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Su invitación Universal y su misericordiosa Provisión

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Por todo el evangelio de Mateo, Jesús frecuentemente enseña sobre el Reino de los Cielos, usando parábolas para describir sus muchas dimensiones. Toma, por ejemplo, las parábolas en el capítulo 13 que describen las varias reacciones a la proclamación del Reino. (vv. 31-33), y el valor incalculable del Reino (vv. 44-46).
Mirando el evangelio como un todo, uno nota una creciente hostilidad entre Jesús e Israel. (representado por las autoridades religiosas) acompañando sus enseñanzas sobre el Reino. Jesús insiste que ¨sólo aquellos que hacen la voluntad de mi Padre en el cielo¨ van a entrar (7:21), claramente excluyendo a Israel de aquellos que él tiene en mente. Esto está enfatizado en la historia del ofi cial Romano en el capítulo 8 en donde Jesús ve una fe que está obviamente ausente en todo Israel¨(v. 10) como resultado, serán los Gentiles, como el ofi cial, del mundo alrededor quienes se sentarán con los Patriarcas en la fi esta del Reino, y no, ¨aquellos para quienes el reino fue preparado¨ (V. 12)
Esta hostilidad llega a su clímax en los capítulos 21 y 22, cuando Jesús entra a Jerusalén siendo aclamado por las multitudes, limpia el templo, y se enfrenta con los sacerdotes y ancianos. Sus subsecuentes parábolas subrayan sus enseñanzas de los capítulos 7 y 8. La parábola de los dos hijos (21:28-32) y la parábola de los granjeros malvados (21:33-44) confi rman que el rebelde Israel no tendrá lugar en el Reino de los Cielos, y la parábola de la fi esta de bodas (22:1-14) confi rma que Dios extenderá el Reino para incluir a los Gentiles.


Por el Rev. Sean Scribner
Mientras tratamos de entender la naturaleza y el carácter del Reino y cómo uno puede entrar, estas parábolas ofrecen una variedad de principios muy útiles. Toma, por ejemplo, la parábola de la fi esta de las bodas. Para los principiantes, establece el enfoque universal de la invitación a la fi esta del Reino. Después de las invitaciones iniciales a para unirse con él en la celebración de su hijo, son ignoradas o rechazadas. (v.3), él intensifi ca sus esfuerzos para llenar el salón con invitados. (v.4), pero estos esfuerzos son recibidos con niveles más grandes de rechazo y hostilidad, con algunos ignorando la invitación o haciendo excusas (v.5) mientras que otros insultan a los siervos del Rey y los matan. (v.6). este rechazo provoca que el rey haga una de dos cosas: destruir a los malvados en el juicio (v.7) o expandir el alcance de la invitación para incluir a todos los que vendrán. (vv.8-9).
Adicionalmente, esta parábola ilustra el carácter del Rey. Él no discrimina en ningún nivel común a la humanidad caída. La gente pecadora, hace grandes esfuerzos para dividir y excluirse unos de otros en toda posible manera, pero el Rey discrimina solamente en base a la respuesta a su oferta. Cualquiera y todos pueden venir, siempre y cuando vengan en sus condiciones. No ha reparado en gastos para la preparación de la fi esta, aún cubriendo el costo de admisión. Para entrar, uno necesita solamente aceptar los vestidos apropiados provistos para la ocasión. No habrá lugar para el orgullo o la vergüenza, porque todos van a usar las mismas vestiduras y celebrar juntos como iguales.
He aquí la frugalidad de la oferta del Rey, una
representación gráfi ca hecha disponible para todo el mundo en Cristo!! Es igualada solamente por la severidad de su justicia. No pondrá obstáculos para recibir su oferta. (v.7) ni los esfuerzos de nadie que venga por su propia cuenta. (vv. 11-13) aquellos que lo rechazan o que piensan que sus propias vestiduras son sufi cientes, se van a encontrar ellos mismos afuera, mirando adentro. En un recuento a Isaías 64:6, esta parábola afi rma que lo mejor de nosotros simplemente no es lo sufi cientemente bueno. (vv. 11-13) como Spurgeon observa, ¨pobres de nosotros a menos que seamos hallados vistiendo la justicia de Cristo, a menos que nuestras vidas sean hechas santas por la misericordiosa infl uencia de su bendito Espíritu! Esas son las vestiduras que debemos de vestir.¨ solo en Cristo hemos sido ¨vestidos con la vestidura de la salvación¨ y ¨ vestidos con la túnica de justicia¨ (Isaías 61:10).
La parábola de la fi esta de bodas, tiene esto y mucho más qué decirnos a nosotros hoy en día. Si tu has aceptado la invitación del Rey y te has vestido con las vestiduras de Cristo, también has aceptado la responsabilidad de servirlo yendo a las ¨esquinas de las calles¨ invitando a todos los que veas (v.9), los buenos y los malos por igual. (v.10). Si, la invitación va a ser rechazada por muchos y sus mensajeros sufrirán gran insulto y daño, pero debemos de continuar en el confort y seguridad de conocer que el Rey es misericordioso y justo.
El Reino de los Cielos es lo sufi cientemente grande para incluir a todos aquellos que vienen por su puerta angosta (Mateo 7:13-14). Muchos son llamados, pero pocos son escogidos. Gloria a Dios que aquellos a quienes él llama pueden afectar el escogimiento simplemente por aceptar libremente su invitación universal y su misericordiosa provisión!
El reverendo Sean Scribner es pastor principal de la Iglesia Evangélica Metodista en Elizabeth City, Carolina del Norte.
(tu nombre aquí) es cordialmente invitado a la cena de matrimonio de el cordero.
