ESPECIAL NOVIAS
Una BODA de CUENTO Hay bodas que se convierten en inolvidables, no solo para los novios, la familia o los invitados. Enlaces especiales cuyos detalles, únicos, despiertan gran interés. Es el caso de la unión entre Natalia del Rivero y Christopher Darling. Una boda de las que todo el mundo ha hablado y que tuvo lugar hace unos meses en Finca Cortesin, a un paso de Sotogrande. De mano de la novia, repasamos los detalles de la boda más buscada de Instagram.
T E X T O : M AY T E S O L Á N - F O T O S : P A T R I C I A L Y O N S & L O R I M I L E S
A
l ver la primera fotografía de Natalia del Rivero vestida de novia, la redacción de La Revista de Sotogrande supo que tenía que contactar con ella. La sorpresa llegó cuando, al charlar con la simpatiquísima Natalia, ésta nos descubrió un detalle que terminó por conquistar nuestra atención. Su abuelo era nada menos que el arquitecto Luis Gutiérrez Soto, uno de los nombres propios de la urbanización y el creador de la casa club del Real Club de Golf de Sotogrande, entre otras emblemáticas edificaciones. “La obra de mi abuelo, Luis Gutiérrez Soto, ha estado muy presente en mi vida y en la de mi familia. Su influencia ha sido muy grande. Mi madre es decoradora, yo diseñadora gráfica...; ¡sin duda hemos heredado su genética creativa!”, explica la joven. Los recuerdos de infancia en Guadalmina y Sotogrande de la novia y el hecho de que los terrenos donde hoy se ubica Finca Cortesin fueran hace años de su abuelo, Gutiérrez Soto, compartidos con la familia Lapique, convirtieron el enclave en el lugar perfecto para la celebración. “De pequeña veraneaba en Guadalmina y luego, a partir de los trece años, en Sotogrande. Me hacía mucha ilusión casarme entre los dos sitios, donde tengo muy buenos recuerdos. Si mi abuela hubiera seguido
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conservando la casa que hizo mi abuelo Luis (Las Cúpulas) sin duda, me hubiese encantado casarme ahí”, comenta Natalia. Tanto ella como Christopher tenían claro que no querían una boda enorme. Su deseo era celebrar una fiesta donde todos los invitados (la mayoría de otros países) pudieran disfrutar de unos días juntos del golf, playa y diversión. Sin duda, consiguieron su propósito. Misa íntima en la capilla de Guadalmina unos días antes; fiesta de bienvenida en el beach club, y boda de ensueño en Finca Cortesín. Una auténtica oda al buen gusto, la pasión por los detalles y el cariño por los invitados de la que Natalia atesora grandes recuerdos: “Lo pasamos fenomenal y no paramos de bailar hasta las seis de la manana. Aunque todo el fin de semana fue inolvidable, hay varios momentos que aún recuerdo y se me quita el aire, como el baile con mi padre, las voces de mis amigos cantantes y un momento con mi madre y hermana antes de la ceremonia. Pero, con lo que sin duda me quedo, es con la ilusión de poder ver las caras de la gente que más queremos de tantas partes del mundo y de diferentes facetas de nuestras vidas celebrando una ocasion tan especial". concluye la novia n
LA REVISTA DE SOTOGRANDE