E
n nuestro medio, lamentablemente son muchas las empresas que consideran las asesorías y consultorías tributarias como un gasto. Es poca la importancia que le brindan a este tipo de herramientas, y por eso muchas prescinden de ellas.
En realidad, la asesoría tributaria es una gran inversión para la empresa. Son muchas las decisiones acertadas que se pueden tomar cuando se cuenta con el apoyo de un profesional idóneo, y son muchas las decisiones equivocadas que se pueden evitar también. Colombia es un país con una normatividad tributaria compleja y dispersa, por lo que es imprescindible contar con un excelente apoyo profesional para evitar cometer equivocaciones que resultan económicamente costosas, o para permitir a la empresa aprovechar los importantes beneficios que otorga la ley; y mediante una correcta planeación tributaria, se puede lograr disminuir la carga impositiva del contribuyente, sin infringir en absoluto la ley por lo que no significará ningún riesgo para el empresario. Es una realidad que cualquier decisión que se tome en la empresa tiene un impacto en la carga tributaria, por tanto se hace necesario evaluar ese impacto, para así conseguir el máximo provecho económico con el mínimo costo tributario posible. El objetivo de una asesoría tributaria no es el evadir las obligaciones fiscales, sino que por el contrario, es su objetivo el cumplir a cabalidad con las mismas, sin tener que pagar más de lo que el Estado y la ley han exigido. Es importante recordar el mandato constitucional contemplado en el artículo 95, numeral 9 de nuestra constitución política, cuando afirma que es deber de todo ciudadano “contribuir al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad ”. El objetivo de la asesoría tributaria, es que el contribuyente pague únicamente lo que la constitución y ley han querido, para lo cual se requiere de un conocimiento profundo de ella. Son muchos los beneficios que se pueden obtener mediante un estudio y análisis juicioso de la ley y de la situación particular de cada empresa. No es el objetivo de la asesoría tributaria el evadir responsabilidades y obligaciones tributarias, por la sencilla razón de que hoy en día, la administración de impuestos cuenta con sofisticados mecanismos de control, y resulta casi imposible que una conducta evasiva del contribuyente pase desapercibida para los mecanismos de control y fiscalización de la DIAN. Los riesgos de la evasión e inclusive de la elusión tributaria, son demasiado elevados como para asumirlos.
Con las nuevas herramientas adquiridas por la DIAN para mejorar su capacidad de fiscalización, incurrir en conductas evasivas o elusivas, puede al final de cuentas resultar mucho más costoso que pagar los impuestos que deben ser, puesto que después de ser descubierta la conducta irregular cometida, el contribuyente tendrá que responder por el impuesto dejado de pagar en su momento, y además deberá pagar intereses y elevadas sanciones, por lo que no se justifica bajo ningún motivo el pretender evadir impuestos. Como ya se dijo antes, la estrategia para disminuir la carga tributaria, debe ser mediante la planeación tributaria, para lo cual se requiere del concurso de un asesor tributario, los encargados de la parte financiera y quienes tienen a cargo los proyectos de inversión y expansión de la empresa, para entrar a evaluar conjuntamente el impacto tributario que pueda conllevar cada decisión tomada. Una correcta interpretación y aplicación de la ley tributaria, puede evitarle a la empresa no solo sanciones y pago de intereses, sino un ahorro efectivo en cuanto al pago de impuestos, puesto que la ley contempla importantes beneficios, y en algunos casos, mediante la figura del abuso del derecho, sin que se incurra en riesgo de auditoría, es posible bajar considerablemente la carga tributaria. Las grandes empresas ya tienen sus departamentos de impuestos, pero no así las medianas y pequeñas empresas, y mucho menos las personas naturales declarantes. Esta situación ha hecho que una de las principales fuentes de ingresos para el Estado, sea precisamente el producto de la aplicación de sanciones a los contribuyentes, lo cual indudablemente se puede evitar si se cuenta con una adecuada y oportuna asesoría. No debemos dejar de lado la existencia de una política fiscal agresiva del Estado. Los ingresos del Estado están basados básicamente en los impuestos, de allí que además de diseñar una compleja normatividad tributaria, el Estado se ha preocupado por dotar a la administración de impuestos con las más modernas tecnologías y herramientas con el fin de asegurar el máximo de recaudo. Estas circunstancias deben llevar a los empresarios a tomar medidas para conseguir la eficiencia en la administración y gestión de sus impuestos, evitando de esta manera el pago indebido de impuestos, sanciones e intereses, e inclusive logrando un importante ahorro tributario sin correr riesgo alguno. Es pues una necesidad para todo contribuyente hacer conciencia, que la asesoría tributaria no es un simple gasto innecesario, sino que es una verdadera inversión que contribuirá a la estabilidad y progreso de la empresa.
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