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El comienzo de la filosofía en Grecia
Glosario
Mito: narración anónima y tradicional, que varía según se va transmitiendo oralmente, en la que unos personajes extraordinarios (divinidades, semidivinidades, seres humanos excepcionales…) protagonizan hechos que suelen ser la explicación de una creencia socialmente aceptada. Los mitos han proporcionado un relato tanto del origen del universo (cosmogonía) como del origen de las divinidades (teogonía) y de los seres humanos.
Logos: el término griego lógos significa ‘razón’, ‘estudio’, ‘lenguaje’. La razón está considerada la facultad superior del pensamiento humano. En general, en la filosofía se ha defendido la relevancia de la racionalidad para la vida humana.
1.1. Del mito al logos
Históricamente, el pensamiento filosófico apareció como la continuación racionalizada del pensamiento mítico. No hay un salto brusco entre mito y filosofía, sino que los primeros filósofos siguen entremezclando motivos míticos con elementos racionales.
Por tanto, es una característica del primer pensamiento griego la indiferenciación de ambas esferas: el mito y la razón (logos).
En la Teogonía de Hesíodo, por ejemplo, se explicaba el nacimiento del mundo a partir del caos por obra del amor, que crea el orden como un cosmos bello. En este poema cosmogónico, tanto el estado del que surgen las cosas como la fuerza que las crea aparecen como categorías míticas.
Así pues, la mitología griega aportaba ya un modo propio de explicación sobre cómo está constituida la naturaleza: el mundo es un orden surgido a partir del caos y que se rige por una ley cuya necesidad es inviolable.
Este orden es mantenido por la justicia, que se manifiesta en forma de equilibrio y de proporción correctos; es decir, como la armonía que la ley hace surgir de la lucha entre contrarios.
Estos conceptos de lucha, de orden, de ley, de justicia son, pues, los conceptos con los que se elaboran las primeras explicaciones de la naturaleza y también de la vida social.
La noción de un principio ordenador que rija la desmesura y la multiplicidad que encontramos en la raíz de la filosofía es también el constitutivo esencial de los ideales moral, estético y humano de Grecia.
En el arte y en la vida, en la Grecia antigua se intentó aunar elementos de un modo ordenado, unificado y armonioso.
Textualmente
«Hervía la tierra entera y las corrientes de Océano y el Ponto estéril; una ardiente llamarada envolvió a los Titanes, hijos de la tierra; la llama inextinguible llegaba al éter divino y el resplandeciente fulgor del rayo y del relámpago cegaba [sus] ojos, a pesar de ser fuertes. Un fuego inefable invadía a Caos; parecía al verlo de frente con los ojos o al oír el ruido con los oídos, como si Gea [la tierra] y el ancho Urano [el cielo] se estuvieran juntando arriba…».
Hesíodo, Teogonía, 695.
1 Después de leer el texto, explica por qué la descripción de Hesíodo es mitológica y no filosófica.
2 Averigua quiénes son Gea y Urano, y qué significado pueden tener a partir del texto.
Lo bueno y lo bello es el equilibrio, la correcta combinación de elementos. En la poesía y en el drama se ponía de manifiesto la estructura ordenada del discurso. Del mismo modo, en la música se ordenaban los sonidos de acuerdo con el ritmo y con la armonía, y en la escultura o en la arquitectura se combinaban ordenadamente las formas y las líneas.
1.2. Los primeros interrogantes
El principal problema en los orígenes de la filosofía fue el de la explicación del cambio en el universo; es decir, el espectáculo de la transición de la vida a la muerte (de la generación, del crecimiento y de la corrupción), de que las cosas que, siendo de una manera, dejen pronto de serlo y, en su lugar, aparezcan otras que, a su vez, también cambiarán de ser.
Este proceso de continua transformación impactó en esta primera etapa de la filosofía y empujó a la búsqueda de una explicación del orden que subyacía al cambio.
Si las cosas cambian, ¿qué son de verdad? Si una cosa pasa de ser blanca a ser verde, entonces es y no es blanca. Si algo que era deja de ser, resulta que la misma cosa es y no es.
La multiplicidad y la contradicción penetran en el ser mismo de las cosas. Por eso, en el pensamiento griego se pregunta entonces qué son las cosas de verdad, es decir, siempre, por detrás de sus múltiples apariencias.
Se busca, por tanto, en la multitud de aspectos de las cosas su raíz permanente e inmutable, la causa o principio (arché) de su existencia por encima de la variabilidad que se observa y que es capaz de dar razón de ella. Por esa razón, el aspecto verdaderamente interesante es la pregunta inicial de la filosofía: ¿qué es la naturaleza o el principio de donde surge todo?
Se pensaba que, en último término, todas las cosas se caracterizan por su naturaleza (ph´ysis), que les ha sido conferida al nacer. Un ser humano, por ejemplo, sería siempre un ser humano en todas las edades de su vida, porque recibió la naturaleza humana en el momento de nacer. De esta interpretación se deriva que en la filosofía presocrática el centro de interés sea la naturaleza como causa originaria de las cosas, que persiste a través de todos los cambios y como principio explicativo del cambio, del devenir.
La aportación fundamental en los orígenes de la filosofía consiste en plantear las eternas preguntas de la humanidad (¿qué es el ser?, ¿por qué existe el ser en vez de nada?, ¿qué es el mundo y adónde se encamina?, etc.), de modo que, desde ese nivel, los problemas puntuales y concretos de la política, de la economía o de la ciencia se iluminan con nuevos significados.
Esa tarea es, justamente, en la que la filosofía presocrática supuso una gran innovación, pues, a partir de ella, en la filosofía se profundiza en la meditación y en la reflexión sobre los «problemas eternos».
COMPRENDE, PIENSA, INVESTIGA…
1 El espejo. ¿En qué se diferencia una explicación mítica sobre el origen del mundo de la explicación filosófica?
2 ¿Cuál era el ideal primordial de la cultura griega y cómo se convierte también en el principio básico de la filosofía?
3 Sumamos. Enumerad las razones por las que el cambio en la naturaleza fue el primer tema de la reflexión filosófica.
En los orígenes de la filosofía griega, la preocupación fundamental es la explicación de la existencia de la naturaleza y del cambio.