o inventario de activos. Para orientar las inversiones y asignar fondos, el estándar debe ser la información rutinaria y confiable.
Las soluciones clave que expone la ASCE en el boletín de calificaciones se resumen en tres rubros: 1. Liderazgo y acción. La inversión inteligente sólo será posible con un liderazgo sólido, una acción decisiva y una visión clara de la infraestructura de la nación.
Los líderes de todos los niveles de organizaciones gubernamentales y empresariales, con y sin fines de lucro, deben unirse para: – Incentivar la gestión de activos y fomentar la creación y utilización de conjuntos de datos de infraestructura en todas las clases. – Agilizar el proceso de obtención de permisos de proyectos en todos los sectores de infraestructura, al tiempo de vigilar que se implementen las garantías adecuadas. – Asegurar que todas las inversiones se apliquen de manera inteligente, priorizando proyectos con beneficios esenciales para la economía, la seguridad pública, el medio ambiente y la calidad de vida. – Aprovechar la tecnología probada y emergente para hacer uso de los recursos disponibles limitados. – Considerar el ciclo de vida de los proyectos al tomar decisiones sobre éstos. Este análisis determina el costo de construir, operar y mantener la infraestructura durante toda su vida útil (la ASCE tiene el objetivo de reducir el costo del ciclo de vida de la infraestructura en un 50% para el año 2025 aumentando su valor y su capacidad y aumentando y optimizando las inversiones en infraestructura transformando la forma en que planifican, entregan, operan y mantienen su infraestructura). – Apoyar la investigación y el desarrollo de materiales, tecnologías y procesos innovadores para modernizar y extender la vida útil de la infraestructura, acelerar las reparaciones o reemplazos y promover el ahorro de costos. La innovación debe incluir un componente de integración y utilización de big data, así como el internet de las cosas. – Promover la sostenibilidad en las decisiones de infraestructura considerando los beneficios económicos, sociales y ambientales a largo plazo de un proyecto.
2. Inversión. Si Estados Unidos se toma en serio el objetivo de lograr un sistema de infraestructura adecuado para el futuro, se deben dar algunos pasos específicos, comenzando con una inversión mayor, a largo plazo y constante. Para cerrar la brecha de inversión de 2,590 millones de dólares a 10 años, satisfacer las necesidades futuras y restaurar su ventaja competitiva global, deben buscar aumentar la inversión en todos los niveles del gobierno y el sector privado del 2.5 al 3.5% del PIB de EUA en 2025. Esta inversión debe asignarse de manera consistente y debe comenzar con los siguientes pasos: – El Congreso debería financiar completamente los programas autorizados.
– Los propietarios y operadores de infraestructura deben cobrar, y los estadounidenses deben estar dispuestos a pagar, tarifas que reflejen el costo real de usar, mantener y mejorar la infraestructura. – La brecha de inversión en transporte de superficie es el mayor déficit en las categorías de infraestructura que examina la ASCE. Continuar aplazando el mantenimiento y la modernización está afectando la capacidad para competir en un mercado global y mantener una alta calidad de vida en escala nacional. El Congreso debe intervenir en el Fondo
Fiduciario Carretero. – Todas las partes deben esforzarse por cerrar la brecha de recursos de las comunidades rurales/ urbanas y desatendidas, asegurando una inversión adecuada en estas áreas a través de reservas programáticas. – Todas las partes deben hacer uso de asociaciones público-privadas, cuando corresponda.
3. Resiliencia. Se deben utilizar nuevos enfoques, materiales y tecnologías para garantizar que la infraestructura pueda resistir o recuperarse rápidamente de los peligros naturales o provocados por el ser humano.
Los avances en la resiliencia en todos los sectores de infraestructura se pueden lograr mediante las siguientes acciones: – Permitir a las comunidades, independientemente de su tamaño, desarrollar e instituir su propia vía de resiliencia para todas sus carteras de infraestructura mediante la racionalización de la gestión de activos, la implementación del análisis de costos del ciclo de vida en los procesos de planificación y la integración de las proyecciones del cambio climático en el establecimiento de objetivos a largo plazo. – Incentivar y hacer cumplir el uso de códigos y estándares que pueden mitigar los riesgos de eventos climáticos importantes u ocasionados por el ser humano, como huracanes, incendios, aumento del nivel del mar y otros. – Comprender que la infraestructura es un sistema de sistemas, lo que lleva a fomentar una perspectiva dinámica de “panorama general” que sopesa las compensaciones entre los sectores de infraestructura y, al mismo tiempo, mantiene la resiliencia como objetivo principal. – Priorizar proyectos que mejoren la seguridad de los sistemas y las comunidades para garantizar una confiabilidad continua y una mayor resiliencia. – Mejorar la planificación del uso de la tierra en todos los niveles de toma de decisiones para lograr un equilibrio entre los entornos construidos y naturales y, al mismo tiempo, satisfacer las necesidades de la comunidad, ahora y en el futuro. – Mejorar la resiliencia de varios sectores de infraestructura mediante la inclusión o mejora de la infraestructura natural o “verde”.
Conclusiones del boletín de calificaciones
La boleta de calificaciones reconoce a los funcionarios que han intervenido en la mejora de las políticas públicas orientadas al mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura y la generación y obtención de fondos adicionales. Se han observado los beneficios de estas acciones en las categorías de agua potable, vías navegables interiores y aeropuertos. El sector privado ha invertido en la red eléctrica y el ferrocarril de carga, principalmente.
Sin embargo, quedan por delante importantes desafíos. Es de destacar que los impactos de la pandemia de COVID-19 en los flujos de ingresos de infraestructura amenazan con descarrilar el modesto progreso logrado en los últimos cuatro años. Además, muchos sectores y propietarios de infraestructura están aprendiendo lo que se necesita para hacer que las comunidades sean resilientes al clima mientras se lidia con un clima más severo. Mientras tanto, muchos de los sistemas estadounidenses heredados de transporte y recursos hídricos todavía se encuentran en el rango D. Estas redes de infraestructura sufren una falta de inversión crónica y están en malas condiciones.
Se necesita una acción amplia y audaz del gobierno federal, así como una priorización continua por parte de los estados y localidades, para llevar toda su infraestructura a un buen estado. El reporte 2021, con respecto a los anteriores, resulta ser una buena noticia y una indicación de que la ingeniería civil de Estados Unidos va en la dirección correcta, pero queda mucho trabajo por hacer. Deben emprenderse algunas medidas específicas, comenzando con una inversión sostenida destinada a la mejora de la infraestructura y un enfoque en la resiliencia para elevar el grado de infraestructura nacional durante los próximos cuatro años. Seguir retrasando dicha inversión sólo contribuirá a aumentar los costos y riesgos de un sistema de infraestructura envejecido, una opción que el país, la economía y las familias ya no pueden permitirse.
La calificación de infraestructura en EUA es sin duda un documento fundamental para los tomadores de decisiones sobre la infraestructura pública y privada en ese país.
En México, un reporte así es urgente, oportuno, pertinente y deseable; requeriría la participación y el trabajo en conjunto de los colegios, sociedades y asociaciones de ingenieros civiles locales y nacionales así como la colaboración comprometida de los entes gubernamentales de los tres niveles de gobierno, un reto importante que no enfrenta la ASCE puesto que su representación es nacional y cuenta con representaciones estatales bien sistematizadas, además de una buena coordinación con los diferentes niveles de gobierno
Información tomada de https://infrastructurereportcard.org/
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El papel de la mujer en la ingeniería civil
No se puede proyectar el impacto de las mujeres en el desarrollo tecnológico de la ingeniería civil si no se logra antes una participación honesta, respetuosa, equilibrada y justa entre femenino y masculino. La apuesta de muchas mujeres está en la corresponsabilidad y la coeducación. En la corresponsabilidad, se trata de que cada actor asuma la responsabilidad en la trama de la desigualdad laboral.
SILVIA RAQUEL
GARCÍA BENÍTEZ
Doctora en Ingeniería. Investigadora en el Instituto de Ingeniería UNAM; desarrolla trabajos en el área de dinámica de suelos, ingeniería sísmica, obras civiles subterráneas y presas. Nadie discute que la ciencia y la tecnología son el motor que ha conducido –y continúa haciéndolo– el desarrollo de las sociedades. Los países más avanzados y con mejor calidad de vida son aquellos en los que las ciencias (ya sean las experimentales o las sociales) tienen grandes apoyos. También fuera de debate está (por lo menos de forma abierta y pública) que la investigación y la transformación tecnológica de calidad no podrán darse si no hay especialistas multidisciplinares e, igualmente, si no hay una integración efectiva de géneros. Se ha demostrado que el sesgo de género tiene implicaciones importantes en los contenidos de la ciencia y que la desigualdad conlleva una pérdida de oportunidades y errores cognitivos en el conocimiento, la tecnología y la innovación.
Sin embargo, en este camino, el de la ciencia y la tecnología, las mujeres hemos estado, hasta no hace mucho, bastante alejadas, y en un gran número de casos, ocultas. Durante siglos los condicionantes sociales y culturales han apartado a las mujeres de estos ámbitos científicos por ser considerados cosas de hombres, y sólo las más tenaces o las que por su ambiente familiar estaban cercanas a estos temas desarrollaron sus investigaciones, que en su gran mayoría permanecieron ocultas o fueron utilizadas (apropiadas o plagiadas) por hombres.
La ingeniería civil, una de las ingenierías consideradas clásicas, contiene aspectos que contribuyen a la formación de élites masculinas. La ingeniería civil aún proyecta, indiscutiblemente, una imagen fuertemente masculina. De acuerdo con la socióloga australiana Judy Wajcman, la ingeniería es un ejemplo interesante de cultura masculina, pues se instala sobre los límites entre el trabajo físico e intelectual y mantiene fuertes elementos del dualismo mente/cuerpo. Las dicotomías entre ciencia y sensualidad, entre lo fuerte y lo débil, las cosas y las personas, son elementos centrales en la construcción de la profesión y se inscriben dentro de sistemas de símbolos más amplios que identifican la separación de lo que significa lo femenino y la naturaleza y oponen razón y emoción. En el mundo industrial avanzado, en el que la racionalidad técnica y científica es muy valorada, estas asociaciones tienen un papel importante en la construcción de la inferioridad de las mujeres.
Sin embargo, hoy el sello dominante de la ingeniería civil como profesión masculina está siendo cuestionado activamente por las mujeres que decidimos convertirnos en profesionales en esta especialidad. Los ingenieros y las ingenieras sabemos que los mecanismos de selección y exclusión a los que nos someten no tienen sustento o legitimidad, pero su creación y recreación (sutil o grosera) en las prácticas pedagógicas y en las estrategias no conscientes de diversos actores –practicantes y contratantes– alientan pensamientos sobre la mayor habilidad de los varones para esta profesión y las dificultades de nosotras para desempeñarla a cabalidad.
Definamos con ejemplos. En la etapa de formación en las escuelas de ingeniería, numerosos son los varones que participan en la construcción del carácter masculino de la ingeniería civil. Reportado en prestigiosas investigaciones, se sabe que muchos de los estudiantes no se interesan por las mujeres como iguales y es, primordialmente, porque menosprecian su desempeño académico. Un doloroso porcentaje de futuros ingenieros considera que a una mujer “le cuesta mucho trabajo la carrera”, y resaltan, con condescendencia, que sus compañeras (o cualquier ser humano que se asuma mujer), aunque tienen que trabajar mucho para compensar su falta de talento, ¡a veces lo logran! La “caballerosidad” hacia las mujeres
con las que se comparte el mundo laboral es también un asunto que señalar; algunos ingenieros civiles ayudan a sus compañeras a realizar las tareas que a ellos más les gustan y en las que se sienten más capaces, sin cuestionar o revisar si ellas comparten esa afición y poseen los mismos o mayores talentos que ellos. Se da por hecho que no es así, y se explica, conduce o recomienda esperando que dicho acto “caballeroso” sea destacado y agradecido. Estos comportamientos, lejos de generar relaciones profesionales sanas y productivas que conformen ambientes promotores de desarrollo técnico, innovación y mejora, desalientan el crecimiento y la colaboración.
Sin duda, no se trata de atribuirles a nuestros varones, estudiantes o practicantes, intenciones maquiavélicas. En la mayoría de los casos son “estrategias inconscientes” orientadas, generación tras generación y en toda la sociedad, a perpetuar sus posiciones y mantener una distancia simbólica que preserve la supremacía masculina, en nuestro caso, en el control técnico. No todos los varones actúan de la misma manera, afortunadamente. Esta tendencia depende de su propia posición frente a la profesión, la calificación que hacen de sus capacidades y de su orientación como ingenieros o futuros ingenieros.
Aun cuando las mujeres participamos en la afirmación de nuestra competencia, nuestras prácticas no son siempre de resistencia y lucha. Muchas optan por adherirse a la construcción dominante de la profesión y se orientan hacia una forma menor o blanda de ser ingenieras en lo que se llama “mujeres funcionales” (actrices que funcionan para la creación de un mundo androcéntrico, uno en función de y para los hombres). Pero hay otras que, de forma extraordinaria (por su valía), rechazan de forma manifiesta como mujeres ingenieras civiles el modelo del ingeniero “esclavo” como el arquetipo del profesional que sacrifica todo “por lograrlo”. Además, todos hemos experimentado la defensa vehemente que hacemos las mujeres de un ejercicio profesional en contacto con la gente y la naturaleza, radicalmente distinto del deshumanizado máquina-ganancias. En muchas de nuestras estudiantes y nuestras practicantes se verifican disruptivas acciones y actitudes que son maneras que hemos encontrado para defender nuestra feminidad frente a las amenazas de virilización que implica la incursión de una mujer en esta hermosa profesión “masculina”.
El mundo de “cristal”
Hablando específicamente del mundo tecnológico en la ingeniería civil, ¿por qué siguen prácticamente vacías las sillas destinadas a mujeres?, ¿por qué no han funcionado como quisiéramos nuestros esfuerzos?, ¿dónde estamos fallando? Presento algunos conceptos que podrían ayudarnos a entender la relación causa-efecto, a definir cuál es la participación de cada uno de nosotros en esto, y a diseñar las estrategias para alcanzar el futuro que soñamos.
Pisos pegajosos Los embarazos adolescentes, la interrupción de los estudios y los roles de género que acentúan las labores relacionadas con “cuidar” en las mujeres influyen en que ellas estén concentradas en actividades informales y mal remuneradas. Éste es un ciclo masivo –afecta a la base de las sociedades– y es quizá el más difícil de romper.
Escaleras rotas La falta de prácticas laborales que equilibren trabajo y vida personal, y el rol predominante de la mujer como principal conservadora del vínculo familiar impactan de manera desigual en el trabajo de hombres y mujeres, y son ellas las que suelen interrumpir sus trayectorias laborales para enfrentar el cuidado de niños, niñas y personas dependientes.
Paredes de cristal Muchas mujeres están concentradas en áreas de apoyo y servicios consideradas menos estratégicas; aquí se produce el fenómeno de congruencia de rol, que muestra la preferencia para encomendar las tareas en función del género.

Fuente: Julieta Iriarte. Escritura feminista, 9 de diciembre, 2019. Figura 1. Techo de cristal: la participación de la mujer en el mercado laboral argentino.