EN ALTA VOZ
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Dolores Huerta
Directora general de Green Building Council España (GBCE)
Gobierno Vasco
Escalar la renovación de edificios: el caso de éxito del País Vasco
El antes y el después de la rehabilitación de un edificio en el barrio Txonta (Eibar) bajo el modelo Opengela.
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scalar se ha convertido en el mantra de administraciones públicas, empresas y sector financiero dedicados a la renovación del parque construido. Es unánime la opinión de que, para cumplir objetivos marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), tanto en número de intervenciones como en resultados en ahorro de energía y emisiones, hay que dar un salto de escala en la actuación sobre los edificios. Es más, hay que pasar de la intervención edificio a edificio a la escala de manzana, barrio o distrito. Para ello es necesaria una aproximación estratégica, que debería quedar plasmada en el próximo Plan Nacional de Renovación, que ahora se encuentra en fase de redacción. Este, siguiendo las directrices de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios, debe presentar tres elementos clave: En primer lugar, un diagnóstico del parque edificado existente, en el que tan importante es conocer cuál es el estado físico de construcción y conservación de los inmuebles como su estructura de propiedad y uso, ya que los propietarios y/o inquilinos son clave para activar la actuación de renovación. En la era de la digitalización de los datos, sin embargo, no disponemos de un registro digital completo de los edificios. Tan solo el catastro (que habla de la estructura de la propiedad) y el recién creado portal de certificados de eficiencia
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ABRIL 2025
energética dan algunos datos, aunque del todo insuficientes, así que el diagnóstico se basará en valores calculados o estadísticos, que nos aproximen lo más posible a la foto real. En segundo lugar, el Plan debe trazar una trayectoria de intervención para ahorrar el consumo de energía primaria de media en todo el parque residencial: un 16% en 2030 y entre un 20 y un 22% en 2040. Por último, el Plan debe describir una serie de medidas, tanto para la planificación (pasaporte del edificio), como para la gestión (ventanillas únicas, certificado de eficiencia energética actualizado, registro digital de los edificios, etc.) y la financiación (incluidas las medidas para la población más vulnerable) de la renovación de edificios, que haga posible el tan ansiado escalado en las intervenciones, desde las 60.000 viviendas en el año 2024 (con fondos Next Generation) hasta aproximadamente 135.000 anuales y sostenidas en los próximos 25 años. Cuanto más tardamos en escalar, mayor es la cifra de intervenciones anuales necesarias, llegando a puntos donde las propias limitaciones del mercado laboral harán muy difícil, si no imposible, la ejecución de las obras. La Comisión Europea ha puesto sus ojos en un ejemplo que arroja algo de luz a cómo hacer de todo esto un proyecto operativo. Se trata del modelo puesto en marcha en los