Tema del mes
Reportaje
Casi 120 años ofreciendo servicio Automóviles Río Alhama (Arasa) tiene su origen en 1898 con el propósito del transporte de personas y de correo, lo que se lleva a cabo mediante diligencias, entre las localidades ubicadas en la cuenca del río Alhama (afluente del Ebro) y la estación del ferrocarril de Castejón (Navarra). No es hasta 1914 cuando incorpora su primer vehículo de tracción mecánica para prestar la línea entre Cervera y Tudela. Ya en 1984, comienza a gestionar el servicio de transporte urbano de Tudela, donde introduce el sistema de pago multiviaje con tarjeta sin contacto en 2002. Un año antes, Arasa obtiene la certificación Aenor con el número de registro ER-0598/2/01, mientras que 2003 se convierte en un ejercicio clave para la compañía con el inicio de la explotación de la línea regular entre Aguilar del Río Alhama y Tudela con la configuración de “circular de alta frecuencia”, así como la gestión de Líneas Rurales de La Rioja gracias a microbuses de 16 plazas adaptados para personas con movilidad reducida. El repaso por la historia de Arasa tiene otro punto importante en enero de 2008, cuando se inaugura una instalación de suministro de biodiésel para ser utilizado en los vehículos que prestan tanto el servicio de transporte urbano de Tudela como las líneas regulares que gestiona la compañía en La Rioja y en Navarra.
Las consecuencias de reducir los precios son el envejecimiento del parque y una brutal descapitalización de las empresas
El TUT de Tudela está prestado por ocho unidades.
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bajada del precio del combustible que se ha registrado en los últimos tiempos se ha trasladado a una bajada de los precios a los clientes”. Sobre los servicios de transporte regular y regular de uso especial, Díez Cornago subraya que “hay que tener en cuenta el factor de economía colaborativa, no tanto por las plataformas existentes como por la cultura que se está implantando en este sentido: una gran cantidad de personas,
en otro tiempo usuarios de estas modalidades de transporte, se han planteado que ya que tienen el coche y el seguro pagado, con tres personas más con las que compartir los costes devenidos de trayectos recurrentes (centros productivos, institutos o universidad, entre otros) sale regalado. Y se han perdido cuatro usuarios”. A pesar de todas estas dificultades que existen en el mercado, Arasa continúa con su programa de renovación de flota, que se sigue desarrollado “con regularidad”, como afirma Díez Cornago. La compañía sustituye dos unidades al año, porque “es la única manera de mantener cierta dignidad en la calidad de los servicios de transporte que ofrecemos”, explica. Ante los retos que tiene planteados el sector tanto en el presente como en el futuro próximo, el responsable de Arasa afirma que “no se puede permanecer expectante, como si no pasara nada”. En su opinión, “la configuración del sector en 10 años vista no tendrá nada que ver con la actual: intuyo la formación de grandes grupos de transporte operando con carácter zonal o media distancia junto con un reducido número de empresas satélites complementarias de las anteriores”, aunque apostilla que “admito que pueda estar totalmente equivocado”. Miguel Sáez
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