Semanario
Entrevista
Después de tu presentación en el Auditorio Nacional, ¿cuál es la siguiente meta que te has propuesto? Para mí el tema de las metas es fatal porque he aprendido a disfrutar cada momento de mi vida. Ese es un proceso vital, porque con el tiempo uno deja de pensar tanto y empiezas a fluir un poquito más, por eso este ejercicio de apertura me viene en el mejor momento. Hoy disfruto estar aquí y soy previsor, ya no quiero ser el artista que conoce todos los aeropuertos del mundo, y por eso vengo con tres semanas de anticipación para viajar por toda la República Mexicana. Ahorita, por ejemplo, acabo de ir a las Pirámides de Teotihuacán; aprovecho mi estadía en México. Creo que estoy en otro momento en el que aprovecho de las cosas. Por lo que comentas, te has vuelto un hombre muy precavido y te gusta tener las cosas bajo control… Totalmente, aunque luego es contraproducente; quizás esa es mi lucha diaria, lo que me lleva a ser obsesivo; tienes que ser lo más seguro contigo mismo. He aprendido a relajarme, pero quizás es una deuda pendiente todavía. Soy muy celoso con mi vida privada y trato de conservarla en segundo plano con los medios de comunicación, y me respetan bastante. La verdad nunca he vendido nada, por eso tengo ese privilegio intacto, y por eso me han tratado súper bien. Vendo más bien mi esfuerzo: la dedicación de un proyecto es el 95%, y el otro 5% es el talento. Ahora que estás por cumplir cuatro décadas de vida, ¿qué tanto te preocupa el tema de la edad? ¡Me estoy empezando a llenar de canas, jajaja! No es que me preocupe, pero supongo que voy a tener una mala vejez. Ahora sí me he vuelto muy tranquilo, antes no lo era. Mi madre dice que tuve la adolescencia más larga de la historia, pues a mí me duró desde los 14 hasta los 32. Creo que la madurez es la madre de las experiencias en la vida, y vas probando caminos. De hecho tenía la posibilidad de teñirme las canitas y dije que no, que no era momento. ¿Llevas algún régimen alimenticio en especial? Sí, pero realmente lo adopté porque me hice un análisis de sangre, y determinados tipos de alimentos no son buenos para mí. Soy tipo A y cuando como carne roja me sube la fiebre; el maíz y el tomate natural son fatales para mí. Por eso he aprendido a comer alimentos que mi organismo digiere. Hay una sola cosa que me ha costado trabajo, como buen asturiano que soy, y es el queso; ahí me matan, sé que me hace daño, pero peco.
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Outfit: Playera: Forever 21 Pantalón: Mango Zapatos: Salvatore Ferragamo